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Economía

La desquiciada política fiscal de Biden: El déficit superó los 1,5 billones de dólares en los últimos 11 meses

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Así lo constató el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso. El factor detrás de los fuertes desequilibrios es la llamada “Ley de Reducción de la Inflación” que Biden y los demócratas aprobaron en noviembre de 2021.

Que las finanzas públicas de Estados Unidos estén completamente desequilibradas ya no es un secreto para nadie. El presidente Joe Biden se dedicó a condenar enérgicamente los déficits de la gestión Trump, pero bajo su propia administración los desequilibrios llegaron a duplicarse en comparación a su predecesor.

La Oficina de Presupuesto del Congreso confirmó que el rojo fiscal financiero del Gobierno federal alcanzó los 1,586 billones de dólares en los primeros 11 meses del año fiscal 2023 (que comenzó en octubre del año pasado). Los desequilibrios se dispararon un 67,6% en comparación con el mismo resultado acumulado de septiembre de 2022.

El principal factor explicativo de la destrucción de las finanzas del Estado es la llamada “Ley de Reducción de la Inflación” votada por la mayoría demócrata en noviembre de 2021 y puesta en vigencia a partir de agosto del año pasado.

El programa fiscal de Biden y los demócratas incluyó un aumento sideral en los subsidios “verdes” para las energías renovables (hasta US$ 391.000 millones), expandió la burocracia federal, incluyó subsidios y controles para una gran variedad de medicamentos, estableció subsidios con connotaciones proteccionistas, y expandió el presupuesto en la mayor parte de las partidas del gasto federal (incluso los gastos en defensa y seguridad, usualmente rechazados por los demócratas).

Otro factor fundamental para explicar el desequilibrio fiscal estadounidense es el masivo rescate que se aprobó sobre sobre las deudas estudiantiles y por decreto (sin pasar por el Congreso), en agosto del año pasado.

Todas estas medidas generaron algo completamente inédito para Estados Unidos: por primera vez en décadas, el déficit del Gobierno federal mostró una divergencia preocupante con respecto a la evolución de la tasa de desocupación (que refleja las fluctuaciones del ciclo económico).

Normalmente el Gobierno desembolsa más recursos durante los períodos recesivos, en gran medida por “gastos automáticos” que son independientes a cada administración de turno, como por ejemplo el seguro federal para depósitos, los subsidios por desempleo, las ayudas sociales, etc.

Además, las sucesivas administraciones históricamente se mostraron favorables de desembarcar más recursos (esta vez de índole discrecional) durante las recesiones, mediante aumentos en el gasto de infraestructura (apoyadas por los demócratas) o rebajas impositivas (apoyadas por los republicanos). Por el contrario, en momentos de bonanza económica los Gobiernos eligieron más bien apuntalar el saneamiento fiscal.

Biden rompió completamente con esta lógica, y aunque la economía se recuperó de la pandemia y ya opera en una situación de pleno empleo, el gasto público y el déficit rompen récords. Este tipo de cosas solo habían ocurrido durante las grandes Guerras Mundiales del siglo XX, pero jamás en tiempos de paz.

La administración Biden deja al país en un estado de vulnerabilidad alarmante. Ante una eventual recesión futura, el “margen” fiscal que le queda al Gobierno federal es casi inexistente, no podría asumir aún más desequilibrios de los que ya tiene sin generar un descalabro inflacionario mayúsculo.

China

China lidera el ranking global de éxodo de empresas: Ya suman 13.500 las que abandonaron el país en 2023

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Se trata de una suma superior a la de cualquier otra economía del planeta. Las políticas de Xi Jinping paralizaron el proceso de apertura iniciado en 1978. En contraste, la economía de Estados Unidos sigue recibiendo inversiones y creció casi el doble que China en el segundo trimestre del año.

La llegada de Xi Jinping marcó el comienzo de una debacle en el proceso aperturista que experimentaba el país desde 1978. El peso de las empresas estatales en relación al total de la economía volvió a crecer paulatinamente desde 2016, y las estrictas regulaciones sobre la salida de capitales no fueron abandonadas como China había prometido en el año 2000.

Las empresas dirigidas por el Estado chino llegaron a representar el 80% de las ganancias industriales en el año 1978, y redujeron su participación al 20% para 2016, gracias a un ambicioso proceso de privatización y desregulación iniciado por Deng Xiaoping.

Sin embargo, a partir de 2017 el régimen de Xi Jinping torció el rumbo, y para mediados de 2018, la participación de las empresas estatales llegó al 30% y sigue creciendo hasta el día de hoy, ubicándose más cerca del 40%.

El creciente riesgo geopolítico de la dictadura también genera incertidumbre en los inversores, ya que incluso para los parámetros de ese país, la dirección de Xi Jinping demostró ser la más totalitaria y personalista en décadas.

La segunda economía más grande del mundo lidera el ranking mundial de inversores millonarios que deciden probar suerte en destinos más seguros, según un reciente sondeo de la firma Henley & Partners, especializada en la migración de inversiones.

Esta trayectoria también se ve reflejada en la estrepitosa caída de la inversión Greenfield, que se redujo a la mitad entre 2019 y 2022. Estos proyectos de Inversión extranjera directa (IED) involucran a un inversor no residente que construye desde cero las instalaciones para llevar a cabo un proyecto propio o subsidiario con socios locales.

El informe de Henley & Partners evidenció que Australia fue el destino más atractivo para la recepción de inversores, muchos de los cuales huyeron de China. Este país llegó a recibir hasta 5.200 inversores millonarios en lo que va del año. Otro destino destacado fue Singapur, que mantiene reglas de juego estables y amigables para la iniciativa privada.

En contraste del progresivo estancamiento de China, la economía de Estados Unidos llegó a atraer hasta 2.100 inversores millonarios en 2023. La economía más grande del mundo obtuvo un crecimiento sólido del 2,1% en el segundo trimestre del año, mientras que China a duras penas consiguió alcanzar el 0,8% en el mismo período.

Dadas las proyecciones de crecimiento anual para ambos países, la tan anticipada “convergencia” entre el PBI de China y Estados Unidos podría producirse de manera mucho más tardía de lo que anticipaban los expertos en los últimos 15 años. De hecho, existe la posibilidad de que no pueda llegar a producirse nunca.

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Argentina

Récord histórico de empleo informal en Argentina: Casi el 40% de los asalariados trabaja en negro

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Lo confirmó el último informe de la EPH del INDEC, correspondiente al segundo trimestre del año. La tasa de empleo cayó ligeramente, pero la desocupación disminuyó al mismo tiempo debido a la caída de la tasa de actividad.

Las condiciones del trabajo en el mercado laboral se siguen deteriorando a medida que avanza la crisis económica que dejó el kirchnerismo. El último informe de la EPH del INDEC confirmó que el 36,8% de los asalariados cayeron en el umbral de la informalidad, por lo que no reciben aportes patronales ni tampoco están afiliados a ninguna obra social. Preocupantemente, este valor viene en subida.

La última vez que el INDEC marcó un umbral semejante fue en el tercer trimestre del año 2022. La muestra EHP toma en consideración a un total de 29,3 millones de personas distribuidas en 31 aglomerados urbanos en todo el país.

Cuando Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa asumieron la dirección del Gobierno en diciembre de 2019 la tasa de informalidad de los asalariados alcanzaba el 35%, acumuló un aumento de casi 2 puntos porcentuales a pesar de haberse reducido temporalmente durante la pandemia (un efecto del cierre de la economía).

La tasa de desocupación volvió a descender hasta llegar al 6,2% de la población económicamente activa en el segundo trimestre del año, a pesar de la recesión. Pero esto se debió en mayor medida a la propia reducción de la tasa de actividad, que pasó de representar el 48,3% de la población en el primer trimestre al 47,6% en el segundo cuarto del año.

La crisis económica se sintió en el empleo, ya que la cantidad de personas ocupadas como porcentaje del total de la población disminuyó del 45% al 44,6% en el segundo trimestre. Se consideraron todas aquellas personas que trabajaron por lo menos una hora durante la semana de referencia para la medición.

Por su parte, la tasa de subocupación llegó al 10,6% de la población activa, marcando un fuerte salto con respecto al 9,4% del período anterior. De esta manera, el umbral de personas desocupadas y subocupadas llegó a representar hasta el 27,9% de la población activa dispuesta a trabajar, cuando en el primer trimestre esta cifra llegaba al 26,9%.

También creció notoriamente la cantidad de ocupados demandantes de empleo, que saltó del 14,8% al 16,2% en el segundo trimestre. Esto se debe principalmente a la caída de los ingresos en términos reales, el principal factor detrás del aumento de la pobreza.

Con la economía en recesión, la tasa de inflación apostada en el nivel más violento de los últimos 32 años y los salarios reales en un continuo proceso de deterioro, los parámetros del mercado laboral son cada vez más adversos.

Pero aún con todo esto, el kirchnerismo se niega a apoyar una reforma laboral que modifique las rigideces que impiden la contratación de millones de personas. El candidato Sergio Massa promete continuar con este disfuncional sistema del mismo modo en que lo hizo Alberto Fernández.

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Economía

Massa anunció la suspensión de las retenciones para el sector lácteo hasta las elecciones para frenar la suba de precios

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El ministro de Economía confirma la suspensión de la tasa del 4,5% que hasta ahora gravaba las exportaciones de productos lácteos. La medida tendrá vigencia hasta el próximo 20 de diciembre, y el programa de Impulso Tambero se extenderá hasta el 31 de diciembre.

Siguen llegando medidas para la campaña electoral del candidato y ministro Sergio Massa. El Gobierno confirmó que suspenderá las retenciones sobre los productos lácteos por un lapso de 90 días, y de esta manera se elimina el cobro de la tasa del 4,5% sobre estas exportaciones.

La quita de retenciones tendrá vigencia hasta el 20 de diciembre, atendiendo un pedido del sector en respuesta a la grave crisis que atraviesa (y el conjunto de la economía entró en recesión hace más de 12 meses).

Por otra parte, el Gobierno confirmó la extensión del programa Impulso Tambero hasta el 31 de diciembre, y se dispuso de un aumento del 20% en las “cuotas de compensación” que otorga el Estado sobre los pequeños y medianos productores.

Hasta ahora regía un sistema de fomento para la actividad, a partir del cual el Estado subsidiaba un total de 20 pesos por litro de leche producido con un tope de 1.500 litros por día, y un adicional de 15 pesos para la producción diaria de entre 1.500 y 7.000 litros. Con los cambios anunciados, las cuotas por litro se incrementarán en 24 y 18 pesos respectivamente.

Las medidas serán acompañadas por un congelamiento de los precios de los productos lácteos en las góndolas de los supermercados, también por un plazo de hasta 90 días. Lo cierto es que los subsidios tratan de compensar el reacomodamiento de precios por la quita de retenciones, y como los costos (otros precios) siguen aumentando, al momento de la salida de los controles el salto inflacionario se manifestará bruscamente.

“El tema de los precios y de que tengamos acordado un sendero de precios claros para la gente en los próximos 90 días en las góndolas es clave. Y es clave también que el esfuerzo llegue al productor, porque si bajamos retenciones y el productor no ve una mejora en el precio, no habrá servido para nada en términos de volúmenes”, anunció el ministro Massa.

Se estima que la quita de retenciones y el aumento de los subsidios a los tambos provocará un aumento del déficit fiscal de por lo menos los $10.000 millones hasta fin de año. Nuevamente, las medidas no fueron acompañadas por ningún tipo de compensación en recortes de gastos en otras áreas del presupuesto o aumento de impuestos alternativos.

El costo fiscal de las medidas de Massa sigue aumentando, al mismo tiempo en que se produce la reacción adversa de los mercados. Los bonos en dólares siguen en retroceso y el Riesgo País no deja de aumentar.

En un principio se estimó que las medidas podrían llegar a tener un impacto fiscal negativo sobre el déficit por hasta el 0,9% del PBI, pero los últimos cálculos de la consultora Analityca sugieren que esta cifra podría aumentar hasta el 1,4% del PBI. La mayor recaudación por la generalización del impuesto PAIS no alcanza ni para cubrir tan siquiera la mitad de este desequilibrio.

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