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Los bancos no saben qué hacer con los billetes de 100 pesos: hay de sobra y nadie los quiere, pero se van a imprimir más

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Para los consumidores, valen poco; para los bancos, son un costo elevado. Todos los tesoros de la Argentina (BCRA, bancos y transportadoras de caudales) están saturados de los papeles con la imágenes de Julio Argentino Roca, Eva Perón y la taruca.

Mientras el Gobierno acaba de anunciar una nueva línea de billetes para homenajear a “heroínas y héroes históricos”, en los bancos y las grandes empresas que manejan efectivo no hay lugar para épicas. Y tampoco hay lugar para más billetes de 100 pesos. Hay en circulación 2.400 millones de esos papeles que valen menos de un dólar oficial y que nadie quiere: los consumidores, por su poder de compra cada vez más bajo, y los bancos, porque llenar un cajero con ellos es poco rendidor. Ya sea con la imagen de Julio Argentino Roca, Eva Perón o la taruca, desbordan los tesoros de bancos y transportadoras de caudales. Acumularlos es tan caro que el Banco Central y los bancos discuten por el costo de atesorarlos. Pese a todo esto, el Gobierno se prepara para imprimir muchos más.

Desde hace mucho tiempo, el Banco Central dejó de aceptarle los billetes de 100 pesos a los bancos, más allá de que estén en buen estado o deteriorados. Las entidades financieras quieren sacárselos de encima y le piden al BCRA solamente los de 1.000 pesos, para que atenuar el costo de transportarlos y abastecer su red de cajeros.

En junio de 2020, por las necesidades de efectivo provocadas por la pandemia, el pago del aguinaldo y el IFE, el BCRA debió sacar a la calle 700 millones de billetes de 100 pesos que tenía en su Tesoro. Cuando pasó la emergencia y los bancos quisieron devolverlos, el Central no los aceptó. Y quedaron en la calle. Muchos bancos pusieron límites de $4.000 para retirar del cajero, ya que muchos de ellos no permiten retirar más de 40 billetes en una sola extracción.

Para aplacar las quejas de los bancos, el Central decidió aceptarle muchos de esos billetes a los bancos “en compensación”, como si fuera un depósito en sus cuentas, para ser computado como encaje. Pero con una condición: que los dejaran almacenados en sus propios tesoros o en transportadoras de caudales (grandes ganadores de esta situación), para no afrontar el costo del traslado y atesoramiento. Contra ese depósito, los bancos pueden suscribir Leliqs, las letras de deuda del Central. Con las tasas actuales, recuperan con creces los costos de tener esos billetes almacenados sin posibilidad de usarlos.

“El Central no sabe qué hacer con tantos billetes de 100. El Tesoro de Don Torcuato está lleno”, explicaron a Infobae en la tesorería de un banco. “Don Torcuato” es la planta de la controversial ex Ciccone, que pertenece a la Casa de la Moneda. “Con la inflación que hay, a nosotros nos sirve llenar los cajeros solamente con billetes de $1.000. Ya ni siquiera el de $500 rinde. Los de $100 los usamos únicamente si estamos al límite, como va a pasar ahora en junio con el pago del aguinaldo”, agregaron.

El motivo por el que se suelen rechazar los billetes de $100

¿Por qué hay tantos billetes de $100 en la calle? Porque su cantidad se duplicó entre 2013 y 2015, ante la negativa de las autoridades de entonces de emitir un billete más alto para no reconocer la inflación. Hasta que llegó el papel de $500, en junio de 2016, el billete de $100 representaba casi el 70% del total de papeles en circulación.

Con los tesoros del Banco Central, los bancos y las transportadoras de caudales llenos de papeles de $100 pesos, el Gobierno se prepara para imprimir muchos millones más. Y para sumar una complicación extra, tendrá un nuevo diseño, aunque repetirá la imagen de Eva Perón.

Los argentinos tendrán así en sus billeteras la cuarta versión del billete de 100 pesos. La versión actual, la que tiene la imagen de la taruca, tuvo un alcance limitado, ya que llegó con un sistema colapsado de billete. Las dos versiones anteriores también dieron que hablar:

– La primera versión del billete de $100, vigente desde 1992 es la de Julio Argentino Roca e históricamente se imprimió en la Casa de la Moneda. En 2010, ante una inflación creciente y ante la negativa del Gobierno a lanzar una denominación más alta, la Casa de la Moneda debió recurrir a la importación por parte de su par de Brasil. Con un detalle nada menor: la numeración de los billetes en la Casa de la Moneda brasileña era con números negros ubicados en forma horizontal, mientras que el billete fabricado en Argentina tenía números rojos en alineación vertical. Todavía hoy circulan ambas versiones.

2010: Las diferencias entre los billetes impresos en la Argentina y los fabricados en Brasil

– En 2012 se lanzó el de la imagen de Eva Perón. En principio, se trataba de un billete conmemorativo, que no iba a circular. Pero el día de su lanzamiento, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que saldría a la calle hasta reemplazar al de Roca. El billete conmemorativo no era aceptado por los cajeros automáticos, lo que generó dificultades en los bancos y confusión en los usuarios.

La saturación de billetes de 100 pesos llevó a algunos bancos privados a cobrarle una comisión del 5% a las empresas por hacer depósitos en efectivo con un 15% del monto en billetes de $100 o $200. Adeba, la entidad que reúne a los bancos de capital local, presentó el 16 de mayo un documento en el que criticó con dureza “el alto nivel de uso de efectivo para sus transacciones que ocurre en el país, altamente perjudicial para la sociedad”. Entre otros perjuicios, Adeba mencionó que el efectivo incrementa la informalidad, la inseguridad y la exclusión financiera.

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Tras realizar el pago presupuestario y a pesar de la marcha, el Gobierno de Milei considera que la discusión por las universidades “está saldada”

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En la conferencia de presa, Manuel Adorni, portavoz del presidente, afirmó que no hay ninguna intención de cerrar las universidades. Además, calificó como “tren fantasma” a los dirigentes que anunciaron su participación en la movilización.

Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó este martes en su conferencia de prensa diaria que la disputa en torno al presupuesto asignado a las universidades «está saldada y transferida«, y que para el gobierno de Javier Milei es un tema terminado.

«La cuestión presupuestaria de las universidades y de los hospitales universitarios no solo está solventada, sino también transferida«, expresó durante una rueda de prensa. Además, agregó: «La presencia de diversas organizaciones políticas ha convertido esto en una marcha con tintes políticos«.

En esta misma línea, el funcionario mencionó la posible participación en la protesta de figuras como Sergio Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Martín Lousteau y Juan Grabois, entre otros. «Es casi como un tren fantasma», afirmó Adorni, pero diferenció este acompañamiento del reclamo que puedan tener los estudiantes y señaló que el gobierno nacional es “super respetuosos de la expresión que tengan los jóvenes”.

«Pocos espacios respetan a los estudiantes tanto como nosotros. Es legítimo cualquier reclamo que planteen en busca de una mejor educación», enfatizó.

La semana pasada, el Ministerio de Capital Humano anunció que había llegado a un acuerdo con las autoridades universitarias para actualizar el presupuesto en dos etapas: una ya entregada en marzo del 70% y otra prevista para mayo, también del 70%. Sin embargo, el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, señaló que la propuesta del Gobierno «no resuelve nada«.

«Una vez resuelta la cuestión presupuestaria, consideramos que no había motivo para continuar fomentando una marcha de este tipo por parte de aquellos que definen políticas universitarias. Creemos que su objetivo principal no es garantizar la calidad educativa y asegurarse de que los estudiantes salgan de la universidad siendo mejores académicamente de lo que eran al ingresar«, argumentó Adorni.

Según el vocero presidencial, la movilización no es motivo de preocupación para el Gobierno. «Estamos atentos y receptivos a todos los reclamos, y estamos al tanto de lo que sucede en todos los ámbitos. Sin embargo, cuando el reclamo tiene una causa específica y esa causa se resuelve, entendemos que algunos dirigentes, al perder el motivo original de la marcha, deberían desalentar su continuación, ya que carecería de sentido. Por supuesto, seguimos vigilantes de los acontecimientos y de cualquier reclamo legítimo que pueda surgir«, señaló.

En otro momento de la conferencia de prensa en Casa Rosada, el funcionario reiteró la importancia de realizar auditorías en el gasto del presupuesto universitario. «Es lo que los argentinos merecen, tanto en este ámbito como en otros«, afirmó. También destacó la necesidad de discutir el acceso a la universidad gratuita para estudiantes extranjeros.

El costo de que un extranjero venga a estudiar a una universidad pública a la Argentina lo pagamos nosotros. Vos, yo y el alumno que está al lado del alumno extranjero. Son temas que hay que atender, debatir, y no nos parece que sea una discusión que no deba darse”, expresó.

Durante la marcha del día de hoy, se defendió todo tipo de cosas menos la educación. Hubo presencia de la CGT, la izquierda, de dirigentes kirchneristas, y del aparato radical de las universidades, entre otros.

Resulta extraño que los «estudiantes universitarios» hayan recibido alegremente a Sergio Massa, responsable del ajuste de más de 50 mil millones de pesos del presupuesto educativo en sus años de gestión, y quien logró casi un 300% de inflación en 2023, destruyendo por completo el valor real del dinero destinado a la educación. ¿Y que hicieron los «estudiantes universitarios» durante esos años? Nada.

Cosas como esas demuestran que poco les importó y les importa la educación a esos «estudiantes universitarios», y lo único que terminaron haciendo fue servir a los intereses de los políticos opositores al Gobierno de Milei.

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El kirchnerismo copó la marcha universitaria del radicalismo y Massa, Kicillof y la CGT se llevaron el foco del día

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La UCR perdió protagonismo en una marcha en la que el foco estuvo puesto en los dirigentes kirchneristas que tienen reclamos contra Milei por fuera de las universidades.

En medio de las negociaciones por la suba del presupuesto universitario, que el anterior gobierno kirchnerista dejó congelado desde 2022, las universidades públicas, fogoneadas por sus líderes radicales, emprendieron este martes una masiva marcha a Plaza de Mayo.

Sin embargo, lejos de ser una movilización de mayoría estudiantil, y ante la confirmación del gobierno de Javier Milei que se aprobaron y se realizaron todos los pagos para los gastos de funcionamiento, la marcha terminó siendo copada por el kirchnerismo.

El exministro Sergio Massa, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, junto a todo su Gabinete; las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y hasta la CGT se adueñaron completamente de la marcha, dejando en ridículo a los radicales.

El primero en aparecer fue Massa, quien a pesar de su defensa de la universidad pública, se recibió de grande de la Universidad de Belgrano (UB), y lo que es peor, durante su gestión fue el responsable de congelar el presupuesto y dejarlo sin aumentos por 18 meses.

El gobierno de Milei se dispuso a terminar con el ciclo de congelamiento de presupuestos, y es por eso que, este viernes el Subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Gallego (h.), anunció la aprobación de un pago de 22 mil millones de pesos para las universidades públicas y para los hospitales universitarios como el Clínicas.

A su vez, el lunes, el día antes de la marcha, el Ministerio de Capital Humano publicó todos los resúmenes de pagos y las facturas para confirmar que se había hecho el desembolso de 11 mil millones para las universidades y otros 11 mil millones para los hospitales estudiantiles.

También estuvo en la marcha Axel Kicillof junto a Verónica Magario, la vicegobernadora. Por último, Cristina Kirchner se asomó por el balcón del Instituto Patria y saludó a los manifestantes, que para esa hora era ciento por ciento militantes kirchneristas

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¿En qué gastan las universidades? Miles de millones se destinan a cursos, materias y carreras de género

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En medio de la polémica por el presupuesto de las universidades, estudiantes revelan un entramado multimillonario de gastos en cuestiones de género en todas las facultades públicas del país.

Este 23 de abril, las universidades nacionales convocaron a una masiva marcha para que el Gobierno Nacional les actualice el presupuesto educativo, a pesar de que el Ministerio de Capital Humano confirmó este mismo viernes que ya fue aprobado, con aumentos del 170% para los gastos operativos (como la luz o salarios docentes) y una suba del 70% adicional para hospitales universitarios.

Sin embargo, la idea de la Marcha Federal Universitaria ya se convirtió en una bandera de resistencia contra el gobierno de Javier Milei de la UCR, del kirchnerismo y del Frente de Izquierda, por lo que la convocatoria se mantiene, aunque carezca de sentido.

En este contexto, los estudiantes indignados con la utilización política de ciertos sectores, han estado investigando en qué gastan las universidades y por qué dicen no tener plata para pagar la factura de luz o por qué no actualizan los salarios docentes hace 2 años.

En un primer análisis, se enfocaron en analizar todos los gastos en cuestiones de género, un porcentaje del presupuesto que se podría recortar íntegramente sin perder calidad educativa. Por el contrario, aumentaría de calidad.

El mayor nivel de gastos está en las carreras de género que lanzó cada universidad nacional. Se destacan por lo absurdo un doctorado y una maestría en Estudios de Género en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y una especialización en Intervenciones Transdiciplinarias en Violencia de Género de la Facultad de Psicología de la UBA.

En la Universidad de La Plata, por ejemplo, se destinan millones del presupuesto para una especialización en Educación en Géneros y Sexualidades de la Facultad de Humanidades, o en una especialización en Perspectiva Feminista y de Derechos Humanos, en la Facultad de Trabajo Social.

Otras universidades que destinan recursos públicos en doctorados, maestrías o especializaciones de género son la Universidad Nacional de Córdoba, la de Cuyo, la de Lomás de Zamora, la de Rosario, la de Lanús, la de Salta, la de San Luis, la de San Martín, la de Tres de Febrero, la de Tucumán, la del Comahue, la de José C. Paz, la de Luján e incluso la Universidad de Defensa Nacional.

Pero esto no termina acá. La locura continúa. En un análisis más riguroso, se encontró que las universidades gastan millones en organismos internos enfocados en implementas políticas de género. Plata hay, pero está mal administrada.

La UBA, que apagó las luces de sus facultades porque dicen que no pueden pagar sueldos, gastan millones en una Comisión de Género para la Facultad de Agronomía, una Unidad de Género para Diseño y Urbanismo, un Espacio de Atención para Discriminación de Género en Económicas, un Programa de Igualdad de Género en Exactas, una Secretaría de Género en la Facultad de Ciencias Sociales, un Programa de Violencia de Género en Veterinaria y un Programa de Género y Derecho en la Facultad de Derecho.

Hay más, en la Facultad de Medicina, que cortó la luz hace una semana porque dice que no tiene plata para pagar la factura de electricidad, gasta millones en un Departamento de Género y Abordaje Inclusivo. Esto incluye salarios de los empleados asignados al departamento, además de docentes y personal educativo.

Pero esto no se limita a la UBA, la UNC tiene hasta una Prosecretaría de Género en la Facultad de Psicología, y una «Escuela Itinerante de Género» en la Facultad de Ciencias Médicas. Lo mismo la Universidad del Litoral, con un Programa de Género en la Facultad de Ciencias Jurídicas.

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