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Economía

El salario real en Estados Unidos cayó un 5% desde que Joe Biden es presidente

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El índice de precios superó constantemente al crecimiento nominal de los salarios bajo la administración demócrata. La caída del salario real se aceleró en el primer trimestre, no se recuperó la tendencia de prepandemia y se llegó al nivel más bajo desde 2018.

El programa de estímulo aprobado por el presidente Joe Biden y el Congreso demócrata en marzo de 2021 no muestra los resultados esperados. El estallido inflacionario erosionó notoriamente el poder adquisitivo de los salarios en Estados Unidos.

Solamente desde que Joe Biden se hizo cargo de la Casa Blanca el salario real estadounidense cayó un 4,84%. Las estadísticas fueron confirmadas y divulgadas por la Reserva Federal de St. Louis, midiendo el desempeño registrado únicamente en el sector privado.

En el mismo período de tiempo, la inflación interanual saltó del 1,4% en enero de 2021 hasta llegar al 9,1% en junio de 2022. Lejos de ser un fenómeno transitorio, la inflación alcanzó máximos históricos según mediciones comparables a través del tiempo.

Evolución del salario real bajo las administración de Donald Trump y Joe Biden.

La Oficina de Estadísticas laborales de los Estados Unidos informó que, mientras la inflación interanual alcanzó el 9,1% en junio, el incremento salarial acumulado de los últimos 12 meses solamente llegó al 5,1%. Los salarios perdieron sistemáticamente contra el alza de los precios minoristas.

La mayor caída acumulada en el salario real se concentró entre diciembre de 2021 y junio de 2022, marcando una contracción del 3% solamente en este último segmento. Con estas cifras, la remuneración real promedio percibida en el sector privado cayó a su nivel más bajo desde julio de 2018.

Del mismo modo en que ocurrió con la tendencia de crecimiento en el Ingreso por habitante, el salario real tampoco volvió a converger a la tendencia registrada antes de la pandemia. Se estima que la brecha entre el “salario real potencial” de haber continuado con la tendencia de 2019 y el salario real actual, ascendió al 3,8% en el mes de junio.

La contracción salarial registrada entre 2021 y 2022 es la más grande desde la década de 1980. El deterioro actual superó a la caída de la remuneración real del 4% durante la crisis de 1990, y es únicamente inferior a la caída registrada entre 1979 y 1981, el último gran episodio de estanflación de los Estados Unidos.

La economía estadounidense se encuentra al borde de una nueva recesión que, de confirmarse, significaría el retorno del escenario económico característico de la década de 1970 y principios de los 80s.

Economía

López Obrador está destruyendo la economía mexicana: Ya está un 9,5% abajo de su tendencia a largo plazo

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La actividad sólo creció un magro 1,1% desde que el socialismo asumió el poder en diciembre de 2018, perdiendo completamente el carril del crecimiento de los últimos 30 años. El país se cierra a la inversión mientras crece la aplastante intervención del Estado en la economía.

El desempeño de la economía de Andrés López Obrador es cada vez más insatisfactorio, y su presidencia podría pasar a la posteridad como el sexenio con la menor tasa de crecimiento en los últimos 100 años.

De acuerdo al Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) la economía mexicana solamente creció un 1,1% desde diciembre de 2018 y hasta marzo de 2023, y por el aumento de la población el ingreso real per cápita se desplomó más de un 3%. El magro crecimiento condiciona el desarrollo del país y consolida la tasa de pobreza estructural sobre los sectores más vulnerables.

La economía perdió completamente el carril de crecimiento que mantuvo en los últimos años. El PBI cayó por lo menos un 9,5% con respecto a la tendencia de crecimiento de largo plazo que tenía antes de diciembre de 2018, prácticamente se estancó por un total de 17 trimestres.

Evolución del PBI de México desde 1993.

A partir de los últimos meses de 2018 se produjo un quiebre en la composición de la economía mexicana, el débil crecimiento del consumo pasó a liderar el proceso de la actividad y la inversión se desplomó irremediablemente. De hecho, el total de la inversión bruta interna fija de México es aún un 3,83% inferior al nivel que tenía a mediados del 2018.

Las reformas de López Obrador sentaron las bases para la fuga de inversiones del país, y el bajo crecimiento de los últimos 4 años. La reforma de la Ley Minera en abril de 2022 avanzó en los pasos legales necesarios para la expropiación del litio, al mismo tiempo en que se avanza con una reforma energética para estatizar hasta un 54% de la generación eléctrica del país.

La reforma laboral sancionada en 2019 también supuso fuertes limitaciones al crecimiento potencial, especialmente porque profundizó el desacople entre la productividad y el costo unitario de la mano de obra. La productividad de México se desplomó un 8% desde la llegada del socialismo al poder, y los costos laborales subieron un 17,2%.

La pésima gestión de los estímulos fiscales durante la pandemia también contribuyó a la pérdida de la tendencia de crecimiento. Pero aún pese a la recuperación, el déficit fiscal federal de México alcanza las dimensiones más importantes desde 1988, mientras que el rojo primario se incrementó del 0,11% del PBI en diciembre de 2018 a más del 1,13% para enero de 2023.

Un elemento casi tan peligroso como las reformas que pudieron llevarse a cabo es el hecho de que se abortó completamente el proceso reformista pro-mercado que tuvo lugar en el país desde la década de 1980. 

López Obrador puso fin a la revisión del funcionamiento estructural de la economía y, con ello, la posibilidad de avanzar contra problemas como la informalidad laboral, la falta de competitividad frente al mercado externo, la inestabilidad dinámica del sistema previsional o la falta de garantías para la seguridad jurídica, entre muchos otros que no tuvieron abordaje alguno.

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Economía

El lamentable paso de Martín Redrado por el BCRA: La desastrosa gestión que quiere replicar Larreta

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El ala izquierda del PRO defiende a capa y espada la gestión de Redrado en el Banco Central, e incluso ya suena como potencial presidente de la entidad en caso de ganar la presidencia Larreta. El economista es el responsable de re-introducir el problema inflacionario en Argentina.

Habiendo pasado más de 13 años desde que Martín Redrado renunció a su cargo como presidente del Banco Central, cargo que ocupó entre 2004 y 2010, aún al día hoy su gestión sigue siendo objeto de duras críticas por no haber llevado a cabo una política monetaria convencional y por haber reintroducido la inflación nuevamente en el país.

Para el año 2004, la economía argentina se encontraba en plena recuperación tras haber sufrido un violento shock cambiario y monetario durante la salida de la Convertibilidad. La estructura de contratos estaba desindexada, la demanda de pesos había crecido sólidamente desde mediados de 2003, y la tasa de inflación interanual se había estabilizado en el 5,9% al final de la gestión de Alfonso Prat-Gay.

En este contexto asume Redrado la dirección del BCRA.

La estrategia de Redrado fue mantener relativamente estable el tipo de cambio nominal, evitando la apreciación que naturalmente hubiera acontecido con la gran entrada de capitales por el saldo externo superavitario y la reactivación.

La obligación por mantener un “tipo de cambio competitivo” aún descuidando la función primaria del BCRA (defender el valor de la moneda) fue un objetivo establecido por la reforma de la carga orgánica en 2002.

Emisión monetaria para comprar dólares y demanda de pesos entre 2003 y 2010.

Para mantener estable el tipo de cambio el BCRA emprendió una agresiva emisión de pesos para comprar los dólares que ingresaban al país, oscilante entre el 4% y el 7% del PBI hasta 2007, y una estrategia que ya había sido instrumentada por Prat-Gay. 

El problema fundamental de la estrategia es que la demanda de pesos (medida por cualquier agregado que se pueda tomar) dejó de crecer en el último trimestre de 2004 y se mantuvo estable hasta 2010. La creciente emisión ya no tenía el suficiente respaldo en demanda, y la tasa de política monetaria sistemáticamente negativa (por debajo de la inflación) tampoco favorecía el atesoramiento de pesos.

Consciente de esto, Redrado impulsó un proceso de esterilización a partir de la colocación de letras (principalmente Lebac), buscando retirar el sobrante de pesos del mercado para que su política no produjera inflación. Y si bien este planteo era correcto, lo cierto es que jamás se llegó a “neutralizar” la totalidad de la expansión monetaria sin respaldo.

Emisión monetaria para comprar dólares y absorción por Lebac y Pases en la gestión Redrado.

El stock de pasivos remunerados se multiplicó por 5 veces entre 2004 y 2010 en términos del PBI, pero la cantidad anual de pesos efectivamente retirados de la circulación osciló entre el 1% y el 2% del PBI, muy por debajo del ritmo al que se expandía la oferta monetaria.

La inflación no tardó en aparecer. La variación interanual del IPC aumentó del 5,9% en septiembre de 2004 al 12,3% en diciembre de 2005, 13,2% en octubre de 2007 y alcanzó un récord de hasta 24,14% en diciembre de 2008. La gestión de Martín Redrado finalizó con una tasa de inflación en torno al 16,7% según la mediciones alternativas al INDEC (el organismo había sido intervenido por el Gobierno kirchnerista).

El economista finalmente dejó el cargo por negarse a ceder la independencia del Banco Central (algo que hasta ahora se había mantenido pese a las políticas no convencionales), y a partir de enero de 2010 el Gobierno de Cristina Kirchner asaltó las reservas internacionales con el visto bueno de Mercedes Marcó del Pont. A partir de este período se entra en un ciclo de dominancia fiscal sobre la política monetaria que persiste hasta el día de hoy.

Principales variables de política monetaria e inflación entre 2003 y 2010.

El candidato y Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta decidió incorporar a Redrado a su equipo técnico en la Ciudad, y el ala izquierda del PRO defiende a capa y espada al que fue el presidente del BCRA durante el primer experimento kirchnerista en el país

La dirigente “histórica” y “liberal” Veby Martinez, funcionaria del Gobierno porteño desde hace más de 15 años, dejó en claro la postura del espacio político de Larreta en sus redes sociales y defendió públicamente no solo a la gestión de Redrado, sino también la de Néstor Kirchner.

Este tipo de posturas arrojan serias dudas acerca de la verdadera capacidad del espacio de Larreta para estabilizar los precios como promete, especialmente cuando el proceso inflacionario ya escaló a los niveles más drásticos desde 1991.

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Argentina

Se endurece el cepo a las Provincias: Les dejan dólares hasta fin de año equivalente a solo 7 días de reservas para turismo y dólar ahorro

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El Banco Central espera ahorrar hasta 276 millones de dólares extendiendo el cepo a todas las Provincias en 6 meses, y es apenas un 30% de lo que se gasta todos los meses en atender operaciones de turismo y dólar ahorro.

El ministro Sergio Massa demuestra un nivel de improvisación alarmante, dejando en claro una vez más lo que públicamente advirtió Alberto Fernández: no hay plan. La economía opera a la deriva mientras el equipo económico despliega parches temporales para postergar una mayor devaluación oficial, o tan siquiera permitir un desdoblamiento formal.

La generalización del cepo cambiario a las Provincias constituye un severo golpe para la reputación crediticia de las mismas y sus operaciones de financiamiento con acreedores externos, pero en términos de “ahorro” de divisas la decisión es simple y llanamente insignificante.

Según estimaciones de la Consultora 1816 el Banco Central solamente podrá ahorrar un total de hasta 276 millones de dólares en un período de 6 meses. Para tomar dimensión de lo que esto significa, se debe considerar que la venta mensual de dólares oficiales para abastecer operaciones por el dólar turista representa un monto de 630 millones de dólares, y las ventas en concepto del ultra-restringido “dólar ahorro” totalizan los 270 millones de dólares mensuales.

Con las medidas, el ministro Massa a duras penas consiguió ahorrar en 6 meses solo el 30% de lo que todos los meses debe vender el BCRA por operaciones normales. En otras palabras, el ahorro dispuesto por Massa equivale a 7 días de intervención de dólares para el turismo y el acotado atesoramiento legal.

En vista de las graves implicancias crediticias para algunas jurisdicciones, muy especialmente Córdoba, resulta casi incomprensible por qué el Gobierno decidió endurecer de esta manera el cepo cambiario si a cambio solo se consigue un ahorro tan insignificante.

Ya sea por improvisación, mala praxis o ambas cosas al mismo tiempo, lo cierto es que el endurecimiento del cepo no constituye ningún tipo de solución al problema de escasez de divisas, y ni siquiera funciona como un parche contundente a tener en cuenta. La tasa de devaluación oficial, fluctuante entre el 7% y el 9% mensual, es abiertamente insuficiente para acumular reservas internacionales.

En la práctica, la verdadera fuente significativa para postergar el shock devaluatorio hoy en día lo constituye el endeudamiento externo. El ministro Massa amplió el Swap con China hasta los 18.000 millones de dólares, con reservas de libre disponibilidad por US$ 10.000 millones.

Solamente con esta operación de ampliación a través del Swap chino, el Gobierno consiguió hasta 36 veces más divisas de lo que supuso la generalización del cepo para las Provincias. También se desbloquearon líneas de crédito en concepto del programa “Ruta de la seda” por US$ 3.000 millones.

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