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Venezuela

Quién es Jordan Goudreau, el boina verde estadounidense que trató de derrocar a Maduro

El contratista estadounidense, Jordan Goudreau, asegura haber sido contratado por Juan Guaidó para derrocar a Maduro con su empresa militar privada Silvercorp, pero que fue traicionado por la oposición venezolana y la misión falló.

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La semana pasada estalló un verdadero escándalo en Venezuela por un supuesto contrato que habría firmado el presidente legítimo encargado, Juan Guaidó, con una empresa de seguridad y militar llamada “Silvercorp”, propiedad del boina verde retirado, Jordan Goudreau.
Este contrato habría sido el disparador de lo que se conoció como “Operación Gedeón”, una insurrección de militares retirados venezolanos en contra de la dictadura de Maduro, asistidos por estos mercenarios estadounidenses. En el marco de esta operación, el régimen chavista acusó un ataque en las playas de Macuto donde se efectivizó un combate armado.

Todo empezó el 23 de febrero de 2019 cuando 500 militares venezolanos desertaron a Colombia, en el marco de los disturbios en los puentes fronterizos del norte de Santander hacia Venezuela durante el intento del Grupo Lima de ingresar ayuda humanitaria al país. Esta migración duró hasta el 27 de febrero cuando Migración de Colombia contabilizó la entrada al país de exactamente 567 integrantes de las Fuerzas Armadas venezolanas.

Lamentablemente, estos militares que pensaban que el gobierno legítimo de Guaidó y los países del Grupo Lima los iban a proteger y entrenar para derrocar a Maduro, fueron abandonados, esperaron meses hasta sentirse abandonados, y denunciaron ante el mundo que Guaidó los dejó tirados.


“Aquí corremos peligro por los grupos armados en la zona, a algunos el ELN les ha ofrecido 1 millón 200 mil pesos para que se vayan con ellos. Todavía nadie ha aceptado, pero más adelante, quién sabe porque aquí es difícil encontrar trabajo”
, señaló un sargento jubilado de la Guardia Nacional, que pretendía volver a vestir el uniforme para luchar. “Creímos que nos iban a entrenar y capacitar para entrar a Venezuela junto a una coalición de países y acabar con el régimen”.

Según el diario El Milenio, son 700 uniformados, entre militares y ex-miembros de las Guardias Nacionales, además de 300 familiares que les acompañan. Estos desertores que piden por la liberación de la patria venezolana han recibido ayuda económica de ACNUR, el programa de refugiados políticos de la ONU, del gobierno colombiano y, en menor medida, de la embajada de Guaidó en Bogotá, en forma de alojamiento y comidas. Sin embargo, en los últimos meses, esta asistencia ha aminorado, y al no tener un objetivo claro para volver a su país, su moral ha caída y ahondado el descontento.

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Cliver Alcalá Cordones, Mayor General del Ejército retirado, un ultra-chavista devenido en fuerte opositor a Maduro, había publicado un conjunto de vídeos el día 26 de marzo, donde explica en detalle un supuesto plan en el que Juan Guaidó estaba comprándole armas a autoridades colombianas para realizar un levantamiento armado en Caracas y en otras ciudades venezolanas, con asesoría de la inteligencia estadounidense. Probablemente con la ayuda de de este enorme grupo de soldados venezolanos en el exilio.

La periodista Patricia Poleo en una publicación en sus redes sociales dijo que el contrato del que habla Cliver Alcalá donde están las firmas de JJ Rondón, Sergio Vergara y el mismo Juan Guaidó existe y es real, pero que Cliver mintió al decir que Estados Unidos y Colombia sabían de esto.
Cabe recordar que Alcalá fue identificado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como partícipe necesario en la red de narcotráfico conocida como “El Cartel de los Soles”, que dirige Maduro y la alta jerarquía militar. De ser esto cierto, Cliver Alcalá sería un doble triple agente, jugando a haber desertado del gobierno chavista cuando en realidad sigue trabajando para ellos.

Revelaciones de AP

En un reportaje de investigación de la agen

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Revelaciones de AP

En un reportaje de investigación de la agencicia estadounidense de noticias  AP publicado el 1ro de mayo de este año, se revelan detalles de cómo era el plan que explicó Clíver Alcalá en aquél video.

Siguiendo la línea que publica AP, no era la “inteligencia estadounidense” la que había hecho contacto si no que era un contratista estadounidense no afiliado a la Casa Blanca, nuestro amigo, Jordan Goudreau. Este plan esbozaba una invasión militar en Venezuela con los militares retirados y los mercenarios de Silvercorp. Colombia sabía de este plan y Juan Guaidó lo ayudó a desarrollar.


En el artículo de AP se mencionan a las siguientes personas como líderes de la Operación.

Jordan Goudreau, boina verde retirado, y actual dueño de Silvercorp.
Ephraim Mattos, un ex-SEAL y militar retirado de la Armada estadounidenses.
Drew White, un ex-socio comercial de Silvercorp.
Cliver Alcalá.
Keith Schiller, el antiguo guardaespaldas y amigo personal de Donald Trump.
Lester Toledo, político venezolano.

El plan era sencillo pero peligroso. Liderado por el ex-chavista Cliver Alcalá y Jordan Goudreau. Con 300 militares voluntarios fuertemente armados ingresarían furtivamente a Venezuela desde Colombia. En el camino, atacarían bases militares en el país y desatarían una rebelión popular que terminaría con el arresto del presidente Nicolás Maduro, asegura el reportaje de investigación.

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Jordan Goudreau, el militar estadounidense que dirige su propio ejército privado a sueldo

Jordan Goudreau es un estadounidense que recibió tres veces la Estrella de Bronce por su valentía en Irak y Afganistán, donde fue médico en las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos.

En el año 2018 estableció Silvercorp USA, una empresa de seguridad privada, cerca de su casa en la costa de Florida, cuyo objetivo principal era entrenar y vender el servicio de agentes antiterroristas en escuelas disfrazados de maestros para evitar tiroteos en colegios. 

Silvercorp promociona operaciones en más de 50 países, con un equipo asesor compuesto por ex-diplomáticos de gran renombre, estrategas militares con enorme experiencia y jefes de corporaciones multinacionales. A su vez, afirma haber “dirigido equipos de seguridad internacional para el presidente de los Estados Unidos” aunque la Casa Blanca desmintió.

Jordan Goudreau, en su primer tour por Irak.


Previamente Goudreau había sido investigado en 2013 por presuntamente estafar al Ejército por US$  62.000 en estipendios de vivienda. Goudreau dijo que la investigación se cerró sin cargos.

Actualmente, Cliver Alcalá se encuentra detenido por el FBI, y seguramente estén interrogándolo por su papel en esta fallida operación y haciéndole preguntas sobre el papel que desempeñó su fornido asesor estadounidense. Se cree que pudo haber sido él quien otorgó la información de la operación a Madur antes que ocurriera.

El 6 de mayo Goudreau brindó declaraciones a través de llamada telefónica con el diario Bloomberg, donde admitió que “la misión en Caracas fracasó, pero vamos a empezar a atacar nuevos objetivos tácticos”. El intento fallido fracasó por disputas internas entre los políticos de la oposición al chavismo (entre quienes defienden una insurrección armada y los que no) y una fuerza mal entrenada que tenía pocas posibilidades de vencer al Ejército venezolano.

Ephraim Mattos luego admitió: “no vas a eliminar a Maduro con 300 hombres hambrientos y sin entrenamiento”.

La investigación de AP no encontró evidencia de que el gobierno de Estados Unidos haya participado en el complot. No obstante, las entrevistas revelaron que algunos líderes de la oposición venezolana que están respaldados por Washington si sabían del operativo, incluso si desestimaban sus posibilidades.

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Las pruebas de que Guaidó estaba involcurado

La periodista venezolana del programa Factores de Poder, Patricia Poleo, reveló el contrato firmado por Juan Guaidó con Silvercorp para derrocar a Maduro, que habría costado casi unos 213 millones de dólares.

Desde una locación no revelada, con u

Que de fondo, Jordan Goudreau brindó una entrevista exclusiva con Patricia Poleo.

En el primer segmento de la entrevista asegura que ahora puede brindar información porque el contrato que se firmó no fue cumplido por todas las partes y quedó inhabilitado.

Goudreau asegura haber cumplido con todo lo que dice el contrato, que ellos han recibido financiamiento de gente de Colombia y gente de todas partes del mundo que quieren colaborar para sacar al dictador Maduro del poder.


Luego aseguró ante las cámaras que el contrato efectivamente se firmó entre Silvercorp, Juan Guaidó, Juan José Rondón y Sergio Vergara, como había dicho Cliver Alcalá.

También aprovechó la entrevista para limpiar su nombre. 

“A mi no me pagan, yo soy un hombre tratando de ayudar a un país. El dinero es para los gastos de la operación. Nunca en mi vida había visto un nivel de traición así”

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Hacia el final de la entrevista asegura que la operación contaba con 60 hombres que habían estado viviendo en un cementerio cerca de la frontera entre Venezuela y Colombia hasta que inició el ataque.

Por último, arremetió contra JJ Rondón, quien le había prometido que el pago del operativo se realizaría semana a semana desde la firma del contrato hasta que la misión esté completada, pero nunca llegó.

“Quienes deberían ser los verdaderos líderes opositores, le fallaron a Venezuela”, cerró


Este caso ha generado una fuerte polémica en Venezuela y en todo el mundo. Están quienes aseguran que todo fue culpa de Guaidó por confiar en Cliver Alcalá y en gastarse fortunas en fuerzas militares extranjeras en vez de ayudar a los militares venezolanos en el exterior, y por otro lado están los que argumentan que todo esto es un entramado del régimen de Maduro, que el ataque a Macuto no existió, que los soldados que se declararon muertos en realidad se encuentran vivos y que Silvercorp y Jordan Goudreau fueron contratados por las mismas fuerzas chavistas (con o sin su conocimiento) para distraer al público de los verdaderos problemas que están azotando a la nación.
Diosdado Cabello, el vicepresidente del PSUV, el 28 de marzo de este año, a más de un mes antes de ser capturados los miembros de la Operación Gedeón, anunció una conspiración que estaría siendo orquestada por un norteamericano al cual presentaba en un esquema con el nombre de “Yordan” y en efecto, había un “Yordan”, pero con J, y se apellidaba Goudreau. Allí menciona que se topó con el exgeneral chavista Cliver Alcalá en el concierto de Cúcuta, y que desde entonces todo empezó a formarse.

El programa también aseveró que “algunas reuniones las hicieron porque nosotros dimos la logística”. El chavista asegura que la oposición se robó los reales de la operación, y por ende la misma se detuvo.

Con estas declaraciones de Diosdado se especula que Cliver Alcalá estaba informando al chavismo sobre la operación y que Diosdado quería que los desertores lleguen a Venezuela para capturarlos.

Por otro lado, la periodista de CNN En Español, Ana Mejía, publicó en su cuenta en Twitter fotografías de las instalaciones de la empresa Silvercorp mostrando el mal estado de las instalaciones, que están vacías, con teléfonos que suenan pero nadie responde, y redes sociales completamente eliminadas. 

El 7 de mayo, JJ Rendón en una entrevista en el canal CCN en español, reconoció haber cubrido 50000 dólares en gastos a la empresa Silvercorp. 

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la “paz y estabilidad política, social y económica” en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un “golpe antidemocrático“.

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la “paz política” en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a “valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)“.

A pesar de las “declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración”, la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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Venezuela

La Solución Final de Maduro: El dictador de Venezuela presentó una ley para arrestar ciudadanos por “pensamientos neoliberales”

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Maduro presentó una peligrosa “ley contra el fascismo” que le permitirá al chavismo proscribir a la oposición, censurar las redes sociales y arrestar arbitrariamente ciudadanos como en Cuba.

El régimen comunista de Venezuela presentó este martes ante la Asamblea Nacional, la escribanía del chavismo, el “Proyecto de ley contra el fascismo, neofascismo y expresiones similares” elaborado por orden del dictador Nicolás Maduro, para terminar de completar la cubanización del país.

Con esta ley, Maduro podrá meter presa a cualquier persona que se oponga a su régimen, bajo la premisa de “pensamiento neoliberal y conservador“. Si bien ha lanzado una brutal persecución de opositores en la última década, con esto podría arrestar personas arbitrariamente por su pensamiento asumido.

El documento, presentado por la vicedictadora Delcy Rodríguez, incluye cuatro capítulos 30 artículos, y establece “medios y mecanismos para preservar la convivencia pacífica, la tranquilidad pública, el ejercicio democrático de la voluntad popular, el reconocimiento de la diversidad, la tolerancia y el respeto recíproco, frente a agresiones de orden fascista”.

En Venezuela hasta el momento se perseguían a líderes opositores pero no a ciudadanos que se opongan al régimen, como sí ocurre en Cuba. Sin embargo, con esta legislación, entre las “medidas de protección contra el fascismo”, se encuentra la prohibición de “la difusión de mensajes que hagan apología o promuevan la violencia como método de acción política”, por lo que cualquier persona que difunda ideas de la oposición podría ir preso.

El proyecto de ley también establece la creación de una comisión contra el fascismo y de una red internacional de agrupaciones, movimientos e instituciones comprometidas en la lucha contra esta doctrina.

Como es de esperar en estos regímenes con tendencias soviéticas, se utiliza la etiqueta de “fascista” para categorizar todas las ideas de personas o movimientos distintos al socialismo marxista leninista. Por lo que el liberalismo, libertarianismo, nacionalismo y conservadurismo caen en la volteada.

En el artículo 4 del proyecto de ley se prohíbe el pensamiento “neoliberal” y “conservador” en todo el país. En el artículo 9 se propone la censura total de las redes sociales para quienes dañen la imagen del “gobierno”. En el artículo 12 se prohíben todo tipo de reuniones y manifestaciones pacíficas contra el gobierno.

Entre los artículos 14 y 17 se habla de la disolución de la sociedad civil, mediante la prohibición de fundaciones, think tanks y partidos politicos que el régimen considere como “fascistas”. En el artículo 18 se crea una alta comisión contra el “fascismo”, dirigida por militantes chavistas para juzgar a la oposición.

Toda persona que incumpla alguno de los 30 artículos propuestos por la dictadura tendrá una pena de 6 a 12 años de prisión. Es probablemente una de las leyes más brutales presentadas en toda la historia de Sudamérica, y pone a la par al país con las leyes del comunismo castrista.

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