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Subsidios a la Energía: ¿Hasta cuándo Argentina va a sostener este modelo que destruye al país?

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Con la aprobación de la nueva Ley de Zonas Frías y el proyecto de la Ley de Zonas Cálidas, tanto el macrismo como el kirchnerismo están unidos para profundizar el modelo de subsidios a la energía que está generando ineficiencia y pobreza.

Argentina atraviesa sin duda la peor crisis económica de su historia. El congelamiento sobre los servicios públicos hace cada vez más grandes los aportes del Estado y ya sea por demagogia o porque nadie se atreve a que un titular en los medios masivos de comunicación diga “Tarifazo Nacional y Popular”, el problema continua.

¿Hasta cuándo la macroeconomía permitirá sostener un nivel cada vez más creciente de subsidios energéticos? Las últimas discusiones entre el Ministro de Economía, Martín Guzmán, y el Secretario de Energía, Federico Basualdo, demuestran que hemos llegado a un punto donde incluso lospaladines de los necesitados” necesitan aumentar las tarifas para reducir el costo que los subsidios tienen sobre las arcas del Estado.  

En Argentina los subsidios energéticos se canalizan principalmente a través de dos grandes empresas, CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista) y ENARSA (Energía Argentina SA, hoy renombrada IEASA), que entre otros fines tienen a su cargo, respectivamente, el despacho y administración de la energía eléctrica, y la compra de gas importado para el abastecimiento del mercado interno.

CAMMESA le compra la energía a los generadores, para luego vendérsela a las distribuidoras. Los precios varían según cada tipo de generador (Eólico, Solar, Turbina de gas, si es precio Spot, con contratos, etc.) pero lo más destacable, es que CAMMESA vende la energía a un 40% de su costo, siendo el 60% restante cubierto por subsidios o aportes del Tesoro. 

Vale aclarar, que la mayor parte de la energía del país se produce en centrales térmicas que consumen gas natural. Por lo tanto, no sólo subsidiamos la oferta de gas al productor, sino también el precio de la electricidad que las usinas le dan a CAMMESA mediante ese gas subsidiado.

El último Plan Gas, por ejemplo, asegura que los productores reciban el precio ofertado en un concurso público, y por el otro lado, que dicho costo sea abonado por usuarios. De haber una diferencia, es mismo será cubierto por el Estado mediante subsidios. ¿Qué porcentaje representan esos subsidios? Depende de la clase política. 

Si el Estado paga el 60% del costo de la energía eléctrica, o el 55% del costo del gas, esto significa que los subsidios los pagamos todos a través de nuestros impuestos, independientemente de nuestro poder adquisitivo. El dinero que destinó el Estado a subsidios energéticos fue el 1.7% del PBI en 2020; U$S 6.600 millones aproximadamente. 

Según el presupuesto 2021 se iba a mantener la proporción del 1,7%, pero debido a las sucesivas devaluaciones y el eterno congelamiento tarifario, este porcentaje finalmente aumentará en 2021 más de lo que propone la demagogia electoral plasmada en el presupuesto oficial

Es menester comprender que no existe subsidio más ineficiente que aquel sobre un bien escaso. Si no impulsamos la producción e incentivamos un consumo de gas o electricidad más eficiente, subsidiarlos significa poner parches sobre un problema que cada vez empeora.

Desde principios de siglo, la producción de gas viene en caída, y además, no se optimiza la capacidad en su transporte. Consecuentemente, en épocas invernales las industrias, y principalmente los hogares, demandan mayores cantidades de gas que el sistema energético argentino no puede proveer. ¿Qué parche se crea a este problema? Importar. La energía que importa el Estado cuesta el doble o triple del valor local, y eso significan divisas del Banco Central que hay que utilizar.

Este año los resultados para el Estado serán peores, debido al aumento de precios y volúmenes importados de petróleo y gas natural licuado (GNL). 

Pésimas y sucesivas políticas energéticas, tuvieron como consecuencia que desde el año 2011 la Argentina pasara de ser un exportador neto de energía a tener déficit energético y comenzara a importar energía, sin poder revertir esta situación hasta el día de hoy

¿Se pueden aumentar las tarifas en una crisis económica, con pandemia, en un año electoral? La respuesta ya la dio la casta política, negativamente, con aumentos despreciables frente a una inflación mayor al 40%.

También entendamos que no podemos dejar afuera a todo un sector de la población que no puede pagar todo el acumulado de esa cadena de costos energéticos. Para ellos existe hoy en día una herramienta: la Tarifa Social.

Aunque la Tarifa Social cubra cierta parte del consumo a cero costo, para luego en el siguiente escalón de consumo cubra la mitad del costo, lamentablemente quienes son destinatarios de esta herramienta suelen ser quienes más consumen y menos conocen sobre ahorro energético, ya que suelen tener equipos o electrodomésticos más viejos, además de no disponer del capital necesario para ir a comprar una heladera eficiente o lámparas led, por citar un ejemplo.

Según los marcos regulatorios vigentes, es el Estado quien decide otorgar subsidios a usuarios o regiones, y los mismos deben estar limitados en el tiempo, ser explícitos, y contar con recursos en el presupuesto de cada año, de manera que su costo no altere el funcionamiento de la industria.

A pesar de esto, la Argentina afronta una política de subsidios que ha sido un problema sin solución durante los últimos 20 años.

A la salida de la convertibilidad, pasamos de un sistema donde los precios y tarifas reconocían precios de prestación, a un congelamiento de tarifas y precios, quizás el más largo de la historia, que funciona como una “tarifa social generalizada” la cual minimizó los errores de exclusión -no dejamos a nadie afuera-, pero tuvo un enorme error de inclusión con un costo fiscal enorme.

¿Cuál fue el costo de la política de subsidios entre 2003 y 2015? 

A partir de 2005, la inflación empezaba a tener dos dígitos y el costo de los subsidios comenzaba a ser relevante, hasta alcanzar un pico en 2015, donde los subsidios llegaron a U$S 17.000 millones anuales.

El costo fiscal de la política de subsidios en el 2014 fue equivalente al déficit fiscal de la Argentina. Para ser más claros: si no se aplicaban subsidios a la energía, la Argentina no tenía déficit fiscal. Por otro lado, la política de tarifas y subsidios en una EMERGENCIA PERMANENTE -18 de los últimos 20 años- desincentivó la inversión, la producción de energía cayó, y la misma fue reemplazada con importaciones que demandaron en 2014 el equivalente al saldo comercial de la Argentina de ese año. Dicho de otra forma: si no importábamos combustibles, la Argentina no tenía déficit en la balanza comercial.

Ausencia de inversiones derivaron en una peor calidad del servicio. La frecuencia de los cortes en el AMBA en 2015 triplican los del año 2000 y la duración de dichos cortes se multiplica por 5. Toda esta ola de subsidios se da en un contexto donde literalmente había crecimiento económico y la gente podría haber afrontado aumentos paulatinos.

Se generó una enorme distorsión en los precios de consumo, descartando cualquier idea de Eficiencia Energética. Además distorsionaron las decisiones de inversión, las cuales sólo funcionaron a partir de planes estímulos o incentivos a la oferta, que intentaban reactivar una inversión privada que veía un escenario de alto riesgo.

El ajuste en la administración de Mauricio Macri era inevitable. Al dejar el gobierno, entregó en 2019 los subsidios en U$S 4.700 millones, habiéndolos reducido en un 72%. Por supuesto que esto, entre tantas otras decisiones, tuvo implicancias en el resultado electoral.

Sin embargo, el inicio de la actual administración, SIN PANDEMIA, trajo bajo el brazo la misma receta del 2003 a 2015: emergencia, congelamiento e intervención de los entes reguladores.

En abril 2019, los subsidios a CAMMESA cubrían el 32% de los costos, mientras que hoy cubren poco más del 60% y el proyectado para fin de año estará en torno al 70%, resultando en U$S10.000 millones

Estamos repitiendo la receta del pasado, pero a una velocidad mayor, porque la inflación crece a pasos agigantados. 

Ley de Subsidios a las Zonas Frías y Cálidas

Los subsidios como están planteados actualmente, no son distributivos sino que favorecen a los usuarios de mayor poder adquisitivo. El 34% de los hogares no están conectados a la red de gas. ¿Cómo puede beneficiarse de una tarifa de gas subsidiada ese usuario que no se encuentra conectado a la red? 

Irónicamente, 2,8 millones de usuarios conectados a la red de gas natural que no forman parte de ningún grupo vulnerable, pagarán el gas a menos de un cuarto del valor que abona un usuario de gas en garrafa.

Los usuarios que utilizan garrafa, si quisieran tener un nivel de confort similar a los que se encuentran conectados a la red, gastarían entre 4 y 6 veces más dinero que los beneficiados por la ampliación de la zonas frías, pese a no estar contemplados en ningún grupo vulnerable.

Ese hogar que paga su garrafa -además de pagar impuestos y el IVA en  los alimentos o cualquier bien que consume- ayuda a cubrir la tarifa de los usuarios que se encuentran en una situación más favorable.

En los siguientes gráficos podemos observar a la izquierda las provincias beneficiadas con la nueva ley -impulsada por Máximo Kirchner– y a la derecha el nivel de incidencia de pobreza en Argentina:

El resultado es trágico y obvio: las zonas más pobres del país deben subsidiar a las zonas beneficiadas por la nueva ley. Bajo el esquema de subsidios cruzados planteado en la modificación para zonas frías, los usuarios de la red de gas van a pagar un recargo fiduciario por su consumo para financiar que las zonas frías tengan gas más barato.

Para financiarlo, habrá un aumento en los cargos que pagan las PYMEs, las estaciones de GNC, grandes industrias, usinas térmicas y otros usuarios. Como consecuencia, va a volver a subir el costo mayorista de la electricidad.

Es decir, los hogares pobres conectados a la red eléctrica van a tener que pagar un cargo adicional por el gas usado en generación térmica para financiar a los usuarios de algunas localidades que van a ser beneficiados con la extensión del subsidio patagónico. Inédito.

Como si fuera poco, también están preparando otro proyecto -de otro brillante diputado kirchnerista por supuesto- para que se otorguen rebajas de tarifas eléctricas en “zonas cálidas”, el cual ciertamente ya recibió aprobación de la oposición. 

¿Qué podemos resaltar y concluir de todo esto? 

El aumento de tarifas tiene un costo político, social y económico insoslayable. Es importante instalar en la sociedad la idea de que quien consume la energía tiene que pagarla por lo que vale, como fue durante muchas décadas y como ocurre en todo el mundo.  

La salida de la pandemia va a dejar un enorme porcentaje de la población, mayor al actual, por debajo de la pobreza. Urge pensar una política pública de subsidios consensuada por todo el arco político, incorporando al debate a los diversos profesionales que posee la Argentina en materia energética, ya que este problema no se soluciona ni en uno, ni en dos periodos de gobierno.

Esta política debería tener en consideración la eficiencia en el gasto, transformando los subsidios generalizados existentes a la oferta, en subsidios a la demanda con una fuerte campaña de concientización sobre el esfuerzo fiscal que realizan el Estado y los contribuyentes para financiar esos subsidios. Para lograr esa eficiencia en el gasto, debe existir un mecanismo de focalización bien aceptado, que disminuya los errores de inclusión que tenemos actualmente

La herramienta de hoy es la tarifa social, que cubre a jubilados, pensionados, discapacitados, receptores de AUH, etc., y la misma focaliza en base a atributos y criterios sociales objetivos, minimizando errores de inclusión cruzando bases con el registro de inmuebles o del automotor.

Necesitamos salir del congelamiento tarifario eterno, que tiene un costo fiscal cada vez mayor y pone en jaque el funcionamiento de la cadena energética. La extensión en el tiempo de los subsidios va en detrimento del futuro del sector energético y la inversión en él.

Toda esta política de socialismo energético aleja a las personas de la realidad. Nadie va a pagar por una máquina eficiente o por una heladera nueva si la electricidad no es un costo significativo en su canasta industrial o familiar. Esta pésima asignación de recursos genera derroches de energía.

Volviendo más reales los costos, podríamos incentivar la eficiencia energética, un concepto casi inexistente en la Argentina. Esto podría implementarse con un reemplazo de máquinas viejas por equipos más eficientes (motores, heladeras, calefones, etc), lo que produciría significativos ahorros para la economía de los hogares, las industrias, e incluso para las arcas del Estado.

Tenemos todas las herramientas para financiar una correcta política de eficiencia energética y reactivar al mismo tiempo la industria nacional, mientras a la vez se pueden permitir aumentos en las tarifas sin afectar de manera excesiva a los usuarios finales. Sólo falta la voluntad política de hacerlo.

Que quede claro, de no pagar las tarifas con subsidios, los pagaremos con impuestos, lo cual es igual de grave. 

Los subsidios son “parches” que no solucionan ningún problema. Por el contrario, se deberían generar mejores incentivos que fomenten la inversión en la industria para volver al autoabastecimiento energético perdido. Un crecimiento en la producción de gas, acompañado de una disminución impositiva, permitiría a los usuarios obtener precios equilibrados en las facturas.

Si no corregimos esto a tiempo, las distribuidoras dejarán de pagar la energía que venden y, en consecuencia, el problema escalará desde las empresas de transporte y distribución al resto del sistema (producción y generación), el cual se encaminará a la cesación de pagos. Esa situación es la cual debemos evitar llegar.

Por los Ing. Nicolás Pierri y Candela Sol Silva, de CAUSA Argentina, para La Derecha Diario

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El radicalismo se enojó con el kirchnerismo por "mancharle" la marcha universitaria y no le dio quórum para votar una suba del presupuesto

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“La marcha se desvirtuó”: el día después a la masiva movilización universitaria, militantes estudiantiles de Franja expresaron su descontento porque referentes de UxP coparon la Plaza de Mayo y politizaron la movilización.

El bloque de Unión por la Patria (UxP) pidió este miércoles una sesión especial para discutir proyectos vinculados al financiamiento de la universidad pública, como la suba de su presupuesto, la reintroducción del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y cambios en la movilidad jubilatoria.

Sin embargo, y a pesar de que menos de 24 horas antes habían marchado juntos para pedir más fondos para las universidades públicas, una gran parte de la Unión Cívica Radical (UCR) no bajó al recinto y se negó a darle quórum al kirchnerismo.

Y es que, sacando al sector amigable con el gobierno de Javier Milei del radicalismo, el sector que responde a Emiliano Yacobitti está molesto con el kirchnerismo por haberle "manchado" la movilización del martes con la presencia del exministro Sergio Massa, del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, Madres de Plaza de Mayo y hasta la CGT.

Con cinco legisladores menos de los necesarios para abrir el debate en mayoría, el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, dio por caída la sesión al no haber suficientes diputados sentados en sus bancas. Cuando la sesión ya estaba levantada, se sumó Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, y Gabriela Brouwer de Koning, de la UCR, pero todavía estaban lejos de los 129 presentes requeridos para empezar una sesión.

Hacemos Coalición Federal, el bloque de Miguel Ángel Pichetto, tampoco dio quórum con todo su espacio, y le propuso al kirchnerismo postergar la convocatoria de la sesión para después del debate de la Ley Bases. La fecha que se barajó fue el 8 de mayo, con la idea de que para ese momento las reformas de Milei ya hayan superado la Cámara de Diputados y no haya conflictos. Sin embargo, UxP quiso llevar al recinto la épica de la movilización universitaria y se rehusó a modificar su cronograma.

Descontento en Franja Morada por la presencia del kirchnerismo

En las filas de Franja Morada esperaban que agrupaciones estudiantiles kirchneristas hicieron presencia en la marcha, pero no les gustó nada que el kirchnerismo, especialmente referentes nacionales de Unión por la Patria participaran y se llevaran el foco de atención. Además, el kirchnerismo copó la Plaza de Mayo, en vez de las agrupaciones universitarias.

Las agrupaciones políticas se mandaban por calles internas y llegaban directo a la Plaza de Mayo. Entonces las universidades, que veníamos todas juntas, nos planchamos ahí”, admitió Francisco Grecco, referente estudiantil en Ciudad Universitaria.

La marcha de desvirtuó, se metieron un montón de grupos políticos que no tenían nada que ver. Después vimos en la tele que había hablado una madre de Plaza de Mayo. Hubiese estado bueno que no se mezclaran las consignas para que el mensaje fuera claro. Por eso nosotros llevamos un libro o apuntes”, acotó en una entrevista para LA NACIÓN.

LA NACIÓN también confirmó la bajada política de los profesores el día después de la marcha. Este miércoles, antes de ingresar a dar clases en un aula de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA (FADU, también en Ciudad Universitaria), el profesor de Introducción al Pensamiento Científico, Ricardo Ibáñez, habló la convocatoria de ayer.

“Hace más de 30 años que soy docente, fui a varias marchas universitarias en la época de De la Rúa, de Menem. Recuerdo especialmente una muy grande contra el recorte de presupuesto universitario de López Murphy" aseguró, obviando que Massa les congeló el presupuesto por 18 meses con una inflación de más del 200% y no marcharon ni una sola vez.

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La Corte Suprema vuelve a rechazar otro recurso en contra del DNU de Javier Milei

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Los cuatro jueces del tribunal supremo han rechazado un recurso de per saltum presentado por el abogado Andrés Gil Domínguez contra el decreto desregulador, argumentando que no había un caso concreto, una causa o una controversia que justificara su intervención.

En una decisión unánime, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha declarado inadmisible un "per saltum" presentado por el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez contra el DNU 70/23 impulsado por el presidente Javier Milei. La fundamentación principal del rechazo radica en la ausencia de un "caso concreto", "causa" o "controversia" que justificara la intervención del tribunal en este asunto.

El recurso presentado por Gil Domínguez buscaba promover un "proceso autosatisfactivo", instando a la Cámara de Diputados y al Senado de la Nación a que abordaran de manera inmediata el tratamiento del DNU 70/23, con el fin de su aprobación o rechazo en un plazo máximo de 30 días, según lo establecido por la ley 26.122.

Este reclamo llegó a los tribunales después de que fuera rechazado inicialmente por el Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal N°1, a cargo de Rodolfo Facio, quien desestimó el planteo por ausencia de legitimación activa y falta de "caso" o "controversia".

El fallo de la Corte Suprema, dado a conocer ayer, cuenta con las firmas de los cuatro integrantes del máximo tribunal: Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. En su decisión, los ministros argumentaron que la petición de Gil Domínguez no presentaba una afectación concreta y particularizada, por lo que las razones esgrimidas por el demandante resultaban "insuficientes" para configurar un caso o controversia.

Esta decisión de la Corte Suprema refleja un patrón similar al de casos anteriores relacionados con el DNU de Milei. La Justicia rechazó de manera unánime, hace unos días, dos planteos contra el DNU 70/23 de Javier Milei, argumentando que no existía un "caso concreto", "causa" o "controversia" que justificara su intervención.

Uno de los fallos corresponde al recurso extraordinario presentado por el abogado Jorge Rizzo, en representación de la Asociación Civil Gente de Derecho, en diciembre de 2023, poco después del anuncio del decreto en cadena nacional por parte del presidente, solicitando la anulación total del DNU.

Por otro lado, la misma pretensión tuvo la medida cautelar presentada por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, a través de sus representantes legales Raúl Ferreyra y Eugenio Zaffaroni, quienes en febrero de este año promovieron una acción declarativa de certeza contra el Estado Nacional con el objetivo de poner fin al estado de incertidumbre derivado de la supuesta "inconstitucionalidad" del decreto.

El presidente del tribunal, Horacio Rosatti, ha expresado en diversas ocasiones que es necesario darle tiempo a la política para resolver estos asuntos, aunque ha dejado claro que, si no se resuelven, lo hará la Justicia. Rosatti ha manifestado su preferencia por evitar la judicialización prematura de temas políticos.

Sin embargo, aún quedan pendientes otros reclamos relacionados con el DNU, siendo el más significativo el referido a la reforma laboral incluida en el Capítulo IV del mismo, que tiene como objetivo eliminar el trabajo en negro y modernizar el mercado laboral. Además, según un relevamiento, la Corte tiene cerca de 30 reclamos de 16 provincias que reclaman por recortes de fondos, sumando un total de aproximadamente 1.000 millones de dólares.

Por otro lado, Javier Milei anunció la semana pasada a través del Boletín Oficial su propuesta para que Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla integren la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en reemplazo de la vacante dejada por Elena Highton de Nolasco y el cupo que se abrirá debido a la jubilación de Juan Carlos Maqueda, respectivamente. Este anuncio abre un período de quince días para que la ciudadanía y diversas organizaciones presenten sus posturas respecto a los candidatos propuestos, antes de su eventual designación por el Senado.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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Furor por el nuevo libro acerca de Milei escrito por Nicky Márquez y Duclos: Su vida, su historia y su ascenso al poder

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El libro escrito por Nicolás Márquez y Marcelo Duclos será distribuido en más de 15 países y tendrá su presentación el 8 de mayo en la Feria del Libro. En él, se recrea la vida, el contexto histórico y el rápido ascenso del primer presidente libertario del mundo.

El libro "Milei, la revolución que nadie vio venir" ofrece una visión única del fenómeno político encarnado por Javier Milei. Desde sus raíces biográficas hasta su ascenso como figura central en la política argentina, el texto abarca no solo una biografía, sino también una reconstrucción del contexto histórico y la difusión de un conjunto de ideas y autores en su mayoría desconocidos.

Los autores, Nicolás Márquez y Marcelo Duclos, se propusieron describir la trayectoria vital, profesional e ideológica del presidente, así como su ascenso meteórico y el impacto que ha tenido en la política tanto dentro como fuera de las fronteras argentinas.

El libro busca enmarcar a Milei dentro del contexto de sus ideas políticas y económicas, definiéndolo como un liberal libertario de la Escuela Austríaca. Esta perspectiva lo posiciona en una visión más radical y disruptiva que el liberalismo tradicional argentino. La obra, editada por Hojas del Sur y que estará disponible en las librerías a fin de mes, explora cómo Milei desafió las categorías políticas convencionales, generando desconcierto y a la vez atracción, tanto en Argentina como en el extranjero.

Milei, la revolución que no vieron venir” reconstruyó el ascenso vertiginoso de Milei, basado en un carisma extraordinario, un estilo provocador y una habilidad para desafiar las normas políticas y económicas establecidas. El libro explora cómo su capacidad para generar debate y confrontación lo convirtieron en un referente para aquellos que buscaban alternativas a los sistemas políticos tradicionales, dentro y fuera de Argentina.

Milei encarna más que un simple cambio de gobierno, representa un cambio de era. Va más allá de la mera alternancia política prevista en la Constitución. Por eso usamos la palabra ‘revolución’ en el libro. Marca un punto de inflexión en Argentina que desconcierta a todos”, expresó Nicolás Márquez. Se estima que el libro sea presentado el 8 de mayo a las 20:30 en la Sala Cortázar de la Feria del Libro.

En esta perspectiva, Marcelo Duclos afirmó: "Javier Milei ha trascendido las fronteras de Argentina, ya no hay dudas al respecto. No se trata solamente del presidente argentino o del representante del liberalismo en el país, sino que, probablemente sin pretenderlo, se ha convertido en un referente de las ideas de libertad en el mundo occidental".

Por su parte, Nicolás Márquez agregó que "si Milei tiene éxito, indudablemente generará un efecto dominó a nivel global, ya que se convertirá en un punto de referencia, y surgirán fenómenos similares en otras partes del mundo".

En este momento, el libro se encuentra en preventa en 12 países, pero recientemente se han sumado cuatro países más a la lista. Además, se está trabajando en traducirlo al portugués, italiano, inglés y polaco, ampliando así su alcance y llegando a un público aún más diverso.

Tapa del libro junto a sus dos autores, con prólogo de Agustín Laje.

Nuevamente, como señala Duclos, Javier Milei se ha convertido en un fenómeno que ha trascendido las fronteras de Argentina. Ya no se trata solamente del presidente argentino ni del representante del liberalismo en el país, sino que, probablemente sin pretenderlo, se ha convertido en un referente de las ideas de libertad en el mundo occidental.

Lejos ha quedado la infame frase del diputado Ricardo López Murphy que lo trató despectivamente como un "fenómeno barrial", asegurando que sus ideas no podrían trascender los espacios de debate de la Ciudad de Buenos Aires. Refutándolo de una manera sin igual, Milei es un fenómeno mundial.

Es sorprendente cómo alguien que, hace algún tiempo, expresaba que "el único cargo que aceptaría en la política sería la dirección del Banco Central para cerrarlo", ahora sea objeto de tanta atención y demanda en el mundo libre.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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