Walmart tuvo que dar marcha atrás en sus políticas 'woke' de inclusión y diversidad

La eminencia del comercio minorista estadounidense decidió reducir la inversión en iniciativas de diversidad e inclusión (DEI), modificando ciertos aspectos de sus programas relacionados con la diversidad en su fuerza laboral. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para enfocarse en la eficiencia y productividad dentro de la empresa, incluyendo ajustes en sus programas de capacitación. Según informes de la empresa, la decisión no se debe a una condena explícita de la inclusión, sino a una reevaluación de cómo tales iniciativas se implementan y a su efectividad dentro de la empresa. 

En el marco de esta revisión,  Walmart también ha comenzado a eliminar ciertos roles relacionados con la gestión de DEI, siguiendo las tendencias del contexto empresarial actual, especialmente entre las grandes corporaciones como  Ford y John Deere.

Walmart también ha enfocado su estrategia en mantener una postura más neutral sobre cuestiones sociales en lugar de alinearse con una postura política explícita ineficiente, como sucedió bajo la administración Biden. 

Este movimiento de Walmart se enmarca dentro de una tendencia más amplia observada en numerosas empresas estadounidenses. Grandes compañías como Target,  Disney y Bud Light han enfrentado duras caídas en sus acciones tras incurrir en políticas de DEI en los últimos años. 

Dentro de las medidas que Walmart comunicó, la remoción de productos que violaban sus políticas como los aplanadores de pecho destinados a niños, adicionalmente a la adecuación de sus espacios para que los menores se sientan cómodos en sus instalaciones, son algunas de las que mayor índice de aprobación tuvieron. 

A medida que los empleados, los clientes y los inversores hacen más demandas sobre cómo las empresas deben abordar cuestiones sociales, muchas organizaciones han comenzado a notar la baja eficacia y el impacto negativo a largo plazo de las políticas de DEI. 

El presidente de Walmart, Doug McMillon, ha mencionado que la empresa no está renunciando a su compromiso con la inclusión, pero está revisando cómo estas políticas deben ser aplicadas para reflejar mejor los cambios en la cultura corporativa y las expectativas de los consumidores. En sus declaraciones, McMillon subrayó que la inclusión sigue siendo un valor fundamental, pero que la compañía necesita asegurarse de que sus esfuerzos en este sentido estén alineados con los objetivos estratégicos más amplios y con los intereses de los clientes y los accionistas,  buscando alejarse de aquellos sectores políticos de extrema izquierda. 

La decisión de Walmart ha provocado reacciones positivas. Mientras que la mayoría de la sociedad apoya la medida, sosteniendo que las políticas de DEI son demasiado costosas y contraproducentes, algunos fanáticos de izquierda critican la reversión de estas políticas, argumentando que puede ser un retroceso en la lucha por la equidad en el lugar de trabajo y en la sociedad en general.

La tendencia de revisión de las políticas de DEI también refleja el hartazgo por parte del grueso de los consumidores quienes ya no toleran la agenda progresista en su consumo diario, añadiendo que estas políticas pueden ser divisivas o incluso innecesarias en un entorno empresarial que debe centrarse en la productividad y el rendimiento económico.