
Se disparó la interna demócrata por el liderazgo en el Senado
El jefe de bloque demócrata Charles Schumer enfrenta fuertes críticas internas por su reciente votación en el Senado.
Desde que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia en enero pasado, la puja bipartidista se trasladó al Congreso de los Estados Unidos. El mayor reto legislativo ocurrió la semana pasada cuando el Congreso se vio obligado a aprobar una medida de financiación antes del viernes, para evitar lo que se denomina un "government shutdown".
Un government shutdown es el cierre parcial o total del gobierno federal de EE.UU. qué ocurre cuando el Congreso no aprueba una ley de financiación antes de la fecha límite. Durante un cierre, muchas agencias y servicios gubernamentales dejan de operar, y los empleados federales pueden ser suspendidos temporalmente sin sueldo.
Para evitar un government shutdown en los primeros meses del año, la cámara baja, (controlada por los republicanos) sancionó el pasado martes un paquete presupuestario de 99 páginas, que entre ellas aumenta el gasto en defensa en 6.000 millones de dólares y recorta programas no relacionados con defensa en 13.000 millones de dólares. Este paquete esperaba del Senado para su sanción.

A diferencia de la cámara baja, a los republicanos en el Senado se le tornaba más difícil aprobar el paquete legislativo sin la adhesión de algunos senadores demócratas.
Se necesitan 60 votos en el Senado para romper el filibuster, que es una táctica comúnmente usada para bloquear o prolongar el debate sobre un proyecto de ley. Hoy, los republicanos del Senado controlan 53 escaños, pero necesitaban ocho votos demócratas para avanzar a la votación final.
El número fue ocho, ya que hubo una dificultad adicional para los republicanos: el senador republicano de Kentucky, Rand Paul, advirtió que votaría en contra de la medida porque no reduce lo suficiente el déficit.

El factor que desató grandes turbulencias dentro del partido demócrata se originó cuando el senador, y líder de los demócratas en el senado, Charles Schumer de Nueva York, anunció que votaría con los republicanos para avanzar con la resolución y evitar un government shutdown. Finalmente el viernes, Schumer junto a otros nueve senadores prestaron su voto y se evitó finalmente la clausura del gobierno.
Los senadores demócratas que siguieron a Schumer en esta votación fueron Catherine Cortez Masto (Nevada), Dick Durbin (Illinois), John Fetterman (Pennsylvania), Kirsten Gillibrand (Nueva York), Maggie Hassan (New Hampshire), Gary Peters (Michigan), Brian Schatz (Hawaii), y Jeanne Shaheen (New Hampshire). Acompañó también Angus King (Maine), un independiente en el Senado.
Hoy, el líder demócrata del Senado, enfrenta una corrosiva embestida interna, debido a fuertes ataques de la base de su partido por su voto a favor de avanzar un proyecto de financiación redactado por los republicanos.

Schumer defendió pobremente su voto diciendo que ''un cierre del gobierno habría sido peor'', ya que habría acelerado los esfuerzos de Trump para cerrar agencias gubernamentales.
"Es profundamente partidista. No aborda demasiadas de las necesidades de este país. Pero creo que permitir que Donald Trump obtenga aún más poder a través de un cierre del gobierno es una opción mucho peor.", se justificó Schumer tras su votación.
El senador Charles Schumer tiene 74 años, y desde 1999 representa al estado de Nueva York. Hace ocho años fue elegido el líder del bloque demócrata en el senado, altercado entre líder de la mayoría y de la minoría.
Tras la votación del pasado viernes, el ala progresista del partido aumentó su frustración con el liderazgo actual del partido, ya que pretenden ser una barrera bloqueadora a cada iniciativa del partido republicano.
El embate a Schumer más sorpresivo provino del líder de bloque del partido demócrata en la cámara baja, Hakeem Jeffries. Jeffries, oriundo de Brooklyn al igual que Schumer, realizó el viernes una sorpresiva rueda de prensa en donde eludió diversas preguntas sobre si el líder demócrata del Senado era apto para liderar.
El ninguneo de Jeffries o quizá, su inexistente defensa al histórico líder de su partido en la cámara alta, envió una señal preocupante a su partido: en el futuro, estos dos líderes podrían no compartir una misma sintonía política.

Además de Jeffries, una de las voces más fuertes en alzarse en críticas a Schumer fue la nefasta representante de Nueva York: Alexandria Ocasio Cortez, a quien algunos ven como pretendiente a la banca de Schumer en el Senado cuando este deba decidir si se postula a la cámara alta, en el año 2028.
Ocasio-Cortez hizo escalar la tensión interna al describir la jugada de Schumer como una "gran bofetada y traición" al Partido Demócrata.

Senadores demócratas, colegas de Schumer, mantienen que este no dejará su puesto como líder del partido, pero cuestionan abiertamente su toma de decisión de una manera que no lo habían hecho durante sus ocho años anteriores como líder.
La evolución de esta fractura es relevante, pensando que del otro lado del pasillo, hace no mucho tiempo, senadores republicanos embistieron contra el desgastado líder de bancada Mitch McConnell, llegando este a dimitir de su rol de líder republicano el pasado enero.
Sin dudas son momentos turbulentos en Washington, en donde empiezan a vislumbrarse grietas de un partido opositor que hoy está lejos de poseer postura unificada sobre como pararse y actuar frente al eficiente gobierno republicano, exponiendo a cielo abierto una interna por el liderazgo demócrata en el Senado.
Es una incógnita cómo evolucionarán las posturas internas frente a un líder como Schumer, quien a estas horas enfrenta la lucha más difícil de su carrera como líder demócrata en el Senado en medio de fuertes ataques de la base de su partido, y un partido republicano que en silencio, cosecha un nuevo éxito legislativo en los albores de la segunda administración de Donald Trump.

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