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El ministro de Educación de Bolsonaro abandona el gobierno para presidir una división del Banco Mundial

El popular ministro de Educación de Bolsonaro, Abraham Weintraub, anunció que abandonará el cargo para asumir como Director Ejecutivo de un grupo que representa a 9 países en el Banco Mundial. El ministro, además, estaba sufriendo una persecución ilegal de la Corte Suprema.

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El ministro de Educación de Bolsonaro, Abraham Weintraub, anunció ayer su renuncia junto al presidente en vistas de la casi certera nominación al cargo de Director Ejecutivo de un grupo de accionistas de 9 países para el Banco Mundial.

Este cargo ejecutivo para Weintraub es sin lugar a dudas una enorme oportunidad de desarrollo personal, e implicará una fuerte pisada del bolsonarismo en un organismo internacional generalmente colmado de progresismo e izquierdismo.
El Banco Mundial es dirigido por un Consejo de Directores, pero en vez de tener un director por cada país (accionistas), los países se agrupan en distintos segmentos según sus intereses financieros. El grupo que pasaría a presidir Weintraub aboga por los intereses de Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Haití, República Dominicana, Filipinas, Suriname y Trinidad y Tobago.
Weintraub terminaría hasta el 31 de octubre el actual mandato del economista Fábio Kankcuz, que dejó el cargo en el Banco Mundial porque fue convocado por el gobierno de Bolsonaro el año pasado para que se encargue del Directorio de Política Económica del Banco Central. En su reemplazo, quedó interinamente un economista filipino. Se espera que luego de octubre, Weintraub asuma nuevamente un mandato completo hasta 2022.

Así anunciaba su partida el ministro Abraham Weintraub, de manera amistosa y con un fuerte abrazo al presidente Bolsonaro. «Palabras desde el corazón».

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Están quienes aseguran que Weintraub abandona Brasil no por un interés particular en el Banco Mundial, aunque él esté formado en ciencias económicas y ya haya trabajado en el pasado en el organismo, si no que el ministro busca alejarse de los conflictos con la Corte Suprema brasileña.

Desde principios de año, el foco de la Corte Suprema estuvo en investigaciones por «noticias falsas», «amenazas a jueces» y «avasallamiento del Poder Ejecutivo». Sin embargo, todas estas causas recayeron sobre jueces de izquierda que solamente investigan noticias reales, críticas de libertad de expresión al desempeño de los magistrados y a mentiras formuladas en contra de Bolsonaro.

La Corte Suprema en Brasil se convirtió en un arma de la izquierda para ser juez, jurado y verdugo de los principales aliados de Bolsonaro. En lo que va del año la Corte liberó a Lula, le quitó poderes al Poder Ejecutivo, frenó la designación del Director de la Policía Federal, teniendo Bolsonaro que recurrir a un suplente; allanó ilegalmente a periodistas y legisladores oficialistas sin fundamentos e inclusive han enviado a arrestar a algunos activistas bolsonaristas por el simple hecho de organizar marchas en su contra.

Weintraub estaba siendo víctima de una de estas operaciones de la Corte, tras haber declarado en una reunión de gabinete que «estos jueces no pueden gobernar Brasil, yo los arrestaría a todos». Solamente por expresar libremente su opinión, la Corte Suprema encontró que Weintraub estaba siendo parte de un «atentado contra la institución», y luego de enviarlo a testificar a la Policía Federal estaban iniciando acciones para tratar de aplicarle una prisión preventiva.

Ante esta delirante y peligrosa situación, Weintraub habría elegido avanzar su carrera personal afuera de Brasil, aprovechando también para extender el alcance del gobierno de Bolsonaro en el exterior.

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La actual composición de la Corte Suprema es realmente preocupante; de los 11 miembros ninguno puede decirse que hayan sido nominados por un presidente de derecha o que tengan una filosofía afín al liberalismo o conservadurismo.

Tres miembros fueron nominados por Lula; Ricardo Lewandowski, Cármen Lúcia, y el presidente de la Corte, José Dias Toffoli. Otros cuatro fueron nominados por Dilma Roussef; Luiz Fux, Rosa Weber, Luis Roberto Barroso y Luiz Edson Fachín. Michel Temer nominó al polémico juez Alexandre De Moraes, uno de los principales hostigadores de Bolsonaro. Todos los mencionados tienen ideología de izquierda.

Por último, los jueces más antiguos son José Celso de Mello, uno de los otros cómplices de esta «dictadura del Poder Judicial», designado por el ex-presidente José Sarney, Marco Aurélio, designado por el ex-presidente Fernando Color de Mello, que a pesar de ser el único en criticar las acciones de la Corte hoy en día, hace poco votó a favor de liberar a Lula, y por último Gilmar Mendes, nominado por el ex-presidente socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso.

En Brasil, los cargos en la Corte no son vitalicios ya que están obligados a jubilarse a los 75 años. Esto quiere decir que Bolsonaro tendrá la oportunidad de reemplazar a Celso de Mello a fin de este año y a Marco Aurélio en 2021. Lamentablemente, poco servirá para cambiar el balance de poder en el Tribunal Supremo, que actualmente tiene 9 jueces de izquierda, 1 de centro-izquierda y uno de centro.

En el mejor de los casos, tras las designaciones de Bolsonaro, la Corte quedará con 8 jueces de izquierda, 1 de centro-izquierda y 2 de derecha. El Poder Judicial en Brasil necesita de una importante batalla interna que le permita reestructurarse. Dependerá quiénes serán los elegidos por el presidente para dar esta enorme hazaña.

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Brasil

Masiva protesta en Brasil en contra de la censura de Lula: Bolsonaro habló ante millones y pidió un aplauso para Elon Musk

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En la protesta se vieron manifestantes vestidos de Bolsonaro, de Elon Musk y hasta del presidente argentino Javier Milei, en favor de la libertad de expresión y el fin del régimen autoritario de Lula.

El ex presidente Jair Bolsonaro convocó a millones de manifestantes en las playas de Copacabana, este domingo en Río de Janeiro, para protestar contra la persecución política del régimen de Lula da Silva y pedir por el fin de la censura en redes sociales contra la oposición.

Millones de manifestantes comenzaron a llegar poco después de las 8 de la mañana. Bolsonaro salió del hotel cercano alrededor de las 10:00 horas, se subió a uno de los camiones y pronunció un discurso que duró unos 35 minutos, con un micrófono y parlantes para que escuche toda la ciudad.

En su discurso, Bolsonaro criticó con dureza a Lula y al juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, por sus medidas contrarias a la libertad de expresión. El juez Moraes ha metido presos a empresarios, políticos, periodistas y activistas bolsonaristas en los últimos 2 años.

El líder de la oposición pidió una amnistía para los presos del 8 de enero, día en el cual manifestantes de derecha ingresaron al edificio del Congreso y de la Corte Suprema en protesta contra el fraude electoral impulsado por el Tribunal Supremo Electoral, que preside el propio Moraes.

Como ocurrió con el Asalto al Capitolo en Estados Unidos dos años antes, no solo el puñado de violentos fue arrestado, sino que el gobierno de Lula mantiene apresados a miles de brasileros que se estaban manifestando pacíficamente y no ingresaron a los edificios públicos ese día.

En otra parte del discurso, Bolsonaro pidió un aplauso para Elon Musk, a quien apodó como una «leyenda» y aseguró que es un «hombre que quiere preservar la libertad«. Tras comprar Twitter, Musk desafió a Moraes y levantó todos los bloqueos que había impuesto la Suprema Corte.

El expresidente volvió a hablar de las elecciones de 2022, que fueron robadas por el Tribunal Electoral, y recordó que hubo fraude en las urnas: «Lo que más queremos es que Brasil vuelva a la normalidad, que podamos participar en las elecciones sin sospecha alguna«.

«Al fin y al cabo, el alma de la democracia son unas elecciones limpias en las que nadie puede siquiera pensar en dudar de ello«, aseguró.

La protesta fue convocada por Bolsonaro en medio de un intento del juez Moraes por apresarlo al expresidente, por una presunta participación en un intento de golpe de Estado para permanecer en el poder, del cual no hay pruebas.

Sin embargo, Moraes ya apresó a varios ex ministros, a múltiples empresarios que le donaban dinero y a todos los periodistas que apoyaron su gobierno. El próximo objetivo de la dictadura, y el gran trofeo que busca Lula, es arrestarlo a Bolsonaro.

A pesar de que Bolsonaro era un simple diputado y que estaba a un año de anunciar su campaña presidencial cuando la Justicia arrestó a Lula en julio de 2017, por lo que no estuvo relacionado en lo más mínimo con su detención, el dictador de izquierda nunca le va a perdonar que puso de Ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que le dictó prisión efectiva.

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Brasil

La Corte Suprema de Brasil analiza bloquear Telegram, WhatsApp y Twitter en todo el país para censurar a la oposición

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Alexandre de Moraes, principal juez responsable de censurar a la oposición en Brasil, dijo que el bloqueo masivo no es una medida que adoptaría «en estos momentos», pero el resto del STF tiene tiempo de votar hasta el 26 de abril.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, controlado por el presidente Lula da Silva, inició este viernes un proceso para analizar la posibilidad de bloquear aplicaciones de mensajería, como WhatsApp y Telegram, en Brasil.

El análisis se desarrollará mediante videoconferencias hasta el 26 de abril, fecha en la que los jueces tomarán la determinación sobre si el máximo tribunal puede suspender temporalmente el funcionamiento de las aplicaciones de mensajería que se nieguen a entregar información de los usuarios investigados por delitos sin sentencia firme.

Esta votación se da en medio de fuertes denuncias de persecución política contra el gobierno de Lula, que está utilizando a los jueces de la Suprema Corte para censurar a la oposición en redes sociales, solicitando eliminar cuentas y borrar publicaciones. Incluso La Derecha Diario ha sido víctima de esto.

El principal juez señalado por ser el brazo armado del Gobierno socialista es Alexandre de Moraes, responsable de ordenar el bloqueo de miles de usuarios opositores a Lula en Twitter. Sin embargo, Moraes anticipó su voto en contra de la medida, probablemente para evitar un mayor escándalo en medio de un conflicto judicial abierto contra Elon Musk y la oposición.

Moraes, se unió al juez Edson Fachín diciendo que la medida no parecería necesaria en estos momentos, pero sorprendió su voto negativo ya que él mismo ha sido responsable en el pasado de bloquear temporalmente a Telegram, luego de que la empresa se negara a entregar información personal de sus usuarios. Hasta el momento, los otros nueve jueces aún no han votado.

La presentación de esta acción en los tribunales se inició en 2016, a través del partido Ciudadanía. El proyecto se basó en una decisión del Tribunal de Sergipe, que ordenó la suspensión de WhatsApp en todo el territorio nacional por un período de 72 horas.

WhatsApp se había negado a romper la confidencialidad de los mensajes de la aplicación cuando el tribunal pidió mensajes privados de las personas en un caso vinculado a la libertad de expresión.

En aquel entonces Facebook (ahora Meta) afirmó que los mensajes están cifrados de un extremo a otro, lo que significa que ellos no almacenan en los sistemas de la aplicación los mensajes ni pueden entregarlos, y que solo el usuario puede hacerlo.

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Brasil

Los inversores internacionales huyen de Brasil y ya sacaron casi 5.000 millones de dólares del país por las medidas de Lula

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Mientras se escapan los inversores de Brasil, el tipo de cambio del real con respecto al dólar ascendió a las 5,27 unidades y marcó una suba del 1,6% al cierre del día martes. Se trata del valor nominal más elevado de la gestión de Lula.

El dólar acumuló un alza del 8,7% de acuerdo a su paridad con el Real de Brasil desde el comienzo del año. Pero solamente al término de la rueda del día martes, el tipo de cambio se anotó una suba diaria superior al 1,6% y volvió a romper récords nominales.

La paridad del dólar llegó a los 5,27 reales al cierre del martes, el mayor valor registrado desde marzo del año 2023. La fuerte depreciación de la moneda brasileña destacó de entre otras divisas latinoamericanas que se vieron duramente afectadas por el accionar monetario conservador que recientemente adoptó la Reserva Federal de Jerome Powell.

La tasa de inflación de Estados Unidos para el mes de marzo superó las expectativas (subió ligeramente al 3,5%), con lo cual es más probable que la FED evite reducir su tasa de referencia en el corto plazo, o en su defecto que lo haga más lentamente. Esto repercutió en todas las divisas de la región, pero Brasil se vio afectado además por factores estrictamente internos.

La política fiscal del Gobierno socialista está fuera de control. El resultado primario del Gobierno federal (sin Estados locales ni municipalidades) marcó un rojo equivalente al 2,55% del PBI en febrero, el más alto desde el estallido de la pandemia. El Presidente Lula da Silva asumió su cargo habiendo heredado un superávit primario de 0,56 puntos del PBI en enero del año pasado.

Contabilizando la pesada carga de intereses que enfrenta el país vecino, el resultado financiero marcó un déficit récord de hasta el 7,7% del PBI en febrero, y no se veía algo semejante desde julio de 2021. Cabe señalar que cuando Lula asumió la presidencia del país, el déficit financiero representaba el 4,32% del producto bruto, casi se duplicó en 13 meses.

El Gobierno socialista cuestionó con dureza la independencia del Banco Central de Brasil, heredada de la administración de Jair Bolsonaro, pero al no poder revertir su autonomía se valió del endeudamiento como vía principal para solventar la brecha fiscal. La carga de intereses por la deuda pública se incrementó del 4,88% al 5,15% del PBI desde enero de 2023.

El descarrilamiento de la política fiscal hace mecha sobre la efectividad de la política monetaria, ya que pese a la autonomía legal, existen serias dudas sobre el sostenimiento del actual margen de déficit con persistente endeudamiento. En consecuencia, se reduce el efecto disciplinario de la tasa de referencia SELIC que aplica la autoridad monetaria, y con ello se proyecta un mayor impacto negativo sobre el nivel de actividad real.

Este contexto adverso provocó que Brasil pierda cada vez más atractivo para la inversión internacional. La firma Goldman Sachs recomendó abiertamente deshacer las posiciones en empresas públicas brasileñas debido a una mayor injerencia política del Gobierno, y como resultado de la falta de credibilidad en el desempeño futuro de Brasil, se registró una salida de por lo menos US$ 4.227 millones (21.000 millones de reales) por parte de inversores extranjeros en el país.

La repercusión de la depreciación del real será mayormente negativa sobre el saldo exportador de las empresas argentinas, más aún en un contexto de fuerte apreciación del peso frente al dólar.

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