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Economía

“Es muy difícil encontrar un país al que le vaya tan mal con la pandemia”. Broda disparó contra Alberto Fernández

Miguel Ángel Broda reapareció esta semana para brindar su mirada sobre el rumbo económico del país frente al COVID-19. Aseguró que Argentina se encuentra entre los países que peor han manejado el desafío de esta pandemia y planteó un duro diagnóstico.

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Tras superar la barrera de 100 días de una cuarentena que se torna cada vez más pesada y que promete ser récord en el mundo por su duración, el economista y consultor Miguel Ángel Broda manifestó una grave preocupación en torno al rumbo actual en el programa Mesa Chica, por La Nación

El diagnóstico de la situación se torna mucho más pesimista y amargamente realista de lo que plantea el oficialismo

Para Broda, la cuarentena no surtió el efecto esperado porque, aún con características muy restrictivas y una duración muy larga, se volvió fuertemente ineficiente y de “baja calidad”. El resultado fue trágico, pues los casos del Covid-19 aumentaron en una proporción mayor a la que se esperaría con tales restricciones, y la economía argentina se derrumbó un 26% en mayo, un récord mundial

Al enorme desorden macroeconómico se le añadió un shock externo que las autoridades no supieron administrar de la manera más correcta. 

“No tenemos la menor idea de cómo vamos a salir de esto y la verdad es que estamos ante un punto de inflexión. La Argentina es el ejemplo del país con más desorden macro y que menos crece en el mundo. Necesitamos 390 días para duplicar el ingreso per cápita… No solo tropezamos con la misma piedra, sino con la misma cantera”, concluyó. 

Broda comparó al caso argentino con la región de América Latina, y explicó que los enormes desequilibrios macroeconómicos hacen (y hacían también antes del Covid-19) muy difícil la eventual recuperación. 

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La recuperación toma ya cada vez más matices en la discusión económica, planteando diversos escenarios a partir de las “letras” que simbolizarían el comportamiento de la actividad.
En los países más desarrollados, Estados Unidos como primer gran ejemplo, la recuperación tomó una forma en “V” de manera rápida y contundente, y este comportamiento se reflejó en los indicadores sociales y su recuperación a partir de mayo. 

Para el caso de nuestro país, el repunte de la economía podría seguir una lógica diferente, de carácter mucho más gradualista y costosa en cuanto su preservación en el tiempo. Este hipotético rebote podría tener la forma de “U”, si es que el oficialismo logra imponer un orden macroeconómico consistente, lo cual parece ya muy difícil.

Caso contrario, si la crisis se profundiza, podríamos estar ante una “L”, con una fuerte caída como la que estamos viviendo actualmente y luego un estancamiento en el fondo.

Miguel Ángel Broda, jefe del Estudio Económico-Financiero Miguel A.M. Broda y Asociados, Máster y Ph.D por la Universidad de Chicago.

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El economista anticipó en la entrevista que el proceso recesivo viene ocurriendo desde el 2018 y que, desde aquel entonces, Argentina atravesó tres fuertes shocks macroeconómicos.

El primero de ellos fue el resultado electoral en las PASO, las cuales enterraron las posibilidades de una reelección de Mauricio Macri, tal y como se esperaba en ese entonces. El impacto fue muy duro sobre las expectativas, ante los provocadores discursos radicalizados hacia la izquierda del entonces candidato y hoy presidente, Alberto Fernández. 

El segundo shock fue la sequía que atravesó el campo, probablemente algo imposible de prever, lo cual disminuyó fuertemente la capacidad exportadora del país de manera temporal, y tuvo un efecto sobre el nivel del tipo de cambio real. 

Finalmente, Broda habla del tercer gran shock, el más importante, con la llegada del Covid-19 a la Argentina y la instauración de la cuarentena para intentar contener su propagación

Hizo hincapié en este último shock, pues la caída que provocó fue récord en el mundo y un dato históricamente dramático, nunca antes registrado en las estadísticas del INDEC y de otras consultoras privadas.
Apuntó fuertemente contra el gobierno y el equipo económico, pues la cuarentena mostró ser sumamente ineficiente, y no se formuló un programa económico contundente que respalde la situación financiera de las empresas y las familias. En su lugar, se instauraron una serie de paliativos temporales y superfluos.

Por último, destacó la falta de testeos, así como otros modos de recopilación de datos usualmente utilizados en los países más exitosos, como los rastreos digitales. 

“En ese contexto veo que el país no sabe cómo salir. Cuando uno compara la Argentina con el resto del mundo ve que el virus no está retrocediendo acá. Algo parecido le sucede a Ruanda”, sentenció Broda con su diagnóstico. 

Argentina está logrando resultados comparables a los países menos desarrollados de la tierra, a pesar de que el presidente se encargó de denostar el modelo de cuarentena aplicado en Suecia, el cual ya ha demostrado generar una síntesis exitosa entre casos de Covid-19 y derrumbe económico. 

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Economía

Caída en picada de la inflación: Los precios mayoristas subieron un 5,4% en marzo, después de haber alcanzado la hiper en diciembre del año pasado

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La variación mensual de los precios al por mayor se derrumba a un ritmo incluso más rápido que en los precios minoristas. La tasa de inflación general podría retroceder al 6% a partir del mes de abril, según estimaciones privadas.

El INDEC confirmó una nueva y fuerte caída de la tasa de inflación en Argentina: el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento del 5,4% en marzo, la variación más baja en lo que va del año. Retrocedió implacablemente con respecto al salto del 10,2% producido en febrero, al 18% de enero, y al estallido del 54% registrado en diciembre de 2023. Esta última cifra constituye técnicamente una situación de hiperinflación.

Se observó un incremento mensual del 6,2% sobre productos de origen estrictamente nacional, mientras que los bienes importados cayeron en un promedio del 1,7% en marzo. La energía destacó de entre los aumentos mensuales, marcando una suba del 12% (debido a la corrección de precios relativos que lleva adelante el equipo económico).

Los precios mayoristas acumularon una suba del 37% entre enero y marzo, muy por debajo del 51,6% de aumento que se registró en los precios minoristas. La inflación mayorista está bajando a un ritmo mucho más acelerado que la minorista, un fenómeno muy común entre los programas de estabilización. Se registró un aumento interanual del 330,6%, debido al efecto de arrastre estadístico después del salto de diciembre. 

El programa de ajuste fiscal y monetario del Gobierno logró tumbar la hiperinflación que había dejado plantada el kirchnerismo en los últimos meses de la gestión de Massa. Este fue sin lugar a dudas el principal objetivo de las medidas de emergencia que se tomaron a partir del 10 de diciembre.

La caída de la variación mensual en los precios mayoristas fue contundente. El Índice de precios básicos al por mayor (IPIB) registró un aumento incluso menor y en torno al 4,9% al cierre de marzo, un indicador que excluye el efecto impositivo sobre los precios relevados.

Asimismo, el Índice de precios básicos del productor (IPP) marcó un aumento del 5% en marzo, y nuevamente el salto de la energía destacó de entre las principales aperturas que componen el indicador.

Con esta dinámica en los precios al por mayor, se estima que el IPC minorista volverá a registrar una nueva rebaja en su ritmo de aumento en abril. En este sentido, el exministro de Economía Domingo Cavallo sugiere que la inflación de precios al consumidor podría estabilizarse en el 9,5% a partir de abril, y retroceder hasta un umbral del 6% al 7% a partir del mes de mayo. Esto es coincidente con la desaceleración de los precios online.

La reactivación de la actividad real dependerá casi exclusivamente de la velocidad en la salida del cepo cambiario, ya que resulta un elemento imprescindible para la tan esperada recuperación en “V”. 

Por otra parte, para que la liberalización del mercado cambiario pueda ser posible sin conducir a un nuevo proceso hiperinflacionario, resulta necesario continuar con el saneamiento del balance del Banco Central (BCRA). El director de la institución, Santiago Bausili, logró recomponer el salto de las reservas netas en sus primeros meses de gestión. 

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Economía

¿Nueva guerra comercial con China? Biden apunta a triplicar los aranceles para la importación de acero y aluminio

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La administración Biden amenaza con lanzar una nueva ofensiva arancelaria contra el ingreso de productos chinos, una maniobra que podría conducir a una pronta respuesta por parte del gigante asiático.

El giro proteccionista de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden se hace cada vez más evidente. Pese a prometer lo contrario en su campaña electoral, Biden promete redoblar los aumentos tarifarios contra China y otros países del mundo.

Hasta ahora, las medidas proteccionistas del Gobierno se focalizaron en subsidios encubiertos, como por ejemplo los dispuesto en la llamada “Ley de Reducción de la inflación” del 2021. Pero esta vez se estudia abiertamente un nuevo rediseño del sistema arancelario.

El Presidente Biden propuso triplicar el arancel de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, del 7,5% al 25%. Esta resolución amplía una anterior que ya había adoptado el expresidente Donald Trump, en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (establecida en 2018). Pero la ley sancionada durante la administración anterior sólo alcanzaba a unos productos específicos, y la propuesta de Biden es generalizar el aumento arancelario sin excepción en todo el sector.

Estados Unidos se constituye actualmente como el cuarto productor mundial de acero, mientras que China ocupa el primer lugar. Semejante participación en el mercado haría muy efectivo el impacto de un arancel sobre la importación de China (con beneficios positivos para la industria local), pero este tipo de medidas resultan en su mayoría estériles, debido a que se espera una pronta respuesta por parte de China y la situación volvería al punto de inicio (o aún peor debido a la persistente volatilidad).

Siguiendo el mismo patrón, la administración Biden intervendrá deliberadamente en la adquisición de US Steel por parte de inversores japoneses, un acto populista y desesperado en medio del clima de la campaña electoral.

Asimismo, el Presidente Biden propuso incrementar los aranceles para la importación de madera canadiense del 8% al 14%, sin ningún tipo de justificación convencional. Esto supone un golpe hacia uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en la región.Queda en evidencia que la política comercial de Biden no se limita exclusivamente a China.

Biden despliega este paquete de propuestas como respuesta a las medidas prometidas por Trump, entre las cuales se encuentra el establecimiento de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones, y una tasa especial del 60% sobre todas las importaciones de China.

Como es de amplio conocimiento, la dictadura comunista en China se negó a cumplir con la liberalización total de su mercado de divisas, un requisito al que se había expresamente comprometido tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2000. En lugar de ello, solo se dio lugar a una serie de desregulaciones parciales y progresivas que, hasta el momento, no llegaron a desembocar en un mercado libre.

Las políticas proteccionistas se utilizaron como una medida coercitiva para forzar la liberalización cambiaria de China durante la administración de Donald Trump, aunque una vez finalizada la guerra comercial (2018-2020) se llegó a un nuevo status-quo sin mayores cambios en esta materia y con aranceles más elevados entre ambos países (la relación final entre ellos favoreció ligeramente a Estados Unidos).

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Contundente fracaso de la Ley de Alquileres en Cataluña: La oferta de viviendas se derrumbó y los alquileres suben al doble que la inflación

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Nuevamente se observaron de primera mano los resultados desastrosos de la regulación de los alquileres, esta vez en la experiencia catalana. El valor real de los alquileres se incrementó casi un 5% desde la vigencia de las normativas regulatorias.

El gobierno socialista-independentista de Cataluña lanzó un masivo programa estatal para tratar de controlar arbitrariamente el precio de los alquileres en la región. Así como en Argentina, el gobierno comunitario lanzó una Ley de Alquileres que dispuso la regulación total de los contratos entre inquilinos y propietarios.

Nuevamente como en Argentina, las regulaciones no cumplieron su cometido y no ofrecieron ningún tipo de alivio a los ciudadanos para acceder a una vivienda más asequible, más bien ocurrió lo contrario.

El primer experimento regulatorio de Cataluña se lanzó en septiembre de 2020, en plena pandemia, con la llamada “Ley Autonómica de Alquileres”. Dicha legislación se mantuvo casi sin cambios hasta abril de 2022. Durante este período, la oferta de viviendas cayó un 35,5%, y el valor real de los alquileres más baratos y accesibles se disparó un 12,7%, el doble que la inflación para esa misma etapa. Los datos fueron computados por un estudio del Centro de Política Económica de España (ESEADE) en base a los dos años de evidencia empírica de la regulación.

El presidente de Cataluña, Quim Torra, salió expulsado del gobierno en 2021, y tomó el control Pere Aragonès, quien a pesar de ser más moderado en cuestiones económicas, demostró no haber aprendido absolutamente nada del fracaso regulando los alquileres, y volvió a lanzar una nueva ofensiva de controles a partir de marzo de este año.

Se dictó un estricto control sobre 140 municipios en toda Cataluña, y más tarde la cantidad de localidades alcanzadas se extendió a un total de 241, abarcando territorios que representan hasta el 90% de la población catalana.

Los primeros resultados de la nueva normativa regulatoria son tan deplorables como los que cosechó la primera ley de alquileres de 2020. La oferta de viviendas respondió rápidamente con una reducción del 13% según estimaciones de la compañía inmobiliaria Idealista.

“Es innegable que el origen del problema del alquiler en España está en la poquísima oferta disponible, por lo que se hace imprescindible un cambio de rumbo que reequilibre las relaciones entre inquilinos y propietarios, que asuma que los propietarios no son el problema sino la solución al aumento de la oferta y el ajuste de los precios”, confirmó la firma inmobiliaria.

En la Ciudad de Girona la caída de la cantidad de viviendas disponibles para un alquiler cayó un 21%, en Tarragona la reducción fue del 16%, y en Barcelona se desplomó no menos de un 14%.

Sin excepción, todas las localidades afectadas por las regulaciones experimentaron fuertes caídas en la oferta disponible de inmuebles, tal y como anticiparon la mayoría de los agentes del mercado inmobiliario, y del mismo modo en que ocurrió durante el periodo 2020-2022. El Gobierno cometió dos veces el mismo error estrafalario, por motivo de un cinismo ideológico.

Dada una demanda relativamente estable (como la que de hecho se observa), la fuerte caída de la oferta de inmuebles empujó los precios hacia arriba en términos reales. Los alquileres aumentaron un 4,6% por encima de la inflación en Barcelona desde el pasado mes de marzo, siendo esta una de las regiones más afectadas por la aplicación efectiva de los controles.

El aumento real promedio de los alquileres en toda Cataluña fue del 4% en solo un mes, y el panorama luce sombrío conforme el Gobierno se niegue a torcer el rumbo económico para permitir una mayor libertad de negociación entre las partes.

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