Arabia Saudita
China logra un acuerdo histórico entre Irán y Arabia Saudita: Las naciones en guerra fría acuerdan reanudar relaciones diplomáticas.
Irán y Arabia Saudita, históricos rivales regionales, han acordado reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir las embajadas dentro de dos meses gracias a la mediación de Beijing.

Sin la participación del gobierno de Estados Unidos, país que está lidiando con un malestar interno por su involucramiento en la guerra en Ucrania, China logró un acuerdo histórico entre los dos rivales históricos de Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita, dos naciones cuyas relaciones habían estado empeorado progresivamente desde la Revolución Islámica de 1979 en Irán.
El régimen chiíta con sede en Teherán y el reinado sunita con sede en Riad, dejaron de lado sus diferencias políticas, económicas y religiosas y acordaron este viernes restablecer relaciones diplomáticas plenas y reabrir sus embajadas en un período de dos meses.
Las embajadas habían sido retiradas siete años atrás cuando la hostilidad entre las naciones se volvió irreversible, lo cual generó un fuerte terremoto contra la estabilidad y la seguridad en el Golfo, y contribuyó en profundizar los conflictos en el Oriente Medio.
El acuerdo fue anunciado después de cuatro días de conversaciones previamente no reveladas en Beijing, sede de este tratado histórico que reunió altos funcionarios de seguridad de las dos potencias rivales, la árabe y la persa.
Teherán y Riad alcanzaron un acuerdo “que incluye reanudar las relaciones diplomáticas entre ambos y reabrir sus embajadas y misiones diplomáticas dentro de un periodo que no exceda los dos meses”, según se lee un comunicado conjunto emitido por Irán, Arabia Saudita y China.
“El acuerdo incluye su afirmación del respeto a la soberanía de los estados y la no injerencia en los asuntos internos“, incluyó el mismo. Un punto extremadamente importante ya que ambas naciones estaban en pleno conflicto intentado imponer su agenda sobre la otra en el resto de los países de la región.
Además, en el acuerdo, que fue firmado por el principal funcionario de seguridad de Irán, Ali Shamkhani, y el asesor de seguridad nacional de Arabia Saudita, Musaad bin Mohammed al-Aiban, se decidió reactivar un acuerdo de cooperación de seguridad que había sido firmado en 2001, así como otro pacto anterior sobre comercio, economía e inversión.
“También acordaron implementar el Acuerdo de Cooperación en Seguridad entre ellos, que se firmó el (…) 17/4/2001, y el Acuerdo General de Cooperación en los Campos de la Economía, el Comercio, la Inversión, la Tecnología, la Ciencia, la Cultura, el Deporte y la Juventud, que se firmó el (…) 27/5/1998“, agregó la declaración trilateral.
Riad, Teherán y Beijing “expresaron su entusiasmo por ejercer todos los esfuerzos para mejorar la paz y la seguridad regionales e internacionales”, continuó el comunicado conjunto.

Los medios estatales iraníes publicaron imágenes y videos de Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, con el asesor de seguridad nacional saudí, Musaad bin Mohammed al-Aiban, y Wang Yi, el canciller y diplomático de más alto rango de China.
“Después de implementar la decisión, los ministros de Relaciones Exteriores de ambas naciones se reunirán para prepararse para un intercambio de embajadores“, aseguró la televisión estatal iraní.
En las imágenes transmitidas por los medios iraníes, Wang ofreció “felicitaciones de todo corazón” por la “sabiduría” de los dos países. “Ambas partes han mostrado sinceridad“, señaló, agregando que “China apoya plenamente este acuerdo“.
Como mediador de “buena fe” y “confiable”, China ha cumplido fielmente sus deberes como anfitrión del diálogo, y ha logrado poner a las dos naciones de su lado al mismo tiempo, algo que Estados Unidos intentó por décadas pero desde 1979 no podía.
Adicionalmente, el máximo diplomático de China describió el acuerdo como una victoria para el diálogo y la paz, y agregó que Beijing continuará desempeñando un papel constructivo para abordar los difíciles problemas globales.
La agencia estatal de noticias iraní IRNA citó a Shamkhani calificando las conversaciones en Beijing como “claras, transparentes, integrales y constructivas”, y ya comenzó la fuerte propaganda en los medios persas para convencer a la población que su enemigo jurado, Arabia Saudita, ahora no es tan malo.
“Eliminar los malentendidos y los puntos de vista orientados al futuro en las relaciones entre Teherán y Riad definitivamente conducirá a mejorar la estabilidad y la seguridad regionales, así como a aumentar la cooperación entre las naciones del Golfo Pérsico y el mundo del Islam para manejar los desafíos actuales“, dijo Shamkhani.

La noticia cayó como un baldazo de agua fría en la Casa Blanca, quienes están hace tiempo intentando mejorar las relaciones con ambos países por separado. Por un lado, Biden intentó mejorar las relaciones con Arabia Saudita para que el país líder del OPEP aumente su producción de petróleo y permita una reducción del precio del barril internacional. A pesar de reiterados intentos con un viaje personal del presidente demócrata a Riad, no tuvo éxito.
Luego, desde su vuelta al poder en 2021, el Partido Demócrata está intentando restaurar el pacto nuclear con Irán, pero las protestas que estallaron en el país islámico tras el asesinato de Mahsa Amini por no estar utilizando el hijab socavaron estos esfuerzos.
Externamente, el gobierno demócrata intentó mantener la compostura, y esta mañana tras el anuncio, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos está al tanto de los informes de que Irán y Arabia Saudita han reanudado las relaciones diplomáticas y dan la “bienvenida” a las nuevas relaciones bilaterales.
“En términos generales, damos la bienvenida a cualquier esfuerzo para ayudar a poner fin a la guerra en Yemen y reducir las tensiones en la región de Medio Oriente“, dijo el portavoz a la agencia de noticias Reuters. “La desescalada y la diplomacia junto con la disuasión son pilares clave de la política que el presidente Biden describió durante su visita a la región el año pasado“.
No obstante, el hecho de no participar en las negociaciones para alcanzar un acuerdo histórico de este tipo ha dejado muy preocupado al gobierno de Estados Unidos, cuyos lazos estratégicos de larga data con Arabia Saudita se han tensado bajo la administración de Biden, quien criticó fuertemente durante su campaña electoral al reino saudí por su participación en la muerte del periodista Jamal Khashoggi, la guerra en Yemen y, más recientemente, los lazos con Rusia y el recorte de la producción de petróleo de la OPEP+ en busca de aumentar los precios del crudo. En contraste, los crecientes lazos de Arabia Saudita con China se destacaron por la visita de alto perfil del presidente Xi Jinping hace tres meses.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, visitó Beijing el mes pasado, y el dictador chino, Xi Jinping, estuvo en Riad en diciembre para asistir a reuniones con naciones árabes del Golfo, las cuales resultaron cruciales para el suministro de energía de China. Cabe recordar que China es uno de los principales compradores de petróleo saudí.
Un alto funcionario de seguridad iraní dijo que el acuerdo del viernes había sido respaldado por el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. “Es por eso que Shamkhani viajó a China como representante del líder supremo“, dijo el funcionario a Reuters. “El establishment quería demostrar que la máxima autoridad en Irán respaldó esta decisión“.
Por su parte, el Príncipe Heredero y Primer Ministro saudí, Mohammad bin Salman, le bajó el tono al enfrentamiento entre ambos países el año pasado al afirmar que, para Arabia Saudita, era favorable a convivir en paz.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, aseguró que la normalización de las relaciones ofrece grandes perspectivas para ambos países y para Oriente Medio, insinuando nuevos pasos.
“La política de vecindad, como eje clave de la política exterior del gobierno iraní, se está moviendo fuertemente en la dirección correcta y el aparato diplomático está activamente detrás de la preparación de más pasos regionales“, tuiteó Amirabdollahian.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, dijo en enero que se estaban haciendo progresos para poner fin al conflicto de Yemen.
En respuesta al anuncio del viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Omán, Badr Albusaidi, dijo en Twitter que la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán era un “ganar-ganar para todos y beneficiará la seguridad regional y global”.
Omán e Irak organizaron conversaciones entre Irán y Arabia Saudita en 2021 y 2022. En la declaración trilateral desarrollada después de las conversaciones entre Irán, Arabia Saudita y China, “las partes saudita e iraní expresaron su aprecio y gratitud a la República de Irak y al Sultanato de Omán por organizar rondas de diálogo que tuvieron lugar entre ambas partes durante los años 2021-2022“.
“Las dos partes también expresaron su aprecio y gratitud al liderazgo y al gobierno de la República Popular China por acoger y patrocinar las conversaciones, y los esfuerzos que realizó para su éxito“, agregó el comunicado.

La Guerra “Fría” entre Irán y Arabia Saudita
Queda por ver qué impacto tendrá este acuerdo en la Guerra en Yemen, los enfrentamientos en Irak y Siria, las elecciones en el Líbano, el acuerdo nuclear con Estados Unidos y la situación entre Palestina e Israel, todos puntos de conflicto entre Arabia Saudita e Irán que los habían visto en veredas opuestas durante las últimas dos décadas.
Un alto funcionario iraní dijo que abordar las tensiones con Arabia Saudita se había convertido en una prioridad para Teherán en los últimos meses y ayudaría a resolver las conversaciones de larga data sobre el programa nuclear de Irán. “Alentará a Occidente a llegar a un acuerdo nuclear con Irán“, dijo el funcionario a Reuters.
La guerra fría existe hace casi dos décadas, pero Arabia Saudita rompió lazos con Teherán de manera definitiva en 2016 después de que un grupo de manifestantes iraníes invadieron y atacaran la embajada saudí en Teherán y el consulado saudí en Mashhad. Esto ocurrió luego de que Arabia Saudita ejecutara al clérigo Nimr al-Nimr, un prominente erudito musulmán chiíta, por “desobediencia civil” luego de que este propusiera la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
Además, Irán, de mayoría chiíta, y Arabia Saudita, de mayoría sunita, apoyan a bandos rivales en varias zonas de conflicto en todo Medio Oriente, entre ellos Yemen y Siria.

En los últimos años, se lanzaron acusaciones cruzadas entre ambos países de atacar infraestructura crítica dentro de sus respectivos territorios. Arabia Saudita ha culpado a Irán por los ataques con misiles y vehículos aéreos no tripulados contra las instalaciones petroleras del reino en 2019, así como por los ataques contra petroleros en aguas del Golfo.
El movimiento Houthi, aliado de Irán y que controla la capital de Yemen desde septiembre de 2014, también ha llevado a cabo ataques transfronterizos con misiles y drones contra Arabia Saudita, que lidera una coalición árabe que lucha contra los hutíes.
Adnan Tabatabai, CEO del Centro de Investigación Aplicada en Asociación con Oriente, un grupo de expertos con sede en Alemania, dijo a Al Jazeera que China tiene un gran interés en no ver la situación de seguridad regional “caer en el caos”, como ocurrió en 2019, “cuando las vías fluviales del Estrecho de Ormuz fueron los sitios de diferentes explosiones y ataques“, lo cual generó una importante caída en el comercio chino.
“Hay intereses inherentes para que los chinos intenten usar la influencia que tienen hacia Teherán y Riad para hacer algunos esfuerzos para equilibrar estas relaciones y finalizar lo que los iraquíes y los omaníes habían comenzado“, dijo Tabatabai.
Arabia Saudita
Arabia Saudita se acerca a la Organización de Cooperación de Shanghái en un nuevo movimiento a favor de Beijing
Arabia Saudita aprobó su estatus como socio de diálogo en la Organización de Cooperación de Shanghái. La decisión se produce en un momento en el que Riad busca construir una asociación a largo plazo con China, a pesar de las preocupaciones de seguridad de Estados Unidos.

El gabinete de Arabia Saudita aprobó el miércoles la decisión de unirse a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la alianza que impulsa China hace más de una década para que sea un contrapeso a la OTAN que encabeza Estados Unidos.
La medida que impulsa el Reino Saudí está enfocada en construir y afianzar una asociación a largo plazo con China, alejándose definitivamente de la esfera de influencia de los Estados Unidos. Un paso diametralmente opuesto al que casi toman en 2018, cuando durante el gobierno de Trump estuvieron en negociaciones para unirse a la OTAN.
Ahora, el gobierno con sede en Riad aprobó un memorando para otorgar al Reino el estatus de socio de diálogo en la Organización, confirmó la agencia estatal de noticias SPA, el primer paso para el ingreso como socio pleno.
La OCS fue fundada en 2001 sobre la base de los Cinco de Shanghái, que surgió luego de que Kazajstán, Kirguistán, China, Rusia y Tayikistán firmaran un acuerdo de confianza en la esfera militar en la frontera conjunta en 1996 . Un año después, estos cinco países firmaron un acuerdo para la reducción mutua de las fuerzas armadas en la región fronteriza.
Ambos documentos fueron la base para un mecanismo de cooperación en materia militar en las regiones fronterizas y contribuyeron a nuevas áreas cooperativas. En 2001, tras la adhesión de Uzbekistán, la organización cambió su nombre de los Cinco de Shanghái a la Organización de Cooperación de Shanghái.
Los principales objetivos de la organización son el fortalecimiento de la confianza mutua y de buena vecindad entre los países miembro; y la cooperación eficaz en diversas materias, sobre todo política, militar, comercial, económica, técnica y científica, entre otras.
El organismo se ha ampliado para incluir a India y Pakistán, con miras a desempeñar un papel más importante como contrapeso a la influencia occidental en la región. Adicionalmente, Irán también firmó documentos para la membresía plena el año pasado.

Los países que pertenecen a la OCS planean celebrar un “ejercicio antiterrorista” conjunto en la región rusa de Chelyabinsk en agosto de este año. La potencial participación iraní y saudí en dichos ejercicios puede generar repercusiones en Occidente.
Unirse a la OCS se discutió durante una visita del presidente chino Xi Jinping a Arabia Saudita en diciembre pasado. El estatus de socio de diálogo será el primer paso para el reino antes de que se le otorgue la membresía plena a mediano plazo.
La decisión siguió a un anuncio de Saudi Aramco, que elevó su inversión multimillonaria en China, con vistas a finalizar y mejorar una empresa conjunta planificada en el noreste de China y adquirir una participación considerable en un grupo petroquímico controlado privadamente.
Los dos acuerdos, anunciados por separado el domingo y el lunes, verían a Aramco suministrando a las dos compañías chinas un total combinado de 690.000 barriles diarios de petróleo crudo, reforzando su rango como el principal proveedor de China de dicho producto.
Aramco dijo el lunes que había acordado adquirir una participación del 10% en la empresa privada Rongsheng Petrochemical Co Ltd por unos 3.600 millones de dólares. El acuerdo incluye el suministro de 480.000 barriles diarios de petróleo crudo a Zhejiang Petrochemical Corp (ZPC), controlada por Rongsheng, durante 20 años.
Los acuerdos son los más grandes que se anunciarán desde que el presidente chino, Xi Jinping, visitó el reino en diciembre, donde pidió el comercio de petróleo en yuanes, una medida que debilitaría el dominio del dólar estadounidense en el comercio mundial.

Los crecientes lazos de Riad con Beijing han planteado preocupaciones de seguridad en Washington, su aliado tradicional. No obstante, Washington asegura que los intentos chinos de ejercer influencia en todo el mundo no cambiarán la política de Estados Unidos hacia Medio Oriente.
En un acuerdo negociado por China, Irán y Arabia Saudita acordaron restablecer las relaciones diplomáticas a principios de este mes después de años de hostilidad que habían alimentado los conflictos en toda la región. El papel secreto de Beijing en el avance sacudió la dinámica en el Medio Oriente, donde Estados Unidos fue durante décadas el principal negociador.
Arabia Saudita y otros estados del Golfo han expresado su preocupación por lo que ven como una retirada de la región por parte del principal garante de seguridad, Estados Unidos, lo cual los ha obligado a movilizarse para diversificar los socios.
Arabia Saudita
Arabia Saudita y Siria acuerdan reabrir sus embajadas tras 11 años: Los saudíes dan un paso más alejándose de EE.UU.
Arabia Saudita y Siria acordaron reabrir sus embajadas luego de 11 años de la ruptura de relaciones diplomáticas. La reapertura tendría lugar después de Eid al-Fitr, una celebración musulmana que marca el final del mes sagrado de Ramadán.


Siria y Arabia Saudita acordaron reabrir sus embajadas después de cortar las relaciones diplomáticas hace más de una década, un paso que marcaría un salto adelante en el regreso de Damasco a la Liga Árabe y en la normalización de las relaciones de Siria con sus vecinos.
Evidentemente, los contactos entre Riad y Damasco han cobrado impulso tras el acuerdo histórico que impulsó China entre Arabia Saudita e Irán, un aliado clave del presidente sirio, quienes acordaron restablecer sus relaciones diplomáticas y reabrir embajadas y consulados en sus respectivos territorios.
El restablecimiento de los lazos entre Riad y Damasco marcaría el desarrollo más significativo hasta ahora en los movimientos de los estados árabes para normalizar los lazos con Bashar al-Assad, presidente de Siria, quien fue rechazado y criticado severamente por muchos estados occidentales y árabes después de que comenzó la Guerra Civil en Siria, entre finales de 2011 y principios de 2012.
Adicionalmente, Siria fue suspendida de la Liga Árabe en 2011 en respuesta a la brutal represión de al-Assad contra los manifestantes.
Los dos gobiernos se están “preparando para reabrir embajadas después de Eid al-Fitr“, una fiesta musulmana en la segunda quincena de abril que marca el final del mes sagrado de Ramadán. Según fuente citadas por Reuters, la decisión habría sido el resultado de conversaciones en Arabia Saudita con un alto funcionario de inteligencia sirio.

Según fuentes diplomáticas saudíes, el alto funcionario de inteligencia sirio “se quedó durante días” en Riad y llegó a un acuerdo para reabrir las embajadas “muy pronto”. Una de las fuentes regionales identificó al funcionario sirio como Hussam Louqa, quien encabeza el comité de inteligencia de su país, y dijo que las conversaciones incluyeron, además, la seguridad en la frontera de Siria con Jordania y el contrabando de captagon, una anfetamina para la cual hay un próspero mercado en el golfo.
Aunque no se confirmó oficialmente, se ha difundido en medios internacionales que Maher al-Assad, hermano del presidente sirio y jefe de la temida Cuarta División Blindada, visitó Arabia Saudita a principios de la semana pasada y recibió las condiciones del reino para la normalización.
Un funcionario sirio, que habló bajo condición de anonimato, dijo a Middle East Eye que la situación estaba avanzando hacia la normalización. “El acuerdo saudí con Irán es definitivamente otro obstáculo fuera del camino de un mayor compromiso. Arabia Saudita es un estado árabe central“, señaló.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan al-Saud, dijo a principios de este mes que un mayor compromiso con Siria podría allanar el camino para el regreso de Damasco a la Liga Árabe durante la próxima cumbre del bloque, planificada para abril de este año. “Es necesario un compromiso para abordar estas preocupaciones. Y eso bien puede llevar eventualmente a Siria a regresar a la Liga Árabe“, aseguró.
Estados Unidos y varios de sus aliados regionales, incluidos Arabia Saudita y Qatar, habían respaldado a algunos de los rebeldes sirios en su esfuerzo por derrocar a al-Assad. No obstante, el presidente sirio, con la ayuda de Irán y Rusia, ha sido exitosos en derrotar a la insurgencia en la mayor parte de Siria.

Debido a la fuerte represión y a la brutalidad del gobierno de al-Assad durante el conflicto, que ha sido acusado de utilizar armas químicas contra su propia población, Estados Unidos se opone a los movimientos de los países regionales para normalizar los lazos con el actual presidente sirio.
No obstante ello, en una muestra de autonomía nacional, los países del golfo están iniciando procesos que culminarán en las normalizaciones con al-Assad. En particular, Emiratos Árabes Unidos, socio estratégico de Estados Unidos, es el país que está liderado el camino en de dicho proceso.
La semana pasada, el presidente sirio, acompañado de su esposa, visitó los Emiratos, lo cual supone la segunda visita del al-Assad al Golfo en menos de dos meses, puesto que el mes pasado se dirige a Omán.
Los medios estatales mostraron cómo el presidente de los Emiratos, Mohammed bin Zayed al-Nahyan, recibió al presidente sirio en su llegada a Abu Dhabi, cuyo avión fue, además, recibido por aviones de combate emiratíes.
“Mantuvimos conversaciones constructivas destinadas a desarrollar las relaciones entre nuestros dos países“, dijo más tarde el jeque Mohammed en una publicación en su cuenta oficial de Twitter. “Nuestras discusiones también exploraron formas de mejorar la cooperación para acelerar la estabilidad y el progreso en Siria y la región“.
Los Emiratos Árabes Unidos reabrieron su embajada en Damasco en 2018, argumentando que los países árabes necesitan más presencia si verdaderamente quieren resolver el conflicto sirio.

A raíz de los dos terremotos masivos en Turquía que mataron a más de 6.000 personas en la vecina Siria el 6 de febrero, un avión saudí que transportaba ayuda aterrizó el mes pasado en el aeropuerto de Alepo con alimentos y equipo médico, el primer vuelo de este tipo en 11 años.
Funcionarios saudíes en el aeropuerto dijeron en ese momento que la operación “se llevó a cabo por orden directa del rey Salman bin Abdulaziz de Arabia Saudita y el príncipe heredero Mohammed bin Salman”.
Arabia Saudita
Arabia Saudita podría invertir en Irán “muy rápidamente” tras el histórico acuerdo de restablecimiento de las relaciones
Arabia Saudita pronto podría invertir en su enemigo regional de larga data, Irán, luego del acuerdo alcanzado entre los dos países para restablecer las relaciones diplomáticas gracias a la mediación de China.

El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammed Al-Jadaan, dijo el miércoles que las inversiones saudíes en Irán podrían ocurrir “muy rápidamente” luego del anuncio del histórico acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
“Creo que eso podría suceder muy rápidamente. Nuestro objetivo, y creo que esto ha sido muy claro anteriormente por nuestros líderes, es tener una región que sea estable, que sea capaz de proveer a su gente y prosperar. Y no hay razón para que eso no suceda”, dijo Mohammed Al-Jadaan, a CNBC en Riad.
“Hay muchas oportunidades para las inversiones saudíes en Irán. No vemos impedimentos siempre y cuando se respeten los términos de cualquier acuerdo“, dijo Al-Jadaan durante la Conferencia del Sector Financiero en Riad.
“Irán es nuestro vecino, y lo ha sido y seguirá siéndolo durante cientos de años“, señaló Al-Jadaan. “Así que no veo ningún problema que impida la normalización de la relación, las inversiones cruzadas, etc., siempre y cuando nos apeguemos a los acuerdos, ya sabes, respetando los derechos soberanos, no interfiriendo en los asuntos de los demás, respetando las convenciones de las Naciones Unidas y otros“, continuó.
“La estabilidad en la región es muy importante, para el mundo y para los países de la región, y siempre hemos dicho que Irán es nuestro vecino y no tenemos interés en tener un conflicto con nuestros vecinos, si están dispuestos a cooperar“, dijo Al-Jadaan más tarde a Reuters en una entrevista.

“No tenemos ninguna razón para no invertir en Irán, y no tenemos ninguna razón para no permitirles invertir en Arabia Saudita. Es de nuestro interés asegurarnos de que ambas naciones se beneficien de los recursos y la ventaja competitiva de la otra”, continuó durante su entrevista con Reuters.
“Si ellos (Irán) están dispuestos a pasar por este proceso, entonces estamos más que dispuestos a pasar por este proceso y mostrarles que son bienvenidos y estaríamos más que felices de participar en su desarrollo”, agregó.
Los dos principales productores de petróleo enfrentan realidades económicas muy diferentes: Arabia Saudita, invirtiendo internacionalmente y lanzando megaproyectos por valor de miles de millones de dólares como parte del plan Saudi Visión 2030 del reino para alejarse del petróleo; e Irán, cuya economía ha caído progresivamente y cuya moneda ha perdido enormemente su valor tras años de sanciones occidentales, corrupción gubernamental y mala gestión económica.
La inversión de Arabia Saudita probablemente sería una gran bendición para la maltrecha economía de Irán, aunque no está claro si las sanciones existentes de Estados Unidos contra la república islámica se aplicarían a la actividad financiera entre los dos países vecinos.
“Claramente que para que puedas concentrarte en tu desarrollo económico y enfocarte en proveer a la gente de tu país, necesitas estabilidad, ellos necesitan estabilidad“, dijo Al-Jadaan en este sentido. “Les brindaremos muchas oportunidades, siempre y cuando continúe la buena voluntad“, remarcó.

La hostilidad entre las dos potencias del Medio Oriente ha puesto en peligro la estabilidad y la seguridad del Medio Oriente durante décadas, alimentando conflictos regionales en Yemen, Siria y Líbano.
Superando estas diferencias, Riad y Teherán acordaron reanudar las relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas y consulados tras negociaciones lideradas por China en Beijing que culminaron el 10 de marzo.
Además, los países han acordado que se reactivarán los acuerdos de cooperación anteriormente firmados; a saber, un “Acuerdo de Cooperación en materia de Seguridad” de 2001 y un “Acuerdo General de Cooperación” de 1998 que abarca las esferas del comercio, la economía, los deportes, la tecnología, la ciencia, la cultura, los deportes y la juventud.
“Los tres países expresaron su entusiasmo por ejercer todos los esfuerzos para mejorar la paz y la seguridad regionales e internacionales“, dijo la declaración saudí que anunciaba el acuerdo, refiriéndose a sí mismo, Irán y China.
El acuerdo, negociado por China, fue anunciado después de cuatro días de conversaciones previamente no reveladas en Beijing entre altos funcionarios de seguridad de Arabia Saudita e Irán en las cuales no se utilizó el idioma inglés en ningún momento.

“China es el primer socio comercial de ambos países, por lo que el apalancamiento es muy importante en ese sentido. Y dado que estamos construyendo confianza, ese compromiso debe hacerse con la presencia de funcionarios chinos”, dijo u alto funcionario saudí en condición de anonimato.
La guerra “fría” entre ambos países se ha mantenido durante décadas, pero Arabia Saudita rompió lazos con Teherán de manera definitiva en 2016 después de que un grupo de manifestantes iraníes invadieron y atacaran la embajada saudí en Teherán y el consulado saudí en Mashhad.
Esto ocurrió luego de que Arabia Saudita ejecutara al clérigo Nimr al-Nimr, un prominente erudito musulmán chiíta, por “desobediencia civil” luego de que este propusiera la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
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