Seguinos en redes

Economía

La inflación de mayo también está en cuarentena: volvió a dar 1,5% por la baja actividad

El INDEC reveló ayer el dato correspondiente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes de mayo: 1,5%. Lo mismo que abril y juntos representan los valores más bajos desde noviembre 2017. Por qué la inflación también está en cuarentena.

Publicado

en

Pocos términos son tan familiares en el vocabulario del argentino como el de la “inflación”, y casi como de costumbre, viene precedida por un único adjetivo: “alta”. Junto con el dólar, suelen ser los dos indicadores que todos en Argentina tienen presente en su cotidianidad.
En el día de ayer, el INDEC dio a conocer los datos correspondientes al IPC del mes de mayo y los números reflejados son ciertamente buenos, revelando que el nivel de precios según la canasta medida fue de tan solo +1,5%.
Decimos “tan solo” ya que sigue siendo un valor enorme para cualquier economía moderna sana, pero en comparación con la misma economía Argentina, es la variación del índice de precios más baja, junto con la de abril, desde noviembre 2017.
De todos modos, la inflación interanual, medida a partir de la variación del IPC entre mayo 2019 y mayo 2020, sigue dando arriba del 40% valor del que no ha bajado desde agosto 2018, con picos de hasta 56,8% el año pasado.

Por lo tanto, un aumento del 1,5% en términos generales es notoriamente bajo, especialmente si se lo compara con que tan solo en marzo de este año fue de más del doble (3,3%) y que hace un año, en mayo 2019, también se ubicó por arriba del doble (3,1%).

Ad

La insostenible situación económica que atraviesa el país (y el mundo) generan resultados inesperados en muchos sectores de la economía. La caída de la actividad económica producto del mal llamado “aislamiento social preventivo y obligatorio” ciertamente trae consecuencias a la hora de hablar de los precios.

Con una industria cuyo uso de la capacidad instalada se encuentra en 42% (valor históricamente más bajo), la oferta de bienes no solo está baja sino que cada vez es menor. Esto resultaría en un impacto altísimo en la inflación de no ser porque la demanda en estos momentos se encuentra ciertamente igual o más baja que la oferta, producto de la crisis. En otras palabras, la pandemia del coronavirus ha destruido tanto la oferta como la demanda y ha “salvado” al país de una descontrolada inflación, aunque sus tal vez mayores destrozos se están manifestando por otros lados.

Desempleo, caída del salario real, empresas que cierran todos los días, comercios que no pueden vender y una pobreza que si bien no está siendo medida ya ronda el 50%.

Sin embargo, todo indica una vez que la actividad económica comience a recuperarse, la inmensurable cantidad de moneda emitida (se aumentó un 40% de la base monetaria en 6 meses) y la caída en la producción generen un desmadre de la situación inflacionaria, pero para los mandatarios del gobierno, eso es problema del mañana. En cuanto al presente, el oficialismo encuentra un respiro en los bajos índices de inflación pero no planea en utilizar este tiempo regalado para solucionar la crisis monetaria.

El presidente Alberto Fernández parece no tener en cuenta la bomba inflacionaria que activó durante la cuarentena.

Ad

Lo que llama la atención acerca de este valor del IPC para mayo son las categorías que mayores y menores aumentos registraron y, ahondando un poco más, si se desglosa por zona, algunos valores relacionados con Gran Buenos Aires (GBA) también destacan. 

Enfocándonos en los datos mencionados, lógicamente el rubro que mayor importancia tiene hoy (y usualmente siempre) en el ciudadano común es el de “alimentos”. Para este mayo, el IPC arrojó un aumento de 0,7% en dicha categoría, reflejando así que en líneas generales los precios de los alimentos no se modificaron. 

Adentrando un poco más en ese rubro, para la zona de GBA el aumento fue aún menor, de 0,3%, según el informe impulsado por las bajas en precios de carnes (-0,5%) y en frutas (-1,1%). Por el contrario, los mayores aumentos dentro de este rubro se dieron en verduras (4,7%) y en lácteos (1,7%). No es raro que estas cifras nos remonten a viejos interrogantes sobre la veracidad de las cifras que el INDEC arroja. 

¿A qué nos referimos con esto? Más allá de lo mencionado anteriormente sobre la baja actividad económica, la realidad muestra que +0,7% es un valor excesivamente bajo para lo visto en las góndolas, ya que si bien hay lugares donde se vio una reducción en los precios de la carne y de las frutas, el hecho de tener que comprar en comercios de proximidad muchas veces impide acceder a esos precios, haciendo que la inflación real sea mayor en el bolsillo de la gente que en los números oficiales, especialmente en GBA donde los controles a la circulación son más estrictos y los números del IPC más bajos aún. 

Ad

A pesar del sesgo mencionado que ignoran muchos analistas, la mayor parte de la inflación registrada se encuentra en el rubro “prendas de vestir”, con un +10,1% (7,5% para GBA), seguramente teniendo que ver con la incorporación de las ventas online y la reapertura de algunos comercios tanto en Buenos Aires como en el interior del país. La brutal caída de la demanda que tuvo la indumentaria a principios de la cuarentena causó que ahora que la demanda vuelve a subir, los vendedores quieran recuperar sus pérdidas.

Mientras tanto, la menor variación de un rubro del IPC fue la caída del 0,4% en “educación”, gracias a la reducción de cuotas en algunos colegios privados por la falta de actividad efectiva en las instalaciones. 

En el agregado, este 1,5% total del IPC de mayo lleva la inflación acumulada del 2020 a 11,1%, lo que la sitúa todavía muy lejos de las predicciones del 40% que se realizaron a comienzo de año. 

De todos modos, en alimentos la inflación fue del 15,1% y todavía quedan 7 meses más del año, que si no se mantienen en estos niveles bajos, seguramente terminen cumpliendo o incluso superando la predicción para 2020 del año pasado.

A tener en cuenta: el gobierno cada vez trata de que la cuarentena sea más estricta pero la gente le presta cada vez menos atención. Basta con salir al supermercado un día de semana en la zona del GBA para observar el nivel de movimiento que hay en las calles. Por el momento y mientras no se libere la economía en mayor medida, la cosa permanecerá controlada, pero hay incertidumbre sobre qué ocurrirá cuando la flexibilización sea mayor. 

Ciertamente la alta emisión monetaria de este período tendrá un alto impacto tarde o temprano, y con la producción por el piso, la reactivación de la demanda y que vuelva a circular el dinero podría ser el detonante de los altos niveles de inflación a los que la economía Argentina parece ir dirigida. 

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Economía

¿Nueva guerra comercial con China? Biden apunta a triplicar los aranceles para la importación de acero y aluminio

Publicado

en

La administración Biden amenaza con lanzar una nueva ofensiva arancelaria contra el ingreso de productos chinos, una maniobra que podría conducir a una pronta respuesta por parte del gigante asiático.

El giro proteccionista de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden se hace cada vez más evidente. Pese a prometer lo contrario en su campaña electoral, Biden promete redoblar los aumentos tarifarios contra China y otros países del mundo.

Hasta ahora, las medidas proteccionistas del Gobierno se focalizaron en subsidios encubiertos, como por ejemplo los dispuesto en la llamada “Ley de Reducción de la inflación” del 2021. Pero esta vez se estudia abiertamente un nuevo rediseño del sistema arancelario.

El Presidente Biden propuso triplicar el arancel de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, del 7,5% al 25%. Esta resolución amplía una anterior que ya había adoptado el expresidente Donald Trump, en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (establecida en 2018). Pero la ley sancionada durante la administración anterior sólo alcanzaba a unos productos específicos, y la propuesta de Biden es generalizar el aumento arancelario sin excepción en todo el sector.

Estados Unidos se constituye actualmente como el cuarto productor mundial de acero, mientras que China ocupa el primer lugar. Semejante participación en el mercado haría muy efectivo el impacto de un arancel sobre la importación de China (con beneficios positivos para la industria local), pero este tipo de medidas resultan en su mayoría estériles, debido a que se espera una pronta respuesta por parte de China y la situación volvería al punto de inicio (o aún peor debido a la persistente volatilidad).

Siguiendo el mismo patrón, la administración Biden intervendrá deliberadamente en la adquisición de US Steel por parte de inversores japoneses, un acto populista y desesperado en medio del clima de la campaña electoral.

Asimismo, el Presidente Biden propuso incrementar los aranceles para la importación de madera canadiense del 8% al 14%, sin ningún tipo de justificación convencional. Esto supone un golpe hacia uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en la región.Queda en evidencia que la política comercial de Biden no se limita exclusivamente a China.

Biden despliega este paquete de propuestas como respuesta a las medidas prometidas por Trump, entre las cuales se encuentra el establecimiento de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones, y una tasa especial del 60% sobre todas las importaciones de China.

Como es de amplio conocimiento, la dictadura comunista en China se negó a cumplir con la liberalización total de su mercado de divisas, un requisito al que se había expresamente comprometido tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2000. En lugar de ello, solo se dio lugar a una serie de desregulaciones parciales y progresivas que, hasta el momento, no llegaron a desembocar en un mercado libre.

Las políticas proteccionistas se utilizaron como una medida coercitiva para forzar la liberalización cambiaria de China durante la administración de Donald Trump, aunque una vez finalizada la guerra comercial (2018-2020) se llegó a un nuevo status-quo sin mayores cambios en esta materia y con aranceles más elevados entre ambos países (la relación final entre ellos favoreció ligeramente a Estados Unidos).

Seguir Leyendo

Economía

Caída en picada de la inflación: Los precios mayoristas subieron un 5,4% en marzo, después de haber alcanzado la hiper en diciembre del año pasado

Publicado

en

La variación mensual de los precios al por mayor se derrumba a un ritmo incluso más rápido que en los precios minoristas. La tasa de inflación general podría retroceder al 6% a partir del mes de abril, según estimaciones privadas.

El INDEC confirmó una nueva y fuerte caída de la tasa de inflación en Argentina: el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento del 5,4% en marzo, la variación más baja en lo que va del año. Retrocedió implacablemente con respecto al salto del 10,2% producido en febrero, al 18% de enero, y al estallido del 54% registrado en diciembre de 2023. Esta última cifra constituye técnicamente una situación de hiperinflación.

Se observó un incremento mensual del 6,2% sobre productos de origen estrictamente nacional, mientras que los bienes importados cayeron en un promedio del 1,7% en marzo. La energía destacó de entre los aumentos mensuales, marcando una suba del 12% (debido a la corrección de precios relativos que lleva adelante el equipo económico).

Los precios mayoristas acumularon una suba del 37% entre enero y marzo, muy por debajo del 51,6% de aumento que se registró en los precios minoristas. La inflación mayorista está bajando a un ritmo mucho más acelerado que la minorista, un fenómeno muy común entre los programas de estabilización. Se registró un aumento interanual del 330,6%, debido al efecto de arrastre estadístico después del salto de diciembre. 

El programa de ajuste fiscal y monetario del Gobierno logró tumbar la hiperinflación que había dejado plantada el kirchnerismo en los últimos meses de la gestión de Massa. Este fue sin lugar a dudas el principal objetivo de las medidas de emergencia que se tomaron a partir del 10 de diciembre.

La caída de la variación mensual en los precios mayoristas fue contundente. El Índice de precios básicos al por mayor (IPIB) registró un aumento incluso menor y en torno al 4,9% al cierre de marzo, un indicador que excluye el efecto impositivo sobre los precios relevados.

Asimismo, el Índice de precios básicos del productor (IPP) marcó un aumento del 5% en marzo, y nuevamente el salto de la energía destacó de entre las principales aperturas que componen el indicador.

Con esta dinámica en los precios al por mayor, se estima que el IPC minorista volverá a registrar una nueva rebaja en su ritmo de aumento en abril. En este sentido, el exministro de Economía Domingo Cavallo sugiere que la inflación de precios al consumidor podría estabilizarse en el 9,5% a partir de abril, y retroceder hasta un umbral del 6% al 7% a partir del mes de mayo. Esto es coincidente con la desaceleración de los precios online.

La reactivación de la actividad real dependerá casi exclusivamente de la velocidad en la salida del cepo cambiario, ya que resulta un elemento imprescindible para la tan esperada recuperación en “V”. 

Por otra parte, para que la liberalización del mercado cambiario pueda ser posible sin conducir a un nuevo proceso hiperinflacionario, resulta necesario continuar con el saneamiento del balance del Banco Central (BCRA). El director de la institución, Santiago Bausili, logró recomponer el salto de las reservas netas en sus primeros meses de gestión. 

Seguir Leyendo

Economía

Contundente fracaso de la Ley de Alquileres en Cataluña: La oferta de viviendas se derrumbó y los alquileres suben al doble que la inflación

Publicado

en

Nuevamente se observaron de primera mano los resultados desastrosos de la regulación de los alquileres, esta vez en la experiencia catalana. El valor real de los alquileres se incrementó casi un 5% desde la vigencia de las normativas regulatorias.

El gobierno socialista-independentista de Cataluña lanzó un masivo programa estatal para tratar de controlar arbitrariamente el precio de los alquileres en la región. Así como en Argentina, el gobierno comunitario lanzó una Ley de Alquileres que dispuso la regulación total de los contratos entre inquilinos y propietarios.

Nuevamente como en Argentina, las regulaciones no cumplieron su cometido y no ofrecieron ningún tipo de alivio a los ciudadanos para acceder a una vivienda más asequible, más bien ocurrió lo contrario.

El primer experimento regulatorio de Cataluña se lanzó en septiembre de 2020, en plena pandemia, con la llamada “Ley Autonómica de Alquileres”. Dicha legislación se mantuvo casi sin cambios hasta abril de 2022. Durante este período, la oferta de viviendas cayó un 35,5%, y el valor real de los alquileres más baratos y accesibles se disparó un 12,7%, el doble que la inflación para esa misma etapa. Los datos fueron computados por un estudio del Centro de Política Económica de España (ESEADE) en base a los dos años de evidencia empírica de la regulación.

El presidente de Cataluña, Quim Torra, salió expulsado del gobierno en 2021, y tomó el control Pere Aragonès, quien a pesar de ser más moderado en cuestiones económicas, demostró no haber aprendido absolutamente nada del fracaso regulando los alquileres, y volvió a lanzar una nueva ofensiva de controles a partir de marzo de este año.

Se dictó un estricto control sobre 140 municipios en toda Cataluña, y más tarde la cantidad de localidades alcanzadas se extendió a un total de 241, abarcando territorios que representan hasta el 90% de la población catalana.

Los primeros resultados de la nueva normativa regulatoria son tan deplorables como los que cosechó la primera ley de alquileres de 2020. La oferta de viviendas respondió rápidamente con una reducción del 13% según estimaciones de la compañía inmobiliaria Idealista.

“Es innegable que el origen del problema del alquiler en España está en la poquísima oferta disponible, por lo que se hace imprescindible un cambio de rumbo que reequilibre las relaciones entre inquilinos y propietarios, que asuma que los propietarios no son el problema sino la solución al aumento de la oferta y el ajuste de los precios”, confirmó la firma inmobiliaria.

En la Ciudad de Girona la caída de la cantidad de viviendas disponibles para un alquiler cayó un 21%, en Tarragona la reducción fue del 16%, y en Barcelona se desplomó no menos de un 14%.

Sin excepción, todas las localidades afectadas por las regulaciones experimentaron fuertes caídas en la oferta disponible de inmuebles, tal y como anticiparon la mayoría de los agentes del mercado inmobiliario, y del mismo modo en que ocurrió durante el periodo 2020-2022. El Gobierno cometió dos veces el mismo error estrafalario, por motivo de un cinismo ideológico.

Dada una demanda relativamente estable (como la que de hecho se observa), la fuerte caída de la oferta de inmuebles empujó los precios hacia arriba en términos reales. Los alquileres aumentaron un 4,6% por encima de la inflación en Barcelona desde el pasado mes de marzo, siendo esta una de las regiones más afectadas por la aplicación efectiva de los controles.

El aumento real promedio de los alquileres en toda Cataluña fue del 4% en solo un mes, y el panorama luce sombrío conforme el Gobierno se niegue a torcer el rumbo económico para permitir una mayor libertad de negociación entre las partes.

Seguir Leyendo

Tendencias