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Venezuela

Víctor Vargas, el banquero del socialismo latinoamericano

Según una investigación pedida por algunos diputados de la oposición, el banco del venezolano Víctor Vargas está involucrado en casos de corrupción del chavismo, de la oposición y hasta con los Kirchner en Argentina. Quién es el banquero del socialismo latinoamericano.

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La semana pasada, nuestros colegas de Panam Post informaron que diputados opositores entorpecieron investigaciones sobre el Banco Occidental de Descuentoacusado por estafas y relaciones con el chavismo.

El Banco Occidental de Descuento (BOD) es una entidad financiera venezolana y uno de los bancos más importantes del país, a cargo de Víctor Vargas, empresario multimillonario con relaciones muy estrechas con el chavismo.

El BOD está acusado por algunos diputados opositores al régimen de Maduro de haber lavado dinero para políticos de la dictadura y para diversas empresas, entre ellas Odebrecht. Además, su presidente está acusado de estafador.

«Yo estoy solicitando esta investigación contra Víctor Vargas por dos razones: hay fuertes acusaciones de depositantes de sus bancos por estafas millonarias; y además tenemos información de que Odebrecht está vinculado; la otra razón es que queremos tener acceso a toda la data, porque queremos saber qué empresas públicas pasaron por sus bancos. Sabemos que se emitió dinero a Europa y podríamos estar ante un caso de lavado de dinero«, dijo el diputado Montoya al PanAm Post.

Julio Montoya, que pertenece al partido opositor Primero Justicia, no pudo hacer esta denuncia en la última sesión de la Asamblea Nacional antes de que Maduro decretara la cuarentena, ya que cuando pidió la palabra, otro importante partido opositor le denegó la intervención y no pudo exponer su propuesta para investigar al banco.
Una vez terminado el plenario, la petición del diputado Montoya, en vez de quedar para ser discutida en la Asamblea en el futuro, fue referida a la Comisión de Contraloría.

Al ser consultado al respecto, el presidente de la Comisión, y también diputado del opositor de La Causa R, José Prat, dijo:

«Julio Montoya propuso el tema y se decidió en la Comisión, por unanimidad, solicitar la creación de una comisión mixta porque este era un caso que contemplaba estafa y lavado».

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La Comisión llegó a sesionar antes del parate legislativo por el coronavirus, y el Panam Post tuvo acceso a un audio de esta reunión en la que se escucha a otros diputados de la oposición debatir sobre el tema. En esta discusión parece que nadie quería ir tras este caso, inventando excusas poco creíbles para llegar a un acuerdo falso y cajonear la investigación. El diputado Freddy Guevara, del partido Voluntad Popular, dijo lo siguiente en el audio:

«fundamentalmente, la Comisión de Contraloría tiene que ver con fondos públicos. Ya el tema financiero, por la noción que tengo, intuyo que tiene que ir a otras comisiones. Creo que se debe reforzar bien cuál es el objeto de la investigación; al menos de que yo esté equivocado (…) Creo que la parte de la quiebra o la estafa a pequeños ahorristas van más bien a otras comisiones».


En el mismo audio se escucha a Montoya,
 diputado impulsor de esta investigación, defender a la causa.

«Yo solicito que esta investigación se mantenga en la Comisión de Contraloría, porque yo creo que estamos en medio de una gran operación de corrupción, de lavado de dinero proveniente de funcionarios públicos, sectores militares, de empresas como Odebrecht».

Julio Montoya, famoso por sus intervenciones en la legislatura, cuando en 2017 sacó cómicamente una larga lista enumerando los casos de corrupción de la dictadura


Por último, Montoya, agregó:

«los venezolanos están esperando justicia en un momento tan complicado de la historia. La Comisión de Contraloría debe ponerse al lado de este tipo de investigaciones donde privados y públicos se pusieron de acuerdo para estafar a los venezolanos».

Evidentemente, el alcance de la corrupción en Venezuela no termina en los allegados de Maduro y de su partido, el PSUV, sino que múltiples partidos, que forman la supuesta oposición, tienen intereses cruzados y buscan defenderse a sí mismos de su propia corrupción.

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Lo más interesante del caso BOD es que María Victoria Vargas Santaella, la hija del banquero, está casada con Francisco D’Agostino, que es hermano de la esposa de Henry Ramos Allup, el ex-presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela en el año 2016 por el partido izquierdista Acción Democrática, opositor al régimen de Maduro.

Esta relación no es solamente de sangre; Víctor Vargas integró a Francisco D’Agostino activamente en la gestión de las empresas financieras del Grupo BOD. 

También su otra hija, María Margarita Vargas Santaella esta casada con Luis Alfonso Borbón, un aristócrata y empresario español, bisnieto del presidente español Francisco Franco que además cuenta en su linaje al rey Alfonso XIII de España, lo que lo hace pretendiente legítimo al trono de Francia bajo el título de Luis XX. 

Además de su ciudadanía española, Luis Alfonso adquirió la nacionalidad francesa a través de su abuela paterna, Emanuela de Dampierre.

Luis Alfonso Borbón y su esposa María Margarita 

Los lazos entre la familia del banquero Vargas y la alta dirigencia de la oposición en Venezuela y algunos grupos de poder en Europa es extensa. Parece que, si la causa del BOD se termina investigando a fondo, pueden caer políticos no sólo chavistas, sino que también de la oposición y de la élite europea.

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¿Por qué amerita investigar al Banco Occidental de Descuento?

El BOD tiene un extenso historial de corrupción pero, a pesar de las múltiples investigaciones, es una de las entidades mejor blindadas de Venezuela.

Un artículo publicado en octubre del 2019 por el Panam Post, escrito por Sabrina Martín, revela que el BOD vendió dólares en Venezuela a un precio preferencial durante el cepo; ahora los clientes no pueden retirar su dinero. O séase, la entidad bancaria decidió captar clientes, venderles dólares a cambio de todos sus ahorros y posteriormente impedirles o complicarles el retiro de su dinero.


La entidad financiera tiene filiales en diferentes países
, que juntos al Banco Occidental de Descuento formarían el Grupo Financiero BOD. Están el AllBank en Panamá, el BOI Bank en Antigua y Barbuda, el Banco del Orinoco en Curazao y Bancamérica en República Dominicana.


AllBank fue intervenida
 el 12 de septiembre del 2019 por las autoridades financieras de Panamá. Ese mismo día, el Banco Central de Curazao reveló la decisión de retirar la licencia de operaciones al Banco del Orinoco denunciando que, en reiteradas oportunidades, utilizaron documentos falsos para engañar y defraudar al sistema bancario del país, así como también por violar la normativa legal relativa al lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Víctor Vargas, el banquero de Chávez

El medio El Navío reseña en su página el esquema por el cual Víctor Vargas se enriquecía a través de sus relaciones con el chavismo.

«Ese Estado ya no puede seguir tapando despilfarro con más despilfarro. Al grupo de Vargas le ocurre algo similar. Cuando se acabó el esquema que montó Chávez que incluía un sistema cambiario oscuro más el modelo de endeudar a la República con voluminosas emisiones de bonos, notas estructuradas, productos financieros, porque los miles millones de millones de dólares que recibió por ingresos petroleros no le eran suficientes para financiar su delirio de líder mundial y eterno, el modelo de Vargas también comenzó a sufrir. El esquema de Chávez favorecía el modus operandi de conexiones y favoritismos. Ese modelo produce dinero. Mucho dinero. Pero hay el riesgo de que la fiesta del dinero aniquile el negocio«, reseña la página El Navío.

Según uno de los altos ejecutivos del BOD, que abandonó la empresa allá por el principio del gobierno de Chávez, 

«Vargas nunca hizo banca. Se fue por lo más fácil. Dependía del rendimiento de los bonos de la República y PDVSA, y con eso pagaba los altos intereses que ofrecía a los depositantes en dólares del Banco del Orinoco. Ese esquema se trancó. No obstante, los demás banqueros se anticiparon. Anticiparon el default que iba a llegar. Que llegó con Nicolás Maduro y actuaron. Eso arroja una idea del tipo de gerencia de que dispone Vargas”, se lee en El Navío.

Carlos Tablante, ex-ministro de la presidencia antes del chavismo, ha hablado largo y tendido sobre Víctor Vargas, que denuncia que pasó de banquero a operador político del régimen chavista en menos de 2 años. A partir de ese lazo, estableció fuertes conexiones con los ministros de Finanzas de Chávez, Tobías Nóbrega, Nelson Merentes, quien también fue presidente del Banco Central de Venezuela, y con el ex-tesorero nacional y confidente de Chávez, Alejandro Andrade, hoy preso en los Estados Unidos, confeso de operaciones fraudulentas por más de 1.000 millones de dólares.

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Argentina: la otra cara del escándalo. De Néstor Kirchner a Hugo Chávez

Como operador político, Víctor Vargas fue el primero en romper el hielo en las negociaciones con los Bonos del Sur, aquellos con los que Chávez financió al gobierno de Néstor Kirchner entre 2006 y 2007, y con el que ambos ex-presidentes, ahora difuntos, beneficiaron su propio patrimonio personal.

Los Bonos del Sur, elaborados por Argentina y Venezuela, son un instrumento financiero mixto compuesto por Deuda Pública Nacional de varios países sudamericanos que se ponen de acuerdo, según sus necesidades, para emitir estos papeles de deuda en los mercado financieros, de manera hacerlos más atractivos a los inversionistas.

Específicamente, el caso de corrupción más importante, devino por la compra de bonos BONDEN 2012 en el año 2006.

En Venezuela, la venta de estos bonos colocados a un precio del dólar oficial con cepo en banco locales y su venta al precio del dólar blue en bancos de Nueva York dio groseras ganancias a muchos bancos del país, entre ellos el BOD. El único perdedor de este artilugio fue el Estado venezolano, que terminó vaciando sus arcas públicas. 
Todo este entramado se dio a conocer al público tras la confesión en 2018 de Claudio Uberti, representante especial de los Kirchner en Venezuela durante esos años. Uberti implicó al ahora ex-presidente del Deustch Bank en Argentina, Alfredo Mclaughlin y a los representantes del gobierno chavista, el ex-ministro y ex-presidente de la petrolera PDVSA, Rafael Ramírez, y al ex-presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes. como los artífices y negociadores de esta trama de corrupción, en nombre de Néstor y Hugo Chávez. 

Alfredo Mclaughlin, presidente del Deustch Bank en Argentina durante la crisis del 2001

Según reveló la ex-presidente, CFK, en su libro Sinceramente, Mclaughlin los ayudó a enviar sus ahorros a través del banco alemán a Nueva York cuando en Argentina el gobierno impuso el corralito. En 2003 fue galardonado con el puesto de secretario de Finanzas argentino y luego como representante ante el FMI. Durante todos estos años armó uno de los mayores entramados de corrupción de la historia de latinoamérica.

A día de hoy, este caso no ha sido permitido entrar a la justicia en Venezuela, y en Argentina la causa sigue abierta y las investigaciones en curso.
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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la «paz y estabilidad política, social y económica» en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un «golpe antidemocrático«.

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la «paz política» en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a «valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)«.

A pesar de las «declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración», la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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