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Economía

Gracias al arduo trabajo monetario de Milei, el FMI estimó que la inflación será de 150% en 2024 y de 45% en 2025

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A pesar de seguir sufriendo con la pesada herencia económica del kirchnerismo, el informe de perspectivas del Fondo Monetario Internacional proyecta el fin de la alta inflación en Argentina.

El más reciente informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI) ratifica la previsión de un año de recesión para la economía argentina, caracterizado por una alta inflación, pero con una luz al final del camino: la inflación este año será casi la mitad que la del año pasado y el país dejará de tener alta inflación en 2025.

Como consecuencia del arduo trabajo en materia monetaria del gobierno de Javier Milei, se proyecta una recuperación significativa para el año 2025, con una marcada desaceleración en el índice de precios. Este escenario de crecimiento económico y un freno a la inflación es el mejor de los escenarios para el desarrollo de un país.

El FMI mantiene su proyección de una contracción del Producto Bruto Interno (PBI) argentino del 2,8% para el año 2024, en línea con su informe de principios de año. Esta cifra representa una caída menor en comparación con la expectativa del consenso de los economistas, reflejada en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, que prevén una disminución del 3,5%.

En lo que respecta a la inflacion, según los datos proporcionados por el organismo multilateral, Argentina tendrá una inflación a lo largo de todo el año del 149,4%, casi la mitad de la inflación que tuvo el kirchnerismo en 2023, y una cifra inferior a la estimación del REM, que sitúa la inflación en el 189,4%.

Para el año 2025, se espera que la Argentina comience un fuerte camino de recuperación económica, y sea uno de los países con mayor crecimiento del PBI. Se mantendría la tendencia de desaceleración inflacionaria, con una reducción significativa de la inflación a un 45% en todo el año, la más baja en mucho tiempo, y se estima un crecimiento del 5% del PBI.

El Fondo contempla una mejora en el frente externo de Argentina. Después de registrar un déficit de cuenta corriente considerable del 3,5% del PBI el año pasado, se prevé que el país alcance un superávit del 0,9% tanto en el presente año como tambien en el próximo.

El economista jefe del organismo, Pierre Olivier Gourinchas, afirmó en una conferencia de prensa que, “en Argentina las autoridades están implementando un plan de estabilización muy ambicioso para restaurar la estabilidad macroeconómica”.

Como saben, el plan se centra en un fuerte ancla fiscal que elimina, en particular, cualquier financiación del gobierno por parte del Banco Central, que fue uno de los factores que condujo a cifras de inflación muy elevadas en años anteriores. Y eso ya está mostrando sus efectos. Vemos esta fuerte caída de la inflación mes a mes”, aseguró.

Por eso el progreso hasta ahora ha sido realmente impresionante. Las autoridades han podido registrar un superávit fiscal por primera vez en más de una década. Y, por supuesto, esto llevará algún tiempo y requerirá una implementación política firme. Es necesario hacer mucho más, y es necesario hacer mucho más en una escala más amplia”, afirmó.

El informe del FMI también proyecta un aumento en la tasa de desempleo para este año, alcanzando el 8%, aunque se espera una ligera reducción al 7,5% en 2025. Está dentro de lo esperado que las economías en las que cae la inflación repentinamente, sube la tasa de desempleo, ya que las empresas no pueden licuar más los salarios y si quieren reducir costos deben liberar mano de obra.

Para esto, el gobierno de Milei busca una ambiciosa reforma laboral, algo que ni el presidente Carlos Menem pudo introducir durante sus reformas, que permita alcanzar el pleno empleo en una economía completamente libre.

Por otro lado, el ministro de Economía, Luis Caputo, partirá hoy nuevamente hacia Washington para asistir a la Reunión de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo del Gobierno es retomar las negociaciones sobre el programa en curso y, especialmente, obtener más divisas del Fondo y otros organismos multilaterales para levantar las restricciones cambiarias, y así poder acelerar la recuperación economica.

El evento del FMI se llevará a cabo desde el miércoles hasta el viernes en la capital estadounidense. El equipo económico tiene previsto realizar reuniones bilaterales con la directora Gerente del Fondo, Kristalina Georgieva; su segunda al mando, Gita Gopinath; y la secretaria del Tesoro y principal asesora económica de Joe Biden, Janet Yellen.

La comitiva también incluirá al secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y al titular del Banco Central de la República Argentina, Santiago Bausili, quienes participarán en un encuentro organizado por el banco J.P. Morgan.


De Kevin Frank para La Derecha Diario

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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