Varios tanques de plástico negro envueltos en plástico transparente están alineados en un área al aire libre con vegetación densa al fondo.
POLÍTICA

Crisis por combustible: alcalde masista fue arrestado por revender diésel

La autoridad del régimen comercializaba el combustible cuadruplicando su costo.

El alcalde de Mapiri, Alfredo Apaza, fue arrestado luego de ser acusado de acopiar ilegalmente más de 7.000 litros de diésel en predios municipales. Según la imputación formal, la autoridad enfrentará cargos por uso indebido de bienes del Estado y almacenaje ilegal de combustible.

La detención se llevó a cabo tras una denuncia de comunarios. Estos alertaron a las autoridades sobre la existencia de grandes cantidades de diésel almacenadas en tanques de agua dentro de la Alcaldía.

El comandante departamental de la Policía de La Paz, Gunther Agudo, confirmó la detención de Apaza y explicó que el caso se encuentra en manos de la Fiscalía. Según las investigaciones preliminares, el alcalde revendía el diésel a Bs 12 por litro, cuando el costo subvencionado en el país es de Bs 3,72.

Las pruebas en contra de Apaza incluyen testimonios de comunarios y documentos que lo vinculan con la compra y almacenamiento ilegal del combustible. La Fiscalía también investiga si hubo otros funcionarios involucrados en la operación. De momento, los predios de la Alcaldía han sido precintados y las autoridades avanzan con las diligencias judiciales.

El presidente del Control Social de Mapiri, William Espinoza, señaló que el alcalde intentó justificar el almacenamiento de diésel. En su excusa aseguraba el carburante pertenecía a una empresa constructora que realizaba trabajos en la zona. Esta versión fue desmentida luego de que Espinoza se contactara con el supuesto dueño del combustible, quien negó haber dejado el carburante en la Alcaldía.

Una calle transitada con varios vehículos estacionados y una persona caminando con un perro frente a una estación de servicio.
Largas colas en los surtidores | La Derecha Diario

Este caso ha generado indignación en la población, ya que ocurre en un contexto de crisis de combustible en Bolivia. En varias ciudades del país, transportistas y ciudadanos enfrentan largas filas para abastecerse de gasolina y diésel. Esto ha generado protestas y exigencias de soluciones inmediatas al Gobierno.

En La Paz y El Alto, conductores han llegado a esperar hasta tres días para obtener combustible. La falta de diésel ha afectado la salida de buses interdepartamentales desde la terminal terrestre y ha golpeado a sectores productivos que dependen del transporte de carga. Dirigentes del transporte pesado han anunciado reuniones para evaluar medidas de presión ante el incumplimiento de acuerdos gubernamentales sobre el abastecimiento de carburantes.

¿Al régimen no le importa la crisis?

Una fila de camiones cisterna estacionados en una carretera bajo un cielo nublado.
Transportistas afectados | La Derecha Diario

La crisis se ha agudizado en medio del feriado de Carnaval. En Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, los surtidores han registrado largas filas de vehículos desde la madrugada. Muchos conductores han pasado la noche en vigilia esperando la llegada de cisternas. La escasez ha reducido el flujo de transporte público, afectando a miles de ciudadanos.

El Gobierno masista, a través de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), ha asegurado que existe un plan de contingencia para garantizar el suministro. Sin embargo, las largas filas y la molestia de los transportistas indican que el problema persiste. Desde la terminal de buses de La Paz, varias empresas de transporte interdepartamental han reportado retrasos en sus servicios debido a la falta de diésel.

La ANH intensificó operativos para frenar el mercado negro de combustibles. En los últimos meses, se han incautado más de 451.000 litros de carburantes vendidos de manera ilegal y se han detenido a más de 300 personas por su comercialización clandestina.

No obstante, el problema sigue extendiéndose en municipios como Mapiri, Yapacaní y Villa Tunari. Los revendedores aprovechan la escasez para ofrecer diésel a precios elevados.

El panorama es preocupante para el sector productivo. Agricultores y transportistas han advertido que la crisis de combustible podría afectar el abastecimiento de alimentos y el transporte de carga a nivel nacional. Las autoridades han pedido paciencia y aseguraron que se trabaja en soluciones a corto plazo.

El caso del alcalde de Mapiri refleja una realidad preocupante. En lugar de buscar solucionar la crisis, las autoridades del régimen parecen aprovecharla para su propio beneficio. A pesar del descontento generalizado y las advertencias de los sectores afectados, el Gobierno mantiene un discurso de calma, pero sin ofrecer soluciones concretas. La crisis continúa, pero al masismo le preocupa más proteger a sus aliados que garantizar el abastecimiento de diésel y gasolina para la población.

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