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Economía

Se cae el Plan Massa: La inflación mayorista alcanzó el 100% y genera una fuerte presión para febrero

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El programa lanzado por el ministro de Economía encontró el más contundente fracaso en materia inflacionaria. Los precios mayoristas subieron un 6,5% solamente en enero, el resultado más dramático desde el estallido inflacionario con Silvina Batakis. 

Las metas programadas por el ministro Sergio Massa no podrán cumplirse en la realidad, y con ellas se derrumban los lineamientos básicos del plan lanzado en agosto del año pasado.

El INDEC anunció que el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró una suba del 6,5% en enero de 2023, ligeramente por encima de la variación de 6,24% correspondiente al mes precedente. Se trata del aumento más drástico observado sobre la serie mensual desde agosto del año pasado, tras la renuncia de Silvina Batakis y la llegada de Massa. 

Con estos resultados, la inflación mayorista alcanzó el 100% interanual en el primer mes del año. Los productos de origen nacional subieron un 6,3% y los productos importados aumentaron hasta un 8,5%. Nuevamente, estas métricas son las más elevadas desde el estallido inflacionario de julio y agosto del año 2022.

El Índice de precios básicos al por mayor (IPIB) aumentó un 6,6% en enero, y hasta 101,7% en la variación interanual con respecto al mismo mes del año pasado. Este indicador es similar al IPIM, pero excluye el efecto de los impuestos sobre los mayoristas precios relevados. 

En última instancia, el INDEC registró que el Índice de precios básicos del productor (IPP) aumentó un 6,6%, en línea con las actualizaciones en segmentos restantes del mercado. Este indicador tuvo una fuerte variación interanual que escaló hasta el 102,2%, y además de excluir el efecto de los impuestos sobre los precios, también excluye la medición sobre productos importados.

Todas las métricas del mercado mayorista sugieren un profundo retraso en el precio relativo de la energía eléctrica en contraposición al promedio general. La electricidad aumentó aproximadamente un 1,8% en las diferentes mediciones, y la fuerte intervención estatal sobre el sector desalienta la inversión

Massa trazó un programa sobre la base de cuatro lineamientos básicos: La generalización de los controles de precios, la ratificación de las metas con el FMI, el alza de las tasas de interés en el sistema financiero y la actualización de tarifas. No se conformó ningún plan de estabilización serio, y los sucesivos parches cada vez se mantienen por menos tiempo

La meta de 3% de inflación mensual para abril de 2023 es prácticamente imposible de alcanzar. Mientras que los precios mayoristas corren al 6,5%, los importados al 8,5% y los productos de la canasta básica al 7,2%, la última variación del IPC marcó una suba del 6%. Esto genera una presión adicional para una mayor actualización de los precios minoristas, especialmente para febrero y marzo

Evolución de las distintas métricas de la inflación desde noviembre de 2019-

Se espera que la serie original del IPC muestre un pico de inflación hacia el mes de marzo, en concordancia con los aumentos estacionales programados para ese período. La serie desestacionalizada del indicador (sustraídos los efectos coyunturales) marcó un aumento del 6,4% para enero, muy por encima del dato anunciado por el INDEC

El economista Martin Rozada, Director de la Maestría en Econometría del Departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella, elaboró una serie desestacionalizada del IPC para permitir observar la verdadera dimensión de la trayectoria inflacionaria. Queda en evidencia que los aumentos de enero no solo superaron las expectativas, sino que aumentaron muy por encima de lo que cabría esperar por la estacionalidad.

El Banco Central determinó que la tasa de política monetaria seguirá fijada en el 75% nominal anual, alegando que la inflación de enero incluyó “factores estacionales”, pero este diagnóstico no se condice con la realidad y la inflación tiene vía libre para pronunciarse todavía más entre febrero y marzo.

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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