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China

Fracaso y papelón de Macron en China: Fue a rendir pleitesía a Xi Jinping y volvió con las manos vacías

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El presidente de Francia viajó a Beijing en busca de negociar “mano a mano” con Xi Jinping sin la influencia de Washington para acabar con la guerra en Ucrania, pero el dictador comunista chino lo manipuló a su gusto y tuvo que regresar a París sin logros concretos.

Emmanuel Macron está intentando desesperadamente llenar el vacío de poder que deja Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. Aprovechándose de su incapacidad para cumplir el rol de regulador de las relaciones internacionales, como vienen siendo todos los mandatarios norteamericanos desde la caída del Muro de Berlín, el líder francés viajó a Beijing el pasado miércoles con el objetivo de negociar de igual a igual con el dictador chino Xi Jinping.

Sin embargo, en su visita de tres días a la capital china, quedó más claro que nunca que Macron no está a la altura de las circunstancias, y debió regresar a Francia con las manos vacías y promesas vagas que todos saben que el Partido Comunista Chino no cumplirá.

En la agenda de Macron estaba como primer punto disuadir a China de apoyar la invasión rusa de Ucrania, creyéndose que si lograba persuadir a Xi donde Biden no tuvo éxito ganaría un tremendo capital político. Desde ya, logró lo imposible: fracasar más que el propio anciano presidente estadounidense.

Sé que puedo contar con usted para llevar a Rusia a entrar en razón y a todos a la mesa de negociaciones“, le dijo Macron a Xi durante la reunión bilateral que tuvieron fuera del Gran Palacio del Pueblo. “La agresión rusa en Ucrania ha asestado un golpe a la estabilidad internacional“, completó.

Además, Macron señaló que Rusia había “puesto fin a décadas de paz en Europa” y que encontrar una “paz duradera” que respetara las fronteras internacionalmente reconocidas era “un tema importante para China, tanto como lo es para Francia y para Europa“.

Por su parte, Xi aseguró que China estaba lista para “emitir un llamado conjunto” con Francia para que la comunidad internacional “ejerza moderación” y “evite tomar medidas que puedan provocar que la crisis se deteriore aún más” y, de este modo, lograr “conversaciones de paz lo antes posible“.

Sin embargo, no han habido novedades sobre este tema y todo parece que China no firmará el comunicado de Francia o en el mejor de los casos, dará un mensaje interno en medios estatales chinos. Según el portavoz de Macron, “las discusiones entre los líderes fueron francas y constructivas”, mientras que China las describió como “amistosas” y “profundas”.

Xi y Macron se dan la mano en una ceremonia de firma en el Gran Palacio del Pueblo

En su visita a China, Macron también le pidió a Xi que presione a Rusia para que cumpla con las normas internacionales sobre no proliferación de armas nucleares, donde nuevamente el dictador chino reivindicó con palabras vacías el llamado a conversaciones de paz y la oposición al uso de armas nucleares. Xi dijo que todos los países deben respetar los compromisos de no usar armas nucleares y que “no se debe librar una guerra nuclear”, pero en su declaración se negó a mencionar a Rusia.

El mandatario francés quiso rendirle pleitesía al líder supremo del Partido Comunista Chino, pensando que con esto podría ponérselo de su lado, pero falló en entender que el régimen chino solo entiende demostraciones de fuerza y se burla de quienes se arrodillan ante ellos.

Antes de finalizar, Xi Jinping se aprovechó de la situación y reiteró que las “preocupaciones legítimas de seguridad” de “todas las partes” deben tenerse en cuenta, lo cual supone un guiño a los intereses rusos.

Xi mencionó que quiere llamar al presidente ucraniano Volodimir Zelenski “en el momento adecuado”. Desafortunadamente, el momento nunca parece ser el adecuado. No han hablado desde que comenzó la guerra, lo cual muestra el absurdo del intento europeo por congraciarse con Beijing. A la vez que se intenta hacer pasar por mediador, Xi se reúne con Vladimir Putin, el agresor, y evitar hablar con Zelenski, la víctima en el conflicto.

Ambos mandatarios tuvieron una reunión trilateral con la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, más tarde durante el jueves. En su discurso de apertura, Von der Leyen dijo que para que se restablezca la paz “necesitamos que Rusia ponga fin a su invasión y retire sus tropas de Ucrania”.

Por ello, señaló que, “como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, hay una gran responsabilidad y esperamos que China desempeñe su papel y promueva una paz justa, que respete la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, una de las piedras angulares de la carta de la ONU“.

La participación de Von der Leyen en la cumbre en Beijing deja más dudas que respuestas, y los símbolos hablan por sí solos. En primer lugar, la máxima líder europea aceptó viajar a Beijing tras recibir una invitación de último minuto de Macron.

Además, su recepción fue mucho más fría que la de Macron. Tenía un itinerario limitado y ninguna invitación al banquete organizado por Xi para los representantes franceses.

Por último, la mesa en la que discutieron Xi, Macron y Con der Leyen fue colocada de manera tal que los tres estaban separados por una gran distancia, lo cual, en la arena internacional, dice mucho de la temperatura de las relaciones. Como si esto fuera poco, recientemente, los medios estatales chinos la han atacado por ser una “marioneta estadounidense”.

Reunión trilateral entre Emmanuel Macron, Xi Jinping y Ursula von der Leyen en una mesa dispuesta de tal manera que los separa ampliamente a los tres

China siempre intenta enmarcarse como un agente de paz, pero sus intereses rara vez se alinean con la no proliferación bélica. Recientemente, Xi propuso un plan de paz de 12 puntos para la crisis de Ucrania. Sin embargo, el plan ha sido rechazado en gran medida por Occidente debido a la negativa de China a condenar a Rusia por invadir a su vecino.

No solo que China se ha negado a condenar la invasión rusa, sino que también ha continuado estrechando sus lazos económicos y diplomáticos con el Kremlin durante el último año, incluida una visita de Estado de Xi a Moscú el mes pasado.

Esto deja claro dos cosas: que la prioridad de Xi siempre van a ser los intereses de su régimen, y que la guerra de Ucrania le sienta cómoda por el momento. Por un lado, desvía la atención de los países occidentales del Indo-Pacífico y, por el otro, proporciona grandes beneficios económicos en términos de hidrocarburos baratos traídos desde Rusia.

Básicamente, después de más de un año de guerra y un masivo paquete de sanciones contra Rusia, China está financiando efectivamente la invasión de Putin a través de un comercio especial con los rusos, créditos preferenciales para Moscú e inversiones en infraestructura en todo el país.

Se avecina un cambio que no ha sucedido en 100 años y estamos impulsando este cambio juntos“, dijo Xi en alusión a su relación con Rusia. “China todavía ve a Europa como un polo independiente en un mundo multipolar, y apoya sus esfuerzos para lograr la autonomía estratégica“, dijo en su conferencia de prensa. Esto deja claro que el objetivo de Xi es tratar de alejar a Europa de Estados Unidos, y ve y utiliza a Macron como una herramienta útil para ese propósito.

Xi Jinping y Emmanuel Macron caminan delante de las tropas durante una ceremonia oficial en el Gran Palacio del Pueblo

Argentina

Base China en Neuquén: Los vecinos denuncian un hermetismo total y efectivos militares en suelo argentino

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Un especial de TN logró grabar por primera vez las caras de los operarios de la base espacial china, y son miembros del Ejército Popular de Liberación, la rama militar del Partido Comunista Chino.

En medio del desierto neuquino, la Estación de Espacio Lejano China aparece como un punto de extrema curiosidad para los locales que viven en las zonas lindantes. Si bien la base tiene fines científicos, o al menos eso prometieron cuando Cristina Kirchner en 2012 les cedió el terreno por 50 años, la estación depende del Ejército Popular de Liberación del Partido Comunista Chino.

Esto queda clarísimo para los vecinos de la zona, que denuncian que la base, que supuestamente debería tener solamente 8 científicos chinos operando allí dentro, tiene mucho movimiento militar. China se escuda en que la Administración Nacional Espacial China (CNSA) que opera la base es una rama de sus Fuerzas Armadas, y por eso todos los operarios son integrantes del Ejército.

Pero esto no convence a los expertos: Argentina tiene múltiples bases espaciales de otros países, pero todas son operadas de manera remota, y el personal en las bases siempre son de nacionalidad argentina, y en general empleados de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). En este caso, militares chinos son volados desde el continente asiático a la Argentina para operar la estación.

En este caso, si bien la CONAE y el Ministerio de Defensa argentino pueden hacer inspecciones de la base, prácticamente nunca se ha hecho, y definitivamente nunca se ha hecho por un gobierno no alineado al kirchnerismo, que tomó la decisión original de cederle territorio nacional.

Si bien la Embajada china ha asegurado que cualquier argentino puede pedir una visita guiada de la estación, por el momento nadie lo ha hecho. El equipo de TN intentó hacerlo esta semana, pero fue tajantemente rechazado.

Un notero de TN logró acercarse hasta el portón principal, y al tocar un timbre, apareció un oficial de la policía neuquina que tienen una garita justo fuera de la base para tomar los datos del periodista. Tras consultar por unos minutos, el policía quedó grabado diciendo que era necesario solicitar un permiso a la embajada de China en la Argentina.

Mientras el periodista hablaba con el policía, se captó a dos militares chinos que habían salido del “hotel” que existe dentro del complejo llegar en un auto blanco hasta la puerta para averiguar qué era lo que sucedía. Casi sorprendidos por encontrarse con un periodista, le informaron a que el pedido de ingreso correspondía a la CONAE, el órgano nacional dependiente de Jefatura de Gabinete que está a cargo de las inspecciones técnicas a la base.

En un breve diálogo de unos 10 minutos y en un español muy básico, estas dos personas aseguraron que, aunque vestían atuendos militares, no eran soldados sino ingenieros, que lo único “que se hace en la estación es estudiar la luna”, y confirmaron que no hay argentinos viviendo en la base espacial.

La grabación de TN se trata de la primera vez que se ve el rostro de las personas que allí trabajan. Ambas personas fueron confirmadas como miembros del Ejército Popular de Liberación, la rama militar del Partido Comunista Chino, creadas en 1927 por Mao Tse Tung.

Las preocupaciones de los vecinos

“No sabemos cuántos son, prácticamente no los vemos en el pueblo, no interactuamos con ellos, es todo muy hermético”, relató Alfredo “Chucho” Garrido, exconcejal de Las Lajas, un pequeño municipio a 50 kilómetros de la estación espacial que es el pueblo más cercano que hay de la base.

Garrido continuó explicando: “El camino de tierra que se desprende de la Ruta 40 y que lleva hasta la base espacial no tiene ninguna señalización de la instalación. No hay carteles, indicaciones ni mucho menos banderas chinas, algo que sí se podía ver durante los años de construcción. Las cámaras de seguridad empiezan a estar a la vista a unos 70 metros del predio. La vigilancia es total“.

Los elementos que hacen que haya dudas en torno a la estación radica en el contexto en el que fue firmado el proyecto, la falta de control y la falta de saber realmente el uso que se le da a la antena y los beneficios que esta antena traía para todos los neuquinos no son tales”, aseguró Nicolás Montero, concejal de Neuquén.

Por su parte, Martín Pedemonte, docente universitario y referente político de la región de Zapala, aseguró que originalmente las autoridades provinciales y nacionales habían prometido a los pueblos lindantes que la base traería beneficios económicos para los locales. “El impacto económico que tuvo en Neuquén fue casi nulo”, sentencia.

Prometieron mayor movimiento económico, que las escuelas iban a poder usar el gimnasio, que iba a haber más servicios y movimiento de turismo y educación, pero nada se vio reflejado”, concluyó.

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China

Atraparon a un chino intentando entrar a una base militar en California y sospechan que se trata de un espía comunista

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Crecen las sospechas de una masiva infiltración de espías chinos en suelo estadounidense. Solo en los últimos 6 meses, ingresaron a Estados Unidos unos 22.000 chinos indocumentados vinculados al Partido Comunista Chino.

Un ciudadano chino sin los documentos para estar en los Estados Unidos fue atrapado intentando ingresar a una base militar del Cuerpo de Marines en California. Según confirmaron autoridades locales, el hombre condujo hasta la base en auto e intentó escabullirse.

Al ser encontrado por los marines, se negó a salir y debió ser removido por la fuerza tras un enfrentamiento. “A pesar de que el personal de seguridad de la instalación le pidió que saliera por la puerta Cóndor, el individuo entró en la instalación sin autorización. Las autoridades militares fueron notificadas inmediatamente y detuvieron al individuo“, dijo un portavoz del Comando de Entrenamiento y Educación del Cuerpo de Marines. 

Según reportes del canal de noticias local News Channel 3, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (USCBP, por sus siglas en inglés) verificó el arresto, revelando que el individuo se encontraba en el país ilegalmente.

El agente jefe de patrulla de la USBP, Gregory K. Bovino, recurrió a la plataforma de redes sociales X para compartir una foto del individuo detenido, enfatizando que el individuo ingresó a la base sin permiso e ignoró las órdenes de salir.

Aún se están investigando el propósito y la intención detrás de sus acciones“, escribió Bovino, a medida que surgen fuertes interrogantes acerca de la persona detenida. El hecho de que haya logrado entrar sin documentos, y haya sabido la ubicación de la base y haya logrado acercarse en auto y luego saber las vías de ingreso para intentar hacerlo de manera sigilosa, despierta severas dudas acerca de si se trata de un espía del Partido Comunista Chino (PCCh).

Si bien este tipo de infiltraciones de espionaje quedaron en el pasado, y hoy en día China concentra sus ataques en hackeos cibernéticos contra la infraestructura de los Estados Unidos, los republicanos en el Congreso vienen denunciando hace años una alta cantidad de ciudadanos chinos en el país que han sido identificados como parte de la inteligencia del PCCh.

La base militar estadounidense en Guam, por ejemplo, enfrenta serias preocupaciones de seguridad nacional después de informes de un número cada vez mayor de ciudadanos chinos que ingresan ilegalmente a la isla

El presidente de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Mark Green, expresó su preocupación por esta tendencia creciente y afirmó: “Simplemente no sabemos con qué propósito vienen estos individuos“.

Los inmigrantes chinos son actualmente el grupo de más rápido crecimiento que intenta cruzar la frontera sur hacia los Estados Unidos, infiltrándose dentro de las grandes caravanas de inmigrantes latinoamericanos.

Fox News informó recientemente sobre más de 22.000 encuentros de este tipo desde el 1 de octubre del año pasado, lo que generó preocupación entre los funcionarios estadounidenses sobre una posible infiltración de personas alineadas con los intereses del Partido Comunista Chino.

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China

China reescribe la historia para poder reclamar territorios de otros países: La estrategia a largo plazo para quedarse con todo Asia

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La dictadura de Xi Jinping tiene entre sus objetivos quitarle territorio a India, Rusia, Taiwan, Brunei, Indonesia, Japón, Malasia, Filipinas y Vietnam.

Las aspiraciones territoriales de China han ganado polémica recientemente con la actualización de su Mapa Estándar en agosto de 2023, una cartografía que es utilizada como la visión oficial del régimen para determinar cuáles son las fronteras que ellos consideran como propias.

El nuevo mapa incluye territorios actualmente en disputa con India y Rusia, así como Taiwan y vastas áreas del Mar de China Oriental y Meridional, disputadas también por Brunei, Indonesia, Japón, Malasia, Filipinas y Vietnam.

Este movimiento no solo refleja la postura del Partido Comunista Chino (PCC) frente a sus controvertidas reivindicaciones territoriales, sino que también destaca su estrategia de utilizar narrativas históricas selectivas para respaldar sus pretensiones, algo que siempre hizo pero que ahora acumuló un poder militar que cada vez más respalda estas afirmaciones.

La justificación de China respecto a sus aspiraciones territoriales se basa en una interpretación sesgada de su historia. Por dar un ejemplo, Beijing afirma que las Islas Senkaku, bajo administración japonesa pero reclamadas por China, han sido parte inherente del territorio chino desde tiempos antiguos, lo cual es mentira.

Una retórica similar se emplea para sostener su derecho sobre partes de Arunachal Pradesh en India y sobre su soberanía en el Mar de China Meridional, basándose en mapas históricos propios que no tiene respaldo geopolítico ni histórico.

A lo largo de la historia, muchas de las reivindicaciones territoriales del comunismo chino se remontan al periodo final de la dinastía Qing y a los tratados desiguales posteriores a las derrotas militares y la presión diplomática de potencias occidentales, rusas y japonesas.

La situación ha evolucionado con el tiempo. Descubrimientos de reservas de petróleo cerca de las Islas Senkaku en la década de 1970 y la devolución de estas islas a Japón por parte de Estados Unidos llevaron a China a reafirmar su reclamo sobre ellas, a pesar de haberlas reconocido previamente como parte de las Islas Ryukyu de Japón.

Además, aunque China y Rusia resolvieron una disputa sobre la Isla Heixiazi en 2004, China ha reavivado su reclamo ahora que la isla cobra una importante ventaja geopolítica, mostrando cómo el Partido Comunista retiene ciertos intereses fundamentales y espera momentos oportunos para afirmarlos.

El premio mayor: Taiwan

En cuanto a Taiwan, una reclamación constante del PCC, la unificación con la isla se ha convertido en un componente crucial de la visión política de Xi Jinping para consolidar su mandato. Esta situación no solo subraya la importancia estratégica de Taiwan, sino que también destaca cómo su identidad autónoma representa un desafío directo al relato comunista.

El problema es que la situación de Taiwan y las reclamaciones del PCC sobre diversas entidades marítimas no solo tienen implicaciones para la política interna y la autonomía taiwanesa, sino que también presentan un desafío significativo para el orden marítimo internacional.

Estados Unidos, Taiwán y Japón han ido construyendo un cordón maritimo en la zona en las últimas décadas, no solo político sino que económico y cultural, donde se intenta blindar el avance del comunismo como identidad nacional. Estas reclamaciones apuntan a desarmar este bloque.

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