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Resultado final de las elecciones en Perú: segunda vuelta entre Fujimori y Sendero Luminoso, con un Congreso totalmente fragmentado

Los resultados de las elecciones peruanas fueron una sorpresa que ninguna encuesta llegó a predecir. Keiko Fujimori, la hija del ex mandatario, irá a una segunda vuelta contra un sindicalista comunista vinculado a la agrupación terrorista Sendero Luminoso.

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Las elecciones de este último domingo han dejado a todo un país sorprendido ante los resultados. A pesar de que se han pedido recuentos, hay múltiples denuncias electorales y actas impugnadas, el resultado parece inamovible: el comunista Pedro Castillo y Keiko, la hija del polémico ex presidente Alberto Fujimori irán a la segunda vuelta electoral.

En primer lugar quedó el dirigente sindicalista Pedro Castillo, del partido Perú Libre, de corte comunista castrochavista, obtuvo un impensado 19,1%. Su espacio representa «al otro Perú«, muchos votantes de clase baja de la Sierra peruana y del sur del país que a pesar de ser extremadamente conservadores en lo social suelen favorecer a los candidatos que prometen expropiaciones y una vuelta al estatismo más salvaje.

Por su parte, Keiko Fujimori, quien muchas consultoras indican como la política más impopular de Perú, logró acumular un sorpresivo 13,4% del voto total para entrar al balotaje. Esta es la tercer vez consecutiva que va a segunda vuelta: en 2011 perdió contra el también comunista Ollanta Humala y en 2016, a pesar de haber salido primera en la elección de primera vuelta, perdió el desempate contra el conservador Pedro Kuczynski.

En tercer lugar y con una enorme desilusión quedó Rafael López Aliaga, empresario de derecho apodado «el Trump peruano«, que llegó a liderar las encuestas tan solo unas semanas antes de la elección, pero finalmente no logró dar el batacazo. Obtuvo 11,7% de los votos totales, y quedó fuera del balotaje por menos de 300.000 votos.

Su partido, Renovación Popular, solicitó ayer un recuento de votos. Este pedido no surge a partir de una intención de llegar al balotaje (Aliaga ya admitió la derrota) pero se quiere evitar un posible fraude del izquierdista Partido Morado.

Se sospecha que los resultados obtenidos en la elección por el Partido Morado, partido que actualmente está en el gobierno, no tienen sentido. Su candidato presidencial, Julio Guzmán, obtuvo tan solo 2,23%, y a nivel legislativo obtuvo 3,068%, apenas arriba del corte del 3% que hubiera dejado afuera del Congreso a sus miembros parlamentarios.

El Partido Morado es un partido exclusivamente capitalino y sus propuestas son enfocadas a los grupos feministas de clase media alta de la ciudad de Lima. Sin embargo, cuando parecía que se iban a quedar afuera del nuevo Parlamento, comenzaron a subir en porcentaje hasta pasar la valla electoral con votos del interior campestre del país

Esto extrañó a muchos en redes sociales, y rápidamente se hizo tendencia #FraudeMorado. Sumado a esto surgieron inconsistencias entre las actas de los personeros y el conteo de voto en múltiples registros. Lo que se muestra es una extraña desaparición de votos de Renovación Popular en el interior del país en favor de partido del gobierno.

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En cuarto lugar con 11,6% quedó el economista liberal y ex asesor presidencial de Alberto Fujimori, Hernando de Soto, quien certeramente se unirá a la campaña de Keiko para apoyarla en balotaje.

En quinto lugar con 9,1% quedó el candidato estrella del establishment peruano, Yohny Lescano, quien lideraba todas las encuestas contra López Aliaga hasta pocos días antes de las elecciones pero finalmente se terminó desplomando frente a candidatos con agendas más radicales.

En sexto lugar se ubicó con 7,9% Verónika Mendoza, de extrema izquierda comunista, pero con una fuerte presencia de una corriente progresista-feminista en sus filas que desalentó a muchos votantes de izquierda que a último momento optaron por Castillo.

En séptimo lugar con 6% logró ubicarse César Acuña, ex gobernador de La Libertad, conservador, de centroderecha, quien indudablemente le robó votos a los candidatos de derecha que salieron en los primeros lugares y evitaron que superen a Castillo.

Y en octavo lugar con sólo 5,6% quedó George Forsyth, el candidato «anti-establishment» que había hecho una campaña exclusivamente enfocado en una agenda anti corrupción. Forsyth había liderado las encuestas electorales hasta febrero de este año, cuando su mensaje centrista se encalló y los electores se movieron a otros candidatos con propuestas más marcadas.

Arriba, de izquierda a derecha: Lescano, Castillo, De Soto. Abajo, de izquierda a derecha: Fujimori, Aliaga y Mendoza.

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A nivel legislativo, el Parlamento quedará aún más fragmentado de lo que está. Perú Libre será la facción mayoritaria del congreso peruano, pero sólo con 37 congresistas, entre los cuales hay miembros de la mafia sindical terroristas con vínculos a Sendero Luminoso, muchos de los cuales han sido ubicados en el pasado en informes de la Dirección contra el Terrorismo de la Dirección de Inteligencia Nacional.

En segundo lugar, se encuentra la clásica centroderecha fujimorista de Fuerza Popular, que logró 24 congresistas. Estos buscarán hacer un bloque con otras fuerzas de derecha fujimorista. Cabe aclarar que en Perú la figura de Fujimori, tanto de Alberto como de Keiko y los demás miembros del histórico movimiento, trasciende izquierda o derecha y es la mayor grieta que existe en el país actualmente, parecido al peronismo en Argentina.

El centrista Acción Popular, el partido más viejo del país, que en el actual Congreso son la facción mayoritaria, pasarían a tener sólo 17 congresistas, y serán tercera fuerza. 

Alianza para el Progreso, del centroderechista César Acuña, ha perdido varias curules en relación con el actual Congreso, y pasaría a tener sólo 15 congresistas. La derecha peruana de Renovación Popular obtuvo 13 congresistas, un importante avance para la formación que comanda López Aliaga. El liberal Avanza País de De Soto obtuvo 7 congresistas

La noticia más positiva de estos últimos partidos es el ingreso de 4 altos mandos de las Fuerzas Armadas en situación de retiro que decidieron entrar en política para esta elección. Por Renovación Popular, el segundo candidato más votado del país, el almirante Jorge Montoya; y también, el almirante José Cueto. Por Avanza País, el general José Williams, y por Alianza por el Progreso, el general Roberto Chiabra. Estos cuatro hombres han combatido al terrorismo marxista de Sendero Luminoso en la década del ’90 y ahora podrán volverlo a hacer desde el Congreso contra la amenazada de Perú Libre. 

El otro partido de extrema izquierda, Juntos por el Perú, ingresó con 5 congresistas; esta formación también vio desplomada su presencia en el Parlamento. 

Podemos Perú logró 5 escaños y Somos Perú logró 4, entre los cuales se encuentra el ex presidente Martín Vizcarra, quien resultó el candidato a legislador más votado del país y propulsó de su mano a todo el partido. 

Final y sorpresivamente se ve al Partido Morado en un extraño ascenso que lo dejaría entrar al Congreso con 3 congresistas.

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Esta configuración deja un escenario muy fragmentado y las alianzas son difíciles de predecir. Básicamente Acción Popular tiene la llave del éxito. Si bien Lescano anticipó que está abierto a juntarse con el comunista Castillo para dialogar, su partido ha abogado históricamente por el liberalismo económico y sería extrañe que se unan en el mismo bloque.

Quienes sin duda apoyarán a Castillo serán Perú Libre + Juntos + Somos Perú + Partido Morado, con un total de 49 escaños

Por su parte, una posible alianza de derecha con 64 escaños podría darse entre Fuerza Popular + Alianza para el Progreso + Renovación Popular + Avanza País + Podemos; este último, a pesar de tener una agenda de izquierda, mantiene una fuerte ala militar que se opuso históricamente a Sendero Luminoso, por lo que podría cabildear en contra de su coalición.

La mayoría parlamentaria se obtiene con 66 escaños, por lo que los 17 escaños de Acción Popular definirán si el bloque de izquierda o el de derecha se quedan con el control del Congreso.

En general, sobre votaciones económicas se tendría una mayoría a favor del libre mercado, en proporción de 82 votos contra 48. Si habláramos desde lo cultural, la izquierda lo tendría aún más difícil, pues los dos únicos partidos que se consideran progresistas son el Partido Morado y Juntos por el Perú que juntos suman sólo 10 congresistas; aunque en algunos casos pueden sumárseles Somos Perú (5) y Avanza País (7).

Pero lo cierto es que el mayor riesgo que tiene el próximo Presidente de Perú es que este Congreso vote su vacancia. En los últimos meses, el actual órgano legislativo aprovechó su extrema división y votó la vacancia tanto de Martín Vizcarra como la de Manuel Merino.

Lo certero es que el fujimorismo no ha logrado una mayoría y es posible que si gana Keiko, una de las primeros proyectos que discutirá el Congreso será su vacancia, ya que los partidos anti-fujimoristas han jurado no permitir un gobierno de Fujimori. Lo mismo podría ocurrir si llega Castillo al poder, y empieza a querer impulsar leyes comunistas que prácticamente todos los partidos excepto Perú Libre y Juntos rechazarán.

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Ecuador

Perú anuncia una auditoría para determinar si facciones rebeldes de sus FFAA están entregando armas a los pandilleros en Ecuador

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La auditoría permitirá determinar si las Fuerzas Armadas del Perú le entregaron entre los años 2011 y 2016, cuando gobernaba el izquierdista Ollanta Humala, armamento peruano a los grupos criminales de Ecuador.

El ministro de Defensa de Perú, Jorge Chávez, ha anunciado este miércoles que el Gobierno de la presidente Dina Boluarte inició una rigurosa auditoría para determinar si las municiones y artefactos explosivos de algunos grupos delictivos de Ecuador procedían de arsenales de las Fuerzas Armadas peruanas, como reportó la policía ecuatoriana esta semana.

«Se ha determinado que existe una presunta posibilidad de que algunas de esas municiones, explosivos o granadas hayan salido en épocas pasadas de los almacenes de las Fuerzas Armadas«, ha reconocido el ministro Chávez.

Según ha relatado el encargado de Defensa a la emisora RPP, las armas, municiones y artefactos explosivos que se les vieron a los encapuchados armados que asaltaron el martes las instalaciones de la cadena ecuatoriana TC Televisión en Guayaquil podrían proceder de Perú.

Chávez ha confirmado que por lo menos el número de serie de una granada incautada a los delincuentes, coincidía con un arsenal obtenido por Perú en 2016, razón por la que decidieron lanzar una auditoría general de todos los inventarios.

«Lo que tenemos que hacer es garantizar que esos hechos sucedidos en años anteriores no se vuelvan a producir, por lo tanto, se están llevando a cabo todas las acciones para evitar justamente eso. El arsenal de guerra debe ser custodiado adecuadamente«, ha dicho.

Entre los años 2011 y 2016, gobernó en Perú el presidente de extrema izquierda Ollanta Humala, hermano de Antauro Humala, líder terrorista fundador del movimiento etnocacerista, y se creó una facción dentro de las Fuerzas Armadas vinculadas al castrochavismo en la región.

Se cree que durante esos años, el arsenal de las fuerzas militares peruanas fue puesto en función de grupos narcoterroristas de la región, y muchas de sus armas, municiones y granadas terminaron en manos de guerrilleros en Colombia, Ecuador y Venezuela.

Si bien no había evidencia fuerte que sostenga esta suposición en los últimos años, la denuncia de la Polícia ecuatoriana fue tomada con extrema seriedad por el actual Gobierno peruano, que lanzó esta auditoría para que, por primera vez en casi una década, se sepa la verdad.

Ecuador atraviesa la peor crisis de seguridad de su historia reciente, luego de que los grupos narcos que eran parte del Gobierno de Rafael Correa le declarasen la guerra al nuevo mandatario Daniel Noboa. Luego de una serie de arrestos de alto perfil, los narcos salieron a las calles a cometer olas de crímenes y estallaron motines en varias prisiones del país, donde los líderes de estas pandillas se dieron a la fuga.

En medio de este caos, Noboa declaró el Estado de Excepción y el Conflicto Armado Interno, y le ordenó a las Fuerzas Armadas de Ecuador que neutralice a 22 grupos guerrilleros, que ahora se investiga si recibieron armamento peruano entre los años 2011 y 2016.

En este contexto, un grupo de encapuchados armados asaltó el martes las instalaciones de la cadena TC Televisión, que rápidamente fue rodeada por agentes de Policía que finalmente lograron evacuar a los empleados y detener a los delincuentes, entre los cuales se descubrieron armas de orígen peruano.

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Perú

El ex presidente de Perú Alberto Fujimori quedó en libertad: El legado del “capitalismo popular” a tres décadas del milagro económico

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Las reformas del expresidente sentaron las bases para el crecimiento, la estabilidad y ahorro en la economía peruana después del desastre socialista. El país recuperó la moneda y desarrolló el llamado “capitalismo popular” que sigue dando resultados incluso al día de hoy.

Este miércoles, la Corte Constitucional de Perú ordenó la liberación inmediata del ex presidente Alberto Fujimori, una figura emblemática de la década de 1990 y la política peruana. Quedó sin efecto la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que había revocado el indulto del ex presidente Kuczynski.

Su paso por la presidencia sentó las bases de una verdadera revolución económica que fue bautizada como el modelo de “capitalismo popular” de Perú. Pese a la importante inestabilidad política que sufre el país al día de hoy, la situación macroeconómica se muestra increíblemente independiente: la inflación está bajo control, el ahorro en moneda doméstica es más significativo que nunca y el nivel de actividad logró recuperarse de la pandemia, pese a la ligera tendencia recesiva de la segunda mitad del año.

Esta independencia entre el factor político y el factor económico no siempre estuvo presente en el Perú. Para la década de 1980, la economía del país era, y con diferencia, una de las más diezmadas y pobres de toda la región. No solo por sufrir episodios crónicos de inflación y crisis de balanza de pagos, sino además por mantener un nivel de ingreso por habitante muy inferior al promedio de América Latina.

El presidente Alan García llevó a cabo un experimento de corte socialista que terminó por desequilibrar completamente la economía hacia el final de su mandato. Su gestión finalizó con un nivel de aprobación oscilando entre el 18% y el 21%, cuando había llegado al poder con una imagen positiva superior de hasta el 80% de la opinión pública.

El llamado “aprismo” implementó un programa heterodoxo que expandió fuertemente el déficit fiscal del 3,7% del PBI en 1985 al 6,7% en 1986, y casi un 9% del PBI para 1987. Estos desequilibrios fueron financiados con emisión monetaria sin respaldo, ya que el Gobierno se resistía a modificar la estructura impositiva para financiar el despilfarro.

La tasa de inflación interanual creció del 65% al 114,5% entre enero y diciembre de 1987, mientras que el Gobierno respondió con la masiva extensión de los controles de precios e incluso intentó estatizar el sistema bancario del Perú como una supuesta receta para combatir el alza de precios.

El mes de julio de 1990 fue particularmente caótico para Perú: el proceso hiperinflacionario se tornó violento e inmanejable y los precios aumentaron un 396% solamente en ese mes, algo nunca antes visto en la historia económica peruana. La inflación interanual había superado el 3.000%.

Al mismo tiempo en que se producía la hiperinflación también se produjo la recesión más violenta en la historia del país: el nivel de actividad se desplomó un 24% entre el tercer trimestre de 1987 y el segundo trimestre de 1990, el último de Alan García en el poder.

En medio de un clima hiperinflacionario y una recesión profunda, Alberto Fujimori asumió la presidencia del Perú el 28 de julio de 1990, dando lugar a una serie de reformas económicas que fueron el pilar del modelo económico fujimorista que incluso hoy en día se mantiene casi inalterado.

La nueva administración respondió con la aplicación de un programa de shock denominado popularmente como “Fujishock” para terminar con la hiperinflación, de la mano del ministro de Economía Juan Carlos Miller. Fueron adoptadas las siguientes medidas:

  • Liberalización del mercado cambiario
  • Rebaja generalizada de aranceles a la importación y eliminación de recargos
  • Desregulación del comercio exterior
  • Desregulación del sistema financiero y las tasas de interés bancarias
  • Eliminación de los controles de precios y salarios
  • Endurecimiento de la política monetaria hasta las últimas consecuencias 

Desde 1992, se implementó un programa de esterilización para la emisión, y en 1993 Fujimori aprueba una reforma en la carta orgánica del BCRP atada a la nueva Constitución que aprobó ese mismo año, garantizando autonomía para la autoridad monetaria y prohibiendo por ley la financiación espuria al Estado

Al mismo tiempo, el Gobierno fujimorista decidió emprender un importante programa de austeridad fiscal, racionalizando la administración pública, actualizando el valor de las tarifas de los servicios públicos regulados y privatizando la mayoría de las empresas del Estado. La terapia de shock logró un nivel inédito de credibilidad que consiguió derribar la inflación mensual hasta un promedio del 6,4% durante todo 1991.

A partir de 1993, la economía peruana experimentó un crecimiento vigoroso del PBI y de todos sus indicadores económicos, financieros y humanos, y todos esto con una envidiable estabilidad de precios, una situación que no se veía desde principios del siglo XX en ese país y tampoco se había logrado en otras partes del continente.

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Argentina

El presidente del Banco Central de Perú vino a Argentina para explicar el éxito de las reformas de Fujimori: «Si yo hiciera lo que hace el BCRA, iría preso»

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Las reformas del expresidente garantizaron la independencia del Banco Central por vía constitucional. Se prohibió la asistencia monetaria al Gobierno nacional, se prohibió el cepo cambiario, y la inflación se estabilizó en la década del 90 a partir de un cambio de régimen creíble.

El economista Julio Velarde Flores, que ocupa la dirección del Banco Central de Perú de forma ininterrumpida desde el año 2006, viajó al Coloquio de IDEA en Mar del Plata para explicar el éxito del modelo económico heredado de la presidencia de Alberto Fujimori. Bajo la administración de la derecha, Perú logró sentar las bases para un proceso de crecimiento sostenido y sin inflación por primera vez en su historia.

Flores explicó que el pilar de la estabilidad macroeconómica del Perú son las reformas emprendidas en el país en la década de 1990, y en particular la del Banco Central a partir de 1992. El presidente Fujimori reformuló la carga orgánica de la autoridad monetaria prohibiendo expresamente el financiamiento al Tesoro de forma directa, y se estableció un tope de sólo el 5% de la base monetaria para la compra de títulos públicos en el mercado secundario (lo que se conoce como flexibilización cuantitativa).

Por otra parte, el Banco Central de Perú perdió la capacidad de fijar un cepo cambiario para limitar las operaciones, algo que según el propio Flores constituye una causal de despido inmediato de su cargo.

También se prohíben expresamente los créditos para la banca de fomento, y se prohíbe fijar tasas de interés arbitrarias o subsidiarias para determinados sectores específicos (algo que en Argentina es muy habitual).

Flores explicó que Perú ensayó diversos intentos por “independizar” el Banco Central del poder político con simples reformas de su carga orgánica, una estrategia similar al que hoy propone el espacio de Patricia Bullrich y Carlos Melconian. Pero esto fracasó por la falta de credibilidad, hasta tal punto de sufrir un violento episodio hiperinflacionario entre 1990 y 1991.

Esas prohibiciones son efectivas. Pero la autonomía no es todo. La autonomía del Banco Central de Perú data de 1979, y luego tuvimos hiperinflación. Tiene que haber una real independencia política, y eso se logró recién en 1992”, explicó el presidente de la autoridad monetaria peruana.

El cambio de régimen creíble solamente se produjo en 1993, cuando el presidente Fujimori convalidó todas las reformas emprendidas en el Banco Central por medio de una nueva Constitución que rige hasta el día de hoy. Esta es la verdadera garantía de independencia del poder político, y no simplemente el mero rediseño de la carga orgánica. La Constitución fujimorista sentó las bases para la estabilidad y el crecimiento del país a 30 años de su sanción.

La propuesta de Juntos por el Cambio no se parece en nada al caso peruano, porque no se ofrece ninguna garantía del calibre constitucional que ofreció Fujimori para independizar al Banco Central.

En cambio, se propone modificar la carta orgánica y quizás con criterios similares a los que establece Perú, pero de ningún modo se articula una regla tan fuerte para que el cambio de régimen pueda ser creíble a largo plazo. Es por esto que, ante la imposibilidad de lograr los acuerdos políticos para reformar la Constitución en estos momentos, el candidato Javier Milei propone una salida más simple pero más efectiva: dolarizar.

La última experiencia exitosa de la Argentina fue la Convertibilidad entre 1991 y 2002, un régimen dentro del cual el BCRA se independizó con una nueva carta orgánica desde 1992. Pero tanto la caja de conversión como la propia carga orgánica del Central fueron avasalladas por el Gobierno de Duhalde, ya que no se incluyó en la reforma constitucional de 1994 este tipo de medidas.

La propuesta de Bullrich y Melconian podría ser fácilmente obliterada de la misma forma en que ocurrió con la Convertibilidad, después de que termine su hipotético mandato.

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