
Vergüenza: el gobierno de Rumania impide castigar las expresiones antisemitas
El Parlamento había aprobado una ley para penar el discurso antisemita pero el Presidente frenó la implementación
La decisión del presidente de Rumania, Nicușor Dan, de retrasar una ley que endurece las penas contra el discurso de odio y la glorificación del fascismo, ha desatado una fuerte condena de la comunidad judía local.
El viernes pasado, tras la aprobación parlamentaria de una enmienda a la ley de 2015 contra el odio y la xenofobia, Dan sorprendió al enviar el texto a la Corte Constitucional para frenar su implementación.
El proyecto, impulsado por el diputado Silviu Vexler, introducía penas de prisión para quienes promuevan el antisemitismo en redes sociales y glorifiquen al movimiento fascista de la Guardia de Hierro, aliado del nazismo.
“Esta decisión empuja a los judíos rumanos a una situación de enorme angustia”, denunció Maximillian Katz, director del Centro para el Monitoreo y Combate del Antisemitismo en Rumania. “Cada vez que intentamos explicar por qué no queremos vivir rodeados de odio, se desata una nueva ola de antisemitismo. Y ya está ocurriendo”, advirtió.

Cabe destacar que las acciones antisemitas se han multiplicado en Europa en los últimos meses.
En señal de protesta, Vexler devolvió la Medalla al Mérito otorgada por el Estado. Según él, sin esta legislación, el plan nacional contra el antisemitismo pierde sentido y debe ser cancelado.
Dan justificó su decisión alegando que la ley podría usarse para criminalizar a antiguos miembros de la resistencia anticomunista que también formaron parte del movimiento legionario.
Pero los números hablan por sí solos. Una encuesta reciente reveló que el 53% de los jóvenes rumanos cree que la cifra de seis millones de víctimas del Holocausto está exagerada. El 15% cree que el Holocausto es un mito.
En un país con una historia dolorosa de colaboración nazi y negacionismo, la tibieza del presidente no es neutralidad: es complicidad.
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