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Ucrania

Zelénski dice que Ucrania debe aceptar que no entrará a la OTAN y que Occidente los abandonó frente a Rusia

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Agregó que los ucranianos "entienden esto y confían en ellos mismos y en nuestros socios directos que nos ayudan".

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelénski, dijo que los ucranianos "deben aceptar" que no el país se unirá a la OTAN. "Está claro que los miembros de la OTAN no nos quieren adentro. Lo entendemos. Ya es hora de aceptarlo", dijo en una reunión con líderes de la Fuerza Expedicionaria Conjunta.

"Durante años hemos oído hablar de la supuesta puerta abierta, pero también hemos oído últimamente que no debemos entrar, y debemos admitirlo", dijo sobre los intentos de Ucrania de unirse a la OTAN, que comenzaron tan pronto como 2008.

"La invasión rusa de Ucrania destruyó todo en lo que se basaba la seguridad en nuestra región", dijo. “El peso de las organizaciones que todos esperábamos. La fuerza de las convenciones internacionales, todas fallaron. También ha puesto en entredicho a la alianza más poderosa del mundo, la OTAN”.

Según Zelénski, si la OTAN no le pone un freno hoy a Rusia, está condenándose a que en el futuro un país miembro sea invadido y tampoco se anime a frenarlo. Cabe recordar que tanto Estonia como Letonia, dos países miembros de la OTAN, ya comparten frontera con Rusia, y si Rusia conquista Ucrania, tanto Polonia, como Hungría, Eslovaquia y Rumania compartirán frontera con Rusia.

"¿Cuál será la respuesta de la OTAN a los aliados en Europa del Este si los misiles rusos impactan, Dios no lo quiera, si los aviones rusos entran en su territorio", preguntó, y agregó que los misiles rusos ya han impactado alrededor de 12 millas de las fronteras de la OTAN.

“Yo les pedí: ayúdate a vos mismo ayudándonos”, dijo en referencia a sus discusiones con los líderes de la OTAN. "Sabes qué armas necesitamos. Sabes qué medios de protección necesitamos. Sabes que necesitamos aviones de manera crucial. Sería extremadamente difícil para nosotros sin sus esfuerzos. Les agradezco lo que han hecho hasta ahora. Pero entiendan, necesitamos más".

Ante la negativa, ahora Zelénski cambió su discurso. "Me alegra que nuestra gente esté comenzando a entender que estamos solo y confíe en ellos mismos y en nuestros socios directos que nos ayudan", dijo en referencia a Polonia y Hungría.

En este sentido, anunció que Ucrania debe olvidarse de intentar unirse a la OTAN, y le pidió a sus generales que elaboren estrategias para defenderse sin apoyo internacional. La guerra en Ucrania cumple hoy 20 días, un número impensado para Putin que había asignado un presupuesto a la invasión de tan solo 5 días.

Ucrania

Diplomacia en llamas: Ucrania desafía al Papa por llamar a la paz con Rusia y rechaza negociar con el "Dragón de la Guerra"

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La Embajada Ucraniana arremetió contra las palabras del Papa Francisco, asegurando que nadie le pidió a los Aliados que negocien la paz con la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial.

En un enfrentamiento diplomático sin precedentes, la Embajada de Ucrania cruzó a la Santa Sede y respondió con contundencia a las recientes declaraciones del Papa Francisco, quien abogó por la negociación de paz y el coraje de la "bandera blanca" en el conflicto ucraniano.

La embajada, a través de sus redes sociales, lanzó un mensaje desafiante, recordando la historia y cuestionando la posibilidad de entablar conversaciones con lo que denominan "el dragón de la guerra".

La Segunda Guerra Mundial se convirtió en el epicentro del debate, con la Embajada ucraniana argumentando que durante aquel conflicto nadie consideró seriamente negociar la paz con Hitler, y vencer al Nazismo era la única opción viable.

"¡Es muy importante ser coherentes! Cuando hablamos de la Tercera Guerra Mundial, que enfrentamos ahora, debemos aprender las lecciones de la Segunda Guerra Mundial", expresó la liga diplomática ucraniana en un tono desafiante.

"¿Alguien habló seriamente de las negociaciones de paz con Hitler y de la bandera blanca para satisfacerlo? Así que la lección es solo una: ¡si queremos terminar la guerra, tenemos que hacer todo lo posible para matar al Dragón!", concluyó el mensaje, elevando la tensión en el ya complicado escenario internacional.

La entrevista del Papa Francisco a la Radio Televisión Suiza desató la controversia al instar a la valentía de la "bandera blanca" y a la negociación como medios para poner fin al conflicto en Ucrania. El pontífice destacó que negociar no es rendirse y abogó por la intervención de las potencias internacionales en el proceso de paz.

Sin embargo, la Embajada Ucraniana se mantuvo firme en su posición, desestimando la perspectiva papal y centrándose en la analogía con la Segunda Guerra Mundial para respaldar su postura contra las negociaciones.

El Vaticano, en un intento de suavizar la controversia, matizó que el Papa no se refería a la rendición, sino a la negociación como un medio para alcanzar un cese de hostilidades. Matteo Bruni, portavoz vaticano, aclaró que el término "bandera blanca" simbolizaba la tregua lograda mediante la valentía de la negociación.

A pesar de este intento de aclaración, la Embajada Ucraniana persiste en su posición, instando a la comunidad internacional a no ceder ante la idea de negociar con lo que ellos denominan el "Dragón".

El enfrentamiento entre la fe y la política internacional ha avivado las llamas de la diplomacia, generando incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre Ucrania y la Santa Sede. Las tensiones geopolíticas se intensifican en un momento en que la comunidad internacional observa con atención la evolución del conflicto ucraniano.

La firmeza de la Embajada Ucraniana en su rechazo a las negociaciones, junto con las palabras del Papa Francisco, sitúan a esta disputa en el epicentro de un debate crucial sobre la paz, la valentía y la estrategia diplomática.

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Hungría

Orbán anunció que dejará de bloquear las ayudas a Ucrania después de conversar con Zelenski en la asunción de Milei

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Se trata de un paquete por 50.000 millones de euros que necesita la aprobación de Hungría para poder desplegarse. A cambio del visto bueno para las ayudas, el Gobierno de Orbán exigirá una mayor ampliación de los fondos habilitados para financiar las necesidades fiscales de Hungría de manera no inflacionaria.

Después de haber entablado conversaciones durante la ceremonia de asunción del presidente Javier Milei, el presidente Volodímir Zelenski de Ucrania y el Primer Ministro Viktor Orbán de Hungría arribaron a una histórica reconciliación en representación de ambos países.

Lo que no pudieron conseguir meses de negociación diplomática, lo pudo conseguir una invitación del presidente Milei en cuestión de pocas horas. A partir de este encuentro, el Gobierno de Orbán anunció que dejará de bloquear las ayudas de la Unión Europea para Ucrania a través de Hungría.

De esta manera, Hungría abre las puertas para un paquete de financiamiento de hasta 50.000 millones de euros (equivalentes a 50.000 millones de dólares) para Kiev, en una fuerte señal en contra del alineamiento con Rusia. Los recursos serían empleados en la financiación de nuevo armamento, alimentos y energía.

Los recursos son de vital importancia para Ucrania, que debe sostener un déficit primario superior al 14% del PBI para las demandas del conflicto bélico. Asimismo, el resultado financiero total de Ucrania marcó un rojo de casi 20 puntos del PBI en 2023, según la última estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) correspondiente a octubre.

El gasto militar disparó las erogaciones de Ucrania hasta el umbral del 66% del PBI en 2022, y más de 63% estimado para 2023. Sin embargo, los ingresos a duras penas fluctuaron entre el 43% y el 50% del PBI desde el estallido de la guerra, pese a las medidas de emergencia adoptadas por Zelenski. 

En solo dos años, la deuda bruta de Ucrania se incrementó drásticamente del 49% del PBI a más del 78% en 2022, y más de 88% para el cierre de 2023. El FMI sugiere que el stock relativo de la deuda continuará creciendo por lo menos hasta 2025, y en el marco de una economía virtualmente devastada por una guerra en su propio territorio.

A cambio de aprobar el paquete de ayuda, el Gobierno de Orbán exige que la Unión Europea regularice los envíos de fondos adeudados por desembolsar en Hungría, los cuales ascienden a los por lo menos 30.000 millones de euros. Esto incluye el financiamiento para cubrir los desajustes sobre las finanzas públicas.

La UE había retrasado sistemáticamente la entrega de estos fondos por cuestiones meramente políticas y discrecionales. El déficit primario de Hungría comenzó a reducirse a partir del segundo trimestre de 2023, y se espera una mayor convergencia para las reglas de Maastricht a partir del año fiscal 2024.

Hungría también daría su visto bueno para la ampliación de los recursos presupuestados en el financiamiento de la protección fronteriza, una demanda recurrente por parte de Budapest, y también la concesión de subsidios adicionales sobre la energía en respuesta al shock de precios relativo que provocó la guerra en Ucrania.

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Argentina

Milei reunió a Zelenski y a Orbán en su asunción: Por primera vez, los mandatarios opositores hablaron sobre la Guerra en Ucrania

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El presidente recibió los dos líderes europeos que se encuentran enemistados por su postura respecto a Rusia, y facilitó la conversación entre los mandatarios, aunque dejó en claro que la Argentina apoyará a Ucrania.

Mientras se esperaba la llegada de Javier Milei al Congreso, las cámaras captaron un momento de pura política: el presidente ucraniano Volodimir Zelenski y el primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien están en lados opuestos en la Guerra en Ucrania, hablando mano a mano en un costado.

No se sabe qué fue lo que hablaron, pero lo hicieron en idioma inglés, sin traductores ni asesores. Por la gesticulación de los dirigentes, se notó que fue una discusión de alto impacto, en la que se dijeron cosas que por dos años no pudieron decirse.

Solo una figura como la de Javier Milei, quien ideológicamente está más cerca de Orbán pero geopolíticamente del lado de Zelenski, puede reunir a dos fuerzas tan opuestas. Milei, siguiendo la "doctrina Trump", promovió la conciliación de las partes beligerantes, sin importar las diferencias.

El día antes de la asunción, Milei se reunió con Viktor Orbán, en una cumbre que incluyó a sus equipos diplomáticos y que se habló ampliamente del conflicto en Ucrania. Un día después, ya como presidente, Milei recibió a Zelenski en la Casa Rosada, donde nuevamente, dialogaron sobre la invasión de Rusia.

Según trascendió, Milei le anticipó a Orbán que la Argentina pasaría a defender oficialmente la postura de Ucrania frente al conflicto, algo que el gobierno de Alberto Fernández no había hecho hasta el momento, pero le aseguró que no enviaría ayudas económicas, como seguramente se le pediría.

Lo mismo le dijo a Zelenski, y aparentemente, Milei se sumó al intento de conciliación entre las partes para llegar a una resolución al conflicto para que "paren de morirse personas", similar a la postura de Trump, quien fuera uno de los mayores aliados del líder ucraniano antes de que sea expulsado de la presidencia.

El cónclave entre Milei y Zelenski fue preparado durante semanas por la canciller Diana Mondino, quien también estuvo en la reunión bilateral. La intención del flamante presidente argentino es apoyar a Ucrania en todos los foros internacionales, desde la ONU al G20, y convocar a una cumbre regional para explicitar el respaldo de América Latina a Ucrania.

Hasta la llegada de Milei al gobierno, Zelenski no tenía el respaldo de ninguno de los cuatro países más importantes de América Latina, considerando a la Argentina, Brasil, México y Colombia. En Brasil, ni Bolsonaro ni Lula brindaron su apoyo formal; lo mismo en México de parte de López Obrador, y recientemente Gustavo Petro le quitó el apoyo de Colombia a Ucrania.

Por lo que si Milei firma su apoyo a Ucrania de manera oficial, sería el primero de los cuatro grandes latinoamericanos en hacerlo, pero el líder libertario quiere a su vez presionar a los otros tres países a sumarse a ese apoyo; aunque siempre sin enviar ayuda material, en sintonía con su frase que inmortalizó en su discurso presidencial: "no hay plata".

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