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Perú

Nuevo escándalo en Perú: Pedro Castillo mantuvo por meses reuniones secretas fuera de la Casa de Gobierno

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El mandatario peruano mantuvo reuniones secretas en una casa particular, en lugar de tenerlas en Palacio de Gobierno. Se registraron varias citas en octubre y noviembre pero se cree que lo viene haciendo desde que llegó al poder.

El presidente comunista Pedro Castillo no para de caer en escándalo tras escándalo. Luego de sobrevivir un voto de confianza en el Congreso tras pelearse con su jefe de Gabinete y que se le parta la coalición parlamentaria, ahora un nuevo conflicto de corrupción puso en jaque su gobierno.

Un reportaje presentado por el programa periodístico Cuarto Poder el pasado domingo 28 de noviembre presentó evidencia que Castillo estuvo manteniendo reuniones políticas en su casa personal ubicada en el distrito de Breña, en vez de hacerlo en la Casa de Gobierno como exigen las reglas de transparencia del Estado.

Si bien su casa quedó a su nombre desde que llegó al poder, Castillo se mudó a la residencia oficial y estas visitas que no quedan registradas en talonarios públicos vulneran la ley que regula la gestión de intereses en la administración pública.

Según las cámaras del programa que grabaron los ingresos a su domicilio, solamente en los últimos dos meses Castillo recibió tres visitas que fueron registradas el 20 de octubre, el 5 y 10 de noviembre. Todo esto se pudo comprobar cuando se vio la camioneta presidencial estacionada en la vivienda en dicho distrito.

El medio RPP Noticias entrevistó a los vecinos de la cuadra donde Castillo mantiene este domicilio privado, y sus testimonios dan a cuenta que todos sabían lo que estaba pasando. "Hay días que cierran la calle y no pasan carros. Pueden venir cada 15 días", manifestó un entrevistado.

Los vecinos indicaron además que antes de que el mandatario se quedara en esta vivienda, no había vigilancia policial, pero ahora, incluso por las noches se observa a una camioneta de serenazgo las 24 horas. 

Quién se reunió de manera clandestina con el Presidente

El actor y cantante puertorriqueño Carlos Ponce, fue el primer invitado captado por las cámaras de Cuarto Poder, quien llegó a la casa del presidente con otra persona no identificada. El vehículo en el que llegaron los visitantes está a nombre de la Empresa de Representaciones María de Jesús E.I.R.L. 

Ponce por su parte, negó rotundamente haber asistido a la casa particular del máximo mandatario, pero se especula que la reunión se hizo fuera de la Casa de Gobierno y sin foto de por medio porque el presentador caribeño le hizo ofertas por ciertos proyectos que necesitarían financiación del Estado.

Cabe recordar que Perú viene de un fuerte escándalo presidencial involucrando cantantes en roles de asesoría política y en negociados oscuros. El cantante Richard Swing hace poco estuvo en el foco mediático por sus reuniones clandestinas y su rol en el círculo intimo del destituido presidente Martín Vizcarra.

La segunda visita ocurrió el 5 de noviembre, en donde también coincidió la presencia de la camioneta presidencial junto con la del visitante, que no fue identificado.

Esta vez se trató de un vehículo a nombre de la empresa Mazavig S.A.C., cuyo gerente es Marco Antonio Villaverde, quien cuenta con una acusación de lavado de activos por la que tiene una investigación fiscal vigente.

Finalmente, la última visita registrada fue el 10 de noviembre y las cámaras del programa de investigación captaron el momento preciso en el que Jaqueline Perales Olano, gerente general de la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, ingresó a la vivienda de Breña.

Nuevas denuncias de visitas

Tras la emisión del primer informe, salieron otros reportes de estas reuniones clandestinas, lo que da indicio que era una información que todos los medios sabían pero no se habían animado a publicar hasta el momento.

Según imágenes de Cuarto Poder, Karelim López visitó el domicilio de Pedro Castillo en Breña cerca de las 10:00 p.m. del viernes 19 de noviembre, en una camioneta de placa AYR-388. Minutos antes se registró la llegada al lugar del ministro de Defensa, Juan Carrasco Millones.

A través del informe periodístico se pudo conocer que Karelim López, asesora de una empresa que ganó la licitación de un contrato por 232,5 millones de soles en Provías Descentralizado.

Esta licitación se realizó en octubre de este 2021, después de que López visitara tres veces los despachos de Pedro Castillo y Bruno Pacheco, entonces secretario presidencial. Se cree que la visita en privado a la residencia en breña pudo haber sido para profundizar esta relación de poder.

Castillo se pronunció sobre las reuniones clandestinas

El mandatario, a través de su cuenta de Twitter, publicó un mensaje sobre el escándalo, donde en vez de negar las visitas, las confirmó y aseguró que no incumplió la ley.

De hecho, pidió a las autoridades correspondientes investigar el caso, según marcan las leyes vigentes. “Como jefe de Estado, no avalo ningún favorecimiento a ninguna empresa ni persona en particular. Exhorto a las autoridades a que, si hubiese pruebas de algún indicio de corrupción durante mi gestión, realicen su trabajo para esclarecer los hechos bajo el marco de la ley”, publicó en Twitter, luego de que saliera a la luz el informe.

Como la situación siguió empeorando, este lunes Castillo dio un mensaje a la nación, donde profundizó en su excusa de inocencia y dijo que todas las visitas fueron "a caracter personal" y sin vinculos con la política.

“Toda persona que traiciona mi confianza y se aprovecha del cargo debe ser investigada y sancionada ejemplarmente por la justicia. Las reuniones oficiales únicamente se realizan en Palacio de Gobierno. En mi domicilio solo he recibido visitas de carácter personal”, manifestó Castillo en el mensaje a la Nación, este lunes 29.

Rechazo enérgicamente haber tenido algún tipo de participación en actos irregulares que hayan favorecido algún interés particular. Saludo que los órganos competentes efectúen una rápida y profunda investigación”, manifestó el jefe de Estado.

Ecuador

Perú anuncia una auditoría para determinar si facciones rebeldes de sus FFAA están entregando armas a los pandilleros en Ecuador

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La auditoría permitirá determinar si las Fuerzas Armadas del Perú le entregaron entre los años 2011 y 2016, cuando gobernaba el izquierdista Ollanta Humala, armamento peruano a los grupos criminales de Ecuador.

El ministro de Defensa de Perú, Jorge Chávez, ha anunciado este miércoles que el Gobierno de la presidente Dina Boluarte inició una rigurosa auditoría para determinar si las municiones y artefactos explosivos de algunos grupos delictivos de Ecuador procedían de arsenales de las Fuerzas Armadas peruanas, como reportó la policía ecuatoriana esta semana.

"Se ha determinado que existe una presunta posibilidad de que algunas de esas municiones, explosivos o granadas hayan salido en épocas pasadas de los almacenes de las Fuerzas Armadas", ha reconocido el ministro Chávez.

Según ha relatado el encargado de Defensa a la emisora RPP, las armas, municiones y artefactos explosivos que se les vieron a los encapuchados armados que asaltaron el martes las instalaciones de la cadena ecuatoriana TC Televisión en Guayaquil podrían proceder de Perú.

Chávez ha confirmado que por lo menos el número de serie de una granada incautada a los delincuentes, coincidía con un arsenal obtenido por Perú en 2016, razón por la que decidieron lanzar una auditoría general de todos los inventarios.

"Lo que tenemos que hacer es garantizar que esos hechos sucedidos en años anteriores no se vuelvan a producir, por lo tanto, se están llevando a cabo todas las acciones para evitar justamente eso. El arsenal de guerra debe ser custodiado adecuadamente", ha dicho.

Entre los años 2011 y 2016, gobernó en Perú el presidente de extrema izquierda Ollanta Humala, hermano de Antauro Humala, líder terrorista fundador del movimiento etnocacerista, y se creó una facción dentro de las Fuerzas Armadas vinculadas al castrochavismo en la región.

Se cree que durante esos años, el arsenal de las fuerzas militares peruanas fue puesto en función de grupos narcoterroristas de la región, y muchas de sus armas, municiones y granadas terminaron en manos de guerrilleros en Colombia, Ecuador y Venezuela.

Si bien no había evidencia fuerte que sostenga esta suposición en los últimos años, la denuncia de la Polícia ecuatoriana fue tomada con extrema seriedad por el actual Gobierno peruano, que lanzó esta auditoría para que, por primera vez en casi una década, se sepa la verdad.

Ecuador atraviesa la peor crisis de seguridad de su historia reciente, luego de que los grupos narcos que eran parte del Gobierno de Rafael Correa le declarasen la guerra al nuevo mandatario Daniel Noboa. Luego de una serie de arrestos de alto perfil, los narcos salieron a las calles a cometer olas de crímenes y estallaron motines en varias prisiones del país, donde los líderes de estas pandillas se dieron a la fuga.

En medio de este caos, Noboa declaró el Estado de Excepción y el Conflicto Armado Interno, y le ordenó a las Fuerzas Armadas de Ecuador que neutralice a 22 grupos guerrilleros, que ahora se investiga si recibieron armamento peruano entre los años 2011 y 2016.

En este contexto, un grupo de encapuchados armados asaltó el martes las instalaciones de la cadena TC Televisión, que rápidamente fue rodeada por agentes de Policía que finalmente lograron evacuar a los empleados y detener a los delincuentes, entre los cuales se descubrieron armas de orígen peruano.

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Perú

El ex presidente de Perú Alberto Fujimori quedó en libertad: El legado del “capitalismo popular” a tres décadas del milagro económico

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Las reformas del expresidente sentaron las bases para el crecimiento, la estabilidad y ahorro en la economía peruana después del desastre socialista. El país recuperó la moneda y desarrolló el llamado “capitalismo popular” que sigue dando resultados incluso al día de hoy.

Este miércoles, la Corte Constitucional de Perú ordenó la liberación inmediata del ex presidente Alberto Fujimori, una figura emblemática de la década de 1990 y la política peruana. Quedó sin efecto la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que había revocado el indulto del ex presidente Kuczynski.

Su paso por la presidencia sentó las bases de una verdadera revolución económica que fue bautizada como el modelo de “capitalismo popular” de Perú. Pese a la importante inestabilidad política que sufre el país al día de hoy, la situación macroeconómica se muestra increíblemente independiente: la inflación está bajo control, el ahorro en moneda doméstica es más significativo que nunca y el nivel de actividad logró recuperarse de la pandemia, pese a la ligera tendencia recesiva de la segunda mitad del año.

Esta independencia entre el factor político y el factor económico no siempre estuvo presente en el Perú. Para la década de 1980, la economía del país era, y con diferencia, una de las más diezmadas y pobres de toda la región. No solo por sufrir episodios crónicos de inflación y crisis de balanza de pagos, sino además por mantener un nivel de ingreso por habitante muy inferior al promedio de América Latina.

El presidente Alan García llevó a cabo un experimento de corte socialista que terminó por desequilibrar completamente la economía hacia el final de su mandato. Su gestión finalizó con un nivel de aprobación oscilando entre el 18% y el 21%, cuando había llegado al poder con una imagen positiva superior de hasta el 80% de la opinión pública.

El llamado “aprismo” implementó un programa heterodoxo que expandió fuertemente el déficit fiscal del 3,7% del PBI en 1985 al 6,7% en 1986, y casi un 9% del PBI para 1987. Estos desequilibrios fueron financiados con emisión monetaria sin respaldo, ya que el Gobierno se resistía a modificar la estructura impositiva para financiar el despilfarro.

La tasa de inflación interanual creció del 65% al 114,5% entre enero y diciembre de 1987, mientras que el Gobierno respondió con la masiva extensión de los controles de precios e incluso intentó estatizar el sistema bancario del Perú como una supuesta receta para combatir el alza de precios.

El mes de julio de 1990 fue particularmente caótico para Perú: el proceso hiperinflacionario se tornó violento e inmanejable y los precios aumentaron un 396% solamente en ese mes, algo nunca antes visto en la historia económica peruana. La inflación interanual había superado el 3.000%.

Al mismo tiempo en que se producía la hiperinflación también se produjo la recesión más violenta en la historia del país: el nivel de actividad se desplomó un 24% entre el tercer trimestre de 1987 y el segundo trimestre de 1990, el último de Alan García en el poder.

En medio de un clima hiperinflacionario y una recesión profunda, Alberto Fujimori asumió la presidencia del Perú el 28 de julio de 1990, dando lugar a una serie de reformas económicas que fueron el pilar del modelo económico fujimorista que incluso hoy en día se mantiene casi inalterado.

La nueva administración respondió con la aplicación de un programa de shock denominado popularmente como “Fujishock” para terminar con la hiperinflación, de la mano del ministro de Economía Juan Carlos Miller. Fueron adoptadas las siguientes medidas:

  • Liberalización del mercado cambiario
  • Rebaja generalizada de aranceles a la importación y eliminación de recargos
  • Desregulación del comercio exterior
  • Desregulación del sistema financiero y las tasas de interés bancarias
  • Eliminación de los controles de precios y salarios
  • Endurecimiento de la política monetaria hasta las últimas consecuencias 

Desde 1992, se implementó un programa de esterilización para la emisión, y en 1993 Fujimori aprueba una reforma en la carta orgánica del BCRP atada a la nueva Constitución que aprobó ese mismo año, garantizando autonomía para la autoridad monetaria y prohibiendo por ley la financiación espuria al Estado

Al mismo tiempo, el Gobierno fujimorista decidió emprender un importante programa de austeridad fiscal, racionalizando la administración pública, actualizando el valor de las tarifas de los servicios públicos regulados y privatizando la mayoría de las empresas del Estado. La terapia de shock logró un nivel inédito de credibilidad que consiguió derribar la inflación mensual hasta un promedio del 6,4% durante todo 1991.

A partir de 1993, la economía peruana experimentó un crecimiento vigoroso del PBI y de todos sus indicadores económicos, financieros y humanos, y todos esto con una envidiable estabilidad de precios, una situación que no se veía desde principios del siglo XX en ese país y tampoco se había logrado en otras partes del continente.

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Argentina

El presidente del Banco Central de Perú vino a Argentina para explicar el éxito de las reformas de Fujimori: "Si yo hiciera lo que hace el BCRA, iría preso"

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Las reformas del expresidente garantizaron la independencia del Banco Central por vía constitucional. Se prohibió la asistencia monetaria al Gobierno nacional, se prohibió el cepo cambiario, y la inflación se estabilizó en la década del 90 a partir de un cambio de régimen creíble.

El economista Julio Velarde Flores, que ocupa la dirección del Banco Central de Perú de forma ininterrumpida desde el año 2006, viajó al Coloquio de IDEA en Mar del Plata para explicar el éxito del modelo económico heredado de la presidencia de Alberto Fujimori. Bajo la administración de la derecha, Perú logró sentar las bases para un proceso de crecimiento sostenido y sin inflación por primera vez en su historia.

Flores explicó que el pilar de la estabilidad macroeconómica del Perú son las reformas emprendidas en el país en la década de 1990, y en particular la del Banco Central a partir de 1992. El presidente Fujimori reformuló la carga orgánica de la autoridad monetaria prohibiendo expresamente el financiamiento al Tesoro de forma directa, y se estableció un tope de sólo el 5% de la base monetaria para la compra de títulos públicos en el mercado secundario (lo que se conoce como flexibilización cuantitativa).

Por otra parte, el Banco Central de Perú perdió la capacidad de fijar un cepo cambiario para limitar las operaciones, algo que según el propio Flores constituye una causal de despido inmediato de su cargo.

También se prohíben expresamente los créditos para la banca de fomento, y se prohíbe fijar tasas de interés arbitrarias o subsidiarias para determinados sectores específicos (algo que en Argentina es muy habitual).

Flores explicó que Perú ensayó diversos intentos por “independizar” el Banco Central del poder político con simples reformas de su carga orgánica, una estrategia similar al que hoy propone el espacio de Patricia Bullrich y Carlos Melconian. Pero esto fracasó por la falta de credibilidad, hasta tal punto de sufrir un violento episodio hiperinflacionario entre 1990 y 1991.

Esas prohibiciones son efectivas. Pero la autonomía no es todo. La autonomía del Banco Central de Perú data de 1979, y luego tuvimos hiperinflación. Tiene que haber una real independencia política, y eso se logró recién en 1992”, explicó el presidente de la autoridad monetaria peruana.

El cambio de régimen creíble solamente se produjo en 1993, cuando el presidente Fujimori convalidó todas las reformas emprendidas en el Banco Central por medio de una nueva Constitución que rige hasta el día de hoy. Esta es la verdadera garantía de independencia del poder político, y no simplemente el mero rediseño de la carga orgánica. La Constitución fujimorista sentó las bases para la estabilidad y el crecimiento del país a 30 años de su sanción.

La propuesta de Juntos por el Cambio no se parece en nada al caso peruano, porque no se ofrece ninguna garantía del calibre constitucional que ofreció Fujimori para independizar al Banco Central.

En cambio, se propone modificar la carta orgánica y quizás con criterios similares a los que establece Perú, pero de ningún modo se articula una regla tan fuerte para que el cambio de régimen pueda ser creíble a largo plazo. Es por esto que, ante la imposibilidad de lograr los acuerdos políticos para reformar la Constitución en estos momentos, el candidato Javier Milei propone una salida más simple pero más efectiva: dolarizar.

La última experiencia exitosa de la Argentina fue la Convertibilidad entre 1991 y 2002, un régimen dentro del cual el BCRA se independizó con una nueva carta orgánica desde 1992. Pero tanto la caja de conversión como la propia carga orgánica del Central fueron avasalladas por el Gobierno de Duhalde, ya que no se incluyó en la reforma constitucional de 1994 este tipo de medidas.

La propuesta de Bullrich y Melconian podría ser fácilmente obliterada de la misma forma en que ocurrió con la Convertibilidad, después de que termine su hipotético mandato.

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