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Economía

Trump contra Biden: El gobierno demócrata ha llevado los impuestos, el déficit y el gasto público a máximos históricos en tiempos de paz

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Los candidatos presentaron sus principales lineamientos al respecto de lo que harían con el sistema impositivo y el gasto público de Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales de 2024. La discusión por la política fiscal se convirtió en uno de los principales ejes de campaña.

Todo indica que las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 2024 volverán a repetir el enfrentamiento del 2020, Joe Biden confirmó que a pesar de su avanzada edad y demostrable demencia senil, buscará la reelección, mientras que Donald Trump ya está en campaña para volver a la Casa Blanca y poder continuar el legado de su primera administración.

En este contexto, la cuestión fiscal fue cobrando cada vez más relevancia conforme la administración Biden llevó el déficit a los récords más drásticos de la historia del país en tiempos de paz, principalmente por fuertes expansiones del gasto público para costear los programas sociales, la suspensión de las deudas estudiantiles y la ayuda a Ucrania, Palestina e Israel. 

La agenda del Partido Demócrata propone reducir la brecha fiscal a partir de una histórica suba de impuestos en tiempos de paz, mientras que el Partido Republicano de Trump propone que el ajuste recaiga sobre el Estado y no sobre la sociedad, reduciendo el gasto público mientras se bajan los impuestos.

La propuesta impositiva de Joe Biden (D)

La plataforma del principal candidato por los demócratas propone revertir parcialmente los recortes impositivos sancionados en el año 2017, los cuales dejarán de tener vigencia en 2025 si no se produce una renovación por parte del Congreso. La reforma Biden alcanzaría a los impuestos sobre ingresos individuales, utilidades empresariales, ganancias de capital, y combustibles, entre otras partidas.

Impuestos comerciales

  • Aumento de la tasa del impuesto de sociedades del 21% al 28%
  • Aumento de la tasa impositiva global sobre los ingresos intangibles con bajos impuestos (GILTI) del 10,5% al 21%
  • Aumento de la tasa impositiva reducida sobre los ingresos intangibles derivados del extranjero (FDII) del 13,1% al 21%

Impuestos sobre ganancias de capital y dividendos

  • Aumento de la tasa máxima sobre Ganancias de capital de largo plazo del 20% a 40,8% (la más alta desde 1917)
  • Imposición de una tasa impositiva efectiva mínima del 20% para ganancias no realizadas para hogares con ingresos anuales superiores a los US$ 100 millones

Impuestos sobre la Renta de las Personas Físicas

  • Aumento del impuesto sobre la renta neta de inversiones y el Medicare del 3,8% al 5% sobre personas con ingresos anuales superiores a los US$ 400.000
  • Aumento de la tasa máxima del impuesto sobre la renta federal del 37% al 39,6%, retrocediendo al nivel que había durante la administración Obama
  • Extensión de los recortes impositivos de Donald Trump para los contribuyentes con ingresos menores a US$ 400.000 anuales

Créditos, Deducciones y Exenciones

  • Mantener de forma permanente el crédito Crédito Tributario por Hijos
  • Aumentar el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo para trabajadores sin hijos calificados de forma permanente

Impuestos específicos

  • Aumento del impuesto especial sobre la recompra de acciones del 2% al 4%
  • Eliminación de todas las exenciones fiscales sobre los combustibles fósiles, aprobadas durante la gestión Trump

La reforma impositiva propuesta por Joe Biden, pese a los aumentos significativos que presenta, fue duramente cuestionada por la candidata demócrata Marianne Williamson (que representa el ala izquierda y más radicalizada del partido), quién propone lisa y llanamente derogar absolutamente todas las reducciones impositivas de Trump. Esto implicaría, entre otras cosas, elevar la tasa de Sociedades al 35% y subir el impuesto a la Renta para todos los contribuyentes alcanzados sin importar sus ingresos.

La propuesta impositiva de Donald Trump (R)

Por el Partido Republicano, el expresidente Trump promete mantener y profundizar todos los recortes que se produjeron con la llamada “Ley de Empleos y Reducción de Impuestos” del año 2017.

Trump propone un especial énfasis en la competitividad de Estados Unidos frente a China y otros países, muchos de los cuales aplican prácticas comerciales desleales para favorecer la colocación de sus productos de manera artificial (por ejemplo alterando el tipo de cambio a discreción).

Impuestos comerciales

  • Reducción del impuesto unificado para Sociedades del 21% al 15%
  • Mantener las tasas impositivas reducidas ingresos intangibles de sociedades locales y extranjeras operando en Estados Unidos (esto busca favorecer la repatriación de capitales)
  • Mantener la territorialidad del sistema tributario internacional, tal y como se estableció en la reforma fiscal de 2017

Impuestos sobre ganancias de capital y dividendos

  • Mantener el tratamiento de las Ganancias de capital de largo plazo a un tipo impositivo preferencial, para favorecer la inversión y la economía del lado de la oferta
  • Mantener la tasa preferencial para dividendos calificados, el sistema implementado por el expresidente Bush durante la reforma fiscal 2001-2003

Impuestos sobre la Renta de las Personas Físicas

  • Mantener todos los recortes impositivos para el impuesto federal sobre la renta de 2017, incluyendo una tasa máxima del 37% y una tasa marginal mínima del 12%
  • Mantener inalterado el impuesto sobre la renta neta de inversiones y el Medicare en el 3,8%, con perspectivas de ser eliminado conforme se reduzca el déficit fiscal

Créditos, Deducciones y Exenciones

  • Ampliar todos los créditos fiscales previstos en la reforma de 2017 de forma permanente
  • Hacer que el Crédito Tributario por Hijos sea completamente reembolsable de forma permanente
  • Aumentar el Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo para trabajadores sin hijos calificados de forma permanente

Impuestos específicos

  • Introducir un impuesto especial del 14% sobre los ingresos por inversiones de las universidades privadas más ricas del país, un total de 58 instituciones alcanzadas. Los fondos se utilizarían para financiar la creación de una universidad gratuita
  • Eliminación del impuesto a la recompra de acciones

Aranceles y Comercio

  • Implementación de un arancel de referencia universal a todas las importaciones estadounidenses con una tasa del 10%
  • Reintroducción de aranceles específicos contra China, en particular sobre el acero, el aluminio y los productos electrónicos, en represalia por no haber cumplido el acuerdo comercial del año 2020
  • Búsqueda de negociación de un nuevo tratado de libre comercio con China en caso de que el régimen comunista liberalizara su política cambiaria y su cuenta capital

Economía

Francia rumbo a la quiebra: Vuelve a bajar la calificación crediticia de los bonos franceses y el déficit fiscal alcanza valores récord

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El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.

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Economía

El Gobierno anuncia la desregulación del mercado de Warrants, con el objetivo de favorecer el crédito para familias y empresas

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Desde diciembre del año pasado la administración de Milei desreguló una serie de mercados en tiempo récord, y los primeros resultados ya están a la vista en el caso del sector inmobiliario. La mayor desregulación permite aceitar mejor el funcionamiento del aparato productivo.

El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, anunció un importante avance en la desregulación y modernización del mercado financiero argentino: cesarán las restricciones inútiles y arbitrarias que hasta ahora existían para la emisión de Warrants.

Como explicó el propio Ministro, los Warrants permiten certificar la propiedad de un cierto bien por parte de un productor y con ello se facilita su trazabilidad en el mercado financiero. Son instrumentos que permiten convertir de manera muy sencilla algo físico, en una suerte de garantía para poder acceder a créditos.

Asimismo, estos instrumentos también se pueden intercambiar y vender en los mercados secundarios, lo cual habilita toda una serie de facultades para su emisor. En países como Estados Unidos, es común que los warrants se emitan y se negocien libremente en los mercados extrabursátiles.

Pero hasta ahora, Argentina se diferenciaba de la mayor parte de las economías modernas porque restringía excesivamente la emisión de estos instrumentos, hasta el punto de que únicamente 10 empresas en todo el país estaban autorizadas a hacerlo, algo completamente arbitrario y perjudicial para el desarrollo de este mercado (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).

Por otra parte, se desregularon los diferentes usos permitidos para la emisión de Warrants, con lo cual podrán ser utilizados para canalizar el crédito hacia la actividad minera, la industria manufacturera, el sector energético, el sector agropecuario, etc.

Estas medidas, en conjunto con el mayor espacio para el crédito privado y la mayor estabilidad de precios, permitirán abaratar la financiación de múltiples proyectos de inversión, especialmente en donde más se necesitan. 

También supone un fuerte impulso para la competitividad de las empresas argentinas frente al exterior, ya que ahora dispondrán de una herramienta que sus competidores ya hacían uso desde hace tiempo en los mercados más modernos y desarrollados.

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Economía

El socialismo español está a punto de quebrar el sistema jubilatorio por cuarta vez en la historia del país

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La administración del PSOE se niega a permitir cambios profundos sobre el sistema de seguridad social español, y todas las proyecciones futuras sugieren que se volverá un verdadero agujero negro para las finanzas públicas y una masiva disparada del gasto estatal.

El gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez está sentando las bases para una bomba fiscal que repercutirá sobre las finanzas del Estado español a lo largo de los próximos años, comprometiendo así el pago de las futuras pensiones.

Pese a las tímidas reformas esgrimidas por el Ministro socialista José Luis Escrivá, solamente al término de 2023 la seguridad social española registró un desequilibrio descomunal equivalente a los 8.200 millones de euros, y no hará más que empeorar año tras año en ausencia de reformas estructurales.

De esta manera, el sistema de reparto estatal de España se encamina a su cuarta quiebra histórica, y las consecuencias de este hecho ya son conocidas: los parámetros del sistema deberán nuevamente reformularse en detrimento del bienestar de la sociedad, sin ninguna otra alternativa posible dentro del sistema que ofrece el Estado

Bajo un régimen de capitalización individual, dichas reformas no serían necesarias, pero España no cuenta ni siquiera con la asistencia de una mínima participación privada en la inversión de los fondos públicos de pensión, y los planes privados existentes se encuentran sumamente regulados y restringidos.

Los resultados del sistema de reparto español y la falta de futuro

Tal y como se encuentra diseñado el esquema previsional español, y dada las políticas aplicadas por el oficialismo, se encamina hacia una nueva quiebra generalizada que repercutirá mediante menores beneficios para los cotizantes, y mayores impuestos para las generaciones futuras.

La primera gran quiebra del sistema de reparto se produjo en 1985, durante la presidencia socialista de Felipe González. Por aquel entonces, se decidió trasladar el problema hacia adelante: se decidió extender el período mínimo de cómputo (el tiempo para calcular el importe de la prestación social) de 2 a 8 años, y la base salarial para la cotización a partir de los 15 años anteriores a la jubilación (antes 10 años).

Pese a los cambios, en 1997 el sistema volvió a quebrar, y la administración de Aznar decidió extender el período de cómputo hasta los 15 años, y elevar el período de cotización de referencia de 15 a 35 años, lo cual redujo sustancialmente el valor de las jubilaciones reconocidas (generalmente los últimos años trabajados mantienen niveles salariales superiores a los primeros, en la vida laboral de cualquier persona).

Todo esto le dio holgura al sistema por casi una década más, pero finalmente en 2011 el sistema de reparto español quebró por tercera vez, y de manera alarmante. Para postergar el inminente colapso, se extendió la edad mínima de jubilación de 65 a 67 años (gradualmente), el período de cómputo subió de 15 a 25 años, y el período de años salariales de referencia se incrementó de 35 a 37 años. Paralelamente, las jubilaciones dejaron de estar indexadas a la inflación.

Las sucesivas reformas solo postergaron los mismos problemas hacia adelante, pero el dato más alarmante es que se agotan cada vez más rápido. Esta vez, el Gobierno socialista ni siquiera está dispuesto a cargar con el costo político que supondría una cuarta reforma restrictiva, condenando así a millones de personas a una eventual (y más violenta) reforma en el futuro cercano.

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