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Economía

El Presupuesto 2021 viene con un mega-impuestazo que alcanzará a un cuarto del PBI nacional

El Gobierno presentó oficialmente al Congreso su presupuesto para el año entrante y contempla un enorme aumento de impuestos sobre el sector privado con un considerable aumento del gasto público. El viejo plan del kirchnerismo para enfrentar una nueva crisis.

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El proyecto del Presupuesto 2021 que presentó el Gobierno y que se discutirá prontamente en el Congreso, supone un aumento considerable en las alícuotas de todos aquellos impuestos que representan el grueso de la recaudación total para las arcas públicas.

En concreto, el Gobierno se vio presionado por equilibrar las finanzas del Estado, pero decidió cargas todo el esfuerzo sobre el sector privado, mientras que el sector público incluso se plantea nuevos horizontes y alcances de sus gastos.

Según las previsiones del equipo económico, la presión impositiva (lo que efectivamente recaudará el Sector Público Nacional) alcanzaría el 24,8% del PBI, y sin tener en cuenta los impuestos pertinentes a las provincias y los municipios. 

La presión impositiva subiría un 0,8% entre 2020 y 2021, pero solo será posible a costa de un dramático esfuerzo del sector privado.
Dentro de los lineamientos, el Gobierno propone distribuir la carga tanto para las empresas y sociedades anónimas como para personas físicas

Guzman asegura que la nueva estructura permitirá “una tributación más progresiva”, y rectificaron que su objetivo es aplicar un mayor esfuerzo en aquellos sectores con mayor capacidad contributiva. 

Aún con las estimaciones oficiales, lo cierto es que será la clase media la que realmente soportará la mayor carga de la reforma del sistema tributario. 

El proyecto tiene además un peligroso tinte de clausura comercial, y planteó objetivos en torno a la sustitución de importaciones, y un aumento de la tributación para las exportaciones. 

Todo esto será contemplado en un marco de crecimiento estimado en 5,5% (con respecto a este año) y un dólar oficial planchado en los $101 en diciembre del año próximo. Por supuesto, este dólar no incluye los impuestos que actúan como devaluaciones implícitas. 

Agregando los impuestos al ahorro (30$ impuesto PAIS + 35% impuesto a las ganancias) el dólar oficial que prevé el Gobierno para fines de 2021 es de $166,65, desde ya muy optimista.

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¿Cómo será la dinámica de la nueva estructura impositiva propuesta por el gobierno?

Retenciones 

Los impuestos sobre las exportaciones tendrán un papel central en la nueva estructura del sistema impositivo, siguiendo la línea dura del sector más radicalizado dentro del gobierno. Según el proyecto, se espera un incremento del 54,2% anual en la percepción de derechos de exportación

El aumento será notoriamente alto, considerando que el gobierno espera una inflación cercana al 28% para 2021 (aunque resulta una meta poco seria). En total, este impuesto recaudaría una suma por 1,5% del PBI

La recaudación por impuestos a la exportación podría representar hasta un 14% del valor total de las importaciones. Esta cifra viene creciendo en los últimos años, siendo 5,4% en 2018, 10,6% en 2019, y 12% este año

Impuestos sobre las importaciones 

La totalidad de los derechos de importación, junto con otros tributos que gravan las compras en el exterior, tendrán un aumento estimado en su recaudación del 52,9%, llegando a un monto de $286.217 millones el año que viene
La recaudación sería equivalente al 0,07% del PBI, con un fin de índole proteccionista, no necesariamente recaudatorio.
Esto se lograría, principalmente, por mantener e incluso aumentar la tasa estadística sobre las importaciones, que ya había sido quintuplicada durante la gestión Macri, y además por el aumento general de derechos de importación propiamente dichos. El gobierno aún no ha dado detalles sobre cuánto y cómo serán los aumentos. 
Los derechos de importación no se limitan exclusivamente a las tasas aduaneras ad-valorem (que promedian un 13% y planean ser incrementados en 2021), sino también impuestos internos exclusivos para importaciones como el IVA percepción adicional (con una alícuota de entre 10,5% y 20%), y la percepción del impuesto a las ganancias (con una alícuota del 11%), entre otros. 

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Bienes Personales 

Para 2021, la recaudación de este impuesto alcanzaría los $173.500 millones, lo que supone un aumento interanual del 13,4%. El gobierno no ha planteado nuevos aumentos en las alícuotas, puesto que estas ya fueron incrementadas y actualizadas este año. 
El kirchnerismo aumentó las alícuotas en 2020, tanto para bienes dentro de jurisdicción argentina como bienes situados en el exterior. Estos últimos fueron de especial interés para la voracidad gubernamental, y se impusieron alícuotas de hasta el 2,25%
Como consecuencia, para 2021 solamente se produciría un aumento en la base imponible con las ya incrementadas alícuotas de este año. A pesar de ello, la recaudación del impuesto deja mucho que desear. 

Impuesto a la riqueza 

Este impuesto se planteó por fuera del esquema del presupuesto, pero fue arduamente defendido por el núcleo duro del kirchnerismo y la Cámpora. La idea, originalmente diseñada por Carlos Heller, supondría aplicar un gravamen “por única vez” sobre el patrimonio, de forma similar a los bienes personales (muchos consideran esto una doble tributación). 

Carlos Heller, principal artífice del "Aporte Solidario de Emergencia", el impuesto de dudosa fiabilidad que despertó polémica y espantó inversiones millonarias. 

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Impuesto a las Ganancias 

La recaudación por este tributo alcanzaría los $1,8 billones, y constituye el pilar central del presupuesto 2021. Esto implica un incremento interanual del 38,8%, y por lo tanto un retroceso de la recaudación en términos reales. 
A pesar de los rumores, el gobierno negó que se fueran a subir las alícuotas sobre el impuesto, desmintiendo una tasa del 41% sobre el segmento más alto. Sin embargo, se propondrán nuevos aumentos de la base imponible, más personas alcanzadas por el tributo
Además, el gobierno suspendió todas las rebajas impositivas que preveía la reforma tributaria del 2017 que, si bien no bajaba la carga efectiva sobre las empresas, sí permitía un incentivo a reinvertir las ganancias, mucho mayor al que se encuentra vigente. El gobierno no plantea dar marcha atrás. 

Impuestos internos

Este tipo de tributos fueron históricamente la variable de ajuste frente a los desequilibrios fiscales y la imposibilidad de subir otros impuestos “más polémicos” frente a los ojos de la sociedad. La recaudación por ellos alcanzaría los $187.102 millones, un 25% más que este año

Impuesto sobre los Combustibles y el Dióxido de Carbono

La recaudación por este impuesto alcanzaría los $286.217 millones, registrando así un incremento notable del 52,9%. Forma parte, además, de una agenda de corte ecologista que planteó el gobierno en el presupuesto. 

Impuesto PAIS

Este tributó recaudaría $342.713 millones, un incremento del 89% con respecto a este año. Se trata de un tributo novedoso y que responde al desorden cambiario en el que se metió Alberto Fernández, negándose a admitir una devaluación formal.  
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Economía

Segundo mes consecutivo con superávit: Toto Caputo anunció un resultado primario positivo de $1,2 billones de pesos en febrero

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El programa fiscal del Gobierno avanza a paso firme hacia el saneamiento de las finanzas públicas. Hace más de 10 años que no se registraba superávit primario para dos meses consecutivos. 

El equipo económico del Ministro Luis Caputo está ejecutando un ajuste fiscal en tiempo récord, con el objetivo de reconstruir la confianza del país, eliminar cualquier vestigio de dominancia fiscal sobre la política monetaria, y terminar con el impuesto inflacionario en la Argentina.

Las autoridades del Ministerio de Economía dieron a conocer que en el mes de febrero el Gobierno nacional registró un fuerte superávit primario equivalente a los $1,2 billones de pesos, mientras que el resultado financiero arrojó una cifra positiva de por lo menos $338.112 millones de pesos respectivamente (considerando la carga por intereses de deuda).

De esta manera, es la primera vez desde el año 2013 en que se registran dos meses consecutivos con superávit primario, y desde 2010 en que se observan dos meses consecutivos con un resultado financiero positivo.

Estas cifras son verdaderamente alentadoras, incluso a pesar de que el Gobierno no logró aprobar su primer paquete de leyes fiscales e impositivas. De aprobarse las iniciativas legislativas del oficialismo, la trayectoria alcista para las finanzas públicas no haría más que acentuarse.

El ministro Caputo envió una señal clara y contundente a los mercados: el equilibrio fiscal no es negociable. El Gobierno no está dispuesto a ceder en absoluto sobre el eje fundamental de su política económica. 

Sin déficit fiscal, resulta posible avanzar de manera creíble con la liberalización del cepo cambiario, la independencia del Banco Central, la libre competencia de monedas y finalmente la dolarización en última instancia.

Desde que Milei asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2023 el Banco Central no emitió ni un solo peso para financiar al Tesoro. La magnitud de los Adelantos Transitorios y la transferencia de utilidades se redujo a cero, y el Gobierno promete mantener este comportamiento sin sorpresas.

Asimismo, la deuda pública del Gobierno nacional expresada en dólares corrientes disminuyó hasta un 9,1% con respecto a noviembre del año pasado (el último mes de la administración kirchnerista). Solamente en febrero, el stock de deuda externa se redujo en por lo menos US$ 8.753 millones de dólares.

Los sólidos resultados fiscales correspondientes al primer bimestre del año, y la contundente señal de confianza que inspira el Gobierno del Presidente Milie lograron bajar la prima de Riesgo País en torno a los 1.600 puntos básicos, el mejor resultado observado desde el canje de deuda de 2020. Este indicador es homólogo a la sostenibilidad de la deuda pública.

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Economía

S&P mejoró la calificación crediticia de Argentina y declara una perspectiva "estable" para la economía

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El canje de deuda llevado a cabo por el Ministro Caputo logró mejorar las perspectivas del país en tiempo récord. Argentina podría volver a insertarse en el mercado de crédito internacional. 

El pasado día viernes la reconocida agencia S&P Global Ratings anunció un cambio positivo en la calificación crediticia para los títulos argentinos en moneda local, algo que no ocurría desde 2016.

La denominación oficial cambió de “default selectivo” a “perspectiva estable”, con lo cual los inversores creen en el Gobierno y en el Presidente Javier Milei, y destacan cualquier tipo de incumplimiento durante los próximos cuatro años. El 10 de diciembre del año pasado, como parte de su discurso de apertura, el Presidente Milei ratificó su compromiso por honrar las deudas del Estado nacional con todos los acreedores.

Todo esto solo pudo ser posible después del amplio canje de títulos que llevó a cabo el Ministerio de Economía liderado por Luis Caputo. Se postergaron los plazos de pago para las obligaciones más inmediatas, a nuevos plazos que varían entre 2025 y hasta 2028.

En total, se lograron despejar hasta $42,6 billones de pesos de los $54,5 billones que constituían el total de los vencimientos más próximos, es decir que se alcanzó al 77% de las obligaciones de corto plazo. El sector privado llegó a representar más del 17% de las tenencias del canje, mientras que el resto se explicó por cambios de títulos dentro de otros organismos del sector publico.

La Secretaría de Finanzas confirmó que se logró estirar la vida promedio del perfil de vencimientos de los bonos de 0,46 años a 3 años, generando un ahorro en materia financiera de hasta $555.000 millones de pesos. Esto deja al Gobierno nacional con una posición de liquidez significativamente más holgada, y en consecuencia una mayor espalda para evitar cualquier incumplimiento.

Los buenos resultados fiscales para los meses de enero y febrero también consolidaron una mejor posición crediticia para el país, ya que el Gobierno apunta a la plena solvencia fiscal para fin de año (una meta acordada con el Fondo Monetario Internacional).

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Argentina

El éxito de haber derogado la Ley de Alquileres: Los precios suben por debajo de la inflación y los alquileres se abaratan en términos reales

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En tiempo récord se están reacomodando los precios de los alquileres después de 4 años de la fallida ley que impulsó Juntos por el Cambio y que aprobó el kirchnerismo en 2019.

Los alquileres en el Gran Buenos Aires (GBA) han visto desde la sanción de la Ley de Alquileres en 2019 un brutal aumento desproporcionado, que llegó a superar ampliamente a la inflación en el promedio de los últimos 4 años.

Y aunque siguen en valores elevados, muy lejano a lo que correspondería según el poder adquisitivo de los argentinos, desde que el presidente Javier Milei derogó la Ley de Alquileres con el mega DNU que firmó en diciembre, los precios en enero y febrero han visto una fuerte desaceleración.

Por dar un ejemplo, mientras que la inflación en enero fue del 20,6%, los alquileres subieron un 15,9%, y mientras que la inflación en febrero fue del 13,2%, el aumento estuvo en torno al 8,3%. Esto quiere decir que los alquileres bajaron en términos reales un 4,7% en enero y un 4,9%.

El informe de Zonaprop confirmó que un departamento de dos ambientes en GBA norte tiene un valor promedio de $363.590, mientras que un departamento de tres ambientes se alquila por $569.331 mensuales.

Nordelta, en el partido de Tigre, es el barrio con la oferta más cara del mercado, con un valor de $528.554 mensuales. Le siguen Vicente López, con un valor de $522.285 y Manuel Alberti (partido de Pilar) con un valor de $502.847 mensuales. Por otro lado, San Miguel y Muñiz presentan los precios más bajos, con $261.346 y $269.988 por mes, respectivamente.

Histórica suba de la oferta

Según las mismas fuentes, la caída en el precio real de los alquileres está vinculada a fuerte suba de la oferta. Como ahora los contratos se pueden pactar bajo cualquier término sin una Ley de Alquileres que los regule, se maximiza la cantidad de propietarios que ponen en alquiler su vivienda ociosa.

La derogación de las restricciones llevaron a que todos los propietarios que quieran poner en alquiler, puedan hacerlo, una medida que fue recibida con satisfacción por los propietarios.

La oferta experimentó un marcado aumento de aproximadamente un 30% desde enero, terminando con la escasez previa. El objetivo de la liberaización de Milei es que el mercado tienda a un precio de alquiler equitativo, donde tanto propietarios como inquilinos se sientan cómodos.

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