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Brasil

Bolsonaro fue el claro vencedor del primer debate con Lula y acorta distancia de cara al ballotage

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El presidente apuesta a mostrarse sólido y develar la cara más peligrosa de Lula a 13 días de la segunda vuelta, mientras las encuestas muestran una diferencia menor a 2 puntos.

Jair Bolsonaro fue el claro vencedor de la primera ronda del debate presidencial en Brasil antes del ballottage del próximo 30 de octubre. Logró poner nervioso y sacar de sus casillas a Lula da Silva en múltiples ocasiones, recordó sus casos de corrupción y puso foco en las amistades del ex presidente con los dictadores comunistas de la región.

Lula está enamorado de Fidel Castro, Maduro, entre otros dictadores. ¿Qué hay de común entre Lula, Ortega, Chávez, Maduro, Evo Morales, Fernández de Argentina, Petro de Colombia? Son del foro de San Pablo, son todos amigos. Miren para donde están yendo esos países“, expresó el presidente.

Bolsonaro le dijo a Lula que es una “vergüenza nacional” y lo vinculó al aire con el crimen organizado, recordando el audio que publicó esta semana el líder del PCC, Marcola, diciendo que una victoria de Lula sería mejor para ellos.

El ex presidiario aventajó en la primera vuelta a Bolsonaro por más de 5 puntos, pero las encuestas, incluso las más izquierdistas, indican que la diferencia que los separa ya es menor a 2 puntos. El presidente ha logrado el apoyo de gobernadores que no lo habían respaldado en la primera vuelta, y apuesta a los debates para terminar de acortar la distancia.

Lula está desesperado por el voto religioso. Antes del debate, salió a decir que ahora está en contra del aborto, a pesar de haberlo apoyado y promovido durante toda su carrera política. Esto le jugó en contra en el debate, ya que Bolsonaro apeló varias veces a la comunidad cristiana en Brasil y recordó que Lula mantiene una estrecha amistad con el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, quien persigue, tortura y asesina curas católicos.

Al llegar al estudio de televisión en Sao Paulo, Bolsonaro dijo que sus últimas 24 horas fueron “las más terribles” de su vida, luego de que desde el entorno de Lula lo acusaran de “pedofilia” al presidente, tras la viralización de declaraciones tergiversadas suyas del 2021 sobre menores cuando visitó una casa donde había 14 niñas venezolanas viviendo en la indigencia extrema.

El líder de la derecha brasileña dijo que frenó en la casa durante sus recorridas porque las niñas “le llamaron la atención”, porque “esto es lo que pasará en Brasil si vuelve Lula. Mujeres brasileñas deberán escaparse a otros países y vivir hacinados en la pobreza“.

Desde la campaña de Lula tomaron la primera parte de su discurso en la casa y aseguraron que Bolsonaro dijo que frenó en la casa porque “sintió atracción” por las niñas, una canallada que incluso el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dominado por la izquierda pidió no se divulgue más por ser una noticia falsa.

Bolsonaro también aprovechó la ocasión para hablar de Argentina, recordando la estrecha amistad y afinidad de ideas entre Lula y el presidente argentino Alberto Fernández. “Miren para donde está yendo nuestra Argentina. Revisan basurales para sobrevivir”, aseguró.

Este fin de semana, el hijo del presidente y actual diputado federal Eduardo Bolsonaro visitó la Argentina en un viaje patrocinado por La Derecha Diario. El actual diputado federal recorrió la Provincia de Buenos Aires y filmó las consecuencias de los gobiernos kirchneristas: carnicerías sin carne, talleres mecánicos sin neumáticos, una inflación galopante y pobreza extrema.

Hacia el final del debate, Bolsonaro aprovechó el formato libre del encuentro organizado por la cadena Bandeirantes, y en un momento mientras Lula hablaba de Petrobras, el presidente se acercó al ex mandatario y se le puso cara a cara, ante lo cual el líder del Foro de Sao Paulo empezó a tartamudear y se quedó callado de los nervios.

Brasil

Los inversores internacionales huyen de Brasil y ya sacaron casi 5.000 millones de dólares del país por las medidas de Lula

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Mientras se escapan los inversores de Brasil, el tipo de cambio del real con respecto al dólar ascendió a las 5,27 unidades y marcó una suba del 1,6% al cierre del día martes. Se trata del valor nominal más elevado de la gestión de Lula.

El dólar acumuló un alza del 8,7% de acuerdo a su paridad con el Real de Brasil desde el comienzo del año. Pero solamente al término de la rueda del día martes, el tipo de cambio se anotó una suba diaria superior al 1,6% y volvió a romper récords nominales.

La paridad del dólar llegó a los 5,27 reales al cierre del martes, el mayor valor registrado desde marzo del año 2023. La fuerte depreciación de la moneda brasileña destacó de entre otras divisas latinoamericanas que se vieron duramente afectadas por el accionar monetario conservador que recientemente adoptó la Reserva Federal de Jerome Powell.

La tasa de inflación de Estados Unidos para el mes de marzo superó las expectativas (subió ligeramente al 3,5%), con lo cual es más probable que la FED evite reducir su tasa de referencia en el corto plazo, o en su defecto que lo haga más lentamente. Esto repercutió en todas las divisas de la región, pero Brasil se vio afectado además por factores estrictamente internos.

La política fiscal del Gobierno socialista está fuera de control. El resultado primario del Gobierno federal (sin Estados locales ni municipalidades) marcó un rojo equivalente al 2,55% del PBI en febrero, el más alto desde el estallido de la pandemia. El Presidente Lula da Silva asumió su cargo habiendo heredado un superávit primario de 0,56 puntos del PBI en enero del año pasado.

Contabilizando la pesada carga de intereses que enfrenta el país vecino, el resultado financiero marcó un déficit récord de hasta el 7,7% del PBI en febrero, y no se veía algo semejante desde julio de 2021. Cabe señalar que cuando Lula asumió la presidencia del país, el déficit financiero representaba el 4,32% del producto bruto, casi se duplicó en 13 meses.

El Gobierno socialista cuestionó con dureza la independencia del Banco Central de Brasil, heredada de la administración de Jair Bolsonaro, pero al no poder revertir su autonomía se valió del endeudamiento como vía principal para solventar la brecha fiscal. La carga de intereses por la deuda pública se incrementó del 4,88% al 5,15% del PBI desde enero de 2023.

El descarrilamiento de la política fiscal hace mecha sobre la efectividad de la política monetaria, ya que pese a la autonomía legal, existen serias dudas sobre el sostenimiento del actual margen de déficit con persistente endeudamiento. En consecuencia, se reduce el efecto disciplinario de la tasa de referencia SELIC que aplica la autoridad monetaria, y con ello se proyecta un mayor impacto negativo sobre el nivel de actividad real.

Este contexto adverso provocó que Brasil pierda cada vez más atractivo para la inversión internacional. La firma Goldman Sachs recomendó abiertamente deshacer las posiciones en empresas públicas brasileñas debido a una mayor injerencia política del Gobierno, y como resultado de la falta de credibilidad en el desempeño futuro de Brasil, se registró una salida de por lo menos US$ 4.227 millones (21.000 millones de reales) por parte de inversores extranjeros en el país.

La repercusión de la depreciación del real será mayormente negativa sobre el saldo exportador de las empresas argentinas, más aún en un contexto de fuerte apreciación del peso frente al dólar.

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Brasil

Reforma agraria en Brasil: Lula lanza un grotesco programa socialista para colectivizar la producción del campo

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El Gobierno expropiará y repartirá discrecionalmente un total de 295.000 hectáreas de tierras públicas y privadas a indígenas y desempleados. El Estado se adueñará de una parte de todo lo que se produzca en las nuevas tierras reasignadas.

Con la asunción del socialismo en Brasil en enero del año pasado, se produjo un cambio radical en la política agraria del país. Se le puso fin a la concesión flexible de derechos de propiedad que emprendía la gestión Bolsonaro, y en su lugar, la administración de Lula da Silva lanzó una nueva reforma agraria a-la-China por decreto y sin pasar por el Congreso.

La reforma comprende el reparto de hasta 295.000 hectáreas de manera completamente discrecional, es decir, serán asignadas a dedo por Lula dependiendo de algún criterio arbitrario por parte de las autoridades competentes.

Las tierras se repartirán a indígenas y personas desempleadas. Con esta maniobra, el PT busca engrosar su influencia sobre los estratos más débiles de la población rural, que ahora podrían verse sometidos a una relación clientelista con el Gobierno.

El reparto afectará tanto a tierras de propiedad estatal como tierras privadas, que serán deliberadamente expropiadas en caso de que se determine el “abandono” por parte de sus propietarios, la misma excusa que utilizó el dictador chino Mao Tse Tung durante las reformas agrarias en China en la década del ’50.

A la par de estos movimientos, el Gobierno también lanzará un esquema de créditos subsidiados (y artificialmente baratos) para financiar la adquisición de maquinaria y semillas, con el fin de abastecer la eventual producción agrícola en las nuevas tierras reasignadas. 

La mayor parte de la agricultura prevista para estos campos será meramente familiar y de subsistencia, sin mayores dotes de productividad y sin la posibilidad de generar exportaciones o divisas al país.

Esto es evidencia de la pésima asignación de recursos implícita en la reforma agraria del socialismo. Se retienen recursos valiosos que podrían haberse utilizado en otras áreas de la economía para producir más eficientemente, creando puestos de trabajo mejor remunerados.

Pero pese a todo esto, la reforma agraria de Lula establece que el Estado podrá apropiarse de una parte de toda la producción realizada en esas tierras, dando forma a una incipiente colectivización de la producción agraria.

Reformas agrarias de esta índole fueron implementadas en diversas partes del mundo, como por ejemplo México (1917), Bolivia (1953), Guatemala (1951), Cuba (1959) y Chile (1962-1973), y todas ellas registraron pésimos resultados en materia de productividad y eficiencia asignativa.

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Brasil

Lula se negó a condenar el ataque de Irán y posiciona a Brasil como el único país occidental en no solidarizarse con Israel

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La comunidad judía brasileña expresó su decepción con el Gobierno socialista, y lo acusaron de tomar una posición proiraní que es “lamentable” y “frustrante” para estos tiempos.

Mientras la mayoría de naciones occidentales se posicionaron del lado de Israel, o en todo caso, mantuvieron la neutralidad pero expresando su apoyo a la única democracia liberal de Medio Oriente ante los ataques de Irán, el gobierno socialista de Brasil mantuvo una postura completamente distinta.

En línea con Rusia, el presidente Lula da Silva responsabilizó a ambos países por el conflicto, y puso al mismo nivel las acciones de defensa de Israel con los ataques de la teocracia represiva y sanguinaria del dictador chiíta Ali Jamenei.

En el comunicado del gobierno del PT, Lula evitó condenar a Irán por el ataque y exhortó a todas las naciones del mundo a movilizar esfuerzos para evitar una escalada de la confrontación, sin decir que es el régimen del ayatolá el que atacó indiscriminadamente a Israel.

Estos comentarios, muy desalineados al G7 y a otras naciones latinoamericanas como Argentina o Uruguay, le ligaron un fuerte reproche de la comunidad judía brasileña, una de las más grandes del mundo.

La Confederación Israelí de Brasil tildó este domingo de “lamentable” y “frustrante” la posición de Lula en el conflicto al negarse a condenar de manera explícita el ataque de drones y misiles de Irán contra Israel.

El mundo democrático y varios países de Oriente Medio se han unido a Israel en la condena y la lucha contra el ataque de Irán, pero la actual política exterior de Brasil ha optado por ponerse del lado de la teocracia iraní”, afirmó el presidente de la entidad Claudio Lottenberg.

Las relaciones entre Israel y Lula vienen deteriorándose desde que el pasado 18 de febrero, cuando el mandatario socialista equiparó la ofensiva israelí en Gaza con el Holocausto, el exterminio de judíos promovido por Adolf Hitler.

“No es una guerra de Israel contra Palestina, es un genocidio como el Holocausto”, declaró Lula sobre el conflicto palestino israelí a la prensa en Adís Abeba, la capital de Etiopía, donde asistió en su momento a una cumbre de la Unión Africana (UE).

Y agregó: “Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza con el pueblo palestino no ha ocurrido en ningún otro momento de la historia. En realidad, si ocurrió una vez, ha ocurrido cuando Hitler decidió matar a los judíos“.

En consecuencia, Israel decidió romper relaciones diplomáticas con Brasil y declaró a Lula persona non grata, prohibiéndole el ingreso al país. En respuesta, Brasil retiró a su embajador de Tel Aviv. Este deterioro de relaciones fue fugaz, y ocurrió apenas un año después de que Israel y Brasil llegaran al punto más cercano de sus relaciones, de la mano del expresidente Jair Bolsonaro.

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