Seguinos en redes

Economía

El Ministro de Consumo de España, el comunista Alberto Garzón, no sabe calcular una tasa

El ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, hizo el ridículo comparando datos erróneos y asegurando que España está en mejor situación económica que EE.UU. La realidad muestra que la economía española ha caído el doble que la estadounidense.

Publicado

en

El ministro de Consumo de la coalición gobernante, Alberto Garzón, miembro activo del Partido Comunista Español, publicó una cifra errónea sobre la caída de la economía de EE.UU. y luego quiso discutírsela al economista liberal Juan Ramón Rallo, demostrando que desconoce como interpretar datos básicos de la economía.


El jueves 30 de julio por la tarde, Garzón publicó que "la economía de EEUU cae un -33% anual, lo que es un dato histórico que rompe todas las series temporales". Esto de entrada, es una afirmación falsa.
El dato de caída del PBI para el trimestre abril/mayo/junio fue de -9,5%, una caída sin precedentes en el país norteamericano pero sin lugar a dudas muy lejos del -33% que publicó Garzón y algunos medios de izquierda.
Pero, ¿de dónde surge este número? El -33% surge de anualizar la tasa intertrimestral del -9,5%. O sea, este número explica el hipotético caso de cuánto caería la economía estadounidense si cayera los 12 meses del año como cayó en los últimos tres meses.

Ad

Pero no contento con esta explicación, que le dieron muchos usuarios en Twitter, el ministro comunista decidió comparar la caída anualizada de EE.UU. con la caída trimestral de España, que para el segundo trimestre del año fue del -18,5%. Una vez más, esta comparación es absurda. 

Si lo que se quiere es comparar los derrumbes económicos causados por el COVID-19 durante la cuarentena, los números a comparar son que en el mismo período de tiempo EE.UU. cayó -9,5% y España -18,5%.

Como le indicó el economista Rallo, si se quisiese comparar la caídas anualizadas de ambos países, se debería tomar el -33% de EEUU contra un -55,8% de España, que justamente surge de anualizar esos tres meses de caída a -18,5 a todo el año.
Una vez más, ignorando todas las reglas matemáticas de extender una tasa de variación, Alberto Garzón, a pesar de ser Licenciado en Economía, le contestó a Rallo discutiéndole con que el dato anualizado de España es -22,1%. Otro dato erróneo.
El -22,1% que muestra en la foto publicada es la caída de la economía española acumulada en lo que va del año, contando desde enero a junio, con una caída en el primer trimestre de -3,6% y una caída en el segundo de -18,5%. El ministro trata de comparar peras con manzanas.

Ad

La respuesta final de Rallo es desopilante. Le publicó en Twitter la fórmula básica utilizada para anualizar una tasa trimestral y el ministro, a pesar de aclarar que "yo siempre tengo cautela con los datos", colgó la toalla y admitió su grave equivocación.

Lo que sorprende, más allá de la testarudez para discutir datos evidentemente erróneos, es que el ministro encargado de regular, promover y velar por el consumo de los españoles no sepa el orden de magnitud de la caída del PBI de su propio país, y vaya tan lejos con la falsificación de datos para lanzar una crítica contra Estados Unidos.

La caída de la economía de España es el doble que la caída de la economía estadounidense, lo que marca la pauta que el Gobierno de Trump fue efectivo en defender los itnereses económicos de los norteamericanos; una caída menor del PBI implica menos familias en la pobreza, menor nivel de desempleo y mayor facilidad para recuperarse.

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

Publicado

en

El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

Seguir Leyendo

Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

Publicado

en

Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

Seguir Leyendo

Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

Publicado

en

La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

Seguir Leyendo

Tendencias