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El gobierno socialista de Evo Morales dejó la deuda más grande de la historia de Bolivia

Así lo afirman las estadísticas publicadas por el ministro de Economía y Finanzas Públicas luego de que parlamentarios del MAS pusieran trabas a la aprobación de un crédito del FMI para atender la crisis de salud provocada por el coronavirus.

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El ministro de Economía, José Luis Parada, reveló hace unos días que la administración anterior dejó una deuda que ronda los Bs. 69.332 millones (US$ 10.020 millones aproximadamente) aseverando que: “para el país ha sido más dañino el ‘ex-cajero’ Luis Arce Catacora, que el propio virus, por el despilfarro de recursos del BCB en tiempos de bonanza”.


Dichas declaraciones fueron en respuesta a la negativa de la Asamblea Legislativa Plurinacional, de mayoría masista, de aprobar una ley que disponía del crédito de 327 millones de dólares del FMI que serían destinados al área de salud, la cual está cerca del colapso debido al virus chino y a las condiciones deficientes que heredó el gobierno pasado.
Comisión de Planificación de la Cámara de Diputados
Mientras, la bancada del Movimiento al Socialismo en la Asamblea Legislativa Plurinacional, a la voz de la presidente de la Comisión de Planificación de este ente legislativo, Otilia Choque, argumenta que el proyecto de ley del préstamo fue objetado por los parlamentarios porque estaba carente de documentación que respalde el préstamo, plazos, intereses, capacidad de pago y endeudamiento del país, entre otros pormenores con respecto al crédito.

“Hay responsabilidad, civil, administrativa, ejecutiva y posteriormente podría haber responsabilidad penal”, advirtió la diputada Choque.

Sin embargo, el ministro Parada señaló que el parlamento aplica un bloqueo “irracional y político” a los préstamos internacionales para la atención de la crisis sanitaria y económica por el coronavirus para dañar a la presidente Añez

Al mismo tiempo, elevó críticas a la hipocresía del MAS (partido de Evo Morales), que niega el acceso a recursos en periodo de pandemia, siendo que durante 14 años, cuando el Estado manejaba cinco veces más recursos, se aprobaban millones en préstamos sin exigir tanta documentación y respaldos como se los solicita en la actualidad.

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De la misma forma, el viceministro del Tesoro y Crédito Público, Carlos Schlink, mencionó a medios locales que los parlamentarios del Movimiento al Socialismo en el periodo de los años 2007 al 2019 aprobaron 230 créditos por un importe total que sobrepasaban los 17.000 millones de dólares, y que ahora se niegan a dar curso al préstamo de 320 millones, para nada comparables con la exorbitante cifra en créditos aprobados en 14 años del MAS.

Schlink dijo que no son necesarios los requisitos solicitados por los masistas puesto que el crédito del FMI no requiere documentación ni respaldo, porque Bolivia es accionista del organismo multilateral, “por eso es que no requiere de contrato ni decreto”, aclaró.

Para cumplir con los requerimientos del Movimiento al Socialismo y tratar de viabilizar los recursos, el gobierno transitorio a la cabeza de Jeanine Añez emitió el Decreto Supremo 4277 sobre el préstamo, para que el parlamento pueda aprobarlo y terminar con la obstaculización meramente política y malintencionada.

José Luis Parada, Ministro de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia

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El portal del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas emitió durante la Audiencia Pública de Cuentas Inicial 2020 el detalle de los enormes préstamos para proyectos con rentabilidad baja que efectuó Morales y Arce en sus gestiones:

Los gastos en mega proyectos de dudosa rentabilidad son los siguientes: 

 – YPFB con Bs 26.385 millones 

 – ENDE, Bs 25.998 millones. 

 – Yacimientos de Litio Boliviano-YLB, Bs 5.375 millones. 

 – Mi Teleférico, Bs 4.720 millones. 

 – FNDR, Bs 4.720 millones. 

 – EASBA, Bs 1.832 millones. 

 – Sistema de Transporte Férreo, Bs 1.740 millones. 

 – Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos, Bs 101 millones.

“Ahora están haciendo problemas por el crédito de $us 327 millones que hemos conseguido del FMI para atender el Covid-19. Si no se hubiera despilfarro recursos del BCB, el país tendría dinero suficiente para hacer frente esta pandemia que puso de rodillas a las economías del mundo”, dijo Parada.

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Cabe resaltar también que el MAS, bajo la dirección del ex-presidente Evo Morales y ex-vicepresidente Álvaro García Linera, recibió al país con un PBI de 9.549 millones de dólares y un acumulado de 4.947 millones de dólares en deuda externa, cada boliviano debía en promedio 208 dólares. 

La estatización de los recursos hidrocarburíferos del país y el incremento del precio internacional del barril de petróleo, gas y otros recursos naturales provocaron el incremento inflado del ingreso bruto expresado en PBI de Bolivia, el cual llegó a 42.000 millones en 2019, cifra que ha sido cuestionada en cuanto a su veracidad. 

Paralelamente, el endeudamiento también llegó a máximos nunca antes vistos, los más altos de toda la historia republicana de Bolivia. Precisamente durante el gobierno de Morales y su doctrina socialista, la deuda se disparó hasta 11.268 millones de dólares al momento de su renuncia, pese a que en reiteradas oportunidades los prestatarios condonaron las deudas e intereses, dejando un promedio de deuda por cada boliviano en 650 dólares aproximadamente.

O sea se triplicó la deuda mientras se dañó la estructura económica del país.

El origen de los recursos adquiridos como préstamo por el gobierno del MAS son provenientes principalmente de créditos provenientes de instituciones como la CAF, BID y el Banco Mundial, acciones totalmente contradictorias en la práctica con las críticas vertidas a organismos “del imperio” como el FMI, a quien tildaba de intervencionistas en la soberanía de Bolivia, ignorando el hecho de que su administración entregó la autonomía económica del país a organismos globalistas.

Así también, economistas del Instituto Boliviano de Comercio Exterior detectaron múltiples falencias dentro de los métodos utilizados por el Ministerio de Economía para el cálculo del crecimiento del PBI, puesto que realizaron el cálculo en dólares corrientes y no en dólares constantes, dando como fin el dato cuadruplicado en comparación al año 2005, meses antes de la entrada de Morales a la máxima magistratura del país.

Durante este periodo electoral en Bolivia, los militantes del MAS defienden el hecho de que el gobierno transitorio sólo llevará a Bolivia a una catástrofe económica, pese a que en los 2 primeros meses del 2020, Jeanine Añez tuvo una etapa de deflación, y colocan como solución a su candidato Luis Arce, quien fue el artífice para que estos datos alcancen los niveles negativos que se niegan a admitir, todo a fin de favorecer a la cúpula y continuar con sus objetivos de desinformación.



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Bolivia

Crisis en Bolivia: El Banco Central informó las reservas más baja de la historia y el Riesgo País se disparó a los 2.140 puntos

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La prima de riesgo no deja de aumentar y ya supera a la de Argentina y Ecuador, en temor a una inminente devaluación del tipo de cambio que podría revaluar el costo de las deudas en dólares. Solo quedan US$ 2.147 millones en reservas netas en la autoridad monetaria boliviana, y el Gobierno socialista podría apostar por un cepo cambiario.

La crisis de divisas se hace cada vez más aguda en Bolivia, a medida que el Gobierno no toma medidas de corrección fiscal y el tipo de cambio fijo se hace imposible de mantener. El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el saldo de reservas netas correspondiente al mes de agosto fue de tan solo US$ 2.147 millones, la cifra más baja por lo menos en el último medio siglo.

La autoridad monetaria no tiene forma de mantener el tipo de cambio nominal sin alteración, a menos que el Gobierno socialista presidido por Luis Arce decida recurrir a un cepo cambiario similar al que aplica Argentina, pero esta maniobra pondría fin al régimen implementado en 2008.

De este cómputo informado, un total de US$ 1.629 millones se corresponden con las tenencias de oro, existe una posición de US$ 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEGs), y finalmente la tenencia estrictamente nominada en divisas (principalmente dólares) sólo alcanza los US$ 437,9 millones al cierre de agosto. Se estima que estas cifras no hicieron más que disminuir hasta el día de hoy.

Estas escalofriantes cifras precipitaron una disparada suba del Riesgo País, que alcanzó y superó los 2.140 puntos básicos según la medición de la firma JP Morgan. Es la segunda prima de riesgo más alta de la región latinoamérica, únicamente por detrás de los 18.000 puntos básicos que registra la dictadura chavista de Nicolás Maduro.

De hecho, la prima de riesgo de Bolivia ya supera a Ecuador (2.000 puntos) y a la Argentina (1.890 puntos), dos países que históricamente secundaron a Venezuela en los últimos años. También se encuentra muy por encima del riesgo de El Salvador, que se desplomó a sólo 700 puntos básicos tras la revaluación de reservas por la suba del Bitcoin y la consolidación de las finanzas públicas.

La tasa de Riesgo País tiene dos componentes principales, el más conocido es el riesgo por un incumplimiento (default), pero también existe el riesgo de devaluación que implica la revaluación automática de todas las obligaciones nominadas en divisas (tanto para el Estado como para el sector privado).

Este último componente es el que está detrás del aumento del riesgo crediticio de Bolivia, ya que el régimen cambiario parece a todas luces insostenible. La introducción de un cepo cambiario sólo afianzaría todavía más el aumento del riesgo, debido a que el Gobierno podría intervenir deliberadamente el giro de divisas para pagos al exterior (como ocurrió en la Argentina en los últimos 4 años).

Asimismo, el cepo cambiario podría abortar completamente el tenue crecimiento que todavía mantenía la economía boliviana, pese a ser el más acotado de los últimos 22 años. Por la vía de la devaluación (una posibilidad cada vez más cercana), el cambio de precios relativos podría volver a inclinar la balanza comercial hacia el superávit y la acumulación de divisas, pero el shock sobre la demanda interna podría provocar una recesión. 

En cualquier caso, el “milagro boliviano” de los últimos 20 años parece próximo a llegar a su fin. El socialismo del siglo XXI destruyó los cimientos fundamentales que habían dejado las reservas pro-mercado efectuadas entre la década de 1980 y 1990. La implosión del socialismo ante la lucha de poder entre Arce y Morales tampoco ayuda a alinear las expectativas con vista al futuro.

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Bolivia al borde del estallido: El Riesgo País se disparó por encima de los 2.000 puntos y se registra el crecimiento más bajo en 22 años

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La prima de riesgo en la economía boliviana no deja de crecer ante las expectativas de devaluación y el abultado déficit fiscal. La actividad económica comenzó a resentirse en la segunda mitad del año, y el 2023 podría finalizar con la expansión más baja observada desde 2001.

La implosión del Gobierno socialista de Luis Arce, como parte de una lucha interna con el exdictador Evo Morales, desencadenó una oleada de expectativas negativas que ya comienzan a repercutir en los mercados financieros.

La prima de Riesgo País elaborada por JP Morgan Stanley escaló por encima de los 2.000 puntos básicos, oficialmente la segunda tasa de riesgo más elevada de América Latina sólo por detrás de Venezuela. Bolivia superó a Ecuador y a Argentina en riesgo crediticio, un indicador que mide la diferencia con respecto al bono soberano del Tesoro estadounidense.

Para entender el por qué de esta situación es necesario considerar que el Riesgo País se compone de dos grandes pilares: el riesgo asociado a la devaluación de la moneda local, que llevaría a la revaluación automática de todas las deudas nominadas en dólares, y el riesgo que se explica por la posibilidad de default de la deuda. Desde ambas perspectivas, la situación del país andino es crítica.

El sistema cambiario de Bolivia es insostenible a través del tiempo: el Banco Central perdió la mayor parte de sus reservas (con la excepción de la posición de oro), y la balanza energética del país, principal componente de la balanza comercial boliviana, se torna cada vez menos favorable por la histórica reducción en la producción de gas estatal.

El tipo de cambio nominal lleva fijado (sin mayores alteraciones) desde el año 2008. El sistema permitió anclar la demanda de pesos a pesar de la emisión sin respaldo para financiar al fisco, pero solo a costa de dilapidar completamente las reservas internacionales durante años. Sin reservas, no hay posibilidad de sostener indefinidamente el tipo de cambio.

Por otra parte, el Gobierno socialista de Luis Arce no logró llevar a cabo los ajustes fiscales necesarios como para mitigar el riesgo de un incumplimiento crediticio. El déficit primario de Bolivia supera el 3,6% del PBI según las estadísticas del FMI, y el rojo financiero supera el 5,1% del producto.

El Gobierno trata de tapar la brecha fiscal por la vía del endeudamiento externo e interno, pero el stock de deuda pública total ya supera el 80% del PBI, y no parece sostenible si la prima de riesgo (que denota la confianza de los inversores) es la segunda más alta de la región.

Arce prometió una reforma tributaria para el 2024 con la mira puesta en trasladar el ajuste al sector privado, pero los mercados descreen de la magnitud en la corrección fiscal que pueda llegar a ser explicada por esta reforma.

Por otra parte, los bonos bolivianos sufren una volatilidad adicional asociada al riesgo político por la implosión del socialismo y el enfrentamiento de Arce y Morales por el poder en 2025. Desde el punto de vista de los inversores, el riesgo por suscribir títulos soberanos de Bolivia es cada vez mayor ante el posible regreso de una versión radicalizada de Evo Morales al poder.

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Bolivia

El eje del mal: Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Israel, Colombia y Chile retiran sus embajadores y Argentina presenta repudio

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El gobierno del socialista Luis Arce decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, y el presidente del MAS pidió incluso “declarar a Israel como un Estado terrorista”.

En medio de la ofensiva terrestre israelí sobre la Franja de Gaza en respuesta al ataque terrorista de Hamas del pasado 7 de octubre, Bolivia decidió romper relaciones con Israel, mientras que Colombia y Chile llamaron a consultas a sus respectivos embajadores, y la Argentina presentó un repudio formal contra el Estado judío.

En primer lugar, Bolivia anunció la ruptura total de relaciones diplomáticas con Israel este martes, producto de la “agresiva y desproporcionada ofensiva militar” contra la Franja de Gaza, la cual considera una amenaza de la paz y la seguridad internacionales.

En un comunicado oficial, el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani Machaca, indicó que su Gobierno “ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”.

Vamos a comunicar de manera oficial por los canales diplomáticos establecidos entre ambos países precisamente esta comunicación consecuente con los principios y propósitos de la carta de Naciones Unidas”, anunció el vicecanciller en conferencia de prensa.

Asimismo, Bolivia ha exigido “el cese de los ataques contra el pueblo palestino” y rechaza el “hostil” trato de Israel hacia las organizaciones internacionales encargadas de distribuir ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, señaló el vicecanciller.

Por su parte, María Nela Prada, ministra de la Presidencia y canciller interina, convocó a los “países hermanos” de Bolivia a “producir una acción colectiva” para lograr la pacificación en la región y “evitar un genocidio”. Esto, debido a los “crímenes de les humanidad contra el pueblo palestino” de los que acusa a Israel.

Un día antes, el presidente de Bolivia, Luis Arce, había pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que evite un “genocidio del pueblo palestino y allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente”.

En este sentido, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, que actualmente preside el órgano, se mostró muy crítico con la actuación del Consejo de Seguridad: “Desde el 7 de octubre nos hemos reunido varias veces y hemos votado cuatro resoluciones. Sin embargo, seguimos estancados, debido a desacuerdos internos, sobre todo entre los miembros permanentes”, afirmó el canciller de Brasil; y agregó que “Todo el mundo está viendo nuestra incapacidad para unirnos y responder a una crisis que nos desafía”.

Las autoridades bolivianas anunciaron la ruptura con Israel tras una reunión entre el presidente Luis Arce y el embajador palestino en Bolivia, Mahmoud Elalwani. El mandatario boliviano “rechazó los crímenes de guerra que se cometen en Gaza” y contó que le expresó su solidaridad al embajador y a todo el pueblo boliviano.

Por su parte, Hamas festejó en un comunicado el martes el anuncio de Bolivia expresando su “gran estima” por la decisión que tomó frente al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, e instó “a los países árabes que han normalizado sus relaciones” con Israel a hacer lo mismo.

Tras el anuncio de Bolivia, Chile y Colombia tomaron cartas en el asunto y llamaron a consultas a sus embajadores en Israel como muestra de rechazo a la ofensiva terrestre israelí, la cual es producto del ataque terrorista que Hamas lanzó el pasado 7 de octubre, y que acabó con la muertes de más de 1.400 personas en Israel, y dio pie al secuestro de, por lo menos, otras 230.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, informó a través de su cuenta de X que llamó a su embajadora a consultas alegando que, “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino, no podemos estar allá”. La llamada a consultas, dentro del ámbito diplomático, representa una señal de protesta más dura que una simple declaración oficial.

Por su parte, Gabriel Boric, presidente de Chile, escribió en su cuenta de X que, “Ante las inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la franja de Gaza, como Gobierno de Chile hemos resuelto llamar en consultas a Santiago al embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal”.

El presidente chileno agregó que “Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza- no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional, como lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños”.

Cabe recordar que Bolivia expulsó al embajador israelí en 2009 durante la presidencia de Evo Morales con motivos de otro conflicto entre Israel y Hamas; y que las relaciones fueron recién restablecidas durante el gobierno de Jeanine Áñez entre 2019 y 2020.

En este sentido, el expresidente Evo Morales ha pedido a Luis Arce una condena más firme contra Israel. Sin embargo, tras la decisión del gobierno actual, Morales sentenció que la ruptura de relaciones “no es suficiente”. Bolivia “Debe declarar al estado de Israel como un estado terrorista”, escribió en su cuenta de X.

Por su parte, la Cancillería de Argentina se sumó a la posición de Boric y Petro, y a través de un comunicado firmado por el gobierno de Alberto Fernández y Sergio Massa, condenaron la respuesta israelí al ataque terrorista de Hamás.

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