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Economía

Javier Milei: “el primer gobierno de Menem es el mejor de la historia"

El popular economista Javier Milei asistió al programa de Viviana Canosa donde, sin timidez, apuntó contra Alberto Fernández, contra Martín Guzman, y aseguró que Menem y Cavallo lograron el mejor gobierno de la historia Argentina entre el ’91 y el ’96.

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Con el temperamento que lo caracteriza y lo hace tan querido y popular, el economista Javier Milei no se calló absolutamente nada en la entrevista de ayer por la noche en el programa Nada Personal de Viviana Canosa, transmitido por Canal 9.

En el dialogo con la conductora, elogió fuertemente a la organización que mantuvo la Argentina en la década de 1990, durante la administración del ex-presidente Menem, y aseguró que no hubo ningún otro plan tan exitoso como el de la convertibilidad. 

Además concluyó que Domingo Cavallo fue el mejor ministro de Economía de la historia Argentina, y Carlos Saúl Menem el mejor presidente.

El economista explicó que los primeros dos años en la administración menemista fueron tumultuosos, y que “se arrancó mal”, pero la gestión de Cavallo contribuyó para enderezar ese rumbo.

Señaló que los primeros pasos de Menem terminaron en fracaso, como sucedió con el famoso plan Bunge & Born del ex-ministro Mario Rapanelli, o la actuación del ex-ministro Erman González, artífice del Plan Bónex en diciembre de 1989. La Convertibilidad fue, según el economista, el primer plan que salió realmente bien. 

Cavallo fue el mejor ministro de Economía de la historia. El primer gobierno de Menem fue el mejor gobierno de la historia y arrancó mal. Después salió bien el plan de la Convertibilidad. Claramente el primer gobierno de Menem fue el mejor de la historia por todo lo que hizo Cavallo en el Ministerio de Economía. Te puede gustar, no te puede gustar”, explicó el economista. 

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Milei citó un paper académico llamado “Passing the Buck: Monetary and fiscal policies”, escrito por Gerardo Della Paolera, para respaldar su análisis.

Della Paolera desarrolló un indicador llamado “índice de presión macroeconómica”, que mide y compara a las distintas presidencias argentinas.

El índice en cuestión señala que el primer gobierno de Menem obtuvo la mejor calificación de todas las presidencias evaluadas para la historia Argentina, y su segundo mandato obtuvo también un lugar destacado en el ranking (con ligeros cambios incluidos por el propio autor).

El economista aclaró que existen tres formas de evaluar el papel que tuvo Domingo Cavallo en su paso por la administración pública: su rol como presidente del Banco Central en 1982, su paso por el ministerio de Economía durante el período 1991-1996 y, finalmente, su corto pero importante paso por el gobierno del ex-presidente Fernando De la Rúa. 

Con respecto a esta última actuación de Cavallo en el 2001, Milei lo calificó de patriota. Señaló que, con el fracaso de la gestión de su antecesor Machinea (con un breve paso de López Murphy en el cargo) y la poca estabilidad en el sistema bancario, Cavallo decidió aceptar el cargo que De la Rúa le había ofrecido, a pesar de que contaba con la mejor imagen positiva del país.

En aquel entonces Cavallo era visto como un héroe nacional, habiendo sido el artífice del milagro económico argentino de la década del 90 y luego habiéndose ido del Gobierno cuando vio corrupción. Según Milei, Cavallo no tenía nada que ganar si la situación mejoraba, y tenía todo por perder si esto no ocurría, como finalmente pasó.

Los cambios y las duras medidas que tuvo que tomar Cavallo en esos fatídicos meses de 2001-2002 sepultaron su carrera política, cuando todo indicaba que en 2003 de no haber sacrificado su imagen, podría haber arrasado en una elección nacional.

Domingo Cavallo, en el momento de su juramento como ministro de Economía en el 2001. 

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Refiriéndose a la coyuntura actual, Milei expresó su discrepancia con respecto a la trayectoria de la negociación de la deuda, bajo el equipo de Martín Guzmán. Apuntó contra el ministro, y alegó que estiró de forma exagerada los plazos de la negociación. 

“Un buen ministro de Economía tiene que ser buen gerente. No necesariamente el que más sabe. Tiene que saber rodearse de los talentos pertinentes para cada uno de los lugares en los que hay que estar tomando decisiones. Desde mi punto de vista Guzmán es un pésimo ministro de Economía, porque podría haber hecho este acuerdo más bien asumía y no pasar tanto tiempo”, sentenció. 

Esta decisión de Martín Guzmán habría significado, según el economista, un gran costo adicional para todos los argentinos, pues estirar los plazos de negociación implica asignar recursos adicionales para este propósito, recursos que se podrían haber ahorrado desde un comienzo.

Con un tono más político que económico, Milei apuntó también contra el rumbo del presidente Alberto Fernández, y aseguró que está llevando a cabo una política calcada del Foro de San Pablo, una organización política pensada para establecer un socialismo regional en América Latina.  


La entrevista completa con Viviana Canosa en Nada Personal, por canal 9. 

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Economía

Tras la desregulación del mercado inmobiliario, la oferta de viviendas en alquiler se disparó casi un 200% en el AMBA

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Cada vez más personas pueden acceder al alquiler gracias al decreto de desregulación anunciado por el Presidente Milei en diciembre del año pasado. Se registró un explosivo crecimiento de la oferta inmobiliaria, el más drástico del que se tenga algún registro en los últimos años.

El proceso de desregulación del mercado inmobiliario cosechó un éxito contundente y arrollador, cada vez más difícil de negar incluso entre los más reaccionarios a las medidas que impulsó el oficialismo.

Desde que el Presidente Javier Milei decretó la desregulación inmobiliaria y el fin de la Ley de Alquileres del 2020, la cantidad de viviendas ofrecidas en alquiler se disparó hasta un 189% en el Área Metropolitana de Buenos Aires, según un reciente informe de la Universidad de San Andrés al término del mes de marzo.

La cantidad de inmuebles ofrecidos saltó drásticamente de las 6.696 unidades a un total de 19.069 en cuestión de solo unos pocos meses. Bajo el marco regulatorio anterior esto podría haber parecido una utopía, pero la mayor libertad de transacciones está permitiendo que miles de personas puedan acceder a la vivienda.

Asimismo, el sondeo de visualizaciones de Zonaprop registró que la cantidad de viviendas ofrecidas se duplicó desde diciembre del año pasado, convalidando así el éxito de la desregulación. Este fenómeno se explicó principalmente por los alquileres de índole permanente, en detrimento de los temporarios.

De acuerdo a Zonaprop, en el mes de marzo el precio promedio de los alquileres aumentó tan solo un 2,5% en el Gran Buenos Aires, mientras que la tasa de inflación informada por el INDEC cerró por encima del 11% en el mismo período.

En lo que va del año el precio promedio de los alquileres acumuló un aumento del 28,7%, una cifra muy inferior al 49,1% que se había acumulando durante el primer trimestre de 2023 (bajo el esquema regulatorio del kirchnerismo).

Se debe tener en cuenta, además, que la tasa de inflación minorista acumulada entre enero y marzo fue del 51,6%, y los precios mayoristas subieron un 37% en el mismo período. Sin importar contra qué métrica inflacionaria se los compare, el valor real de los alquileres cayó drásticamente en términos reales.

Este fue precisamente el efecto que se esperaba tras la aplicación del proceso de desregulación. Dada una demanda relativamente estable (sin ninguna perturbación particular), el explosivo crecimiento de la oferta permitió que cada vez más personas puedan permitirse pagar un alquiler al verse beneficiados de su drástico abaratamiento.

El éxito de la desregulación se convalida desde el punto de vista de las cantidades ofrecidas en el mercado, y también desde el punto de vista de los precios en términos reales. Hasta la fecha, no se registró ni una sola variable en el mercado inmobiliario que se haya visto afectada negativamente tras el levantamiento de los controles impuestos en 2020, más bien todo lo contrario. La propaganda kirchnerista encontró un amargo final al verse refutada por la realidad.

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Economía

Crisis fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un déficit por casi 2 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Economía

Gracias al superávit y la estabilización inflacionaria de Milei, el Banco Hipotecario volvió a lanzar créditos hipotecarios

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Por primera vez en años vuelve a desarrollarse el crédito inmobiliario en la Argentina, de la mano del superávit fiscal anunciado por el equipo de Luis Caputo. Se lanzan nuevas opciones atadas a la variación del UVA.

Durante las últimas décadas los jóvenes argentinos han perdido la capacidad de acceder a una casa propia a través del crédito hipotecario, algo que ocurra en la totalidad de los países del mundo occidental.

Algo tan simple en el mundo se ha vuelto prácticamente en una fantasía en Argentina, y comprar una propiedad requiere un nivel de ahorro imposible para toda la clase media. Pero, ¿por qué paso esto? ¿Si la mayoría de nuestros padres pudieron? ¿Existe algún responsable? ¿Por qué Argentina perdió el mercado hipotecario?

La respuesta es extremadamente simple: el déficit fiscal. Explicarlo, puede tomar un poco más de desarrollo. Argentina hace 16 años que gasta más de lo que recauda. El déficit debió financiarse con los ahorros de los argentinos a través de la emisión constante de títulos públicos para cubrir el agujero fiscal.

Hay que entender que el sistema financiero no es otra cosa que el aparato sanguíneo de la economía, si todo el flujo debe financiar al Estado, crowding out, nada queda para el privado, y consecuentemente nada queda para el sueño de la casa propia.

El kirchnerismo buscó compensarlo con un limitado plan PROCREAR, donde solo se podía adquirir una vivienda designada por el político de turno y mediante un sorteo. Más allá de lo arbitrario del azar, no poder elegir donde uno quiere desarrollarse es un acto que atenta contra los derechos más fundamentales de los argentinos.

Este lunes, el presidente Javier Milei anunció el superávit fiscal de la cuenta corriente para el primer trimestre del año. Esto resulta de vital importancia porque ahora el sistema financiero posee recursos ociosos para colocar en el mercado. Esto genera las condiciones para un nuevo “noviazgo” entre el sistema financiero y el sector privado crowding in.

En la mañana de hoy nos enteramos que el Banco Hipotecario estará otorgando una nueva línea de crédito hipotecario, algo que no sucedía desde el año 2018. En su página, se pueden ver las condiciones comerciales que otorgan para la construcción, adquisición, terminación, y ampliación de vivienda.

El préstamo que otorgan es mediante la modalidad UVA que ajusta por inflación tanto el capital adeudado como las cuotas a pagar. La tasa de interés prevista es del 8,5% anual, es decir que la cuota ajustara por la variación de la UVA + 8,5% año a año.

Si bien estos créditos se habían hechos impagables desde 2018 a medida que empezó a escalar la inflación, con la estabilización monetaria que ya está consiguiendo la gestión de Milei y de Toto Caputo.

Para ilustrar un poco más, tomamos algunas métricas de la página, si uno solicita $100.000.000 (aproximadamente US$ 100.000), tendrá que tener un ingreso necesario de $3.128.000 y abonará una cuota de $782.000.

Tomando las palabras del presidente Milei, los argentinos están frente a la oportunidad de ser los arquitectos de nuestro propio destino, no la desaprovechemos.

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