Quienes son los rebeldes que derrocaron el régimen de Assad y tomaron control de Siria

Luego de una década en guerra, la coalición opositora de Siria logró capturar la capital Damasco y anunciar el fin del régimen del dictador Bashar al Assad, quien huyó del país con su familia hacia Moscú, Rusia, donde Vladimir Putin, su mayor aliado, les otorgó asilo.

Esta coalición, que conforma el nombrado por ellos mismos "Gobierno de Salvación Nacional", está compuesta por "rebeldes", como también así se llaman, y tiene entre sus filas desde sirios laicos, con ideologías variadas entre liberales y socialistas, hasta yihadistas que en el pasado pelearon junto a Al Qaeda y junto a ISIS. Lo que los une es que todos están bajo el paraguas de financiamiento turco, y todos desprecian al régimen de Assad.

Entre las filas de los rebeldes, sin embargo, destaca el grupo terrorista islámico Hayat Tahrir al Sham (HTS), que lideró el avance insurgente en la última semana, y son quienes tienen las armas y, probablemente, sean los nuevos gobernantes de Siria.

Este grupo está bajo el mando del terrorista Abu Mohammad al-Golani, hijo de un importante empresario sirio que había sido torturado y encarcelado por los Assad, se unió a Al Qaeda en 2003, y en los últimos veinte años pasó por los grupos yihadistas Al-Nusra e ISIS.

Aunque recientemente empezó a intentar proyectar una imagen más moderada, Estados Unidos lo llegó a tener preso bajo máxima detención en Irak por su peligrosidad, y desde 2016 ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.

"Esta es una victoria para todos los sirios", afirmó al-Golani en su discurso el domingo por la tarde, pronunciado en la histórica mezquita de los Omeyas en Damasco, donde pudo volver a entrar después de 13 años de guerra civil.

La historia de al-Golani y HTS

Su odio por el régimen de los Assad comienza desde muy chico. Su padre, activista nacionalista sirio, fue encarcelado por los Assad el mismo año que tomaron el poder en 1970, y terminó exiliado en Arabia Saudita, donde nació Golani.

Si bien al-Golani pudo volver a Siria en 1989 junto a su padre, donde pudo vivir su adolescencia, en 2003, con tan solo 15 años, se unió al grupo terrorista Al Qaeda en Irak, en medio de la invasión de ese país por la coalición liderada por Estados Unidos.

Estados Unidos derrocó rápidamente a Saddam Hussein y disolvió su Partido Baaz, pero se enfrentó a una feroz resistencia de diversos grupos rebeldes y terroristas, liderados por las fuerzas de Al Qaeda, que vieron la oportunidad perfecta para tomar control del país.

En 2010, las fuerzas estadounidenses en Irak arrestaron a al-Golani y lo trasladaron al Campamento Bucca, cerca de la frontera con Kuwait, en una prisión de máxima seguridad. Se especula que ahí conoció a los yihadistas que más tarde fundarían el grupo terrorista ISIS, incluyendo a su futuro líder, Abu Bakr al Baghdadi.

Si bien la presencia de las tropas que lideraba el entonces presidente George W. Bush impidieron cualquier toma del poder en Irak, Golani regresó en 2011 a Siria, poco después del inicio de la guerra civil contra su enemigo jurado Bashar al Assad. Según han contado distintos medios que recopilaron su vida, el propio Al Baghdadi coordinó su traslado al país para establecer la filial de Al Qaeda en Siria.

En consecuencia, al-Golani se se convirtió en comandante del Frente Al Nusra, un grupo armado extremadamente violento que, si bien se presentaba como parte de Al-Qaeda, en realidad estaba secretamente vinculado al Estado Islámico. Fue ahí que destacó por su accionar en el campo de batalla y se convirtió rápidamente en el líder de todos los grupos islamistas de Siria.

En 2013, sin embargo, Golani decidió romper los vínculos del Frente Nusra con el ISIS  y lo colocó bajo el control de Al Qaeda. Del mismo modo, en 2016, ya con muchísimo poder y siendo el máximo líder fundamentalista en la región no vinculado a ISIS, anunció en un mensaje grabado que también había cortado sus vínculos con este grupo, y que a partir de ese momento operaban con independencia.

En 2017, al-Golani declaró que sus combatientes se habían unido a otros grupos rebeldes en Siria para formar Hayat Tahrir al Sham, en español, la Organización para la Liberación del Levante, la cual recibió un fuerte financiamiento por parte de Turquía. Bajo este nombre, HTS se centró en luchar contra Al Qaeda e ISIS, con el objetivo de cambiar la "imagen negativa" hacia ellos en Occidente, un pedido expreso del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Ese mismo año, con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, la primera potencia del mundo ingresó a Siria y destruyó a ISIS en cuestión de meses, lo que permitió a HTS quedarse con casi toda la región de Idlib, donde estableció por primera vez el llamado Gobierno de Salvación Nacional de Siria.

Hasta 2020, de todos modos, al-Golani representaba la figura de un terrorista islámico muy extremista y violento, y bajo su gobierno las minorías drusas y cristianas en Idlib sufrían abusos como conversiones forzadas, asesinatos, violaciones y secuestros.

Sin embargo, a partir del verano de 2020, al-Golani comenzó a aparecer públicamente en Idlib sin el turbante ni las vestimentas clericales, con el fin de ganar el apoyo de la población del norte de Siria, que cada vez dependía más de Turquía para su subsistencia.

Durante ese año, la producción de videos de los medios afiliados a HTS aumentó considerablemente, mostrando actividades como la gobernanza local, la recaudación de impuestos y las interacciones con grupos de milicias locales. Así como Bin Laden lo intentó en Afganistán, Golani quería pasar de ser un líder terrorista a un posible reemplazo de Assad al frente del país.

Aunque pragmático en su gobernanza, y buscando el apoyo de potencias occidentales, al-Golani implementó una serie de cambios y evitó aplicar la ley islámica de manera estricta y mostró cierta "tolerancia" hacia las mujeres y las minorías religiosas. A fines de 2020 y con el COVID tomando la centralidad en todo el mundo, el HTS adoptó una postura menos represiva hacia estas minorías, permitiendo que algunas iglesias celebren misas en plena pandemia, aunque con restricciones como la prohibición de tocar campanas o colocar cruces.

El objetivo del grupo terrorista HTS es convertir Siria en un emirato islámico, aunque, según afirman ellos, "menos estricto" y "más tolerante" hacia las minorías. Lo mismo que están haciendo hace ya dos años los yihadistas en Afganistán. Sin embargo, así como los Talibanes en Kabul, la apertura religiosa es mínima y a grandes rasgos, los territorios controlados por Golani permanecen bajo un fuerte mandato islamista.  

Primeros anuncios de Gobierno

Este domingo a la madrugada, las fuerzas yihadistas del HTS tomaron la Televisión Nacional y la Radio Nacional de Siria para emitir un mensaje al país anunciando la caída del régimen de Assad.

En ese contexto, publicaron una declaración sobre la toma del control de Siria: "Anunciamos el fin de esta era oscura y el comienzo de un nuevo capítulo para Siria. En esta nueva Siria, todos coexisten en paz, prevalece la justicia y se defiende la verdad", afirmaron.

Y agregaron: "Nos comprometemos ante Dios y ante el pueblo lo siguiente:

1. Preservar la unidad y la soberanía del territorio sirio.
2. Proteger a todos los ciudadanos y sus propiedades, independientemente de sus afiliaciones.
3. Trabajar por reconstruir el Estado y sus instituciones sobre las bases de la libertad y la justicia.
4. Esforzarse por lograr una reconciliación nacional amplia y el retorno de los refugiados y las personas desplazadas a sus hogares en condiciones de seguridad y dignidad.
5. Hacer que todos aquellos que hayan cometido crímenes contra el pueblo sirio rindan cuentas de conformidad con la ley y la justicia."

Por ahora, todo se mantiene a nivel discursivo pero no en actos. Damasco es una ciudad donde históricamente han convivido musulmanes y cristianos, por lo que pronto se verá si esa promesa de no perseguir a los creyentes de la religión cristiana se cumplirá. 

Con la caída del régimen de Assad, el país de Medio Oriente, ahora liderado por HTS, tiene dos posibilidades: cumplir su palabra y realizar las reformas tan demandadas por el pueblo sirio, o instaurar una nueva dictadura islámica en la región.