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Tribunal Supremo Electoral de Bolivia confirma el retorno de la izquierda de Evo Morales al poder

El Tribunal Electoral oficializó este viernes el controversial triunfo del MAS, de la mano de Luis Arce. El partido de Evo obtuvo la mayoría en el Legislativo, quedando a 13 escaños de los 2/3 necesarios para volver a gobernar impunemente, que deberán negociar con Carlos Mesa.

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El fin de semana pasado, Bolivia fue testigo y partícipe de la elección más importante del periodo democrático de su historia, y asumió el contundente desafío de enterrar definitivamente al narco-socialismo terrorista representado por el Movimiento al Socialismo para pasar a un periodo de consolidación de su institucionalidad republicana, eliminada por Evo Morales y su cúpula.


La población digería aún las campañas que cerraron días antes y así acudieron a las urnas en donde elegirán al próximo presidente entre los principales aspirantes: Luis Arce (MAS), Carlos Mesa (CC) y Luis Fernando Camacho (CREEMOS).

La jornada transcurrió sin contratiempos en la votación, pero hubo una serie de polémicas por anulación de votos y aparición de algunas papeletas marcadas durante el recuento.

Finalizada la jornada, y sin iniciar el cómputo oficial de las autoridades electorales, la empresa Ciesmori, cuyos accionistas están relacionados al Movimiento al Socialismotransmitieron por la Red Unitel resultados de boca de urna, los cuales daban a Luis Arce una rotunda victoria, sin necesidad de ir a segunda vuelta, con más del 50% de los votos.
Mientras tanto, el Tribunal Supremo Electoral recibía las actas de algunos Departamentos y de los votos en el exterior, los cuales inicialmente daban por vencedor a Carlos Mesa por una amplia diferencia.

La noticia tomó por sorpresa a varios ciudadanos que no esperaban el triunfo del MAS en primera vuelta y despertó muchas incertidumbres en torno a las posibilidades de un nuevo fraude. 

Estos resultados, juntamente a la boca de urna de Ciesmori, creó un clima raro en el país. Pero todas las dudas se despejaron cuando, entrada la noche y a no más del 5% de los votos contabilizados, la Presidente constitucional Jeanine Añez le felicitó al binomio Arce – Choquehuanca del MAS y les deseó un buen gobierno.

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El candidato hasta ese momento ganador, Carlos Mesa, inmediatamente después de Añez expresó su posición frente a los resultados del Boca de Urna, reconociendo su derrota ante el Movimiento al Socialismo y asumiendo su rol como “cabeza de la oposición” por los próximos cinco años.

Al mismo tiempo, el candidato presidencial del Movimiento al Socialismo, Luis Arce y su compañero de fórmula David Choquehuanca, celebraban la eventual victoria luego del anuncio de los medios. En conferencia de prensa, Arce no mencionó al líder del MAS, Evo Morales, aunque afirmó que “gobernará para todos, corrigiendo los errores del pasado”.

A su vez, el candidato agradeció a sus simpatizantes por “recuperar la democracia y la esperanza en Bolivia, ante la incertidumbre que vivieron las familias bolivianas en estos 11 meses”.

“Vamos a aprender y superar nuestros errores. Agradecemos a toda nuestra militancia. La campaña que compartimos con las organizaciones sociales”, expresó Arce 

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El conteo avanzaba en todos los Departamentos del país, mientras algunos bolivianos en la Ciudad de Santa Cruz convocaron a vigilias en el centro de cómputo de la capital oriental, los cuales fueron reprimidos por la Policía que acordonó el lugar. Horas después, los mismos activistas convocaron a un Cabildo ante las leves sospechas de que se estaba gestando otro fraude electoral.

El Cabildo se llevó a cabo frente a la multitud y fue dirigido por la Unión Juvenil Cruceñista, un grupo de jóvenes parte del Comité pro Santa Cruz que lideró la expulsión del dictador fallido Evo Morales en 2019
Estos manifestantes resolvieron exigir la anulación de la personalidad jurídica del MAS y todos los partidos políticos involucrados en esta elección, cierre temporal del Tribunal Supremo Electoral por su vinculación al fraude, y una auditoría externa al proceso. Caso contrario, se realizaría un paro cívico indefinido.
Sucesos y determinaciones similares se dieron en las ciudades de Cochabamba, Sucre, La Paz y Tarija, todos convencidos de que se perpetró nuevamente un fraude que evidentemente favorecía al MAS.
Durante la protesta en Cochabamba, una diputada electa por Comunidad Ciudadana fue agredida por los manifestantes ante su solicitud de reconocer los resultados oficiales que arrojaba el conteo, evidentemente temerosa ante la posibilidad de perder el cargo que había ganado en un proceso ahora cuestionado.
El Comité pro Santa Cruz emitió un comunicado que relataba sus sospechas de fraude, y solicitaron al TSE la suspensión del cómputo. A su vez, le reclamaron a los partidos políticos, excepto al MAS, que les hagan llegar las copias de las actas electorales que recibieron sus delegados en la elección para contrastarlos con lo publicado por el TSE.
Según los cruceñistas, la estructura de fraude del MAS a nivel local no fue desbaratada en el año de gobierno de Jeanine Añez, y el TSE, a pesar de haber sido reformado, no tiene manera de evitar la manipulación de las actas que salen de cada mesa.

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A pesar de todo esto, el recuento oficial siguió sin medidas extras de control, y este viernes el Tribunal Supremo Electoral declaró como Presidente electo al izquierdista Luis Arce, con el 55,1% de los votos, una amplia diferencia respecto al segundo lugar, obtenido por el socialdemócrata Carlos Mesa, que obtuvo un 28,8%, y en tercer lugar, el candidato derechista Luis Fernando Camacho, con un 14%. 

El candidato del MAS obtuvo la victoria en cinco de los nueve Departamentos del país: La Paz, Oruro, Pando, Potosí y Cochabamba; mientras que Carlos Mesa obtendría el triunfo en Tarija y Beni, y Luis Fernando Camacho obtendría el triunfo solo en el Departamento de Santa Cruz, su principal bastión, y un lugar clave en las protestas para exigir la salida de Evo Morales el año pasado.

En total, Arce obtuvo 6 Departamentos, Mesa 2 y Camacho 1.

Increíblemente, el resultado en favor del MAS fue aún más holgado que el resultado que había obtenido Evo Morales en 2019. Antes del probado fraude electoral, Evo Morales le ganaba a Mesa por 45% contra 37%, lo cual hubiera generado una segunda vuelta.

Morales, desesperado por evitar una segunda vuelta, intervino el TSE y manipuló los datos, poniéndose con un 47,08% contra un 36,51% de Mesa; una diferencia de 10,57% que evitaba ir a ballotage. De todos modos, lo increíble es que aún con resultados marcados a dedo por Morales, estos fueron tan solo un año atrás 8% menos que los que obtuvo Arce.

Algunos argumentan que Arce se presentó como un candidato más moderado que Evo Morales y, algunos votantes de Mesa (por lo menos un 10%) confiaron en que no iba a ser simplemente un títere de ex dictador y trasladaron su voto para allí.

Datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral en la elección del 2020.

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Además, el TSE publicó la composición del nuevo Parlamento boliviano. La mayoría del MAS resultó abrumadora, y si bien redujo su presencia en el Congreso respecto a la composición actual, quedó a 13 diputados y a 3 senadores de los 2/3 necesarios de gobernar de manera impune.

Si bien es cierto que el MAS no tendrá los 2/3 por sí solos, fácilmente podrán negociar con los congresistas de CC, quienes son socialdemócratas y coinciden en muchas medidas con Evo Morales; dejando claro que el nuevo Legislativo se compone esencialmente de socialistas, exceptuando los elegidos por CREEMOS de Luis Camacho, todos del oriente del país.

Con estos resultados, y en medio de los cuestionamientos, la hegemonía izquierdista vuelve al poder boliviano tras su desaparición de un año. Su rearticulación es atribuible tanto a la dispersión inicial del voto de la derecha entre Camacho y Añez, y la tibieza e inoperancia con la que actuaron el gobierno transitorio y el Órgano Electoral, quienes no hicieron cumplir las leyes ante las violaciones en las que el MAS incurrió reiteradamente.

Además, la figura de Mesa, presentándose como un candidato de centro-izquierda, dialoguista y socialdemócrata, no le dio motivos a los bolivianos para no votar al MAS. Su salida del escenario político es una necesidad, si alguna vez la derecha pretende llegar al poder sin obstáculos y poder enfrentar cara a cara al socialismo chavista en Bolivia.

El socialdemócrata Carlos Mesa, cómplice de la vuelta del socialismo chavista a Bolivia.

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La Cámara Alta cuenta con una mayoría del MAS, que obtuvo 21 escaños, seguido de Comunidad Ciudadana, que obtuvo 11 escaños, mientras que Creemos obtuvo apenas 4 escaños. 

Cabe resaltar que para este periodo, el MAS perdió presencia respecto a la última elección legislativa, pasando de 25 senadores a 21, aunque requiere solo de 3 votos de la oposición para los 2/3 y aprobar cualquier reforma en el Senado.


Por su parte, en la Cámara de Diputados, el MAS posee la mayoría absoluta, con 73 escaños, pero no la suficiente para gobernar con aval Parlamentario. Por ende, deberán recurrir a la negociación con los partidos de oposición, que obtuvieron 57 escaños, 41 para Comunidad Ciudadana, y 16 para Creemos.

En esta elección, el MAS también perdió terreno respecto a la actual composición. De 86 diputados bajó a 73, y necesitará 13 votos de la oposición para hacer reformas de fondo.

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Crisis en Bolivia: El Banco Central informó las reservas más baja de la historia y el Riesgo País se disparó a los 2.140 puntos

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La prima de riesgo no deja de aumentar y ya supera a la de Argentina y Ecuador, en temor a una inminente devaluación del tipo de cambio que podría revaluar el costo de las deudas en dólares. Solo quedan US$ 2.147 millones en reservas netas en la autoridad monetaria boliviana, y el Gobierno socialista podría apostar por un cepo cambiario.

La crisis de divisas se hace cada vez más aguda en Bolivia, a medida que el Gobierno no toma medidas de corrección fiscal y el tipo de cambio fijo se hace imposible de mantener. El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el saldo de reservas netas correspondiente al mes de agosto fue de tan solo US$ 2.147 millones, la cifra más baja por lo menos en el último medio siglo.

La autoridad monetaria no tiene forma de mantener el tipo de cambio nominal sin alteración, a menos que el Gobierno socialista presidido por Luis Arce decida recurrir a un cepo cambiario similar al que aplica Argentina, pero esta maniobra pondría fin al régimen implementado en 2008.

De este cómputo informado, un total de US$ 1.629 millones se corresponden con las tenencias de oro, existe una posición de US$ 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEGs), y finalmente la tenencia estrictamente nominada en divisas (principalmente dólares) sólo alcanza los US$ 437,9 millones al cierre de agosto. Se estima que estas cifras no hicieron más que disminuir hasta el día de hoy.

Estas escalofriantes cifras precipitaron una disparada suba del Riesgo País, que alcanzó y superó los 2.140 puntos básicos según la medición de la firma JP Morgan. Es la segunda prima de riesgo más alta de la región latinoamérica, únicamente por detrás de los 18.000 puntos básicos que registra la dictadura chavista de Nicolás Maduro.

De hecho, la prima de riesgo de Bolivia ya supera a Ecuador (2.000 puntos) y a la Argentina (1.890 puntos), dos países que históricamente secundaron a Venezuela en los últimos años. También se encuentra muy por encima del riesgo de El Salvador, que se desplomó a sólo 700 puntos básicos tras la revaluación de reservas por la suba del Bitcoin y la consolidación de las finanzas públicas.

La tasa de Riesgo País tiene dos componentes principales, el más conocido es el riesgo por un incumplimiento (default), pero también existe el riesgo de devaluación que implica la revaluación automática de todas las obligaciones nominadas en divisas (tanto para el Estado como para el sector privado).

Este último componente es el que está detrás del aumento del riesgo crediticio de Bolivia, ya que el régimen cambiario parece a todas luces insostenible. La introducción de un cepo cambiario sólo afianzaría todavía más el aumento del riesgo, debido a que el Gobierno podría intervenir deliberadamente el giro de divisas para pagos al exterior (como ocurrió en la Argentina en los últimos 4 años).

Asimismo, el cepo cambiario podría abortar completamente el tenue crecimiento que todavía mantenía la economía boliviana, pese a ser el más acotado de los últimos 22 años. Por la vía de la devaluación (una posibilidad cada vez más cercana), el cambio de precios relativos podría volver a inclinar la balanza comercial hacia el superávit y la acumulación de divisas, pero el shock sobre la demanda interna podría provocar una recesión. 

En cualquier caso, el “milagro boliviano” de los últimos 20 años parece próximo a llegar a su fin. El socialismo del siglo XXI destruyó los cimientos fundamentales que habían dejado las reservas pro-mercado efectuadas entre la década de 1980 y 1990. La implosión del socialismo ante la lucha de poder entre Arce y Morales tampoco ayuda a alinear las expectativas con vista al futuro.

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Bolivia

Bolivia al borde del estallido: El Riesgo País se disparó por encima de los 2.000 puntos y se registra el crecimiento más bajo en 22 años

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La prima de riesgo en la economía boliviana no deja de crecer ante las expectativas de devaluación y el abultado déficit fiscal. La actividad económica comenzó a resentirse en la segunda mitad del año, y el 2023 podría finalizar con la expansión más baja observada desde 2001.

La implosión del Gobierno socialista de Luis Arce, como parte de una lucha interna con el exdictador Evo Morales, desencadenó una oleada de expectativas negativas que ya comienzan a repercutir en los mercados financieros.

La prima de Riesgo País elaborada por JP Morgan Stanley escaló por encima de los 2.000 puntos básicos, oficialmente la segunda tasa de riesgo más elevada de América Latina sólo por detrás de Venezuela. Bolivia superó a Ecuador y a Argentina en riesgo crediticio, un indicador que mide la diferencia con respecto al bono soberano del Tesoro estadounidense.

Para entender el por qué de esta situación es necesario considerar que el Riesgo País se compone de dos grandes pilares: el riesgo asociado a la devaluación de la moneda local, que llevaría a la revaluación automática de todas las deudas nominadas en dólares, y el riesgo que se explica por la posibilidad de default de la deuda. Desde ambas perspectivas, la situación del país andino es crítica.

El sistema cambiario de Bolivia es insostenible a través del tiempo: el Banco Central perdió la mayor parte de sus reservas (con la excepción de la posición de oro), y la balanza energética del país, principal componente de la balanza comercial boliviana, se torna cada vez menos favorable por la histórica reducción en la producción de gas estatal.

El tipo de cambio nominal lleva fijado (sin mayores alteraciones) desde el año 2008. El sistema permitió anclar la demanda de pesos a pesar de la emisión sin respaldo para financiar al fisco, pero solo a costa de dilapidar completamente las reservas internacionales durante años. Sin reservas, no hay posibilidad de sostener indefinidamente el tipo de cambio.

Por otra parte, el Gobierno socialista de Luis Arce no logró llevar a cabo los ajustes fiscales necesarios como para mitigar el riesgo de un incumplimiento crediticio. El déficit primario de Bolivia supera el 3,6% del PBI según las estadísticas del FMI, y el rojo financiero supera el 5,1% del producto.

El Gobierno trata de tapar la brecha fiscal por la vía del endeudamiento externo e interno, pero el stock de deuda pública total ya supera el 80% del PBI, y no parece sostenible si la prima de riesgo (que denota la confianza de los inversores) es la segunda más alta de la región.

Arce prometió una reforma tributaria para el 2024 con la mira puesta en trasladar el ajuste al sector privado, pero los mercados descreen de la magnitud en la corrección fiscal que pueda llegar a ser explicada por esta reforma.

Por otra parte, los bonos bolivianos sufren una volatilidad adicional asociada al riesgo político por la implosión del socialismo y el enfrentamiento de Arce y Morales por el poder en 2025. Desde el punto de vista de los inversores, el riesgo por suscribir títulos soberanos de Bolivia es cada vez mayor ante el posible regreso de una versión radicalizada de Evo Morales al poder.

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Bolivia

El eje del mal: Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Israel, Colombia y Chile retiran sus embajadores y Argentina presenta repudio

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El gobierno del socialista Luis Arce decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, y el presidente del MAS pidió incluso “declarar a Israel como un Estado terrorista”.

En medio de la ofensiva terrestre israelí sobre la Franja de Gaza en respuesta al ataque terrorista de Hamas del pasado 7 de octubre, Bolivia decidió romper relaciones con Israel, mientras que Colombia y Chile llamaron a consultas a sus respectivos embajadores, y la Argentina presentó un repudio formal contra el Estado judío.

En primer lugar, Bolivia anunció la ruptura total de relaciones diplomáticas con Israel este martes, producto de la “agresiva y desproporcionada ofensiva militar” contra la Franja de Gaza, la cual considera una amenaza de la paz y la seguridad internacionales.

En un comunicado oficial, el vicecanciller boliviano, Freddy Mamani Machaca, indicó que su Gobierno “ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza”.

Vamos a comunicar de manera oficial por los canales diplomáticos establecidos entre ambos países precisamente esta comunicación consecuente con los principios y propósitos de la carta de Naciones Unidas”, anunció el vicecanciller en conferencia de prensa.

Asimismo, Bolivia ha exigido “el cese de los ataques contra el pueblo palestino” y rechaza el “hostil” trato de Israel hacia las organizaciones internacionales encargadas de distribuir ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, señaló el vicecanciller.

Por su parte, María Nela Prada, ministra de la Presidencia y canciller interina, convocó a los “países hermanos” de Bolivia a “producir una acción colectiva” para lograr la pacificación en la región y “evitar un genocidio”. Esto, debido a los “crímenes de les humanidad contra el pueblo palestino” de los que acusa a Israel.

Un día antes, el presidente de Bolivia, Luis Arce, había pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que evite un “genocidio del pueblo palestino y allane una solución definitiva para que Palestina ejerza su derecho a la autodeterminación, a su territorio sin ocupaciones ilegales y consolide su propio Estado libre e independiente”.

En este sentido, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, que actualmente preside el órgano, se mostró muy crítico con la actuación del Consejo de Seguridad: “Desde el 7 de octubre nos hemos reunido varias veces y hemos votado cuatro resoluciones. Sin embargo, seguimos estancados, debido a desacuerdos internos, sobre todo entre los miembros permanentes”, afirmó el canciller de Brasil; y agregó que “Todo el mundo está viendo nuestra incapacidad para unirnos y responder a una crisis que nos desafía”.

Las autoridades bolivianas anunciaron la ruptura con Israel tras una reunión entre el presidente Luis Arce y el embajador palestino en Bolivia, Mahmoud Elalwani. El mandatario boliviano “rechazó los crímenes de guerra que se cometen en Gaza” y contó que le expresó su solidaridad al embajador y a todo el pueblo boliviano.

Por su parte, Hamas festejó en un comunicado el martes el anuncio de Bolivia expresando su “gran estima” por la decisión que tomó frente al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, e instó “a los países árabes que han normalizado sus relaciones” con Israel a hacer lo mismo.

Tras el anuncio de Bolivia, Chile y Colombia tomaron cartas en el asunto y llamaron a consultas a sus embajadores en Israel como muestra de rechazo a la ofensiva terrestre israelí, la cual es producto del ataque terrorista que Hamas lanzó el pasado 7 de octubre, y que acabó con la muertes de más de 1.400 personas en Israel, y dio pie al secuestro de, por lo menos, otras 230.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, informó a través de su cuenta de X que llamó a su embajadora a consultas alegando que, “Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino, no podemos estar allá”. La llamada a consultas, dentro del ámbito diplomático, representa una señal de protesta más dura que una simple declaración oficial.

Por su parte, Gabriel Boric, presidente de Chile, escribió en su cuenta de X que, “Ante las inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la franja de Gaza, como Gobierno de Chile hemos resuelto llamar en consultas a Santiago al embajador de Chile en Israel, Jorge Carvajal”.

El presidente chileno agregó que “Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza- no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional, como lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños”.

Cabe recordar que Bolivia expulsó al embajador israelí en 2009 durante la presidencia de Evo Morales con motivos de otro conflicto entre Israel y Hamas; y que las relaciones fueron recién restablecidas durante el gobierno de Jeanine Áñez entre 2019 y 2020.

En este sentido, el expresidente Evo Morales ha pedido a Luis Arce una condena más firme contra Israel. Sin embargo, tras la decisión del gobierno actual, Morales sentenció que la ruptura de relaciones “no es suficiente”. Bolivia “Debe declarar al estado de Israel como un estado terrorista”, escribió en su cuenta de X.

Por su parte, la Cancillería de Argentina se sumó a la posición de Boric y Petro, y a través de un comunicado firmado por el gobierno de Alberto Fernández y Sergio Massa, condenaron la respuesta israelí al ataque terrorista de Hamás.

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