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El Salvador

Biden no sanciona a Ortega pero sí a Bukele: la Casa Blanca sancionó a la Corte Suprema de El Salvador

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Estados Unidos sancionó a los jueces de la Corte Suprema nombrados por Bukele en El Salvador y a la fiscal general de Guatemala, mientras hace vista ciega a las violaciones de derechos humanos en Nicaragua.

A pesar de que Joe Biden se niega a sancionar a brutales dictadores como Maduro en Venezuela, Díaz Canel en Cuba o Ortega en Nicaragua, ahora ha ordenado ponerles multas económicas a los cinco jueces que nombró Nayib Bukele en la Corte Suprema de El Salvador y a la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras.

La Casa Blanca los acusa de “socavar la democracia en los países centroamericanos” y de “no hacer lo suficiente para luchar contra la corrupción”. A parte de las sanciones económicas, los integrantes de esta lista no podrán obtener visa para viajar a Estados Unidos ni ingresar al país, ni siquiera en viajes oficiales de Estado.

“Estados Unidos se ha comprometido a apoyar a los pueblos del norte de Centroamérica fortaleciendo la democracia, el estado de derecho y la rendición de cuentas, que son las claves para un futuro mejor. Para avanzar en esta prioridad, hoy estamos añadiendo siete autores a la lista de Actores Antidemocráticos y Corruptos de Estados Unidos, bajo la sección 353 de la Ley de Compromiso Reforzado entre Estados Unidos y el Triángulo del Norte, que generalmente hace que los autores no sean elegibles para visas y admisión en Estados Unidos. Estas designaciones responden a acciones recientes que socavaron la democracia y obstruyeron las investigaciones de corrupción en El Salvador y Guatemala, informó la Secretaría de Estado en un comunicado.

En el caso de El Salvador, Elsy Dueñas De Aviles, Oscar Alberto López Jerez, Hector Nahun Martinez Garcia, Jose Angel Perez Chacon, y Luis Javier Suárez Magaña, actuales Magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, socavaron los procesos democráticos o las instituciones al aceptar nombramientos directos a la Sala por parte de la Asamblea Legislativa, en un proceso que parece haber contravenido la constitución salvadoreña”.

Esto demuestra la enorme hipocresía de Biden, que elige como enemigos de su gobierno a Nayib Bukele y a Alejandro Giammattei, presidentes de El Salvador y Guatemala, y no a un brutal y sanguinario dictador como Daniel Ortega, quien en Nicaragua arrestó a toda la oposición y se presentará solo a las próximas elecciones.

La Cancillería de Estados Unidos detalló que los jueces salvadoreños y la fiscal guatemalteca “realizan ataques a la democracia y a las medidas anticorrupción” y por eso los sancionaron. ¿Atacan a la democracia más que Ortega o el castrismo?

Cómo fue la designación de los jueces de la Corte en El Salvador

Asamblea Legislativa de El Salvador

Bukele ganó las elecciones de medio término con más del 70% del voto popular, incluso con fraude en su contra y con todos los tribunales constitucionales y electorales controlados por la oposición. Algo más democrático que eso no hay.

Con mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa, el partido de Bukele, Nuevas Ideas, removió a los cinco magistrados de Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) siguiendo paso a paso cómo lo determina la Constitución.

Así, valiéndose de los dos tercios de la Asamblea, Bukele designó los cinco jueces reemplazantes que hoy se sientan en el máximo tribunal y que están siendo sancionados por Estados Unidos solamente por ser aliados de Nayib.

Los jueces destituidos, con 64 votos a favor, 19 en contra y uno ausente, eran todos aliados de los partidos ARENA y FMLN, el establishment político de El Salvador que se venían alternando los gobiernos en el país hace décadas.

Ambos partidos habían organizado el sistema político para que sea casi imposible que llegue una nueva formación política al gobierno, y mantenían altos índices de corrupción, con complicidad del narcotráfico y bandas como los maras. Pero eso nunca generó problemas en el gobierno demócrata de Barack Obama, que lo tenía a Joe Biden como vice.

El caso de Guatemala

La fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras.

En Guatemala, la Secretaría de Estado señaló que María Consuelo Porras Argueta De Porres, actual Fiscal General de Guatemala, obstruyó las investigaciones sobre actos de corrupción al interferir en las investigaciones penales”.

“El patrón de obstrucción de Porras incluyó ordenar a los fiscales del Ministerio Público (MP) de Guatemala que ignoraran los casos basándose en consideraciones políticas y socavar activamente las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía Especial contra la Impunidad, incluso despidiendo a su fiscal principal, Juan Francisco Sandoval, y transfiriendo y despidiendo a los fiscales que investigan la corrupción. Ángel Arnoldo Pineda Ávila, actual secretario general del MP, obstruyó las investigaciones sobre actos de corrupción al interferir en las investigaciones anticorrupción. El MP ha abierto una investigación sobre las acusaciones de que Pineda interfirió en una investigación anticorrupción. Se alega que Pineda informó a los objetivos de la investigación sobre los casos que se estaban construyendo contra ellos”, agregó el Departamento de Estado de Biden.

La fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, nombró a Rafael Curruchiche tras destituir al anterior fiscal anticorrupción, Juan Francisco Sandoval. Tras ser removido el 23 de julio, Sandoval dijo que encontró muchos obstáculos en su labor, y que se le pidió no investigar al presidente Alejandro Giammattei, sin el consentimiento de Porras.

Finalmente, la Cancillería norteamericana conducida por el izquierdista Anthony Blinken concluyó que “Estados Unidos continuará utilizando las herramientas a nuestra disposición para promover la rendición de cuentas por los ataques a las aspiraciones democráticas del pueblo de Centroamérica. Seguiremos colaborando con los funcionarios del gobierno que muestren una dedicación a la lucha contra la corrupción y al fortalecimiento de la gobernanza democrática, incluso como parte de una política general de abordar las causas fundamentales de la migración irregular. Y seguiremos apoyando a los pueblos de El Salvador y Guatemala en su esfuerzo por contribuir y beneficiarse de las instituciones democráticas, generar oportunidades económicas equitativas y crear el futuro que desean para ellos y sus familias”.

El Salvador

Haití colapsa: Un líder narco toma control del país y Bukele se ofrece a “arreglar” el problema si la ONU habilita a El Salvador

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ofrece a combatir al narco en Haití, y asegura que está en condiciones de contener la violencia en Haití: “Podemos arreglarlo”.

Tras el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el 7 de julio del 2021, el país ha colapsado ante bandas narcos y pandillas criminales que han diezmado el Estado de Derecho, y dejado al presidente interino, Ariel Henry, prácticamente sin poder.

La situación se volvió crítica cuando, el fin de semana pasado, unos 4.500 presos lograron escaparse de la principal cárcel de Puerto Príncipe y se levantaron en armas contra el Gobierno, que dificultosamente había logrado encarcelarlos uno por uno en los últimos tres años.

El presidente Henry está desaparecido. No se tiene conocimiento si está en el país o se ha exiliado. Viajó el martes pasado a Puerto Rico, y se cree que nunca más regresó al país, dejando todo en manos de su ministro del Interior.

Mientras tanto, Jimmy Chérizier, alias ‘Barbecue‘, el líder criminal más importante del país, ha tomado control operativo de Haití, incluso asediando el Palacio Nacional, que se encuentra sitiado en estos momentos.

Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos llevará directamente a una guerra civil que acabará en genocidio“, afirmó Barbecue, quien lidera la poderosa Pandilla G9.

Barbecue ha logrado unificar a pandillas rivales con el objetivo de deponer al actual gobierno, e instalar un narcoestado como ocurrió en Colombia en la década de los años 80s.

Jimmy Chérizier, líder de la alianza de pandillas “G9”, acompañado por miembros de pandillas después de una conferencia de prensa Puerto Príncipe, Haití, el 5 de marzo de 2024.

Bukele se ofrece a intervenir

En un anuncio sin precedentes, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha asegurado que podría arreglar el aumento de violencia que se está viviendo en Haití si la ONU le permitiera intervenir en el país con sus Fuerzas Armadas.

Podemos arreglarlo“, ha escrito el mandatario en su cuenta de la red social X, respondiendo a una publicación que muestra la dura situación de Haití. “Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión que cubrir“, explicó.

Bukele asumió en El Salvador en una situación similar a la que transcurre hoy la República de Haití. Cuando tomó control del país centroamericano, los maras controlaban varias de las principales ciudades salvadoreñas.

Pero poco a poco, con el Plan de Control Territorial, Bukele empleó tanto a las Fuerzas de Seguridad como a las Fuerzas Armadas para ir recuperando terreno, y en tan solo dos años, reinstituyó el Estado de Derecho a lo largo y ancho del país.

La propuesta de Bukele es polémica porque implicaría que se permita el ingreso de una fuerza extranjera a Haití, pero el país que ha sido azotado por catástrofes naturales, y también por el socialismo, el narco y el crímen organizado, necesita desesperadamente de una fuerza con valentía para reestablecer el orden.

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El Salvador

La izquierda en El Salvador se queda completamente afuera del Parlamento por primera vez desde el regreso a la democracia

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El partido FMLN, que surgió de la guerrilla comunista y que dominó la política salvadoreña de los últimos 30 años, se quedó con cero bancas en la Asamblea Legislativa de El Salvador. El partido de Bukele se quedó con 54 de las 60 bancas.

Las elecciones presidenciales del pasado 4 de febrero dieron un masivo triunfo por más del 86% al presidente Nayib Bukele, pero esa no fue la única victoria del oficialismo. En las legislativas, el partido Nuevas Ideas, obtuvo más del 60% de los votos y dejó completamente afuera del Parlamento a la izquierda.

Mientras que el partido de Bukele se quedó con 54 de las 60 bancas de la Asamblea Legislativa, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido que nació a partir de la antigua guerrilla izquierdista que protagonizó la guerra civil entre 1980 y 1992, se quedó con cero bancas.

El FMLN es el partido más importante de El Salvador desde la vuelta a la democracia, habiendo gobernado en múltiples ocasiones en los últimos 30 años, y habiendo dominado el Congreso en los últimos diez.

Sin embargo, esta vez se quedó completamente sin representación. La oposición quedó únicamente en manos del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), de centroderecha y anti-Bukele, que obtuvo solo 2 bancas, y del partido centrista liberal VAMOS, con 1.

Completan las 60 bancas, el Partido de Concertación Nacional (PCN), de centroderecha y aliados de Bukele, con otras 2 bancas, y el Partido Demócrata Cristiano (PDC), con 1 banca.

El fin de la política tradicional

ARENA y el FMLN dominaron la política salvadoreña entre 1989 y 2019, cuando llegó Bukele a la presidencia. En comparación a esa elección, perdieron más de 800.000 votos, más de 30 puntos del padrón electoral.

Ambos partidos se han visto envueltos en una serie de escándalos de corrupción, y sus principales líderes han sido vinculados al narcotráfico, por lo que perdieron la confianza del electorado, tanto de izquierda como de derecha.

En el caso de Arena, su primer expresidente, Alfredo Cristiani, quien gobernó el país entre 1989 y 1994, enfrenta un proceso por lavado de dinero. Por su parte, el expresidente Antonio Saca fue condenado a 10 años de cárcel por una serie de actos de corrupción durante su gobierno entre 2004 y 2009.

En el caso del FMLN, los expresidentes Mauricio Funes, quien gobernó entre 2009 y 2014, y Salvador Sánchez Cerén, que ocupó la presidencia entre 2014 y 2019, enfrentan una serie de procesos por corrupción durante sus gobiernos.

Ambos ex mandatarios se asilaron en Nicaragua y son protegidos por el dictador comunista Daniel Ortega, quien les otorgó la nacionalidad nicaragüense de manera exprés para impedir que fueran extraditados, y se mantienen allí escondidos de la policía salvadoreña.

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Economía

Bukele arrasa en las elecciones y anuncia un pronto acuerdo con el FMI: Los bonos salvadoreños se disparan 

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La victoria del reformismo en El Salvador provocó un verdadero clima de euforia entre los mercados. El Gobierno de la derecha ganó las elecciones después de una histórica rebaja de la tasa de delincuencia y una exitosa estabilización económica luego del shock que provocó la pandemia.

El Presidente Nayib Bukele logró imponerse en los comicios electorales con casi el 83% de los votos, consumando así una aplastante victoria que enterró a la extrema izquierda nucleada en el FMLN. Este triunfo histórico despertó un gran interés en los mercados, que percibieron la continuidad del modelo económico de Bukele como una oportunidad de inversión.

El Presidente prometió continuar por el camino de la liberalización de la economía, la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, y recientemente anunció un inminente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para fortalecer la posición financiera del país y garantizar el cronograma de pagos trazado con los acreedores privados.

Los bonos salvadoreños con vencimientos a 2052 se dispararon descomunalmente, pasando de los 5,7 centavos de dólar a más de 86 en las últimas dos semanas. Los bonos con vencimientos a 2025 se dispararon un 30%, los que vencen en 2027 subieron un 59%, y los que vencen en 2029 llegaron a repuntar no menos de un 66% respectivamente.

Las calificadoras de riesgo S&P Global Ratings y Fitch Ratings mejoraron la posición de El Salvador dentro de su ranking internacional, volviendo al país un destino más seguro para la inversión privada. La agencia Bloomberg concluyó que Bukele se habría ganado la confianza de los mercados, como no lo lograba ningún presidente de ese país en años.

La seguridad jurídica y la estabilidad macroeconómica son aspectos fundamentales para el desarrollo de un país, y antes de la llegada de Bukele El Salvador mantenía serios problemas desde ambos puntos de vista.

El Gobierno salvadoreño apostó por la liberalización de las fuerzas productivas y permitió una drástica rebaja de impuestos en el sector de la tecnología, eliminado recargos por ganancias de capital, IVA, aranceles de importación, etc. Todo esto potenció notablemente el desarrollo del desarrollo IA, y la fabricación de hardware de computación.

Paralelamente se llevó a cabo un programa de saneamiento fiscal, que normalizó los niveles del gasto público (volviendo al 27% del PBI que mantenía antes de la pandemia), y reduciendo enormemente el aparato burocrático. La cantidad de alcaldías por cada uno de estos renombrados distritos se reducirá de 262 a 44, y el número de diputados en el Congreso salvadoreño se redujera de 84 a 60.

La histórica reducción de la tasa de delincuencia potenció el crecimiento económico y apuntaló la seguridad jurídica del país. Esto fue reconocido nada menos que por el FMI, que resumió la cuestión con las siguientes palabras: “Desde marzo de 2022, la reducción sin precedentes de la delincuencia y las fuertes remesas e ingresos por turismo han contribuido a la sólida dinámica de la actividad y la inversión”.

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