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Afganistán

Los motivos que generaron el desplome del Ejército afgano

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La avasalladora victoria del movimiento talibán fue posible gracias a la poca resistencia que ofrecieron a todas luces las fuerzas del Ejército afgano, que pareció desvanecerse en el aire.

El presidente estadounidense, Joe Biden, expuso el lunes (16.08.21) su visión de lo ocurrido en Afganistán. Básicamente justificó su decisión de retirar las tropas de ese país y culpó a los líderes afganos por no haber resistido el avance talibán las pasadas semanas. «La verdad es que esto ocurrió más rápidamente de lo que habíamos previsto. ¿Qué sucedió? Los líderes políticos de Afganistán cedieron y abandonaron el país. Los militares se rindieron, a veces sin intentar combatir”, dijo Biden. «Las tropas estadounidenses no pueden y no deben combatir y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a librar por sí mismas”, agregó.

De todas maneras, para muchos observadores es un enigma cómo el Ejército afgano, que fue entrenado y equipado por Estados Unidos durante dos décadas, pudo rendirse tan rápidamente a la milicia talibán. Máxime teniendo en cuenta que esta tiene aproximadamente 80.000 combatientes, mientras que el Ejército del defenestrado gobierno contaba con más de 300.000 soldados.

La falta de respaldo aéreo de la OTAN

Luego de este debacle puede haber varias razones. La fuerza aérea fue un factor muy importante en las operaciones contra los talibanes en las pasadas dos décadas. Las fuerzas afganas pudieron contar siempre con el respaldo aéreo de la OTAN y Estados Unidos. Con la retirada de los aliados, los militares afganos perdieron un elemento crucial en el campo de batalla.

Mohammad Shafiq Hamdam, un experto en seguridad radicado en Kabul, explicó a DW que las fuerzas de seguridad afganas eran financiera y militarmente dependientes de Estados Unidos y quedaron en una situación expuesta y vulnerable a medida que avanzaba la retirada.

Ejército afgano desmoralizado

Sin embargo, no hay que olvidar que Washington gastó cerca de 83.000 millones de dólares en entrenar y equipar a los militares afganos, de modo que las tropas locales deberían haber tenido capacidad suficiente, al menos en el papel, para hacer frente a los talibanes.

Analistas consideran que la desmoralización y la corrupción fueron dos razones relevantes del colapso del Ejército. Muchos vieron en el acuerdo de Doha una señal de que Estados Unidos ya no estaba interesado en Afganistán. Cuando Biden reemplazó a Trump, algunos oficiales alimentaron la esperanza de que el nuevo presidente les daría más tiempo, pero este mantuvo el plan de retirada y los aliados de Estados Unidos lo secundaron con rapidez.

De acuerdo con un reporte del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU., el Ejército afgano fue incapaz de suministrar elementos vitales, como alimentos y municiones, a los soldados emplazados en diversas partes del país. El informe agrega que «la mayor parte de las tropas optó por hacer tratos con los talibanes, rendirse, o simplemente esfumarse, en lugar de arriesgar sus vidas por una causa perdida”. Y apunta que «algunas unidades afganas combatieron duramente”.

Corrupción en el Ejército

Organizaciones no gubernamentales y grupos de investigación informaron repetidamente sobre la rampante corrupción en el gobierno de Ashraf Ghani. De acuerdo con la serie «Afghanistan Papers” del Washington Post, de los 352.000 soldados y policías registrados como miembros de las fuerzas de seguridad afganas, solo 254.000 pudieron ser confirmados por el antiguo gobierno. Según el periódico, algunos comandantes no solo crearon «soldados fantasmas” para engrosar las nóminas, sino que escatimaron el pago de los soldados y no les suministraron lo necesario.

Analistas consideran que los esfuerzos estadounidenses por poner coto a la corrupción en Afganistán fueron tibios e inefectivos.

El factor de la motivación

Otra razón del colapso del Ejército fue la falta de una causa común, teniendo en cuenta que la lealtad a una tribu o una región prevalece en Afganistán sobre el sentido de lealtad al gobierno central de Kabul. El movimiento talibán, por el contrario, está unido por una ideología fundamentalista islámica.

Desde 2001, cuando Estados Unidos invadió Afganistán y puso fin al régimen talibán, los islamistas sostuvieron que no abandonarían su ideología islámica y llegarían hasta las últimas consecuencias para expulsar a los «imperialistas occidentales” e invasores del país.

Afganistán

Los talibanes buscan implementar un plan de vigilancia masiva con la colaboración de China a través de Huawei

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El gobierno talibán está intentando implementar un plan de vigilancia urbana de gran escala retomando un plan estadounidense de años antes de su retirada en 2021, y parece que Huawei es la empresa elegida para colaborar.

Los talibanes están creando una red de vigilancia a gran escala a través de la conexión de cámaras inteligentes en varias ciudades afganas, lo cual podría implicar la reutilización de un plan elaborado por los estadounidenses antes de su retirada de 2021, confirmó a la agencia de noticias Reuters, el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Abdul Mateen Qani.

La administración talibán, que ha manifestado públicamente que está enfocada en restaurar la seguridad y tomar medidas drásticas contra el Estado Islámico en el Gran Jorasán (ISIS-K, por sus siglas en inglés), aparentemente ha iniciado conversaciones Huawei, fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, sobre una posible cooperación.

La prevención de ataques de grupos terroristas, fundamentalmente del ISIS-K, es uno de los puntos clave a resolver para mejorar la relación de los talibanes con muchas naciones extranjeras, incluidos Estados Unidos y China. Pero el modelo de vigilancia serviría para espiar a toda la población, indiscriminadamente.

El nuevo sistema de vigilancia, que implicará un enfoque en «puntos importantes» en Kabul y otras ciudades, es parte de una nueva estrategia de seguridad que tardará cuatro años en implementarse por completo, aseguró Qani, pero que podría ponerse en marcha tan rápido como este año.

«En este momento estamos trabajando en un mapa de seguridad de Kabul, que está siendo completado por expertos en seguridad y está tomando mucho tiempo», afirmó. «Ya tenemos dos mapas, uno que fue hecho por Estados Unidos para el gobierno anterior y el segundo por Turquía«.

No obstante, los detalles de cómo los talibanes pretenden expandir y administrar la vigilancia no se han informado aún, al igual que la fuente de la cual obtuvieron los mapas estadounidense y turco, lo cual ha traído la crítica de varios grupos defensores de los derechos humanos debido a que una mayor vigilancia podría utilizarse para restringir los derechos de determinadas personalidades en el país.

Los talibanes niegan rotundamente que un sistema de vigilancia mejorado violaría los derechos de los afganos. No solo relacionados a los derechos humanos, de privacidad, si no algunos especulan que viola la religión islámica. Sobre esto, el portavoz del Ministerio del Interior confirmó que el sistema sería operado de acuerdo con su interpretación de la Sharía.

En reacción al tema, Qani dijo que los talibanes tuvieron una «simple charla» sobre la posible red con Huawei en agosto, pero que aún no se había alcanzado ningún contrato definitivo.

Una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que no estaba al tanto de discusiones específicas, pero agregó que «China siempre ha apoyado el proceso de paz y reconstrucción en Afganistán”, y que apoyará a las empresas chinas que busquen cooperar en relación a ello.

Cuando las fuerzas internacionales lideradas por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) comenzaron a retirarse en enero de 2021, el entonces vicepresidente Amrullah Saleh dijo que su gobierno implementaría una gran actualización del sistema de vigilancia con cámaras de Kabul, alegando que existía un plan de 100 millones de dólares respaldado por la OTAN.

Con relación a este nuevo anuncio del gobierno talibán, Saleh salió a decir a Reuters que «el acuerdo que habíamos planeado a principios de 2021 era diferente» y que la «infraestructura» para el plan de 2021 había sido destruida.

La discusión con Huawei tiene lugar varios meses después de que China se reuniera con Pakistán y el ministro de Relaciones Exteriores interino de los talibanes, después de lo cual las partes enfatizaron la cooperación en la lucha contra el terrorismo.

Actualmente, China es la principal fuerza que juega en el recientemente creado Califato afgano, tras el vacío de poder que dejó Estados Unidos cuando se retiró ante el avance talibán en 2021.

Bajo ese contexto, China busca que los talibanes corten su apoyo al Movimiento Islámico de Turkestán Oriental (ETIM), una organización separatista que tiene presencia en la región occidental de Xinjiang, y que el gobierno talibán caiga en la trampa de la deuda comunista.

Huawei, el gigante chino en telecomunicaciones

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Afganistán

A pesar de las discusiones con la ONU, los talibanes mantendrán la prohibición sobre la educación de las mujeres en Afganistán

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Luego de que los talibanes afirmaran que mantendrán la prohibición sobre la educación de las mujeres de Afganistán, el ex presidente del país, con ocasión de la celebración del Día de la Independencia del país asiático, llamó al gobierno a devolver a las mujeres afganas sus derechos.

En conmemoración del Día de la Independencia de Afganistán, el cual se celebra todos los 19 de agosto, el ex presidente, Hamid Karzai, ha hecho un llamamiento al gobierno talibán para que permita la educación de las mujeres en todos los niveles, incluidas las universidades.

«Los afganos deben educar a todos sus hijos, tanto niños como niñas«, dijo el presidente afgano previo a la caída del país en manos de los talibanes. Cabe resaltar que, desde que recuperaron el poder, los talibanes han restringido considerablemente los derechos y libertades de las mujeres y las niñas.

En la celebración del 104 aniversario de la liberación de Afganistán del dominio británico, los talibanes expresaron, a través de una declaración oficial, su compromiso inquebrantable con los principios religiosos y culturales, afirmando enfáticamente su intención de salvaguardar su gobierno de la interferencia externa.

Previamente, con motivo del segundo aniversario de la toma del poder por parte de los talibanes, celebrado el pasado 15 de agosto, el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, dijo que el gobierno no tienen planes de levantar la prohibición sobre la educación de las niñas.

En una entrevista con The Associated Press, Mujahid descartó cualquier pregunta sobre las restricciones a las niñas y las mujeres, dejando clara su renuencia a profundizar en las discusiones sobre la educación femenina, informa Afghanistan Times.

Mujahid argumentó que su renuencia no se basaba en una oposición a la educación femenina, sino más bien en la necesidad de recursos y tiempo adicionales para implementar entornos de aprendizaje segregados por género de acuerdo con su interpretación de la Sharía, o ley islámica. Mujahid también reconoció que, frente a discrepancia entre distintos eruditos religiosos talibanes, se debe buscar el consenso antes de actuar.

Hamid Karzai, ex presidente de Afganistán

Desde que los talibanes regresaron al poder el 15 de agosto de 2021, la vulneración de los derechos de las mujeres se ha convertido en uno de los puntos más controversiales de su mandato. Las mujeres han perdido muchos de sus derechos fundamentales, lo que ha llevado a varios analistas políticos a calificar la situación como una suerte de Apartheid» de género.

No solo se mantiene en pie la prohibición para que las niñas asistan a la escuela después del sexto grado, sino que se ha limitado severamente el acceso de las mujeres a la educación en todos los niveles, al empleo y a la política, sumado a las restricciones en la misma aparición en público.

En cuanto al traslado de un lado a otro, deben hacerlo acompañadas de un hombre, según informa Radar Internacional. En su tiempo libre, por otro lado, las mujeres pueden ver series de televisión, siempre y cuando sean nacionales, aunque ellas no pueden aparecer en la pantalla. Además, los talibanes han determinado cerrar los centros de belleza

Reflexionando sobre los dos años de su gobierno, Mujahid elogió la conducta responsable del gobierno y enfatizó en el anhelo de armonía y unidad de los afganos. Además, el portavoz talibán desalentó la rebelión interna y llamó al orden.

Imagen ilustrativa del código de vestimenta al que las mujeres afganas deben someterse

En cuanto al reconocimiento internacional, Mujahid restó importancia a las preocupaciones sobre el aislamiento debido a las restricciones impuestas a las mujeres y niñas. Asimismo, destacó las interacciones oficiales de los talibanes con varias naciones, incluidas China, Rusia y los países vecinos, sugiriendo que el mantenimiento de las embajadas y de las relaciones económicas constituían el reconocimiento de la legitimidad de su gobierno.

Los talibanes ascendieron al poder el 15 de agosto de 2021, coincidiendo con la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN después de dos décadas de conflicto.

Para conmemorar este aniversario, el martes 15 de agosto fue designado día festivo, aunque las mujeres se abstuvieron de participar. En Kandahar, lugar de nacimiento de los talibanes, el personal militar posó junto a vehículos blindados, mientras que los ciudadanos celebraban con banderas y armas.

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Afganistán

El líder supremo talibán advierte a sus combatientes que por favor no hagan atentados terroristas en el extranjero

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Luego de un atentado mortal en la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán perpetrado por terroristas del Estado Islámico en el Gran Jorasán, el líder supremo talibán ha advertido a sus combatientes de que no lleven a cabo ataques fuera de las fronteras afganas.

Hibatullah Akhundzada, líder supremo del Emirato Islámico de Afganistán, advirtió a los talibanes que no lleven a cabo ataques terroristas en el extranjero, confirmó Mohammad Yaqoob Mujahid, nuevo ministro de Defensa talibán, pocos días después de que autoridades pakistaníes afirmaran que los afganos estaban involucrados en una serie de ataques suicidas dentro de Pakistán.

Mohammad Yaqoob Mujahid dijo en un discurso a miembros de las fuerzas de seguridad de Afganistán, transmitido por la televisión estatal el sábado, según informa Arab News, que luchar fuera de Afganistán no puede ser considerado como «yihad», sino más bien como un acto de “guerra”, lo cual ha sido prohibida por el líder supremo talibán.

«Si alguien sale de Afganistán con el objetivo de la yihad, no se llamará yihad«, dijo Akhundzada, citado por Mujahid. «Si el emir impide que los muyahidines (combatientes) vayan a la batalla y todavía lo hacen, esto es guerra, no yihad«.

Las declaraciones se producen después de que Islamabad dijera que los militantes detrás de una serie de ataques suicidas en Pakistán estaban siendo ayudados por «ciudadanos afganos» al otro lado de la frontera, tras un atentado mortal reivindicado por el grupo Estado Islámico en el Gran Jorasán (ISIS-K, por sus siglas en inglés) cerca de la frontera compartida entre ambos países.

Recordemos que una poderosa bomba explotó en medio de un evento político organizado por partidarios de Maulana Fazlur Rehman, un clérigo de línea dura pro talibán hace una semana en el distrito noroccidental de Bajaur, Pakistán, en la frontera con Afganistán, acabando con la vida de, por lo menos, 44 personas e hiriendo a casi 200.

El incidente ocurrió durante la convención de trabajadores del partido Jamiat Ulema Islam (JUI-F), dirigida por el mismo Maulana Fazlur Rehman, en las afueras de Khar, la capital del distrito de Bajur. Rehman, conocido por su postura a favor de los talibanes afganos, lidera un partido político que forma parte del gobierno de coalición en Islamabad, capital pakistaní.

Efectivos de rescate ayudan a trasladar a los heridos hacia el hospital

El grupo terrorista ha estado activo en el vecino Afganistán tras la caída del gobierno del presidente Ashraf Ghani y la asunción de los talibanes al poder. Cabe recordarse que el ISIS-K se opone a la administración talibán de Afganistán, además de que muchos de sus miembros han logrado cruzar la porosa frontera montañosa y esconderse en el área de Peshawar.

Bajaur supo ser un refugio para militantes islámicos hasta los últimos años, cuando el ejército pakistaní lanzó operaciones significativas para eliminar la militancia de la zona. A pesar de estos esfuerzos, los terroristas de ISIS-K continúan atacando a las fuerzas de seguridad y a los civiles, perpetuando la violencia en la región.

El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, no llegó a acusar al gobierno talibán de Afganistán de permitir a sabiendas ataques desde su territorio, pero sí dijo que los militantes pakistaníes estaban operando desde «santuarios» en el país vecino.

Desde que los talibanes volvieron al poder en Afganistán hace dos años luego de la retirada estadounidense, Pakistán ha sido testigo de un aumento crítico de ataques terroristas, fundamentalmente centrados en sus regiones fronterizas occidentales, reivindicados tanto por el aliado talibán afgano Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) como por su rival IS.

Formado en 2007 por militantes pakistaníes que se separaron de los talibanes afganos para centrar su lucha en Islamabad, el TTP ha librado desde entonces una sangrienta campaña de bombardeos y ataques varios en todo el territorio de Pakistán.

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