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Ortega ha conseguido un gran aliado para los negocios del régimen sandinista en Honduras: Juan Orlando Hernández

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Bajo la complicidad del cuestionado Juan Orlando Hernández y otros funcionarios de Honduras, el régimen comunista nicaragüense desarrolló una importante red de corrupción que operan en los dos países centroamericanos, logrando evadir las sanciones aplicadas por Estados Unidos 

Desde la Cuba de Miguel Díaz-Canel y la Venezuela de Nicolás Maduro, hasta la Bolivia de Luis Arce y Evo Morales, son los “incondicionales” del cada vez más aislado régimen comunista de Daniel Ortega en Nicaragua, que en los últimos meses ha intensificado sus acciones para mantenerse en el poder, persiguiendo y arrestando arbitrariamente a importantes figuras de oposición.

Y aunque para nadie es desconocida la influencia de estos países para el sostenimiento económico de Nicaragua, y de las redes criminales del régimen sandinista, existe otro importante pero discreto aliado que le ha abierto las puertas a testaferros de Ortega para ayudar a aliviar las numerosas sanciones aplicadas a los negocios de la dictadura: Honduras

A pesar del derrocamiento y exilio del entonces Presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, uno de los aliados de Ortega en Centroamérica, en junio del 2009, los vínculos entre ambos países se fortalecieron desde entonces.

Ni el posterior triunfo del Partido Nacional de Honduras (PNH, de orientación centroderecha a derecha) en noviembre de ese mismo año, detuvo las intenciones de los socios del ALBA para establecer negocios en Honduras. Todo esto, a pesar de que el PNH se ha mostrado ante el electorado como “la única alternativa para evitar la instalación del modelo chavista y sus negocios en el país”

En 2013, bajo la administración del centroderechista (aunque ex militante del comunismo) Porfirio Lobo Sosa, y el respaldo del entonces Presidente del Congreso Nacional, hoy cuestionado Presidente del país, Juan Orlando Hernández, se constituyó en el país la empresa “Alba Alimentos de Honduras S.A. de C.V.” (Alba- Honduras), con un capital de 25.000 lempiras (unos US$ 1.050 al cambio actual).

El 60% de las acciones de dicha empresa quedó en manos del nicaragüense José Francisco López, en representación de “ALBA Alimentos de Nicaragua S.A.”, mientras que el 40% restante es controlada por el hondureño Gerardo Arcángel Meraz Puerto, representante de la empresa “Comercializadora Centroamericana” (Comercah), según documentos en poder del medio centroamericano Expediente Público

El nicaragüense López, señalado como testaferro de Daniel Ortega, fue sancionado por Estados Unidos bajo la Ley Magnitsky en julio de 2018, y se vio obligado a renunciar a sus altos cargos administrativos en Petróleos de Nicaragua (Petronic) y la Empresa Nicaragüense de Minas (Eniminas), aunque se mantiene al frente de la tesorería del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Por su parte, el hondureño Meraz Puerto mantiene un perfil mucho más discreto que su socio. Aún así, ha sido señalado por ser uno de los protegidos de Juan Orlando Hernández, siendo nombrado por él para un cargo gubernamental en la zona norte de Honduras. Además, el medio antes mencionado señala que el empresario hondureño es poseedor de 24 empresas, y en ellas, resaltan entre sus socios, algunos familiares de Hernández. 

Video de YouTube: Albanisa, la red sancionada en Nicaragua que sobrevive en Honduras:

Juan Orlando Hernández: El “salvavidas” del régimen sandinista 

Mientras la comunidad internacional continúa omitiendo el decepcionante papel de Honduras y el gobernante Partido Nacional en la crisis política de Nicaragua, el cuestionado Juan Orlando Hernández mantiene una estrecha comunicación con el régimen sandinista, y hasta el momento, ni la Cancillería de dicho país, ni los líderes de su partido han expresado su solidaridad con las víctimas de la represión comunista. 

Los intereses personales de Hernández continúan prevaleciendo por encima de la estabilidad política de la región, algo que fue demostrado durante la pasada sesión del Consejo Permanente de la OEA, realizada el 15 de junio, en donde Honduras, al igual que México, Argentina, Belice y Dominica, se abstuvo de votar contra Nicaragua, y exigir la liberación inmediata de los presos políticos.

Asimismo, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), liderado por el hondureño Dante Mossi (cercano a Hernández), continúa otorgando préstamos a la dictadura comunista con total normalidad, sin controles de transparencia ni rendición de cuentas.

Estas y otras acciones han sido aplaudidas por el régimen de Ortega, quien jamás se manifestó en contra de su supuesto “rival ideológico” del país vecino, por razones obvias, ni siquiera, durante los procesos electorales del 2013 y 2017, en donde el partido Libertad y Refundación (coordinado por Manuel Zelaya, su primer aliado) y otros partidos y figuras políticas de oposición denunciaron la existencia de un fraude electoral, en favor de Hernández y el Partido Nacional.

Por las alianzas que logró constituir Ortega, gane Zelaya Rosales en los comicios presidenciales que se llevarán a cabo en el mes de noviembre, o gane el candidato de Hernández, él tendrá un excelente aliado para la corrupción en Honduras.

Los señalamientos de la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York a Hernández por colaborar con el narcotráfico en la región podrían obligar a éste a buscar refugio y esconderse de la justicia, siendo Nicaragua uno de los posibles destinos, emulando así a otros ex presidentes de la región, como Mauricio Funes, o Salvador Sánchez Cerén

Juan Orlando Hernández, en el acto central del 35 aniversario de la Revolución Sandinista 

Honduras

Xiomara Castro: Quién es la nueva presidente de extrema izquierda castrochavista en Honduras

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La mujer de Zelaya tendrá el desafío de encarar la dirigencia tras 12 años de gobiernos conservadores, aunque cuenta con el respaldo internacional de una amplia gama de espacios políticos, desde el Foro de Sao Paulo hasta la Casa Blanca.

Xiomara Castro tomó posesión este jueves como nueva presidente de Honduras, la primera mujer en hacerlo, y con ella regresa la izquierda al poder tras 12 años de gobiernos conservadores.

A pesar de encabezar el movimiento zelayista, nombrado así en honor a su marido, el ex presidente José Manuel Zelaya, quien llegó a la presidencia en 2006 como un liberal pero rápidamente giró a la extrema izquierda comunista, Castro ganó las elecciones liderando una coalición amplia de espacios desde la izquierda hasta la centroderecha.

El Partido Nacional, quien históricamente se llevó todos los votos del centro a la derecha, cayó bajo el gobierno del ex presidente José Orlando Hernández, en esquemas de narcotráfico, no solucionó los altos índices de inseguridad, pobreza, violencia y corrupción institucional. Esto llevó a que miles de votantes históricos del PN terminarán votando, increíblemente, por Castro.

Sin importarle esto, Castro está decidida a llevar a cabo un gobierno castrochavista, y esto lo dejó muy en claro en su discurso inaugural. “A partir de hoy ninguna familia que gaste menos de 150 kW al mes a seguir pagando su factura de luz”, prometió ante la presencia de sus simpatizantes.

También prometió convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, que le permita la reelección indefinida y la habilite a iniciar un proceso de estatizaciones. Ya en 2009, Zelaya había intentado hacer un referéndum y modificar la Constitución de la misma manera, y luego de que lo llevara a cabo a pesar de la negativa de la la justicia, las Fuerzas Armadas lo removieron de su cargo a través de un golpe de Estado.

Entre otras medidas que prometió en campaña, Xiomara Castro quiere derogar algunas de las leyes más exitosas de los gobiernos conservadores, como la de Ley de Seguridad, con la que se faculta al Ejército para pelear contra el narcotráfico y la Ley ZEDE, que creaba zonas francas libres de impuestos en varias zonas del país para atraer inversiones extranjeras.

Además, prometió reducir el precio de la energía a través de masivos subsidios y controles de precios del sector; aumentar el salario mínimo; implementar una renta universal para las familias más pobres; y crear un organismo anticorrupción supervisado por la ONU.

Por último, la líder izquierdista tiene en su agenda despenalizar la interrupción del embarazo, aunque para eso tendrá que lidiar con la Iglesia Católica, que tiene una fuerte influencia en el país y, más difícil incluso, con un Parlamento dominado por legisladores provida, tanto en el PN como en su propia coalición.

Xiomara Castro es un caso único en el mundo. Llegó a la presidencia respaldada tanto por el Foro de Sao Paulo como por la Casa Blanca de Estados Unidos. Esto se lució en su ceremonia de asunción, en la que estuvieron como invitados de honor la vicepresidente argentina Cristina Kirchner y el ex presidente brasileño Lula da Silva, al mismo tiempo que la vicepresidente norteamericana Kamala Harris.

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Honduras

La asunción de Xiomara Castro en Honduras juntará a Cristina Kirchner y Kamala Harris

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Una es la líder de la extrema izquierda castrochavista y la otra la líder de la izquierda socialdemócrata progresista, pero juntas apoyaron y llevaron a la presidencia a Xiomara Castro.

Tras el histórico triunfo del Foro de Sao Paulo en Honduras, la asunción de la chavista Xiomara Castro, quien ganó las elecciones presidenciales el pasado 28 de noviembre, será un evento sin precedentes en la región por los invitados que tendrá.

Mañana a las 11 am (14hs de Argentina) será el acto de asunción de la mandataria de Honduras, donde congregarán figuras como el rey de España, Felipe VI; el presidente electo de Chile, Gabriel Boric; el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele; el presidente Laurentino Cortizo, de Panamá; el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, y su par de Bolivia, Evo Morales.

Pero tal vez las dos presencias más polémicas serán las de Cristina Kirchner, actual líder del Foro de Sao Paulo y vicepresidente de Argentina; y Kamala Harris, actual líder del movimiento progresista norteamericano y vicepresidente de Estados Unidos.

Ambas representan y lideran dos corrientes de la izquierda americana que muchas veces se pinta como opuesta. Cristina pertenece a una extrema izquierda socialista y antidemocrática, mientras que Kamala busca representar una socialdemocracia progresista moderada. Pero en definitiva, están más alineadas de lo que parece.

Tanto Cristina como Kamala apoyaron la candidatura de Xiomara Castro, quien puso fin a 12 años de hegemonía del derechista Partido Nacional en el país centroamericano y es la primera mujer de la historia de Honduras en convertirse en presidente.

El triunfo de esta dirigente de izquierda fue celebrado en su momento por Cristina Kichner, quien mantiene una larga amistad con la presidente-electa hondureña.

El vínculo de Cristina con Xiomara se remonta al 2006, cuando José Manuel Zelaya, marido de Xiomara, llega al poder en Honduras y decide dar un giro total de su agenda liberal de campaña: Se une al Foro de Sao Paulo, y entabla una estrecha relación con Hugo Chávez y con Néstor Kirchner.

En 2009, cuando las Fuerzas Armadas hondureñas lo remueven a Zelaya de la presidencia tras un intento ilegal de modificar la Constitución, Cristina, como presidente de Argentina, llegó a enviar su helicóptero personal para llevarlo a Zelaya y Xiomara a la Casa de Gobierno para retornarlo al poder, pero sin éxito.

Cristina además dará una charla hoy en la Universidad Nacional Autónoma, patrocinada por los militantes del partido de Xiomara Castro. La consigna de la exposición será “Los pueblos siempre vuelven” y hace referencia a una frase de Cristina en un plenario de La Cámpora del año pasado y cita como ejemplo a la vuelta del MAS en Bolivia después del golpe a Evo Morales y el retorno al poder del kirchnerismo en 2019. Tendencia que podría completarse con un regreso de Lula al poder en Brasil. 

Si bien la relación entre Kamala Harris y la líder del partido LIBRE es menos concreta, la demócrata apoyó su candidatura y trabajó arduamente para socavar la imagen de Juan Orlando Hernández, con denuncias de narcotráfico tanto a él como a otras figuras de su partido que se procesaron en tribuanles federales de Estados Unidos.

La vicepresidente norteamericana está a cargo de la crisis migratoria que azota a Estados Unidos, que proviene principalmente de Honduras y Guatemala.

Se cree que Harris mantiene una línea de diálogo informal con Castro incluso desde antes de su triunfo electoral, para que la ayude a contener las caravanas que salen del país, a cambio de jugosos subsidios económicos para su país.

Kamala Harris hace historia en EE.UU. por esta razón | Video
La vicepresidente de Estados Unidos, Kamala Karris.
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Honduras

Elecciones en Honduras: La castrochavista Xiomara Castro gana las elecciones y destrona al Partido Nacional

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La izquierdista Xiomara Castro aventaja con amplitud al oficialista Nasry Asfura con más de 50% de los votos escrutados, y le anota una victoria al Foro de Sao Paulo en la región.

La candidata presidencial Xiomara Castro, del izquierdista partido Libertad y Refundación (Libre), aventaja a su principal oponente, el alcalde de Tegucigalpa, el centroderechista Nasry Asfura, del oficialista Partido Nacional (PN), en las elecciones presidenciales de Honduras.

De acuerdo con los conteos publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con más del 50% de las actas escrutadas, la esposa del ex presidente Manuel Zelaya obtiene este lunes más del 53% de los votos, mientras Asfura se llevaba más del 33%.

Pasaron varias horas sin que se actualizaran resultados, por lo que algunos hondureños se empezaron a impacientar y a recordar lo que sucedió en las presidenciales de 2017, cuando la tendencia cambió repentinamente, después de que el conteo se detuviera durante horas, desatando protestas y acusaciones de fraude contra el mandatario Juan Orlando Hernández, que finalmente ganó la reelección con muchas irregularidades.

De confirmarse ahora la victoria, la llegada de Castro a la presidencia pondría fin a tres mandatos consecutivos en el poder del Partido Nacional, y Honduras será un nuevo afiliado del Foro de Sao Paulo. La candidata propiciará además una reforma constitucional, como se está haciendo en Chile.

Xiomara Castro junto a su marido, Manuel Zelaya, admirador de Maduro.

Es importante destacar la profunda crisis de representación que atraviesa Honduras: Zelaya, el marido de Xiomara Castro, llegó a la presidencia en 2006 como un candidato de derecha liberal, pero rápidamente giró su gobierno a la extrema izquierda castrochavista. En 2009, cuando intentó seguir los pasos de Chávez reformando la Constitución, fue depuesto por las Fuerzas Armadas.

En 2010 ganó la presidencia el derechista Porfirio Lobo Sosa, quien le abrió el camino en 2014 a su sucesor Juan Orlando Hernández.

“JOH”, por sus iniciales, ganó las elecciones representando a la derecha conservadora, pero tomó el cheque en blanco que le había dado la sociedad para que trajera estabilidad al país, y usó ese capital político para extender una de las mayores redes de narcotráfico de Centroamérica, aliado con el dictador de Nicaragua Daniel Ortega y con el de Venezuela Nicolás Maduro, a través de su hermano, Juan Antonio Hernández (conocido como “Tony”), condenado en Estados Unidos.

Este domingo, los hondureños debieron ir a las urnas para elegir entre dos candidatos asociados al narcosocialismo. Xiomara Castro, la mujer de un presidente que trató de convertirse en dictador, y JOH, engañando al electorado, asegurando ser el representante de la derecha pero defendiendo a las narcodictaduras de la región y habiéndose quedado tres mandatos en el poder, uno más de los constitucionalmente legales.

A la izquierda, Juan Antonio Hernández (conocido como “Tony”), condenado en marzo de este año a cadena perpetua más 30 años de prisión por la Corte del Distrito Sur de Nueva York. A la derecha, el presidente Juan Orlando Hernández, hermano de “Tony”.

El CNE reportó un histórico nivel de participación con más del 68% de los 5,1 millones habilitados por el sufragio. Las autoridades destacaron que los comicios se celebraron sin “incidentes que lamentar”, aunque organizaciones de derechos civiles señalaron la carencia de material electoral, fallas en el sistema de votación y otros problemas menores.

De confirmarse la tendencia, una victoria de Castro no solo se convertiría en la primera mujer en gobernar el país, sino que también pondría fin a 12 años de gobierno conservador y devolvería a la izquierda socialista hondureña al poder por primera vez desde que Zelaya fue depuesto por un golpe de Estado en 2009.

Es destacable que además es la primera vez desde 1998 que un candidato gana las elecciones en Honduras haciendo campaña con una agenda de izquierda. Tanto Ricardo Maduro, Manuel Zelaya, Porfirio Lobo Sosa y JOH habían sido elegidos tras campañas con propuestas de derecha y liberales en lo económico.

Vamos a formar un gobierno de reconciliación, de paz y de justicia. Vamos a iniciar un proceso para garantizar una democracia participativa, una democracia directa”, dijo Castro, de 62 años, quien logró sumar el apoyo de toda la izquierda y partes de la centroderecha, con la candidatura de su vice, Salvador Nasralla.

Sin lugar a dudas es una reivindicación del zelayismo, el movimiento político que inició Manuel Zelaya en 2006, cuando tomó el voto liberal antisistema y lo convirtió en un movimiento antidemocrático, asociado a los peores regímenes comunistas de Latinoamérica.

La candidata, vestida de rojo y negro, terminó su discurso con la frase “hasta la victoria siempre“, una de las más usadas por la revolución cubana.

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