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La asunción de Xiomara Castro en Honduras juntará a Cristina Kirchner y Kamala Harris

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Una es la líder de la extrema izquierda castrochavista y la otra la líder de la izquierda socialdemócrata progresista, pero juntas apoyaron y llevaron a la presidencia a Xiomara Castro.

Tras el histórico triunfo del Foro de Sao Paulo en Honduras, la asunción de la chavista Xiomara Castro, quien ganó las elecciones presidenciales el pasado 28 de noviembre, será un evento sin precedentes en la región por los invitados que tendrá.

Mañana a las 11 am (14hs de Argentina) será el acto de asunción de la mandataria de Honduras, donde congregarán figuras como el rey de España, Felipe VI; el presidente electo de Chile, Gabriel Boric; el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele; el presidente Laurentino Cortizo, de Panamá; el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, y su par de Bolivia, Evo Morales.

Pero tal vez las dos presencias más polémicas serán las de Cristina Kirchner, actual líder del Foro de Sao Paulo y vicepresidente de Argentina; y Kamala Harris, actual líder del movimiento progresista norteamericano y vicepresidente de Estados Unidos.

Ambas representan y lideran dos corrientes de la izquierda americana que muchas veces se pinta como opuesta. Cristina pertenece a una extrema izquierda socialista y antidemocrática, mientras que Kamala busca representar una socialdemocracia progresista moderada. Pero en definitiva, están más alineadas de lo que parece.

Tanto Cristina como Kamala apoyaron la candidatura de Xiomara Castro, quien puso fin a 12 años de hegemonía del derechista Partido Nacional en el país centroamericano y es la primera mujer de la historia de Honduras en convertirse en presidente.

El triunfo de esta dirigente de izquierda fue celebrado en su momento por Cristina Kichner, quien mantiene una larga amistad con la presidente-electa hondureña.

El vínculo de Cristina con Xiomara se remonta al 2006, cuando José Manuel Zelaya, marido de Xiomara, llega al poder en Honduras y decide dar un giro total de su agenda liberal de campaña: Se une al Foro de Sao Paulo, y entabla una estrecha relación con Hugo Chávez y con Néstor Kirchner.

En 2009, cuando las Fuerzas Armadas hondureñas lo remueven a Zelaya de la presidencia tras un intento ilegal de modificar la Constitución, Cristina, como presidente de Argentina, llegó a enviar su helicóptero personal para llevarlo a Zelaya y Xiomara a la Casa de Gobierno para retornarlo al poder, pero sin éxito.

Cristina además dará una charla hoy en la Universidad Nacional Autónoma, patrocinada por los militantes del partido de Xiomara Castro. La consigna de la exposición será "Los pueblos siempre vuelven" y hace referencia a una frase de Cristina en un plenario de La Cámpora del año pasado y cita como ejemplo a la vuelta del MAS en Bolivia después del golpe a Evo Morales y el retorno al poder del kirchnerismo en 2019. Tendencia que podría completarse con un regreso de Lula al poder en Brasil. 

Si bien la relación entre Kamala Harris y la líder del partido LIBRE es menos concreta, la demócrata apoyó su candidatura y trabajó arduamente para socavar la imagen de Juan Orlando Hernández, con denuncias de narcotráfico tanto a él como a otras figuras de su partido que se procesaron en tribuanles federales de Estados Unidos.

La vicepresidente norteamericana está a cargo de la crisis migratoria que azota a Estados Unidos, que proviene principalmente de Honduras y Guatemala.

Se cree que Harris mantiene una línea de diálogo informal con Castro incluso desde antes de su triunfo electoral, para que la ayude a contener las caravanas que salen del país, a cambio de jugosos subsidios económicos para su país.

Kamala Harris hace historia en EE.UU. por esta razón | Video
La vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Karris.

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Xiomara Castro: Quién es la nueva presidente de extrema izquierda castrochavista en Honduras

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La mujer de Zelaya tendrá el desafío de encarar la dirigencia tras 12 años de gobiernos conservadores, aunque cuenta con el respaldo internacional de una amplia gama de espacios políticos, desde el Foro de Sao Paulo hasta la Casa Blanca.

Xiomara Castro tomó posesión este jueves como nueva presidente de Honduras, la primera mujer en hacerlo, y con ella regresa la izquierda al poder tras 12 años de gobiernos conservadores.

A pesar de encabezar el movimiento zelayista, nombrado así en honor a su marido, el ex presidente José Manuel Zelaya, quien llegó a la presidencia en 2006 como un liberal pero rápidamente giró a la extrema izquierda comunista, Castro ganó las elecciones liderando una coalición amplia de espacios desde la izquierda hasta la centroderecha.

El Partido Nacional, quien históricamente se llevó todos los votos del centro a la derecha, cayó bajo el gobierno del ex presidente José Orlando Hernández, en esquemas de narcotráfico, no solucionó los altos índices de inseguridad, pobreza, violencia y corrupción institucional. Esto llevó a que miles de votantes históricos del PN terminarán votando, increíblemente, por Castro.

Sin importarle esto, Castro está decidida a llevar a cabo un gobierno castrochavista, y esto lo dejó muy en claro en su discurso inaugural. "A partir de hoy ninguna familia que gaste menos de 150 kW al mes a seguir pagando su factura de luz", prometió ante la presencia de sus simpatizantes.

También prometió convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, que le permita la reelección indefinida y la habilite a iniciar un proceso de estatizaciones. Ya en 2009, Zelaya había intentado hacer un referéndum y modificar la Constitución de la misma manera, y luego de que lo llevara a cabo a pesar de la negativa de la la justicia, las Fuerzas Armadas lo removieron de su cargo a través de un golpe de Estado.

Entre otras medidas que prometió en campaña, Xiomara Castro quiere derogar algunas de las leyes más exitosas de los gobiernos conservadores, como la de Ley de Seguridad, con la que se faculta al Ejército para pelear contra el narcotráfico y la Ley ZEDE, que creaba zonas francas libres de impuestos en varias zonas del país para atraer inversiones extranjeras.

Además, prometió reducir el precio de la energía a través de masivos subsidios y controles de precios del sector; aumentar el salario mínimo; implementar una renta universal para las familias más pobres; y crear un organismo anticorrupción supervisado por la ONU.

Por último, la líder izquierdista tiene en su agenda despenalizar la interrupción del embarazo, aunque para eso tendrá que lidiar con la Iglesia Católica, que tiene una fuerte influencia en el país y, más difícil incluso, con un Parlamento dominado por legisladores provida, tanto en el PN como en su propia coalición.

Xiomara Castro es un caso único en el mundo. Llegó a la presidencia respaldada tanto por el Foro de Sao Paulo como por la Casa Blanca de Estados Unidos. Esto se lució en su ceremonia de asunción, en la que estuvieron como invitados de honor la vicepresidente argentina Cristina Kirchner y el ex presidente brasileño Lula da Silva, al mismo tiempo que la vicepresidente norteamericana Kamala Harris.

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Elecciones en Honduras: La castrochavista Xiomara Castro gana las elecciones y destrona al Partido Nacional

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La izquierdista Xiomara Castro aventaja con amplitud al oficialista Nasry Asfura con más de 50% de los votos escrutados, y le anota una victoria al Foro de Sao Paulo en la región.

La candidata presidencial Xiomara Castro, del izquierdista partido Libertad y Refundación (Libre), aventaja a su principal oponente, el alcalde de Tegucigalpa, el centroderechista Nasry Asfura, del oficialista Partido Nacional (PN), en las elecciones presidenciales de Honduras.

De acuerdo con los conteos publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con más del 50% de las actas escrutadas, la esposa del ex presidente Manuel Zelaya obtiene este lunes más del 53% de los votos, mientras Asfura se llevaba más del 33%.

Pasaron varias horas sin que se actualizaran resultados, por lo que algunos hondureños se empezaron a impacientar y a recordar lo que sucedió en las presidenciales de 2017, cuando la tendencia cambió repentinamente, después de que el conteo se detuviera durante horas, desatando protestas y acusaciones de fraude contra el mandatario Juan Orlando Hernández, que finalmente ganó la reelección con muchas irregularidades.

De confirmarse ahora la victoria, la llegada de Castro a la presidencia pondría fin a tres mandatos consecutivos en el poder del Partido Nacional, y Honduras será un nuevo afiliado del Foro de Sao Paulo. La candidata propiciará además una reforma constitucional, como se está haciendo en Chile.

Xiomara Castro junto a su marido, Manuel Zelaya, admirador de Maduro.

Es importante destacar la profunda crisis de representación que atraviesa Honduras: Zelaya, el marido de Xiomara Castro, llegó a la presidencia en 2006 como un candidato de derecha liberal, pero rápidamente giró su gobierno a la extrema izquierda castrochavista. En 2009, cuando intentó seguir los pasos de Chávez reformando la Constitución, fue depuesto por las Fuerzas Armadas.

En 2010 ganó la presidencia el derechista Porfirio Lobo Sosa, quien le abrió el camino en 2014 a su sucesor Juan Orlando Hernández.

"JOH", por sus iniciales, ganó las elecciones representando a la derecha conservadora, pero tomó el cheque en blanco que le había dado la sociedad para que trajera estabilidad al país, y usó ese capital político para extender una de las mayores redes de narcotráfico de Centroamérica, aliado con el dictador de Nicaragua Daniel Ortega y con el de Venezuela Nicolás Maduro, a través de su hermano, Juan Antonio Hernández (conocido como “Tony”), condenado en Estados Unidos.

Este domingo, los hondureños debieron ir a las urnas para elegir entre dos candidatos asociados al narcosocialismo. Xiomara Castro, la mujer de un presidente que trató de convertirse en dictador, y JOH, engañando al electorado, asegurando ser el representante de la derecha pero defendiendo a las narcodictaduras de la región y habiéndose quedado tres mandatos en el poder, uno más de los constitucionalmente legales.

A la izquierda, Juan Antonio Hernández (conocido como “Tony”), condenado en marzo de este año a cadena perpetua más 30 años de prisión por la Corte del Distrito Sur de Nueva York. A la derecha, el presidente Juan Orlando Hernández, hermano de “Tony”.

El CNE reportó un histórico nivel de participación con más del 68% de los 5,1 millones habilitados por el sufragio. Las autoridades destacaron que los comicios se celebraron sin "incidentes que lamentar", aunque organizaciones de derechos civiles señalaron la carencia de material electoral, fallas en el sistema de votación y otros problemas menores.

De confirmarse la tendencia, una victoria de Castro no solo se convertiría en la primera mujer en gobernar el país, sino que también pondría fin a 12 años de gobierno conservador y devolvería a la izquierda socialista hondureña al poder por primera vez desde que Zelaya fue depuesto por un golpe de Estado en 2009.

Es destacable que además es la primera vez desde 1998 que un candidato gana las elecciones en Honduras haciendo campaña con una agenda de izquierda. Tanto Ricardo Maduro, Manuel Zelaya, Porfirio Lobo Sosa y JOH habían sido elegidos tras campañas con propuestas de derecha y liberales en lo económico.

"Vamos a formar un gobierno de reconciliación, de paz y de justicia. Vamos a iniciar un proceso para garantizar una democracia participativa, una democracia directa", dijo Castro, de 62 años, quien logró sumar el apoyo de toda la izquierda y partes de la centroderecha, con la candidatura de su vice, Salvador Nasralla.

Sin lugar a dudas es una reivindicación del zelayismo, el movimiento político que inició Manuel Zelaya en 2006, cuando tomó el voto liberal antisistema y lo convirtió en un movimiento antidemocrático, asociado a los peores regímenes comunistas de Latinoamérica.

La candidata, vestida de rojo y negro, terminó su discurso con la frase "hasta la victoria siempre", una de las más usadas por la revolución cubana.

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Elecciones en Honduras: Un país atravesado por el narcotráfico que va a las urnas con un panorama de incertidumbre

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La antesala de las elecciones en un país donde la derecha está atrapada entre un partido vinculado al narcotráfico y otro vinculado al castrochavismo.

Este domingo 28 de noviembre, se llevarán a cabo unos nuevos comicios electorales generales en Honduras, en donde más de 5,1 millones de habitantes estarán habilitados para elegir a un nuevo presidente y tres vicepresidentes, 128 diputados del Congreso Nacional, 20 diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN, un ente “decorativo” cuyas decisiones no son vinculantes), 298 alcaldes y vicealcaldes, junto a 2.092 regidores (concejales) que gobernarán el país durante los próximos cuatro años.

Las elecciones suponen una dura prueba para el Partido Nacional (PNH, centroderecha a derecha), uno de los partidos tradicionales de Honduras, y que gobierna al país desde el año 2010, gracias a la división en la oposición que aún se mantiene y el declive del Partido Liberal (PLH, centro liberal), el más longevo del país.

Durante estos últimos 11 años, se registraron los mayores actos de corrupción en la historia del país. Además, importantes figuras del oficialismo, entre ellos el mismo presidente Juan Orlando Hernández (reelecto en los cuestionados comicios de 2017, a pesar de que la Constitución hondureña lo prohibía), han sido señalados y en algunos casos, sentenciados en cortes federales de Estados Unidos por sus estrechos vínculos con importantes carteles del narcotráfico local e internacional.

Todo esto le ha provocado un importante desgaste al partido oficialista, y por primera vez en más de una década podría perder una elección. Los nacionales afrontaron un duro reto durante la presente campaña para mantener el respaldo de las bases del partido.

A la izquierda, Juan Antonio Hernández (conocido como “Tony”), condenado en marzo de este año a cadena perpetua más 30 años de prisión por la Corte del Distrito Sur de Nueva York. A la derecha, el presidente Juan Orlando Hernández, hermano de “Tony”.

Nasry Asfura

En el nivel presidencial, apenas 3 de los 14 candidatos en contienda tienen posibilidades de llegar al gobierno, según las encuestas. El primero de ellos es el oficialista Nasry Asfura, de ascendencia palestina, conocido como “Tito Asfura” o “Papi a la Orden”. Asfura, un importante empresario de la construcción, se ha desempeñado como alcalde de Tegucigalpa (ciudad capital) desde el 2014, y de llegar al Palacio José Cecilio del Valle, lo haría como el sucesor directo de Hernández.

Posee un perfil más moderado que Hernández, pero es claro que lo utilizará a Asfura para gobernar detrás de escena. Ante esto, los asesores del oficialismo han optado por desmarcar a Asfura del líder del Ejecutivo, adoptando el lema “Papi (Asfura) es diferente”, además de hacer énfasis en las obras de infraestructura vial realizadas por él durante su gestión en la alcaldía, las cuales promete realizar en todo el país, en caso de ganar la presidencia.

Esta es la principal propuesta del candidato oficialista, quien además promete la creación de empleo masivo a través de programas del Estado, brindar la “asistencia necesaria” a los agricultores, ganaderos y a la industria maquiladora del país, fortalecer el sistema educativo y sanitario con mayor inversión, entre otras.

Asfura no ha estado exento de acusaciones de corrupción. El candidato presidencial fue investigado recientemente por los delitos de lavado de dinero, malversación de fondos, fraude, uso de documentos públicos falsos y violación de los deberes de los funcionarios.

El proceso de antejuicio contra Asfura fue declarado “en suspenso”, y el expediente ha sido archivado, sin mayores consecuencias para el candidato oficialista, que logró sobrevivir durante la campaña sin hablar del tema.

Xiomara Castro

Otro de los candidatos con mayor intención de voto es Xiomara Castro, del opositor partido Libertad y Refundación ("Libre", que agrupa a sectores moderados, populistas de izquierda, y a sectores tradicionales socialistas).

Castro ocupó el cargo de Primera Dama durante el mandato de su esposo, José Manuel Zelaya Rosales, quien gobernó al país desde el 2006, hasta junio 2009, tras ser derrocado y enviado al exilio por las Fuerzas Armadas del país cuando trató de imponer una Constitución de corte castrochavista en el país.

Esta gestión tampoco estuvo exenta de polémica. El informe No. 009-2009-DASSJ-PR-B del Tribunal Superior de Cuentas del país (TSC) reveló que tanto Castro como su esposo habrían utilizado fondos públicos para el pago de gastos personales, desde monturas y cuidado de caballos hasta la compra de artículos y joyas para uso personal.

De regreso a los comicios, Castro compite por segunda vez para la presidencia de Honduras, y de la mano de su esposo ha logrado aglutinar a un sector de la oposición de cara a los comicios de este mes.

Castro logró quitar de la competencia al centroderechista Salvador Nasralla y a la socialdemócrata Doris Gutiérrez, quienes declinaron sus aspiraciones a la presidencia y primera vicepresidencia, respectivamente, para aparecer bajo la casilla del partido Libre como candidatos a la vicepresidencia.

Asimismo, logró el apoyo del candidato presidencial independiente de izquierda, Milton Benitez, y una facción disidente del Partido Liberal, denominada “Alianza Liberal Opositora”, que anunciaron su respaldo a Xiomara durante los últimos días, generando expectativas de cara a los presentes comicios ya que aglutina a enormes cantidades de votantes de distintos sectores.

Su candidatura es claramente de izquierda. El Plan de Gobierno de Xiomara Castro plantea “la construcción de un Estado socialista democrático” (página 6), el cual irá de la mano con “un modelo económico alternativo” (página 24), propio de un gobierno de izquierda.

También, se contempla el establecimiento de relaciones diplomáticas con China (página 49), la derogación de leyes aporbadas en los últimos años por Hernández, consideradas como “lesivas” por sectores de oposición, y otras reformas de tinte izquierdista.

Con respecto a temas como el aborto, la ideología de género, o la Asamblea Nacional Constituyente, el partido Libertad y Refundación ha optado por “rechazar” estas propuestas, al menos, en el corto plazo, tras las críticas de diversos sectores por la inclusión de las mismas en el Plan de Gobierno de la oposición izquierdista, y por la inclusión de Salvador Nasralla en su fórmula presidencial (esto último, en relación a la Asamblea Nacional Constituyente)

Yani Rosenthal

Por su parte, el candidato Yani Rosenthal, encabezando el propio Partido Liberal, es otro de los contendientes que goza de un importante respaldo del electorado.

Rosenthal, un reconocido miembro del establishment del partido, ocupó el cargo de Ministro de la Presidencia (2006-2008) durante el gobierno de Manuel Zelaya Rosales, hasta que éste giró al chavismo y Rosenthal salió expulsado del Ejecutivo.

Es considerado por muchos en Honduras como el arquitecto detrás de la política macroeconómica de Zelaya, que produjo en los primeros dos años de su gobierno un alto crecimiento del PIB y bajos índices de inflación.

El candidato retornó al país centroamericano en 2020, tras ser condenado a tres años de prisión en Estados Unidos, por el delito de “transacciones monetarias de propiedades derivadas de delitos de tráfico de drogas”. Rosenthal ha asegurado que “ha aprendido de sus errores”, y que “su experiencia en la prisión le permitió vivir en carne propia las carencias que sufre en su mayoría el pueblo hondureño”.

Es por eso que el candidato ha presentado como una de sus principales propuestas la implementación de un “Ingreso Básico Universal” de 1.500 lempiras mensuales (unos US$ 62 ), el cual, sería entregado a tres millones de ciudadanos mayores de 18 años en su primer año de gobierno, a cuatro millones en el segundo año y a cinco millones en el tercer año.

Esta medida carece de sustento científico y el consenso económico es que un subsidio de esta magnitud solo generaría una caída en el poder adquisitivo de los hondureños en el largo plazo, pero como propuesta de campaña a conseguido enorme tracción política.

También pretende transformar la economía de consumo interno del país en una "economía de exportación agroindustrial, de manufactura ligera y servicios".

Los últimos resultados de dos encuestadoras autorizadas por el Consejo Nacional Electoral

Las encuestas de Paradigma y C ESPAD no reflejaron de manera unánime a un claro ganador. Asfura lidera en algunos sondeos pero Castro se impone en otros que dan a Rosenthal muy bajo. La incertidumbre a dos días de la elección es total.

Lo que sí está asegurado es que los hondureños decidirán entre la continuidad de un partido vinculado al narcotráfico que se muestra ante el público como “la salvación del país ante la amenaza comunista” (a pesar de los vínculos de Juan Orlando Hernández con el dictador Daniel Ortega), una candidata de izquierda cuyos vínculos y declaraciones deberían generar una enorme preocupación, o un candidato cuyo pasado aún no es perdonado por un sector de la población. El panorama del país es y será incierto durante los próximos cuatro años, gane quien gane.

Papeleta presidencial, Honduras (Véase www.cne.hn/papeletas/). Solo 3 de 14 candidatos tienen posibilidades de obtener la victoria, en un proceso lleno de incertidumbre.

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