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Italia

Meloni encabeza el primer acto de la memoria por las Masacres de las Foibe: Cuando comunistas llevaron a cabo el genocidio de 20.000 italianos

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Los comunistas yugoslavos avanzaron sobre una región de Italia tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial y arrojaron en profundas fosas naturales conocidas como "foibe" a todas las personas que fueran de etnia italiana.

Dos días antes del aniversario de este año, con 224 votos a favor, 10 abstenciones y ninguno en contra, el Congreso de Italia aprobó un proyecto de ley impulsado por el partido de la primera ministra Giorgia Meloni para la promoción del conocimiento de la tragedia de Foibe y del éxodo juliano-dálmata del país entre las generaciones más jóvenes

De esta manera, la mandataria encabezó este sábado 10 de febrero, a aproximadamente 80 años de la peor masacre comunista en territorio italiano, un acto en el Monumento Nacional de Basovizza con motivo del Día del Recuerdo de las Víctimas de la Foibe.

El olvidado genocidio comunista en los territorios de Istria, Fiume y Dalmacia, italianos por historia, cultura y población, recibe una conmemoración que por intereses políticos fue olvidado por casi 100 años.

Tras la salida del poder de Benito Mussolini, Italia empezó a desmembrarse y los partisanos comunistas, comandados por Josip Broz Tito, quien se convertiría en el dictador yugoslavo hasta su muerte en 1980, toman control desde Rijeka (en aquél entonces, la italiana Fiume) hasta Trieste.

Desde septiembre de 1943 a febrero de 1947, los comunistas asesinaron a decenas de miles de italianos, una verdadera limpieza étnica en la que se implementó un sistema de aniquilamiento a través del cual se arrojaban a las personas, a veces ya fusiladas pero otras mientras todavía estaban vivas, por zonas rocosas, llamadas "foibe" en italiano.

La modalidad de eliminación y ejecución consistía en fusilar a algunos seleccionados y atar sus cadáveres a otras personas vivas, de manera que, con la inercia de los cuerpos, unos y otros caían en las fosas. Allí fueron ejecutados miles de italianos, mujeres y niños.

Estos pozos geográficos, que se convirtieron en fosas comunes con miles de víctimas, fueron profanados por orden del Mariscal Tito, empleando una costumbre eslovena en la que se sacrificaba un perro negro que era lanzado dentro de la fosa para despreciar (en el otro mundo) las almas de los muertos.

Un caso emblemático fue la joven estudiante de 23 años, Norma Cossetto, quien fue violada reiteradamente por los partisanos, torturada de manera despiadada, para seguidamente ser arrojada viva junto con otras tres docenas de italianos a una foibe, todos atados al cadáver de un perro negro para humillar sus cuerpos.

Se estima que 20.000 italianos fueron ejecutados o arrojados a estas profundas fosas naturales, con un número indescifrable de personas desaparecidas en fosas comunes que están siendo encontradas hasta el día de hoy gracias a la colaboración del gobierno de Italia y el aporte del gobierno de Eslovenia.

Pero la magnitud del genocidio fue incluso peor si se tiene en cuenta que provocó un éxodo forzado masivo de más de 350.000 italianos que debieron huir de la zona, dejando a los territorios italianos de Venecia Julia, Istría y Dalmacia sin italianos, lo que facilitó la anexión de Yugoslavia, hoy en su mayoría bajo el control de Croacia y Eslovenia.

Los comunistas yugoslavos, aprovechándose de una Italia que estaba colapsando, avanzaron sobre la ciudad de Fiume (Rijeka, hoy en Croacia), Istria (una península que hoy está dividida entre Italia, Croacia y Eslovenia) y Dalmacia (hoy Croacia), y crearon allí Comités Populares de Liberación, que asumieron el poder político y administrativo y comenzaron una limpieza étnica en la región.

Por estos aberrantes crímenes, mediante la Ley 92 del año 2004, el Parlamento italiano aprobó por amplia mayoría que el 10 de febrero de cada año sea conmemorado como el “Día del Recuerdo”, en homenaje a las víctimas de las “Foibe” y los refugiados italianos, cuya historia es poco conocida por distintas consideraciones de conveniencias políticas cuyos orígenes remontan a la Guerra Fría.

La ley fija como fecha de las masacres desde el 8 de septiembre de 1943 hasta el 10 de febrero de 1947. También especifica las modalidades de ejecución criminal en las foibe como fusilamientos, masacres colectivas, atentados, ahogamientos en las cuevas y otras.

Sin embargo, no se estipulaba ningún acto oficial del Gobierno ni la promoción de la fecha como un día de recuerdo nacional. Meloni acudió a la foiba de Basovizza, donde dio un discurso, y luego inauguró el "tren de la memoria" en la estación de Trieste. El viaje de los seis vagones de la memoria comenzará el 11 de febrero y pasará por numerosas paradas (Venecia, Milán, Turín, Génova, Ancona, Bolonia, Parma, La Spezia, Florencia, Roma, Nápoles) para finalizar el 27 de febrero en Tarento.

A su vez, se inauguró una placa conmemorativa dedicada a Norma Cossetto, una de las caras más visibles de los más de 20.000 asesinados por los comunistas. La iniciativa es del Ministerio de Educación, que decidió que la ceremonia tenga lugar en el liceo clásico "Dante Alighieri" donde Norma Cossetto completó sus estudios de bachillerato, antes de regresar a Istria.

Si bien Meloni es la primera mandataria en encabezar un acto con la nueva ley que se está aprobando en el Congreso, el ex primer ministro Silvio Berlusconi había tenido fuertes palabras contra quienes intentaron que la historia se olvide de este genocidio.

"Hoy nuestro pensamiento está con todos aquellos que fueron condenados a una muerte atroz por el único delito de ser italianos y no querer someterse a la tiranía comunista", mencionó en un discurso del 10 de febrero del 2015, cuando era senador y presidía el partido Forza Italia.

"Recordamos también con ellos a todos los italianos de Istria y Dalmacia, obligadas a abandonar su tierra, su hogar, sus posesiones", afirmó y concluyó: "Nuestro gobierno quiso instaurar este día como compensación moral hacia las víctimas de la Foibe".

Italia

Meloni desafía a la Sea Watch que impulsa la llegada de inmigrantes ilegales a Italia: "Detendremos la inmigración ilegal, les guste o no"

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Ante la negativa de Meloni de permitir la entrada de inmigrantes irregulares, Sea Watch llegó a desearles "lo peor desde el fondo de su corazón" a las autoridades italianas.

La primer ministro italiana, Giorgia Meloni, y la ONG alemana Sea Watch están en el centro de una intensa controversia sobre la política migratoria en el Mediterráneo. El conflicto surgió tras la participación de Meloni en el Foro Mediterráneo sobre Migraciones, celebrado en Trípoli, Libia, el 17 de julio.

Sea Watch, una organización dedicada al rescate de inmigrantes ilegales en el mar, criticó severamente la presencia de Meloni en el foro. La ONG acusó a la mandataria italiana y al primer ministro libio, Abdul-Hamid Dbeibeh, de promover una “política migratoria distópica”. En un acto inusual, Sea Watch expresó su deseo de que les ocurriera “lo peor desde el fondo de su corazón” a los participantes del evento.

La respuesta de Meloni fue inmediata. A través de sus redes sociales, la primera ministra italiana cuestionó el “silencio” de Sea Watch respecto a las actividades de los traficantes de personas.

Meloni afirmó: “Sea Watch critica a quienes acudieron a Libia para discutir cómo detener la inmigración ilegal creando desarrollo, pero no dice nada sobre los traficantes que se han enriquecido matando a miles de personas”.

La líder italiana defendió su participación en el foro, argumentando que su propósito era encontrar soluciones para frenar la inmigración ilegal hacia Europa a través del Mediterráneo. Reafirmó la postura de su gobierno: “El Gobierno italiano seguirá trabajando para detener la trata de personas, la inmigración ilegal y las muertes en el mar. Les guste o no”.

Durante su intervención en el foro de Trípoli, Meloni afirmó que “los inmigrantes ilegales son enemigos de los legales”, afirmando que Italia ha cerrado las puertas a la inmigración regular debido al exceso de migrantes irregulares. También criticó a las “organizaciones criminales”, refiriéndose a las ONG que rescatan inmigrantes en el Mediterráneo, que asumen el derecho de decidir “quién tiene derecho a entrar en Italia y quién no”.

El Foro Mediterráneo sobre Migraciones reunió a líderes de Estados y Gobiernos de países europeos y africanos. El encuentro buscó abordar las causas profundas de la migración irregular mediante el desarrollo sostenible, la mejora de la gobernanza y la cooperación internacional.

Este enfrentamiento entre Meloni y Sea Watch pone de manifiesto las tensiones entre el gobierno italiano y las organizaciones de rescate de inmigrantes. Roma ha implementado medidas para limitar las operaciones de estas ONG, incluyendo una ley que obliga a los barcos de rescate a dirigirse inmediatamente a un puerto designado después de recoger migrantes, sin continuar su patrulla en busca de otros náufragos.

La política migratoria de Meloni, caracterizada por su dureza, ha generado críticas de organizaciones humanitarias. Sin embargo, la primera ministra mantiene que estas medidas son necesarias para combatir la inmigración ilegal y prevenir las muertes en el mar.

El debate sobre la gestión de la migración en el Mediterráneo sigue siendo un tema candente en la política europea, con gobiernos como el de Italia abogando por un enfoque más restrictivo, mientras que las ONG y la Unión Europea promueven políticas más globalistas en torno a la inmigración ilegal, dejando entrar a cualquier clase de persona, que luego termina provocando un aumento en los índices de homicidios, robos y violaciones.


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Argentina

A pesar de no formar parte del grupo, Javier Milei asistirá al G7 por invitación personal de Giorgia Meloni

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La primera ministra de Italia extendió la invitación al Presidente de la República Argentina, Javier Milei, para participar en la próxima cumbre del Grupo de los Siete.

El Grupo de los Siete (G7) es el foro político y económico más poderoso del mundo, englobando a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Este año, la cumbre está programada para celebrarse en junio en la región italiana de Apulia.

Si bien Argentina no es parte del grupo, este año los 7 líderes más importantes del mundo estarán acompañados por el presidente Javier Milei, gracias a una invitación personal que le extendió la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, encargada de organizar el evento en esta ocasión.

Este gesto, que ha sido recibido con interés y anticipación, refleja la creciente importancia de Milei en la arena política internacional y destaca la influencia que ha ganado como líder mundial. Y no solo Meloni quiere tenerlo presente en G7, ya que estas invitaciones suelen realizarse en consenso con los demás integrantes.

La invitación formal fue entregada a través de una nota diplomática, transmitida por el embajador italiano en Argentina, Fabrizio Lucentini, y recibida con gratitud por la cnciller Diana Mondino. La confirmación de la participación de Milei en la cumbre del G7 representa un reconocimiento significativo de su papel como figura destacada en la política global y subraya la creciente relevancia de Argentina en el escenario internacional.

Fue así la cuenta oficial de Cancillería la que emitió un comunicado anunciando la invitación de Meloni a Milei para participar en la cumbre más importante del año. El mensaje enfatizó la importancia de fortalecer los lazos bilaterales entre Argentina e Italia y destacó el papel crucial que desempeñará Milei en el diálogo sobre cuestiones de interés mutuo durante la reunión.


De esta manera, Milei le agregará un poco de liberalismo a una cumbre que prometía ser un epicentro de la izquierda mundial, ya que este año coinciden el presidente de EE.UU., Joe Biden; el líder socialista de Alemania, Olaf Scholz; el progresista premier canadiense, Justin Trudeau; el socialdemócrata presidente de Francia, Emmanuel Macron; y el centrista premier inglés, Rishi Sunak.

Por la derecha, solo iban a estar el premier de Japón, Fumio Kishida, y la propia Georgia Meloni. Ahora ambos discutirán con el resto de los integrantes con Milei dando respaldo y su singular visión del mundo.

La participación de Javier Milei en la cumbre del G7 brindará una oportunidad única para que Argentina exprese su visión y perspectivas sobre una serie de temas globales clave, incluyendo la economía mundial, la seguridad internacional y el cambio climático, todos puntos donde la visión del mandatario argentino difiere del establishment del Grupo.

Además, permitirá a Milei establecer contactos con líderes de otros países con quienes todavía no ha tenido la oportunidad de reunirse, y fortalecer los lazos diplomáticos de Argentina en el escenario internacional.

Es importante destacar que la invitación de Meloni a Milei no solo refleja la afinidad ideológica entre ambos líderes, sino también la creciente cooperación entre Italia y Argentina en una variedad de áreas, incluyendo el comercio, la seguridad y la política internacional. Esta colaboración estratégica entre dos naciones democráticas y comprometidas con los valores occidentales conservadores resulta fundamental en el escenario tanto latinoamericano como europeo.

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Economía

Meloni busca privatizar el Servicio Postal y los ferrocarriles en Italia, después de décadas de estar en quiebra

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La venta de activos estatales facilitaría la cancelación de compromisos de deuda y el necesario equilibrio de las finanzas públicas. Las autoridades preparan un drástico ajuste fiscal para 2024.

La Primer Ministra Georgia Meloni anunció recientemente la vocación del Gobierno por la privatización de una gran cantidad de activos estatales. Estas maniobras permitirían dos objetivos principales: se podrían obtener acreencias importantes para cancelar compromisos de deuda a corto plazo, y también se facilitaría el equilibrio de las finanzas públicas.

El Gobierno anunció que buscará lanzar a la venta el 13% del paquete accionario de Correo Italiano. Actualmente el Estado italiano retiene el total del paquete accionario: en un 65% de forma directa, y en un 35% a través del banco de desarrollo Cassa Depositi e Prestiti (del cual el Estado es dueño en un 82%).

Por otra parte, el Gobierno también evalúa la privatización parcial de Ferrocarriles Estatales Italianos (FS), la empresa insignia que tomó especial protagonismo durante los años del fascismo. Se trata de una de las privatizaciones más complejas dentro del prontuario que anunció el oficialismo, por lo que el proceso podría demorar años en consumarse.

“Creo que existe la posibilidad de que particulares participen en acciones minoritarias en empresas que hoy están totalmente bajo control público, y este es el caso de los ferrocarriles”, expresó la Primer Ministra.

Meloni demostró su determinación a favor de las privatizaciones por primera vez en noviembre del año pasado, cuando se concretó la venta del 25% del paquete accionario del histórico Banco Monte dei Paschi di Siena, nada menos que la institución bancaria más antigua del mundo (fundada en el año 1472). Esto dejó una acreencia neta por 920 millones de euros.

El Estado asumió su control mayoritario durante la crisis financiera internacional de 2008, y el Gobierno de Meloni se comprometió a devolverlo a manos privadas. Tras esta primera maniobra, se propone continuar con la venta de acciones hasta desaparecer por completo la participación estatal en el banco.

Se estudiarán nuevos y sucesivos programas de privatización total o parcial de empresas públicas para alcanzar un objetivo de recaudación de al menos 20.000 millones de euros entre 2024 y 2026. Este programa ayudaría a mantener bajo control el crecimiento explosivo del endeudamiento.

El Estado italiano mantiene un stock de deuda pública superior al 143% del PBI, y un margen de deuda neta que representa por lo menos el 132% del producto respectivamente. La delicada situación financiera del sector público limita extremadamente su capacidad para recapitalizar las empresas bajo su control, por lo que la participación del sector privado resulta fundamental para evitar el deterioro general de los servicios prestados.

La apertura de las puertas hacia la privatización también contribuiría a mejorar notablemente el atractivo inversor por parte de capitales extranjeros, algo que fue especialmente relevante para países como Grecia en los últimos años.

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