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Rusia

Rusia anuncia la retirada de sus tropas de la ciudad clave de Jersón, recientemente anexada por Putin

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Las Fuerzas Armadas Rusas abandonaron la ciudad de Jersón, replegando sus tropas al otro lado del río. Zelénski insta a la prudencia y asegura que todavía no recuperó la masiva región ucraniana.

Putin se prepara para abandonar sus posiciones más occidentales en Ucrania, particularmente en la ciudad de Jersón, capital de la provincia de Jersón, la cual fue recientemente anexada a Rusia tras una polémica elección de independencia.

Si bien se trata de una decisión lógica desde el punto de vista militar, es un golpe bajo para la imagen del segundo mayor Ejército del mundo. Para las autoridades ucranias, en cambio, sería una de las noticias más esperadas desde que el presidente Volodimir Zelénski afirmara en junio que recuperar Jersón debía ser la prioridad número uno de las Fuerzas Armadas.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania, aunque menos preparada que las rusas para el conflicto armado, mantiene una línea de crédito prácticamente infinito para armar a sus soldados con tecnología militar de punta de la OTAN. La guerra en Ucrania se ha convertido en el conflicto entre Rusia y la OTAN más directo en la historia, con países como Estados Unidos y la Unión Europea enviando recursos no solo militares si no que financieros y estratégicos.

El anuncio del Ministerio de Defensa de Rusia supone el mayor repliegue organizado por las tropas rusas desde la retirada de finales de marzo del frente de Kiev. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ordenó a las tropas que se retiraran de la orilla occidental del río Dniéper y se trasladaran a la otra orilla, otorgando todo el territorio al oeste del río a los ucranianos.

"Entiendo que esta es una decisión muy difícil", dijo a Shoigú, el máximo comandante militar en el conflicto por parte de Rusia. "Al mismo tiempo, salvaremos la vida de nuestros militares y, en general, la capacidad de combate del grupo de tropas, que es inútil mantener en la ribera derecha en un área limitada", agregó.

“Al analizar de forma integral la situación actual, la propuesta es formar la defensa a lo largo de la margen oriental del río Dniéper”, aseguró. El militar, que fue nombrado responsable de las tropas en Ucrania, argumentó que la salida de esas tropas “liberará fuerzas y medios para otras operaciones activas, incluidas ofensivas”.

Mapa previo a la retirada rusa. Toda la región al oeste del Río Dnieper fue evacuado por Rusia.

Rusia admite que debe renunciar a los territorios que mantenía ocupados en la orilla occidental del Dniéper por el riesgo de que sus tropas queden aisladas ante el avance ucraniano.

“Todos los que han querido se han ido de la zona”, ha afirmado Shoigú ante el alto mando ruso tras asegurar que “unas 115.000 personas han abandonado el territorio". El comandante, hasta hace poco encargado de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia y partidario de los bombardeos masivos contra Kiev, ahora maneja todas las Fuerzas Armadas de la Federación.

Shoigú ha admitido que la presión ucraniana es constante. Aunque sus datos aseguran que un 80% de los misiles ucranios son derribados, “hasta un 20% de ellos alcanzan sus objetivos”.

Shoigú Surovikin ha salvado a 1.000 soldados que estaban en un cerco real a punto de ser matados”, ha escrito el líder de la región del Cáucaso en Telegram. “No hay por qué hablar de rendición (…). Surovikin protege al soldado y toma una posición estratégica más ventajosa”, añadió Kadírov, que cree que ha actuado “como un verdadero general, sin miedo a las críticas”.

“Todavía estamos abiertos a mantener negociaciones. Nunca las abandonamos, estamos listos para llevarlas a cabo, pero, por supuesto, teniendo en cuenta las realidades que se están gestando en este momento”, ha afirmado este miércoles la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. Un día antes, el presidente ucranio, Volodímir Zelénski, mostró su disposición al diálogo con Rusia, pero con varias líneas rojas; entre ellas, que se restaure “la integridad territorial de Ucrania”.

Tanto los servicios de inteligencia británicos como el Instituto para el Estudio de la Guerra, uno de los centros de análisis más citado en el conflicto en Ucrania, habían advertido en los últimos días de que la retirada rusa era probable y que las fuerzas de Putin estaban ya centrándose en reforzar las defensas en el interior de la provincia y en la costa del mar Negro para garantizar la seguridad del suministro para sus unidades desde la península de Crimea.

En una primera reacción de Kiev, Mijailo Podoliak, el principal asesor del presidente Zelenski, optó por la prudencia al declarar a la agencia Reuters que "es demasiado pronto para dar por bueno el anuncio de Shoigú", y ha insistido en que no solo continúa habiendo unidades militares en la ciudad de Jersón y en la región, sino que han incorporado nuevas. “Hasta que la bandera de Ucrania no ondee en Jersón, no tiene sentido hablar de la retirada rusa”, añadió.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció este miércoles la formación de cuatro administraciones militares en Jersón, coincidiendo con la retirada de las tropas rusas. El jefe de Estado firmó un decreto en el que establece cuatro nuevas administraciones: en el pueblo de Dolmatovskaya, ubicado en la ciudad de Skadovsk; en Hola Pristan, en Kajovka; y también en Krestovsk, después de algunos meses bajo control administrativo ruso.

Moscú, cuyas tropas habían conquistado Jersón el pasado 3 de marzo, anexó formalmente esta provincia el 30 de septiembre, junto a las de Donetsk, Lugansk y Zaporiyia, tras unos referendos no reconocidos por la comunidad internacional. Donetsk y Lugansk se han mantenido en manos prorrusas desde que estalló la guerra de Donbás en 2014, y son hoy las posiciones más fuertes de Rusia en Ucrania.

Ucrania inició una contraofensiva masiva en el verano, recuperando casi toda la región de Járkov y algunos lugares en Lugansk al este, la otra provincia que ahora tiene en sus ojos Zelenski.

El presidente Volodimir Zelenski, anunciando la captura de Jersón.

La retirada marca otra gran derrota para el Kremlin después de que Ucrania retomó grandes áreas de territorio alrededor de Járkov. Jersón fue la primera capital regional en caer bajo la invasión rusa del 24 de febrero y fue uno de los territorios que más celebró el Kremlin durante la anexión.

Putin respondió intensificando su ofensiva de nueve meses, movilizando al menos a 300.000 reservistas, anexando cuatro regiones y desatando una serie de ataques contra objetivos civiles. A partir del 10 de octubre, Rusia ha apuntado cientos de misiles y drones a la infraestructura energética crítica en toda Ucrania, dañando alrededor del 40% de las instalaciones energéticas del país, según Zelensky.

El gobierno de Zelenski manifestó en su cuenta de Twitter que “los recursos rusos están cerca de estar al límite. Por eso piden de forma histérica una pausa, negociar”. En ese contexto se produce la visita de Nicolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad ruso, a Teherán, buscando una manera de continuar la guerra consiguiendo misiles y drones, “para compensar su falta de misiles”.

A diferencia de anteriores reveses militares de Moscú, que acabaron costando el puesto al general Alexánder Lapin, la retirada de Jersón tiene el aval de Putin y ha sido bendecida por dos de las figuras más furibundas del círculo del Kremlin: el empresario Yevgueni Prigozhin, dueño del grupo de mercenarios Wagner, y el presidente checheno, Ramzán Kadírov.

“La estrategia ucraniana en Jersón se ha basado en interrumpir su cadena de suministros y está funcionando porque en la orilla occidental del Dniéper tienen evidentes limitaciones de recursos”, explica Mark Savchuk, reconocido analista ucraniano.

Rusia

Tras la relección, Putin no descarta que el conflicto en Ucrania escale a una Tercera Guerra Mundial y pone la mira sobre la OTAN

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El reelecto presidente Vladímir Putin lanzó en su discurso de aceptación un mensaje contundente sobre la guerra en Ucrania y advierte a la OTAN sobre una posible escalada bélica mundial.

En Rusia se desarrollaron las elecciones presidenciales entre el 15 y el 17 de marzo, una elección nacional que contaba con la participación de cuatro candidatos, con opositores poco competitivos, luego del arresto y muerte del principal líder de la oposición, Alexei Navalny.

Como era de esperarse, se impuso Vladímir Putin con un 88% de votos, quien permanecerá en el Kremlin por los próximos seis años y en lo que será su quinto mandato al frente del país con capital en Moscú.

Las recientes elecciones en la Federación Rusa no han sido convencionales. El presidente reelecto se encuentra inmerso en un conflicto armado con Ucrania, desencadenado el pasado 24 de febrero de 2022 como parte de una escalada de tensiones desde los eventos del Euromaidán en 2014, que provocaron disturbios separatistas e independentistas en Ucrania.

Este conflicto, que lleva más de dos años en desarrollo, representa el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Además, durante el año 2021, la tensión diplomática entre ambos estados se intensificó, con Putin criticando abiertamente la expansión de la OTAN en Europa del Este.

Tras su victoria electoral, Putin lanzó una advertencia contundente durante una conferencia de prensa, señalando que un conflicto entre Rusia y la OTAN podría desatar una Tercera Guerra Mundial. Sus declaraciones generaron gran controversia, especialmente después de que el presidente francés Emmanuel Macron mencionara la posibilidad de desplegar tropas en Ucrania, lo que ha aumentado las tensiones entre Occidente y Rusia.

En medio de esta atmósfera de guerra y divergencia política en Europa, Putin no titubea al advertir sobre el riesgo real de una escalada bélica mundial entre Rusia y la OTAN, liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.


Por Santino Roncatti para La Derecha Diario.

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Francia

Tras la reunión de Macron con Scholz y Tusk, Putin asegura que "ya hay franceses" peleando en Ucrania

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El portavoz Dmitry Peskov dijo que Francia ya está peleando la guerra en Ucrania de manera indirecta habiendo donado todo su equipamiento, pero que también identificaron soldados franceses en el área beligerante.

Este viernes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el nuevo primer ministro de Polonia, Donald Tusk, en la inauguración de una nueva alianza europa apodada como el Triángulo de Weimar.

Los tres países afirmaron estar "unidos" en su objetivo de "no dejar nunca ganar a Rusia y apoyar al pueblo ucraniano hasta el final", según dijo luego a la prensa Macron, quien lidera este grupo y, en medio de un colapso de su imagen, busca en Ucrania una salida fácil a su debilitada postura interna.

Macron prometió que seguirían enviando ayuda al gobierno de Kiev "siempre que sea necesario" y se negó a descartar envío de tropas francesas sobre el territorio en disputa en Ucrania.

Estos comentarios le ligaron una respuesta directamente del Kremlin ruso, a través del portavoz, Dmitry Peskov, quien afirmó que "Francia ya está luchando contra Rusia en Ucrania" dado que los ucranianos usan armas y vehículos franceses, pero que además "ya hay franceses peleando".

En una conferencia de prensa en Moscú, Peskov dijo que a París "no le importa" aumentar el nivel de su participación en la guerra en Ucrania, y que, si bien no pudieron vincular todavía a estos soldados con el Ejército del gobierno francés, "no hay dudas que hay franceses involucrados en el campo de batalla".

"Es obvio que Francia considera a Rusia como un oponente, porque Francia ya está involucrada en la guerra en Ucrania. De hecho, participa en esta guerra y, a juzgar por las declaraciones del señor presidente, no les importa aumentar el grado de participación", afirmó Peskov.

En una entrevista con la televisión francesa el jueves, Macron afirmó que la derrota de Ucrania en el conflicto no traerá la paz y que París "estará lista" para tomar las medidas necesarias para impedir la victoria de Rusia, a cuyas autoridades considera un "oponente".

Al comentar sobre los intentos de los grupos de sabotaje ucranianos de penetrar en territorio ruso, el portavoz dijo que uno de sus objetivos era desestabilizar la situación antes de las elecciones presidenciales de tres días en Rusia, que comenzaron hoy.

Peskov dijo que la CIA ha estado llevando a cabo actividades debilitantes en Rusia durante años. "No excluyo que las agencias de inteligencia estadounidenses hayan estado involucradas en una práctica similar en China", dijo.

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Estados Unidos

Tucker Carlson entrevistó en secreto a Putin en Moscú: La Unión Europea evalúa sancionarlo y prohibirle el ingreso al continente

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La conversación entre el ex presentador de Fox News y el mandatario ruso se emitirá el jueves en Twitter y en la página web tuckercarlson.com.

El periodista más importante del momento, Tucker Carlson, viajó a Moscú a escondidas esta semana para entrevistar en un mano a mano exclusivo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en lo que sería la primera que concede el mandatario a un estadounidense desde que comenzó la guerra en Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Putin había accedido a la entrevista con Carlson porque el enfoque del ex presentador de Fox News difería de la información “unilateral” sobre el conflicto de Ucrania de los otros medios de comunicación occidentales.

Carlson subirá la entrevista directamente a Twitter el jueves, como hizo con sus otras entrevistas a presidentes como Javier Milei en Argentina, Viktor Orbán en Hungría o Donald Trump en Estados Unidos. En un anticipo que subió este martes, dijo que la entrevista permitiría a los estadounidenses entender el punto de vista de Rusia sobre la guerra.

No estamos aquí porque amemos a Vladimir Putin. Nadie les pide que estén de acuerdo con lo que Putin pueda decir en esta entrevista, pero les instamos a que la vean. Deben saber todo lo que puedan”, dijo.

Según el periodista, sus productores también están intentando entrevistar a Volodimir Zelenski en Ucrania, para que pueda dar la otra cara de la situación, pero por el momento sin éxito. De hecho, funcionarios ucranianos han pedido su cabeza.

Persecución política

Según el propio Carlson, la última vez que intentó entrevistar a Putin, fue boicoteado por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Se cancelaron sus pasajes "sorpresivamente", recibió amenazas anónimas para que no viaje y hasta su esposa recibió extorsiones.

También asegura que sus teléfonos fueron intervenidos y sus mensajes de texto fueron filtrados a la prensa. "No compartí las capturas con nadie, nunca me alejé de mí teléfono, es imposible que la prensa haya conseguido esas fotos sin ayuda del Gobierno", confirmó.

Sin embargo, esto solo retrasó lo inevitable, y después de reorganizarse mejor, Carlson logró viajar a Moscú por debajo de la atención del gobierno de Biden, y una vez en Moscú, logró moverse con total libertad, incluso apareciendo en varios videos que filmó la gente cenando en restaurantes y caminando por la calle.

Tras lograr la entrevista, miembros de la Unión Europea pidieron implementar sanciones contra el comunicador estadounidense por "contribuir a difundir la propaganda del Kremlin", según dijeron varios eurodiputados actuales y anteriores.

En particular, el ex primer ministro belga y actual diputado del Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, pidió la palabra en la sesión de este miércoles y calificó a Carlson de haberse convertido en el “portavoz de Donald Trump" y de "estar jugando a favor de Vladimir Putin".

“Parece lógico que el Servicio Europeo de Acción Exterior examine también su caso”, dijo el legislador en medio del recinto, en referencia a la agencia europea que tiene a cargo imponer sanciones a los empresarios o políticos que colaboren con el Kremlin.

Estas sanciones van desde multas económicas, pasando por embargos de bienes, hasta la prohibición de ingresar a cualquiera de lo 27 países miembro de la Unión Europea.

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