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Malvinas: la historia de un reclamo vigente

Este 2 de Abril de 2020 recordamos la historia de un reclamo que sigue vigente, que llevó al conflicto armado entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña, por la soberanía de las Islas Malvinas. Cómo se llegó a la guerra y como fue su desenlace.

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Este 2 de Abril de 2020 marca los 38 años de la Operación Rosario y del inicio de las hostilidades entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña, Gales e Irlanda del Norte por la disputa de la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Orcadas del Sur.

Un conflicto que duró dos meses y doce días, se cobró la vida de 649 soldados argentinos y dejó heridos a otros 1647. Lamentablemente, la guerra no perdona y más de 350 veteranos (no hay cifras oficiales) se han quitado la vida desde 1982.

Contrario a la creencia común impuesta por una visión desmalvinizadora de sectores de la sociedad y de la política que minimizan el esfuerzo realizado por estos héroes, el conflicto marcó la historia tanto de la Argentina como del Reino Unido para siempre. 

La guerra no fue un trámite para el Reino Unido, como se dice. Los británicos también sufrieron. Y mucho. 255 soldados de Su Majestad murieron en las islas, otros 750 resultaron heridos y, corriendo la misma suerte que sus homónimos argentinos, más de 350 veteranos se suicidaron en los años posteriores, sin contar los miles que han tenido problemas psiquiátricos.


Pero, ¿qué causó el conflicto?

Remontémonos al pasado. El 3 de Enero de 1833 la Corbeta británica Clio, al mando del Capitán de la Armada John Onslow, tomó posesión de la colonia rioplatense de las Islas Malvinas, rebautizada Falklands, expulsando al Gobernador Luis Vernet y arriando el pabellón nacional. 

Esta afrenta a la soberanía de la pujante nación fue reclamada incontables veces por el gobierno argentino, con particular ahínco a partir de la administración de Julio Argentino Roca.

El 20 de Enero de 1888 el ministro de relaciones exteriores de la Argentina, Norberto Quirno Costa, en relación a la petición británica de un arbitraje sobre la disputa territorial, envió una nota de respuesta al gobierno británico, expresando:

(…) La solución no puede depender de una sola de las partes, sobre todo cuando, como en el presente caso, el gobierno de S.M.B. cerrando toda discusión, ni siquiera opta por los medios conciliatorios a los que apelan las naciones para resolver controversias como la que nos ocupa y cuyos medios fueron insinuados en la nota de fecha 2 de Enero de 1885 (…) que hoy como antes el gobierno argentino mantiene su protesta respecto a la ilegítima ocupación de las islas Malvinas, que no abandona ni abandonará sus derechos a esos territorios y que en todo tiempo, hasta que le sea hecha justicia, los considerará como parte integrante del dominio de la República Argentina, fundado en la prioridad del descubrimiento, en la prioridad de la ocupación, en la posesión iniciada y ejercida, en el reconocimiento tácito y explícito y en la adquisición por tratado de estos títulos que pertenecían a España.

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Con el nacimiento de los foros multilaterales de discusión, especialmente las naciones unidas, la República Argentina volcó sus esfuerzos diplomáticos en dicha organización.

La primera reserva argentina en las Naciones Unidas sobre sus derechos en las Malvinas fue presentada el 23 de Mayo de 1945, cuando se realizaba el debate sobre fideicomiso en la reunión del IV Comité de la Asamblea General de la Conferencia de San Francisco, previo a la fundación de la Naciones Unidas el 24 de Octubre de ese año.

“La delegación argentina formula la reserva de que la República Argentina en ningún caso acepta que el presente sistema de fideicomiso pueda ser aplicado a/o sobre territorios pertenecientes a la Argentina, ya sea que ellos estén sujetos a reclamo o controversia o estén en posesión de otros Estados.”

En las dos primeras sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1946 Argentina expuso sus derechos inalienables a las Malvinas y que no reconocía la soberanía británica sobre ellas. El Reino Unido replicó con su propia argumentación sobre que no reconocía la soberanía argentina sobre las islas.

De acuerdo a la Resolución 66/1 de la Asamblea General de la ONU del 9 de Febrero de 1946 tras la Segunda Guerra Mundial, sobre “los pueblos que no han alcanzado aún una autonomía completa”, fue confeccionada una lista de territorios no autónomos, cuyo futuro depende del deseo de los habitantes de esos territorios, reconociéndoles el derecho de autodeterminación. 

​El Reino Unido inscribió en 1946 a las islas en esa lista, en consecuencia, la ONU considera al Reino Unido como el «poder administrativo» de las islas, obligado a someter regularmente los informes a que se refiere el artículo 73 (e) de la carta de la ONU. Se trata de informes relativos a las condiciones económicas, sociales y educacionales, que deben ser presentados al secretario general. La Argentina hizo reserva de sus derechos y los reitera cada vez que el Reino Unido presenta los informes. Entre 1947 y 1963 el gobierno argentino efectuó 28 reservas.

El 3 de Noviembre de 1947 Argentina hizo una declaración en la ONU expresando:

“La Delegación Argentina deja también constancia que el nombre correcto de las islas mencionadas con el nombre Falkland en los informes del Reino Unido, es Malvinas, lo cual se encuentra ampliamente justificado por numerosos antecedentes históricos vastamente conocidos, y que no es posible tergiversar ni destruir.”

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La Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, resolución 1514 (XV), fue aprobada el 14 de Diciembre de 1960:

“5. En los territorios en fideicomiso y no autónomos y en todos los demás territorios que no han logrado aún su independencia deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresados, y sin distinción de raza, credo, ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas.”

“6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. (…)”

El 16 de Diciembre de 1965 la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución 2065. La resolución fue aprobada por 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, Sudáfrica, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos y Australia).

La Argentina consiguió con esta declaración que las Naciones Unidas tomaran injerencia en la cuestión de las Islas Malvinas, reconocieran «la existencia de una disputa de soberanía», supeditasen la solución del problema a negociaciones entre los dos países teniendo en cuenta los intereses de los isleños, dejando de lado el principio de libre determinación exigido por la resolución 1514 (XV), pues no se pidió al Reino Unido que otorgase la independencia a las Malvinas o tenga en cuenta los deseos de los isleños. Esto representó, a todas luces, la mayor victoria diplomática que hasta entonces el país había logrado.

1982, el año que todo cambió.

Mientras la administración federal se esforzaba en hacer
valer el reclamo, en nuestro país el sentimiento por Malvinas a través del
sistema educativo impartía un efusivo nacionalismo en la población que sería una
constante hasta la actualidad.

Esto es lo que llevó a que incluso un gobierno tan impopular como el de Leopoldo Fortunato Galtieri, recibiera un total y devoto apoyo del pueblo argentino y de los medios en el arriesgado empréstito de recuperar por la fuerza las Islas Malvinas.

14.500 soldados, marinos, aviadores, técnicos, mecánicos, personal sanitario y logístico se movilizaron rumbo a las islas. Comandos de la armada capturaron Port Stanley y lo rebautizaron Puerto Argentino, posiciones defensivas se establecieron a lo largo del archipiélago y la sociedad civil entera entregó lo que tenía a sus valientes soldados.

Los combates iniciaron el 1 de Mayo, con el arribo de las tropas invasoras y el inicio de una campaña de ablandamiento por parte de la Royal Air Force británica (RAF) para que las tropas nacionales se rindieran sin combatir. Ante el coraje demostrado por los argentinos, los combates aéreos se generalizaron, siendo contundente la respuesta de los aviadores argentinos. 

Para facilitar el desembarco, el gobierno británico autorizó el hundimiento del Crucero de Batalla ARA “General Belgrano”, que se hallaba fuera de la zona de exclusión delimitada, paradojicamente, por el mismo gobierno monárquico. El buque se convirtió en la tumba de 323 marinos, la mitad de todas las sufridas en la guerra.

Pero la campaña aérea de la Fuerza Aérea Argentina no tardó en llegar y le demostraría al ejército inglés la pericia de los pilotos nacionales.

Volando raso, a tan solo 20 metros del suelo para no ser detectados por los radares, los “locos” del aire iniciaron un ataque de tal envergadura que fue capaz de herir gravemente a la Royal Navy, tanto material como anímicamente.

El precio de semejante osadía fue alto, 42 aeronaves fueron destruidas y con ellos, sus pilotos se inmortalizaron en la heroicidad del gallardo sacrificio de honrar a la patria con su vida.

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En tierra, las operaciones desgraciadamente en ningún momento parecieron inclinarse en favor de las tropas argentinas. Desde ya la superioridad técnica del ejército rival era notoria, visores nocturnos, tácticas de combate bien aceitadas y perfeccionadas, una cadena de mano eficiente y un sistema de abastecimiento constante. 

El primer encuentro de envergadura se da en el Istmo de Darwin, posterior al desembarco en la Bahía de San Carlos de los efectivos militares británicos.  

El 2.º Batallón del Regimiento Paracaidista (2 PARA) inicia una ofensiva contra las 647 unidades desplegadas por el ejército argentino para defender la Pradera de Ganso. El combate tiene lugar principalmente en el Cerro de Darwin, donde los argentinos pierden 57 combatientes: 18 muertos y 39 heridos con 38 capturados. Eso representaba la mitad de los efectivos que combatían en primera línea defendiendo la posición.

En los combates subsiguientes hasta la rendición de la unidad, los muertos escalaron a los 47 y los heridos a 98.  Por su parte, oficialmente, los paracaidistas lamentaron 17 muertos (entre ellos su comandante, Herbert Jones) y 66 heridos, pero los oficiales argentinos aseguran que al momento de la rendición los mandos británicos les confesaron que habían sufrido 250 bajas, sin precisar cuántos eran muertos y cuántos heridos. Esto toma sentido si tenemos en cuenta que la unidad argentina solo capituló tras recibir amenazas por parte de los enemigos de que tomarían represalias contra los prisioneros que tenían en su poder si no se cesaban las hostilidades de inmediato.

Posteriormente los comandos argentinos protagonizaron combates como los de Top Malo House y la batalla del Monte Kent, el primero con victoria argentina y el segundo con un resultado poco satisfactorio para el mando nacional.

El combate de Many Branch Point, el asalto a la base de patrullas del 3.º Batallón del Regimiento Paracaidista (3 PARA) cerca del Puente Murrell, la reconquista de Monte Wall y una emboscada exitosa en el centro del Río Murrell son otros de los operativos exitosos donde las fuerzas especiales participaron. 

El 11 de Junio las FF.AA. británicas emprendieron su ataque final contra Puerto Argentino, mediante ataques nocturnos sobre la línea de defensa argentina constituida por los montes Longdon, Harriet y Dos Hermanas.

El Teniente 1.º Jorge Alejandro Echeverría —oficial de inteligencia del Regimiento 4 «Monte Caseros»—, recordó que durante los días 9, 10 y 11 de Junio, los británicos aumentaron la intensidad de su fuego de ablandamiento. Dos hombres murieron en sus posiciones en Harriet ante impactos directos de artillería. «El regimiento tuvo arriba de veinticinco heridos y dos muertos en este fuego de preparación.»

En las batallas de los montes Harriet y Dos Hermanas los británicos vencieron con 10 marines reales muertos y 50 heridos, y no sin una firme resistencia argentina. ​La actuación de un solo francotirador argentino (Cabo Roberto Basilio Baruzzo) perteneciente a la Sección de Apoyos Especiales del Regimiento 12 detuvo, durante horas, el ataque de la Compañía Kilo de marines reales del 42.º Comando en Harriet.​ ​Durante casi cuatro horas, la Compañía X del 45.º Comando quedó inmovilizada en las laderas del Dos Hermanas Sur.

 El Capitán Ian Gardiner expresaría más tarde su admiración por la feroz resistencia ofrecida por el 3.º Pelotón de Fusileros del Subteniente Marcelo Llambías Pravaz del Regimiento 4 en Dos Hermanas:

(…) “Un cuadro duro de unos veinte hombres habían quedado atrás y habían luchado, y fueron hombres valientes. Los que se quedaron y lucharon tenían algo “(…).​


En el monte Longdon se produjo una batalla feroz y una gran cantidad de bajas. Se llegó a luchar a bayoneta para tomar la cima, que luego hubo que defender ante dos contraataques argentinos. Alrededor de las 03:00 horas, del 12 de Junio, un pelotón reforzado de 46 hombres de la Compañía C del Regimiento 7 realiza un contraataque en Longdon, obligando a la Compañía B Británica a retirarse. De los 278 hombres de la Compañía «Maipu» en Monte Longdon, pudieron replegarse solamente 78 sobrevivientes. Lamentablemente,​ luego de doce horas de combate contra el 3 PARA, se perdía definitivamente Monte Longdon. 

Los atacantes británicos sufrieron 93 bajas, correspondiendo a 23 muertos y 70 heridos. 69 Argentinos murieron en combate en la primera línea de defensa y otros 400 fueron capturados. 

Rendido Monte Logdon, los británicos fijaron su mira en las alturas de los montes Tumbledown, William y a Sapper Hill, defendidos por el Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5).

En proximidades de Monte William, los pelotones de reconocimiento y tambores de la Guardia Escocesa ejecutan su ataque, buscando aferrar la Compañía Obra del BIM 5 frente de la posición y tomar el Cerro Zapador desde el camino Stanley-Fitzroy. Para eso emplean tanques livianos Scorpion, al mismo tiempo que saturan el sector con fuego de cañones de 76 mm. Los fuegos de la propia artillería de marina baten los dos pelotones de la Guardia Escocesa. Los efectivos británicos se lanzan al asalto sobre el flanco sur de la posición del BIM 5 y se combate a las distancias próximas con profundo empleo de granadas de mano. El primer ataque en el sector de Tumbledown es rechazado.

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Los tropas británicas consideraban al BIM 5 de lo mejor de la Argentina. Sobre 90 hombres de la Compañía Nácar en Tumbledown cayó la furia de la Compañía Flanco Izquierdo de la Guardia Escocesa en la noche del 13 al 14 de Junio, pero los hombres de la 4ta Sección y Sección de Exploración, con el apoyo de una docena de morteristas cerca de la cumbre, contuvieron a esa fuerza muy superior en número alrededor de seis horas. Para desalojarlos, los soldados escoceses tuvieron que asaltar una a una sus posiciones, recurriendo a la artillería terrestre y naval, los misiles antitanque, las granadas, y el combate cuerpo a cuerpo. Fue tal la sorpresa que padeció inicialmente la Guardia Escocesa en el sector que defendía la 4ta sección que el Subteniente Robert Lawrence, que luego quedó herido en la cabeza, instó a que su pelotón abandonara el asalto y que disparara contra cualquiera que les impidiera retirarse de Tumbledown.

Pese a tamaña resistencia, digna de quedar en los anales de la historia, la posición era insostenible y termina cayendo. Se autorizó un contraataque que falla y que pone en desbandada a los refuerzos.

En consecuencia se ordena un repliegue general, primero hacia Sapper Hill y luego hasta Puerto Argentino. 

En la colina del Telégrafo los defensores son sometidos a un abrumador fuego de artillería y precisos embates de infantería, lo que lentamente obliga a los defensores a retirarse. Sin embargo, antes de que amaneciera, el Mayor Carlos Carrizo Salvadores, al grito de “siganme los que tienen pelotas”, ejecutó con menos de una compañía un último heroico contraataque, que fue rechazado por las ya sólidas defensas británicas. 

Entrada ya la mañana, los argentinos abandonan sus últimas defensas y se guarnecieron al completo en Puerto Argentino. Para la tarde de ese fatídico 14 de Junio, el General Mario Benjamín Menéndez y su homónimo Jeremy Moore acordaron los términos de la rendición. 

Ese fue el fin de la presencia argentina en las islas.

La derrota militar tomó a la sociedad argentina por sorpresa, ya que muchos medios habían estado mintiendo sobre el verdadero desarrollo de los combates en las islas, lo que terminó precipitando la caída del Proceso de Reorganización Nacional. El dolor de los veteranos y sus familias está muy presente en el pensamiento colectivo nacional y todos los 2 de Abril en Argentina se los recuerda, a los que volvieron y a los que no. 

Honor y gloria a los Veteranos y los Caídos en Malvinas.

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El progresismo ahora quiere arruinar Warhammer: Los dueños del juego de fantasía le cambian el género a un batallón de soldados

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Games Workshop empezó a introducir soldados mujeres en batallones masculinos en su nueva línea de miniaturas para el juego de mesa. En vez de usar los batallones de mujeres que ya existen, el progresismo insiste en reemplazar a los hombres.

Los dueños detrás de Warhammer 40k, el juego de mesa de fantasía más popular del mundo, han introducido un nuevo personaje femenino en uno de sus batallones de mesa más populares. Esta decisión está en línea con la nueva visión feminista que quieren introducir en el juego.

Games Workshop, la compañía que distribuye el juego de mesa, está preocupada porque la base de jugadores es “extremadamente varonil”, y en general tiene un público de hombres blancos heterosexuales, en su mayoría jóvenes de derecha que pueden reírse y apreciar la ironía de una historia que exalta el imperialismo y la guerra.

La empresa ha anunciado por primera vez que mujeres formarán parte de su popular brigada ‘Adeptus Custodes’, y ante el cuestionamiento del público, Games Workshop acudió al manual de autoritarismo de George Orwell, “1984”, y en una impresionante demostración de “doblepensar”, aseguraron que “siempre hubo mujeres en la brigada”, a pesar de que eso es falso.

Las discusiones se pusieron candentes, y la cuenta oficial de @Warhammer bloqueó a miles de fanáticos del juego en X (ex Twitter), generando la furia de los jugadores que han dedicado años de vida y muchísimo dinero al table-top.

La avanzada woke

Una nueva edición de la ficción fantástica de Warhammer 40,000 presenta a un personaje llamado ‘Custodia Calladyce Taurovalia Kesh‘ y usa pronombres femeninos para ella. Los fanáticos de toda la vida del juego salieron a cuestionar en redes diciendo que es la primera vez que una mujer ha sido parte del equipo dorado de Adeptus Custodes.

El sitio de fans Wargamer discutió la controversia en una publicación que describía cómo había habido “casi tres décadas de libros e historias cortas de Warhammer 40k solo protagonizadas por guardias custodios masculinos“.

Continuó diciendo: “Los fanáticos ven la introducción de un miembro canónicamente femenino de los Custodes como un cambio narrativo consciente por parte de Games Workshop“, y le recordó a los productores del juego que hay una línea de luchadoras mujeres que ya existe hace tiempo conocida como “Sisters of Battle“, ampliamente reconocida por los jugadores.

No necesitan poner mujeres en brigadas compuestas de soldados masculinos, ya existen, por ejemplo, las Adeptas Sororitas, una división de fuerzas armadas del Imperio compuesta por mujeres, y que fue introducida de excelente manera en 1997 y ha tenido un enorme éxito desde entonces”, aseguró oro usuario en X (ex Twitter).

La discusión incluso llegó a mundo de los videojuegos, donde el universo de Warhammer también tiene una fuerte llegada, y se metió a opinar el ex desarrollador de World Of Warcraft, Mark Kern, quien acusó a Games Workshop de “cambiar el género” de los personajes para lograr “puntos woke”.

Está empezando a sentirse como un absoluto desprecio por los fans“, completó, y sugirió: “La decisión se tomó claramente para causar fricción intencionalmente y nada más“.

El mundo de Warhammer fue mencionado en todos los medios recientemente cuando el famoso actor británico Henry Cavill, intérprete de Superman y The Witcher, abandonó ambos papeles y anunció, en agosto de 2022, que había llegado a un acuerdo con Games Workshop y con Amazon para producir, dirigir y protagonizar en una serie ambientada en este universo. Cavill ha hablado de ser un gran admirador y de pintar sus propias figuras en miniatura. 

La historia de Warhammer está ambientada 40.000 años en el futuro, donde la civilización humana ha dejado de evolucionar en medio de una guerra interminable con alienígenas y demonios. La humanidad es dirigida por un todopoderoso Emperador, que envía a sus guerreros, los “Marines Espaciales” a pelear contra los peores horrores cósmicos equipados únicamente con su rifle, una espada y la lealtad al Imperio.

Este universo captó la atención de millones de fanáticos en todo el mundo gracias al inmersivo juego de mesa en 1983, pero también gracias a clásicos videojuegos de estrategia como Dawn of War o Total War: Warhammer, first-person shooters como Space Hulk, Vermintide o Darktide; third-person shooters como Space Marine o Eternal Crusade; o turn-based como Mechanicus.

Warhammer ha sabido ser un refugio de la avanzada woke en tiempos modernos, cuidando y respetando los pilares fundamentales que hacen de este universo tan entretenido. Sin embargo, parece que el caos ha finalmente desembarcado en Games Workshop, y ni siquiera el Imperio del Hombre se salva del progresismo feminista.

Fanáticos de Warhammer se juntan en tiendas especializadas o en sus casas para jugar con miniaturas que compran, pintan y despliega cada jugadores.
Intro de Dawn of War 2, la secuela del mítico videojuego de estrategia que llevó a Warhammer al estrellato.

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Los 96° Premios Oscar: El fenómeno Barbenheimer busca su coronación en la primera edición con las nuevas reglas de diversidad

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Si bien la Academia impuso para esta edición un conjunto de reglas que piden una cierta cantidad de minorías en el reparto o en la silla de la dirección, la magnífica Oppenheimer podría demostrar que el cine sigue vivo.

Este domingo se realizan en el Dolby Theatre de Hollywood los internacionalmente conocidos Premios Oscar por la excelencia cinematográfica a los proyectos realizados durante todo el período 2023. Más allá de la polémica por las nuevas medidas de diversidad, las nominaciones coinciden con lo que la mayoría de las personas interpretó como lo mejor del cine en el último año.

A partir de este año, todos los nominados debieron enviar un formulario confidencial de Estándares de Inclusión de la Academia (RAISE) y cumplir con dos de los siguientes cuatro estándares para que la película se considere elegible: 

  1. El reparto debe tener un porcentaje de minorías representadas, sean grupos raciales, étnicos o de género; o “personas con discapacidades cognitivas o físicas, o que son sordas o tienen problemas de audición”.
  2. El equipo creativo debe tener un porcentaje de minorías representadas, sean grupos raciales, étnicos o de género.
  3. La productora debe tener un porcentaje de sus empleados que pertenezcan a las minorías, sean grupos raciales, étnicos o de género.
  4. La empresa de marketing que distribuya la película debe tener un porcentaje de sus empleados que pertenezcan a las minorías, sean grupos raciales, étnicos o de género.

Hay mucha expectativa los cuales incluyen varias presentaciones artísticas, siendo la más esperada para el corriente año la interpretación de la favorita a ganar Mejor Canción Original, I’m Just Ken” de Barbie de parte de su actor Ryan Gosling.

Restará por ver en esta edición si estas nuevas políticas de diversidad han dañado la nominación de las películas, o si realmente las mejores de ellas han accedido a la nómina y serán premiadas por su excelencia y no por la cantidad de personas étnicas que contiene la película.

Pero la gran expectativa de este ciclo es el último largometraje del legendario cineasta Christopher Nolan: Oppenheimer, la cual ha recibido 13 nominaciones, que incluyen Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actor de Reparto, entre otros, siendo en varias de éstas la favorita a ganar.

Mejor Película

En esta categoría hay 10 películas bastante diferentes entre sí, desde un suspenso psicológico insertado en el Holocausto (Zone of Interest) hasta una comedia sobre el juguete más famoso de todos los tiempos (Barbie).

No obstante, la preferida a ganar el premio mencionado es Oppenheimer de Nolan, por su realista y a su vez fantástica representación de la historia personal del físico que creo la primera bomba atómica, marcando así un antes y un después en la historia de la humanidad.

Pero además, esta historia adquiere valor gracias a que añade la perspectiva de un personaje menos conocido: Lewis Strauss. Funcionando como la antítesis de nuestro protagonista, provoca altos niveles de tensión e intriga, haciendo que esta película de 3 horas parezca de la mitad.

La película de Oppenheimer logra transmitir el patriotismo de una persona para con su país, al cual le entrega el arma más poderosa jamás creada, y cómo una persona de carne y hueso tiene que lidiar con un acto de extremo heroismo pero que a su vez llevó a la muerte de cientos de miles de personas en un instante.

Mejor Director

Para la dirección también encontramos una gran variedad de creadores, aquellos que priorizan más una mirada práctica y realista de sus creaciones (Martin Scorsese) comparados a otros que consideran que se debe aprovechar la flexibilidad del formato para presentar su mensaje de las formas más bizarras posible (Yorgos Lanthimos).

De todas formas, el favorito para esta categoría también resulta ser Christopher Nolan, del cual se considera que su último proyecto demuestra de forma irrefutable que se encuentra en su pico como cineasta, en tanto logró incluir elementos de todos sus largometrajes anteriores, que, hay que decirlo, no son poca cosa.

Mejor Actor

Dentro de esta categoría, una de las más competitivas desde que existe dicha ceremonia, en tanto determina en muchos casos si el actor en cuestión “ha logrado su cometido”, entendiendo a este premio como el mayor logro obtenible dentro de la profesión.

Sorprendentemente, casi todos los nominados nunca han llegado previamente tan lejos en este certamen, siendo el preferido para ganarlo el que solo ha logrado premios locales en su carrera: Cillian Murpy, por su papel de J. Robert Oppenheimer en la película previamente mencionada, en tanto logra cumplir con la gran expectativa de la gran cantidad de biopics lanzadas últimamente, sino que además resalta los aspectos más enigmáticos de este genio torturado, mostrándonos que hay más de lo que se ve a simple vista.

Mejor Actriz

Respecto de la última categoría de las cuatro grandes, nos encontramos con un tremendo choque de protagónicos que han resaltado en exceso, incluyendo la polémica Bella Baxter interpretada por Emma Stone (Poor Things) hasta la culposa Sandra recreada por Sandra Huller (Anatomy of a Fall).

A pesar de todo, la preferida para ganar en este caso es Lily Gladstone por su papel de Mollie Burkhart en Killers of the Flower Moon, que a pesar de considerarse uno de los trabajos menos innovadores o exitosos de su histórico director Martin Scorsese, sigue resaltando gracias a la mencionada actriz y a su colega en la cinta Leonardo DiCaprio.

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Falleció Akira Toriyama: Las enseñanzas, los valores y el legado de Dragon Ball para una generación entera

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El creador japonés ideó una de las series que más impactaron en el mundo y que marcó a varias generaciones a lo largo y ancho del planeta.

Este viernes 8 de marzo anunciaron que falleció el creador del manga Dragon Ball, el japonés Akira Toriyama, a los 68 años de edad, debido a un hematoma subdural agudo.

El comunicado, atribuido a la productora Bird Studio de Toriyama, explica que el artista falleció el pasado 1ro de marzo, cuando todavía tenía “varios trabajos en medio del proceso de creación con gran entusiasmo”, pero se avisó recién hoy.

La noticia tuvo un masivo impacto, dado que Dragon Ball crió y enseñó valores a una generación entera. La serie, que fue furor entre los jóvenes que crecieron en la década del 90, y luego nuevamente en los nacidos en la última década, debido a su continuación Dragon Ball Super, estuvo construída a base de los valores más fundamentales de la humanidad.

Dragon Ball enseñó valores como la superación personal, la importancia de la familia y el heroísmo. Promovió la perseverancía, el esfuerzo, la empatía, y el altruísmo, empaquetado en una excelente historia de acción y aventura que captó la atención de toda una generación.

Una y otra vez, el lápiz de Toriyama, que luego fue traducido a la pantalla chica en la serie Dragon Ball Z, captó la atención de los más chicos día tras día, quienes veían las hazañas de Goku y sus amigos en las horas antes de ir a la escuela, o a la vuelta a la hora de la merienda.

Sin duda alguna, los personajes de la serie son muy poderosos, pero esto no lo lograron solo por querer que así fuera, a lo largo de toda la historia, todos los involucrados han logrado superar sus propios límites y esto lo hacen a través de saber en que están fallando, y el entrenamiento constante de sus cuerpos y mentes.

En cada saga, los personajes se superaban a sí mismos a base de esfuerzo y dedicación, lograban obtener más poder para proteger a sus seres queridos, con una dedicación que le llegaba a todos los televidentes.

Los personajes principales de Dragon Ball, como Goku, Son Gohan y Vegeta, mantienen una notable fortaleza física, pero no ocultan el esfuerzo que requiere mantenerla y superarla para cada enfrentamiento. De hecho, sirven como un destacado ejemplo de cómo la perseverancia en la búsqueda de objetivos puede conducir al éxito.

En conexión con esto, Dragon Ball ilustra cómo los sueños a veces se hacen realidad. En Dragon Ball Z, se subraya la idea de que cualquier deseo puede convertirse en realidad con suficiente dedicación.

Los héroes que ideó Toriyama han tenido que enfrentarse a innumerables peligros, villanos que dieron batallas en las que los personajes han sabido aumentar su fuerza, obligándoles a entrenar cada vez más duro para ser capaces de derrotarlos. Sus enemigos (sin querer) se convirtieron en la mejor competencia para mejorar.

Si trasladamos esa filosofía de ‘Dragon Ball’ al mundo real, la visión es exactamente la misma. No tener competencia en nada no es algo bueno, tus horizontes serán pequeños y no tener rivales te volverá complaciente y hará que dejes de intentarlo más a fondo. En otras palabras, la sana competencia.

Otra enseñanza que dejó plasmada en su obra es la de siempre cumplir con tus promesas. La serie nos enseñó que si prometes una cosa, sea la que sea, tienes que cumplirlo. Si no cumplís lo que decís, la gente comenzará a valorarte de una manera diferente.


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