
Los alimentos y bebidas aumentaron solo un 0,6% en junio, menos de la mitad del IPC
Esta desaceleración en el rubro alimenticio permite anticipar una nueva reducción del índice de pobreza e indigencia.
El último informe del INDEC sobre el índice de precios al consumidor (IPC) de junio reveló que los alimentos y bebidas no alcohólicas, uno de los rubros que más incide en la canasta básica, registraron una suba de apenas 0,6%.
Esta variación no solo fue inferior al índice general del mes, que fue del 1,6%, sino que representó menos de la mitad del promedio, marcando un punto clave en la lucha contra la pobreza.
Esta baja inflacionaria consolida una tendencia descendente en los precios que más impactan en el día a día de los hogares con menores ingresos. Dado que la evolución del costo de la canasta básica alimentaria es determinante para medir la pobreza y la indigencia, esta desaceleración en el rubro alimenticio permite anticipar una nueva reducción del índice de pobreza e indigencia.

En términos interanuales, el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas acumula un alza del 32,3%, 7,1 puntos porcentuales por debajo de la inflación general (39,4%). Esta diferencia también demuestra que el poder de compra sobre los bienes esenciales se ha estabilizado e incluso mejorado en relación con meses anteriores.
El dato de alimentos se da en un contexto general de fuerte desaceleración inflacionaria. El índice de precios de junio fue de 1,6%, tras el histórico 1,5% de mayo, y consolida la continuidad de un proceso desinflacionario que ya lleva catorce meses consecutivos de baja en la medición interanual.

La inflación núcleo, que excluye factores estacionales y precios regulados, también mostró una notable moderación, ubicándose en 1,7%, su menor nivel desde mayo de 2020. A su vez, los bienes, otro componente clave para la economía de los hogares, aumentaron solo un 0,8%, el menor registro desde que se inició la actual serie en 2017.
Estos datos no solo refuerzan el cambio de rumbo económico emprendido por el Gobierno de Javier Milei, sino que ya son efectos concretos sobre las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. La baja sostenida en los precios de alimentos, en particular, podría acelerar el descenso de la tasa de pobreza en los próximos informes oficiales, un objetivo central para cualquier política económica.
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