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Las medidas de seguridad de Bolsonaro salvaron más de 20.000 vidas desde su llegada a la presidencia en Brasil

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Los homicidios cayeron un 34% desde que Bolsonaro introdujo reformas que flexibilizaron la compra y venta de armas en manos de civiles.

Desde el primer día en el cargo, el presidente Jair Bolsonaro impulsó reformas a las leyes de seguridad para darle mayor poder de acción a los policías y promovió que los ciudadano se armen, con flexibilizaciones a la compra y venta de armas de fuego para civiles.

Si bien varios medios internacionales auguraban una catástrofe de criminalidad y asesinatos, Brasil demostró que a más armas y mayor gasto en seguridad, hay menos muertes. Según los datos oficiales de 2021 publicados por las agencias de estadística del Gobierno, la tasa de homicidios ha caído al número más bajo en 15 años.

Desde el 1ro de enero del 2019, día que Bolsonaro llegó a Brasilia, los homicidios han caído un 34% hasta los 18,5 homicidios por cada 100.000 habitantes. Estos números implican que en sus 4 años de gobierno, las medidas del presidente de derecha han salvado más de 20.000 vidas que hubieran sido asesinadas por la delincuencia.

Según datos oficiales, en el año 2018, se produjeron 55.980 homicidios en Brasil, antes que llegue Bolsonaro al poder. Tras su primer año en el Palácio do Planalto, este número cayó a 45.503 homicidios, exactamente 10.477 homicidios menos.

En 2020, el número logró mantenerse en el mismo nivel, con unos 47.722 homicidios, unos 8.258 homicidios menos que antes de llegar al poder. En 2021, el número volvió a caer, y solo se registraron 41.069 homicidios, el número más bajo desde 2007. Este número fue 14.911 homicidios menos que durante el gobierno de Temer.

Este 2022 todavía no ha terminado, pero se estima que por primera vez desde la década del ’90 habrá menos de 40.000 homicidios, un país donde la violencia y la criminalidad dominaron los últimos 20 años de la vida de los brasileños.

Fallaron todos los prónosticos del establishment

En el año 2000, el New York Times mostraba su preocupación por el lacerante aumento de la criminalidad en Brasil y celebraba que el presidente Fernando Henrique Cardoso había decretado las más fuertes regulaciones a la compra de armas de fuego de la historia del país

En una nota publicada el 21 de junio de ese año, el diario neoyorquino aseguraba: "Ante la creciente alarma social por la ola de criminalidad, el gobierno brasileño decretó hoy la prohibición inmediata de la venta de armas de fuego. La medida forma parte de un "plan de seguridad nacional" de 1.700 millones de dólares destinado a reducir la violencia urbana y reformar la policía durante los próximos tres años.

"El paquete de seguridad, que el Presidente Fernando Henrique Cardoso anunció hoy en un discurso televisado a nivel nacional, incluye también 185 millones de dólares que se destinarán sólo este año a mejorar la formación y el equipamiento de la policía estatal y municipal. Las fuerzas policiales locales de este país de 175 millones de habitantes están consideradas como de gatillo fácil, corruptas e incompetentes, con muchos agentes que apenas saben leer y escribir y que ganan sueldos de 300 dólares al mes o menos".

El razonamiento sigue los mismos errores que han llevado a las peores acciones gubernamentales contra la población: la falacia de lo que no se ve. Si hay un problema de criminalidad, y los criminales utilizan armas, hay que prohibir las armas, ¿no? No. "Lo que no se ve" en este caso es que los criminales ya están cometiendo un acto delictivo, por lo que no hay ningún freno a que consegan un arma de manera ilegal.

Esto obviamente no impactó en los números de la delincuencia, y desde el año 2000 hasta la llegada de Bolsonaro al poder, el número nunca paró de subir. Según los datos oficiales, recogidos por el Banco Mundial, la tasa de homicidios era en 2000 de 26 cada 100.000 habitantes.

Tras adoptarse la medida, la tasa de homicidios subió hasta 31 homicidios cada 100.000 habitantes en el año 2017. Con Bolsonaro y la flexibilización de compras y ventas de armas, bajó a 21 en 2019, y luego a 19 en 2021.

Más armas, menos crímenes

Esta caída histórica de la incidencia del crimen se dio en un contexto en el que el número de civiles legalmente armados ha pasado de 117.000 a 673.000 personas, una cantidad cinco veces mayor. En la actualidad, hay más ciudadanos legalmente armados que policías.

Esto es una consecuencia directa de las medidas de Bolsonaro, contrarias a las de Lula o a las de Cardoso. El mandatario derechista permitió la tenencia y uso privado de las armas, y demostró que a más armas en manos de buenos ciudadanos significa menos criminalidad.

Según The Wall Street Journal, en una nota publicada en 2018, "los expertos en violencia afirman que añadir más armas a la mezcla sin abordar las causas fundamentales de la delincuencia sólo hará que la tasa de asesinatos aumente más rápidamente". Una vez más, los expertos se equivocaron.

Brasil

Masiva protesta en Brasil en contra de la censura de Lula: Bolsonaro habló ante millones y pidió un aplauso para Elon Musk

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En la protesta se vieron manifestantes vestidos de Bolsonaro, de Elon Musk y hasta del presidente argentino Javier Milei, en favor de la libertad de expresión y el fin del régimen autoritario de Lula.

El ex presidente Jair Bolsonaro convocó a millones de manifestantes en las playas de Copacabana, este domingo en Río de Janeiro, para protestar contra la persecución política del régimen de Lula da Silva y pedir por el fin de la censura en redes sociales contra la oposición.

Millones de manifestantes comenzaron a llegar poco después de las 8 de la mañana. Bolsonaro salió del hotel cercano alrededor de las 10:00 horas, se subió a uno de los camiones y pronunció un discurso que duró unos 35 minutos, con un micrófono y parlantes para que escuche toda la ciudad.

En su discurso, Bolsonaro criticó con dureza a Lula y al juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, por sus medidas contrarias a la libertad de expresión. El juez Moraes ha metido presos a empresarios, políticos, periodistas y activistas bolsonaristas en los últimos 2 años.

El líder de la oposición pidió una amnistía para los presos del 8 de enero, día en el cual manifestantes de derecha ingresaron al edificio del Congreso y de la Corte Suprema en protesta contra el fraude electoral impulsado por el Tribunal Supremo Electoral, que preside el propio Moraes.

Como ocurrió con el Asalto al Capitolo en Estados Unidos dos años antes, no solo el puñado de violentos fue arrestado, sino que el gobierno de Lula mantiene apresados a miles de brasileros que se estaban manifestando pacíficamente y no ingresaron a los edificios públicos ese día.

En otra parte del discurso, Bolsonaro pidió un aplauso para Elon Musk, a quien apodó como una "leyenda" y aseguró que es un "hombre que quiere preservar la libertad". Tras comprar Twitter, Musk desafió a Moraes y levantó todos los bloqueos que había impuesto la Suprema Corte.

El expresidente volvió a hablar de las elecciones de 2022, que fueron robadas por el Tribunal Electoral, y recordó que hubo fraude en las urnas: "Lo que más queremos es que Brasil vuelva a la normalidad, que podamos participar en las elecciones sin sospecha alguna".

"Al fin y al cabo, el alma de la democracia son unas elecciones limpias en las que nadie puede siquiera pensar en dudar de ello", aseguró.

La protesta fue convocada por Bolsonaro en medio de un intento del juez Moraes por apresarlo al expresidente, por una presunta participación en un intento de golpe de Estado para permanecer en el poder, del cual no hay pruebas.

Sin embargo, Moraes ya apresó a varios ex ministros, a múltiples empresarios que le donaban dinero y a todos los periodistas que apoyaron su gobierno. El próximo objetivo de la dictadura, y el gran trofeo que busca Lula, es arrestarlo a Bolsonaro.

A pesar de que Bolsonaro era un simple diputado y que estaba a un año de anunciar su campaña presidencial cuando la Justicia arrestó a Lula en julio de 2017, por lo que no estuvo relacionado en lo más mínimo con su detención, el dictador de izquierda nunca le va a perdonar que puso de Ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que le dictó prisión efectiva.

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Brasil

La Corte Suprema de Brasil analiza bloquear Telegram, WhatsApp y Twitter en todo el país para censurar a la oposición

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Alexandre de Moraes, principal juez responsable de censurar a la oposición en Brasil, dijo que el bloqueo masivo no es una medida que adoptaría "en estos momentos", pero el resto del STF tiene tiempo de votar hasta el 26 de abril.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, controlado por el presidente Lula da Silva, inició este viernes un proceso para analizar la posibilidad de bloquear aplicaciones de mensajería, como WhatsApp y Telegram, en Brasil.

El análisis se desarrollará mediante videoconferencias hasta el 26 de abril, fecha en la que los jueces tomarán la determinación sobre si el máximo tribunal puede suspender temporalmente el funcionamiento de las aplicaciones de mensajería que se nieguen a entregar información de los usuarios investigados por delitos sin sentencia firme.

Esta votación se da en medio de fuertes denuncias de persecución política contra el gobierno de Lula, que está utilizando a los jueces de la Suprema Corte para censurar a la oposición en redes sociales, solicitando eliminar cuentas y borrar publicaciones. Incluso La Derecha Diario ha sido víctima de esto.

El principal juez señalado por ser el brazo armado del Gobierno socialista es Alexandre de Moraes, responsable de ordenar el bloqueo de miles de usuarios opositores a Lula en Twitter. Sin embargo, Moraes anticipó su voto en contra de la medida, probablemente para evitar un mayor escándalo en medio de un conflicto judicial abierto contra Elon Musk y la oposición.

Moraes, se unió al juez Edson Fachín diciendo que la medida no parecería necesaria en estos momentos, pero sorprendió su voto negativo ya que él mismo ha sido responsable en el pasado de bloquear temporalmente a Telegram, luego de que la empresa se negara a entregar información personal de sus usuarios. Hasta el momento, los otros nueve jueces aún no han votado.

La presentación de esta acción en los tribunales se inició en 2016, a través del partido Ciudadanía. El proyecto se basó en una decisión del Tribunal de Sergipe, que ordenó la suspensión de WhatsApp en todo el territorio nacional por un período de 72 horas.

WhatsApp se había negado a romper la confidencialidad de los mensajes de la aplicación cuando el tribunal pidió mensajes privados de las personas en un caso vinculado a la libertad de expresión.

En aquel entonces Facebook (ahora Meta) afirmó que los mensajes están cifrados de un extremo a otro, lo que significa que ellos no almacenan en los sistemas de la aplicación los mensajes ni pueden entregarlos, y que solo el usuario puede hacerlo.

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Brasil

Los inversores internacionales huyen de Brasil y ya sacaron casi 5.000 millones de dólares del país por las medidas de Lula

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Mientras se escapan los inversores de Brasil, el tipo de cambio del real con respecto al dólar ascendió a las 5,27 unidades y marcó una suba del 1,6% al cierre del día martes. Se trata del valor nominal más elevado de la gestión de Lula.

El dólar acumuló un alza del 8,7% de acuerdo a su paridad con el Real de Brasil desde el comienzo del año. Pero solamente al término de la rueda del día martes, el tipo de cambio se anotó una suba diaria superior al 1,6% y volvió a romper récords nominales.

La paridad del dólar llegó a los 5,27 reales al cierre del martes, el mayor valor registrado desde marzo del año 2023. La fuerte depreciación de la moneda brasileña destacó de entre otras divisas latinoamericanas que se vieron duramente afectadas por el accionar monetario conservador que recientemente adoptó la Reserva Federal de Jerome Powell.

La tasa de inflación de Estados Unidos para el mes de marzo superó las expectativas (subió ligeramente al 3,5%), con lo cual es más probable que la FED evite reducir su tasa de referencia en el corto plazo, o en su defecto que lo haga más lentamente. Esto repercutió en todas las divisas de la región, pero Brasil se vio afectado además por factores estrictamente internos.

La política fiscal del Gobierno socialista está fuera de control. El resultado primario del Gobierno federal (sin Estados locales ni municipalidades) marcó un rojo equivalente al 2,55% del PBI en febrero, el más alto desde el estallido de la pandemia. El Presidente Lula da Silva asumió su cargo habiendo heredado un superávit primario de 0,56 puntos del PBI en enero del año pasado.

Contabilizando la pesada carga de intereses que enfrenta el país vecino, el resultado financiero marcó un déficit récord de hasta el 7,7% del PBI en febrero, y no se veía algo semejante desde julio de 2021. Cabe señalar que cuando Lula asumió la presidencia del país, el déficit financiero representaba el 4,32% del producto bruto, casi se duplicó en 13 meses.

El Gobierno socialista cuestionó con dureza la independencia del Banco Central de Brasil, heredada de la administración de Jair Bolsonaro, pero al no poder revertir su autonomía se valió del endeudamiento como vía principal para solventar la brecha fiscal. La carga de intereses por la deuda pública se incrementó del 4,88% al 5,15% del PBI desde enero de 2023.

El descarrilamiento de la política fiscal hace mecha sobre la efectividad de la política monetaria, ya que pese a la autonomía legal, existen serias dudas sobre el sostenimiento del actual margen de déficit con persistente endeudamiento. En consecuencia, se reduce el efecto disciplinario de la tasa de referencia SELIC que aplica la autoridad monetaria, y con ello se proyecta un mayor impacto negativo sobre el nivel de actividad real.

Este contexto adverso provocó que Brasil pierda cada vez más atractivo para la inversión internacional. La firma Goldman Sachs recomendó abiertamente deshacer las posiciones en empresas públicas brasileñas debido a una mayor injerencia política del Gobierno, y como resultado de la falta de credibilidad en el desempeño futuro de Brasil, se registró una salida de por lo menos US$ 4.227 millones (21.000 millones de reales) por parte de inversores extranjeros en el país.

La repercusión de la depreciación del real será mayormente negativa sobre el saldo exportador de las empresas argentinas, más aún en un contexto de fuerte apreciación del peso frente al dólar.

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