Los gobernadores demócratas buscarán boicotear el gobierno de Trump intencionalmente
Gavin Newsom y Gretchen Whitmer entre otros demócratas anunciaron que entorpecerán las medidas federales del republicano
A medida que los gobernadores demócratas se reúnen para su encuentro anual de invierno, estos destacan su papel crucial como la "última línea de defensa" para el Partido Demócrata, ahora fuera del poder en Washington tras las elecciones de noviembre.
Tras perder la Casa Blanca, el senado y no lograr recuperar la cámara de representantes, el Partido Demócrata se encuentra en una posición muy complicada. Sin embargo, los gobernadores demócratas, que aún controlan 23 de las 50 oficinas de gobernadores en el país, siguen considerándose una parte fundamental de la estrategia del partido para avanzar.
La Asociación de Gobernadores Demócratas (DGA) resalta que sus gobernadores representan más de la mitad de la población estadounidense, incluyendo a los cinco estados más importantes para las elecciones presidenciales: Arizona, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, así como en estados más conservadores como Kansas y Kentucky.
A pesar de las afirmaciones de la asociación demócrata, los resultados electorales en los pasados comicios de noviembre demostraron la fuerte preferencia hacia las alternativas republicanas por parte del pueblo estadounidense.
Según la directora ejecutiva de la DGA, Meghan Meehan-Draper, los gobernadores demócratas siguen ganando la confianza de los votantes al abordar directamente los desafíos cotidianos que enfrentan en sus estados, ignorando totalmente la realidad electoral.
Esta labor de conectar con los votantes es vista como clave en el camino del partido hacia una futura recuperación del espacio, especialmente con la creciente importancia de las elecciones de gobernadores en los próximos años, incluidos los comicios de 2025 y 2026.
Durante el primer mandato de Donald Trump, los gobernadores y fiscales generales demócratas jugaron un papel importante al oponerse a varias de las políticas de su administración, utilizando tanto batallas políticas como legales. Muchos de estos gobernadores están listos para repetir ese rol siendo que Trump regresa en enero a la Casa Blanca.
Algunos de los gobernadores demócratas más conocidos, como Gavin Newsom de California y JB Pritzker de Illinois, ya han comenzado a "blindar" sus estados, asegurándose de que sus políticas no sean fácilmente reversibles por el próximo gobierno federal.
En noviembre pasado, Pritzker, junto con el gobernador de Colorado, Jared Polis, lanzaron un grupo llamado "Governors Safeguarding Democracy" (Gobernadores protegiendo la democracia), cuyo objetivo es resistir la administración de Trump. Sin embargo en los pasados días el pope de Colorado mostró decepción para con su partido tras el indulto a Hunter Biden.
Este tipo de iniciativas resalta la determinación de los gobernadores demócratas para ser una contraposición a las políticas del presidente electo y defender sus agendas políticas.
La estratega demócrata Maria Cardona enfatizó que los gobernadores del partido serán fundamentales, no solo para proteger los avances obtenidos, sino también para intentar convencer a los estadounidenses de que vuelvan a confiar en su partido.
Además, señaló que muchos de estos gobernadores podrían ser contendientes de alto perfil para la nominación presidencial demócrata en 2028, dada su visibilidad y peso en el espectro político del Partido Demócrata.
Entre los nombres más mencionados como posibles aspirantes a la Casa Blanca se encuentran Newsom, Pritzker, Polis, la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer, el gobernador de Pensilvania Josh Shapiro, el gobernador de Maryland Wes Moore y el gobernador de Kentucky Andy Beshear. Todos ellos han mostrado desastrosos rendimientos en sus estados durante sus mandatos.
Es claro que mientras el Partido Demócrata enfrenta un periodo de desafíos nacionales, sus gobernadores se presentan como una pieza clave en la estrategia para mantener el poder a nivel estatal y como líderes que podrían dar forma al futuro político del partido, tanto en el ámbito local como en las elecciones presidenciales de 2028.
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