
Maduro juega con fuego y lanza una provocación militar a los Estados Unidos
El régimen narcoterrorista lanzó una peligrosa jugada luego de que haya enviado a dos cazas F-16 a sobrevolar un buque de la armada estadounidense.
Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela escalaron esta semana luego de que dos aviones de combate F-16 venezolanos, armados y en actitud intimidante, sobrevolaran el destructor lanzamisiles USS Jason Dunham en el sur del mar Caribe.
La maniobra, que se produjo en aguas internacionales, fue interpretada por el Pentágono como una ''demostración de fuerza'' del régimen terrorista deNicolás Maduro, en respuesta a un reciente operativo militar estadounidense que eliminó a 11 miembros del grupo criminal Tren de Aragua.
El buque estadounidense, parte de una flota desplegada por la administración Trump como parte de una operación de gran escala contra el narcotráfico, no respondió militarmente al sobrevuelo. Sin embargo, el Departamento de Defensa calificó la acción venezolana como ''altamente provocativa'' y advirtió que el ''cártel que dirige Venezuela'' no debe interferir con las operaciones antinarcóticos y antiterroristas de Estados Unidos.

La situación se desarrolla luego de que el presidente Donald Trump firmara una directiva el mes pasado autorizando el uso de fuerza militar contra cárteles latinoamericanos a los que su administración ha designado como organizaciones terroristas. Entre estos, destaca el Cártel de los Soles, encabezado por Maduro y miembros de su cúpula militar y política.
En un contundente mensaje en redes sociales, Trump confirmó que el ataque a la lancha, grabado en video y difundido por su cuenta en Truth Social, mató a 11 narcotraficantes pertenecientes al Tren de Aragua. Según el presidente, el grupo había partido desde Venezuela y operaba en aguas internacionales. ''¡CUIDADO! Que esto sirva de aviso a quienes intenten llevar drogas a Estados Unidos'', escribió Trump.
El secretario de Estado Marco Rubio también se pronunció, afirmando que años de incautaciones no han disuadido a los cárteles, y que lo único que detendrá a estos grupos es ''hacerlos estallar''. Maduro, por su parte, respondió con declaraciones que acusan a Rubio de orillarlo hacia una guerra, al tiempo que declaró estado de máxima alerta militar en Venezuela.

Estas acciones reflejan el grado de deterioro institucional y aislamiento internacional del régimen de Maduro, que continúa recurriendo a una retórica de confrontación y victimismo, mientras enfrenta crecientes acusaciones de liderar una red de narcotráfico y corrupción. Desde 2020, el gobierno de Estados Unidos ha acusado formalmente a Maduro de narcoterrorismo, y este año aumentó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su captura.
A pesar de los intentos del chavismo por proyectar fuerza, como lo evidencian los vuelos rasantes sobre buques estadounidenses, analistas internacionales ven estas acciones como actos desesperados de un régimen acorralado, más enfocado en su supervivencia política que en resolver la crisis humanitaria y económica que atraviesa el país.
La estrategia de Maduro parece centrarse en instrumentalizar el conflicto con Estados Unidos para distraer de los problemas internos y unificar a su base con discursos nacionalistas.

Más noticias: