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Economía

Fin de año con desabastecimiento: El Gobierno admitió que hay un 25% de faltantes en las góndolas

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La represión de precios encuentra su contracara en la disminución de la oferta de los bienes en las góndolas de los supermercados. Aún así, el kirchnerismo confirmó que el programa Precios Justos seguirá vigente hasta diciembre de 2023.

El presidente Alberto Fernández y el equipo económico dirigido por el ministro Sergio Massa apuestan a reducir la inflación mensual en el corto plazo y generar una convergencia al 4% para marzo de 2023, pero solo a través de profundizar la represión financiera.

A través del Boletín Oficial el Gobierno confirmó que el programa Precios Justos, que regula una canasta de hasta 1.900 bienes de consumo masivo, se mantendrá en vigencia sin mayores cambios por lo menos hasta diciembre del año próximo

La noticia no sorprendió a las cámaras empresarias, ya que Precios Justos llegó como una normativa para relanzar los Precios Cuidados que ya se vienen aplicando desde 2014. Sin embargo, el equipo de Massa no precisó cuáles serán las condiciones que harían posible una extensión semejante del programa y se teme por el desabastecimiento

No se trata de ninguna especulación ni de estimaciones privadas o alternativas. Las inspecciones oficiales de la Secretaría de Comercio confirmaron que solo en el primer mes de aplicación de Precios Justos, se registró un faltante de hasta el 25% en los bienes alcanzados por las regulaciones en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Estos resultados corresponden a las últimas dos semanas del mes de noviembre. 

La Secretaría detectó problemas en el ritmo de reposición de las mercaderías, así como también la interrupción de múltiples cadenas de provisión. Los precios fijados con criterios políticos y arbitrarios distorsionan las decisiones de producción e inversión, y deterioran progresivamente el funcionamiento del sistema de abastecimiento. 

En la primera etapa del programa se pretende que los precios sean fijados y sin modificación hasta el próximo mes de marzo, pero no se han atendido soluciones acerca del surgimiento de faltantes en las góndolas.

La inflación se desaceleró durante el mes de noviembre y registró una avance del 4,9% en el segmento de precios minoristas, pero arrojando un importante costo en materia de desabastecimiento. Se generó un importante desacople en comparación a la evolución de los precios mayoristas, aquellos percibidos por los productores, que sólo en el mes de noviembre aumentaron un 6,3%.

Los precios al productor generan una presión al alza en los precios al consumidor, y mientras la represión financiera detiene temporalmente los aumentos, se genera una suerte de “olla a presión” o inflación reprimida. 

Economía

Caputo disparó contra el desastre económico que deja el kirchnerismo: “Recibimos la peor herencia de la historia”

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El futuro Ministro de Economía describió la delicada situación macroeconómica que dejan los cuatro años de administración kirchnerista en el país. La inflación es la más alta de las últimas tres décadas, la economía acumula 16 meses de recesión y las finanzas públicas están completamente desequilibradas.

El economista Luis Caputo, designado como futuro ministro de Economía por el Presidente Javier Milei a partir del 10 de diciembre, se pronunció al respecto de la caótica situación económica que deja la gestión de Alberto Fernández y Sergio Massa. No se veía un escenario económico semejante desde la crisis de 2001 o la hiperinflación de la década de 1980.

La tasa de inflación mensual escaló a los 2 dígitos a partir de agosto, la interanual llegó al nivel más alto de los últimos 32 años, la actividad económica real acumula 16 meses de recesión desde agosto del año pasado, las finanzas públicas arrojan un déficit primario récord que incumplió todas las metas con el FMI, el BCRA mantiene un récord de reservas netas negativas y la bomba de pasivos remunerados supera el 334% de la base monetaria.

Todos sabemos la herencia que estamos recibiendo. Como dice el Presidente, es la peor de la historia. Vamos a dejar la vida para que salga bien para todos los argentinos”, afirmó Caputo.

La situación macroeconómica inestable se combina, esta vez, con un tendal social verdaderamente lastimoso. El INDEC confirmó que 6 de cada 10 menores de 14 años son alcanzados por la pobreza, y más del 40% de la población total al cierre del primer semestre de 2023.

Asimismo, las estimaciones de la Universidad Torcuato Di Tella empleando una metodología similar a la del INDEC sugiere que la pobreza ya habría escalado a casi el 43% en octubre, y podría finalizar el año en torno al 45%.

La medición de la pobreza multidimensional de la Universidad Católica Argentina (UCA) encuentra que casi el 45% de la población ya cayó en el umbral de la pobreza al término del tercer trimestre del año, y se estima que no hará más que aumentar en el último trimestre.

El Presidente electo se refirió a la situación actual como la peor herencia de la historia no solo por la magnitud de los desequilibrios económicos, sino también por el deteriorado punto de partida.

Caputo se prepara para lanzar el plan de estabilización de La Libertad Avanza a partir del 10 de diciembre, en colaboración con un destacado equipo de economistas, y entre ellos figuran Federico Furiase y Martín Vauthier, con perfiles ligados a las finanzas y a la economía aplicada.

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Economía

El equipo de Luis Caputo están en condiciones de lanzar la dolarización a un tipo de cambio de $1.000 por dólar

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El plan de estabilización que será lanzado el 10 de diciembre contempla una liberalización del mercado cambiario en dos etapas, y una profunda reestructuración del Banco Central con fondos de hasta US$ 25.000 millones que vendrían del exterior. Con esta maniobra, el próximo Gobierno le abre las puertas a la dolarización.

El plan de dolarización del Presidente Javier Milei está cada vez más cerca de poder concretarse. A partir del 10 de diciembre se prepara el lanzamiento de un plan de estabilización que buscará atacar al mismo tiempo dos frentes principales: la progresiva liberalización del mercado cambiario, y la reestructuración de los pasivos remunerados del Banco Central.

Ambas medidas son condiciones necesarias para llevar a cabo un proceso de dolarización sin incurrir en la violaciión de contratos asumidos con el sector privado, ni tampoco ninguna experiencia traumática en materia de inflación. La estrategia buscará minimizar al máximo el costo social asociado al período de transición.

El equipo del futuro ministro Luis Caputo estaría en condiciones de destrabar fondos del exterior por un monto de al menos US$ 25.000 millones, de los cuales cerca de US$ 5.000 millones serían provistos por el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), y aún queda una duda el uso del Fondo de Resiliencia para estos fines.

Si esto finalmente se concretara en la práctica, entonces el Gobierno de Milei obtendría los fondos necesarios para reestructurar los pasivos remunerados, incluyendo una operación de canje entre el Tesoro Nacional y los bancos privados locales

Solo restaría rescatar la base monetaria, que alcanza a representar los US$ 7.000 millones aproximadamente (un valor históricamente bajo por la desmonetización de la economía). Así y todo, sin el estorbo de los pasivos remunerados, la dolarización podría ser factible a un tipo de cambio de conversión de $1.000 por dólar a valores de hoy

La segunda condición para que esto sea posible es la progresiva desregulación y unificación del mercado cambiario. En principio, el equipo económico de Milei prepara dos etapas de transición, la primera llevaría el tipo de cambio oficial al umbral de los $650 (eliminado decenas de regulaciones de la CNV y el BCRA), y en una segunda etapa se procedería a unificar el dólar en una sola cotización de $1.000 a precios de hoy (eventualmente los valores nominales cambiarán conforme avance el tiempo).

Muchos analistas compararon este proceso con una “neo-convertibilidad”, ya que la dolarización se llevaría a cabo con un tipo de cambio fijo y respaldado con reservas por la autoridad monetaria

En otras palabras, los usuarios no tendrán que salir corriendo a canjear sus pesos por dólares en los bancos en temor por el avance de la devaluación, ya que el dólar libre (sin restricciones) será fijado de la misma manera en que se fijó durante el régimen de Convertibilidad. Este esquema facilita la transición, minimiza los costos para los usuarios y permite trazar un horizonte de previsibilidad

El plan económico de Milei revertiría el orden de los aumentos de precios: el primer precio en dejar de aumentar será el dólar, seguido por los precios transables, luego los mayoristas, luego los minoristas, y finalmente los salarios serán los últimos en dejar de subir por inflación (ganándole a todos los precios restantes en el proceso), y comenzarán a regirse por razones estrictamente ligadas a la productividad.

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Argentina

El modelo económico kirchnerista está agotado: Hace 12 años que Argentina sufre una dramática y empobrecedora estanflación

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La actividad económica no crece desde mediados del año 2011, pero la tasa de inflación escaló del 25% a casi el 200% desde entonces. El poder adquisitivo de los ingresos reales es cada vez menor, y la pobreza volvió a los mismos umbrales que tenía en el año 2001.

La Vicepresidente saliente Cristina Fernández de Kirchner aseguró que “el peor infierno” para la economía del país es la estanflación, es decir, una situación en la cual la actividad se estanca o decrece y al mismo tiempo tiene lugar un violento proceso inflacionario.

Pero ese infierno no es nuevo en Argentina, la estanflación lleva 12 años afectando al desarrollo del país precisamente por el agotamiento del modelo económico kirchnerista. Las sucesivas gestiones del kirchnerismo llevaron a cabo una contrarreforma sobre todo el avance conseguido durante la década del 90, y los resultados están a la vista.

La actividad económica del país no crece desde mediados de 2011, sin importar a partir de qué indicador se la quiera medir. El índice EMAE del INDEC solamente registró un magro crecimiento del 1,35% entre septiembre de 2011 y septiembre de 2023, con fuertes recesiones en 2012, 2014, 2015 y 2016, 2018 y 2019, el shock por la pandemia en 2020, y finalmente una nueva recesión comenzada a mediados de agosto del año 2022.

Lo mismo ocurre si se medida la actividad de la construcción a partir del ISAC que publica el INDEC, o el índice de producción industrial (IPI) del mismo organismo. Ambos indicadores no registraron crecimiento alguno en los últimos 12 años. Desde que Massa se hizo cargo del Ministerio de Economía la producción industrial se contrajo un 3,3%, mientras que la construcción se derrumbó hasta un 6,2%.

Todos estos episodios recesivos fueron acompañados por una dinámica inflacionaria explosiva. La tasa de inflación minorista promediaba el 24% en 2012 y llegó a superar el 25% para diciembre de aquel año. 

Escaló al 41% en octubre de 2014 tras la devaluación de Kicillof, rompió el techo del 46% en julio de 2016 durante los primeros meses de la gestión de Cambiemos, en mayo de 2019 repuntó por encima del 57% interanual, y desde febrero de 2023 ingresó en el terreno de los 3 dígitos. El último dato del INDEC marcó una inflación superior al 142% al cierre de octubre, y casi 150% en el mercado mayorista.

Actividad económica entre 2012 y 2023.

La tasa de inflación podría finalizar el año en un valor cercano al 200% según anticipan la mayoría de las consultoras privadas. El país entró en un régimen de dos dígitos de inflación mensual tras la devaluación de agosto, y la variación de los precios minoristas podría llegar a superar el 20% en el último mes del 2023. 

Las reformas estructurales que propone llevar a cabo el Presidente Javier Milei a partir del 10 de diciembre no son responsables de la profundización de la estanflación, la estanflación es el resultado natural de el colapso del modelo kirchnerista, y las reformas estructurales se perfilan para terminar con ese modelo.

El régimen económico del kirchnerismo, sustentando sobre la base de la dominancia fiscal del Tesoro sobre el Banco Central, el proteccionismo, las regulaciones excesivas, la distorsión de precios relativos y la presión tributaria desorbitada, se encuentra en un proceso de agotamiento similar al que tuvo el mismo sistema durante la década de 1980.

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