Israel
Cuando la asimetría no justifica: La Yihad Islámica sacrifica a sus civiles y juega una guerra mediática contra Israel
Los medios tradicionales han servido como el brazo de propaganda de los terroristas palestinos incentivando la utilización de civiles como herramientas en la guerra asimétrica.

En los últimos días se ha desencadenado una escalada de violencia entre la Yihad Islámica Palestina (YIP) e Israel, tras la eliminación de Taysir al Yabari, líder del brazo armado del grupo, uno de los máximos cabecillas yihadistas. Esta confrontación ha arrojado nuevamente titulares en los medios convencionales mundiales, los cuales utilizan una usual y simplista “ecuación” matemática para determinar que bando es víctima y cuál agresor.
Dicha “ecuación” se basa en la cantidad de vidas humanas que ambos bandos declaran muertas producto de los enfrentamientos. La regla matemática también considera la diferencia entre muertes “aceptables” y muertes “inaceptables”, marcando una diferencia entre combatientes y civiles, especialmente niños.
Sin embargo, dicha “ecuación” no solamente resulta de una herramienta pobre a la hora de evaluar victimas y agresores en un conflicto armado, sino que además es peligrosa, ya que traspasa las condiciones de “victoria-derrota” de un enfrentamiento exclusivamente militar convencional al plano de los medios de comunicaciones, dónde rige la ecuación que establece que quien tiene menos víctimas fatales es el “agresor” y por ende debe ser castigado.
De esta forma, los grupos yihadistas que comúnmente suelen enfrentarse a Estados con capacidades militares asimétricas en comparación a las suyas buscan evitar un enfrentamiento directo, por lo que deciden utilizar otras herramientas para combatir. Es de esta forma como las víctimas civiles pasan a ser un arma para desprestigiar y golpear en la prensa mundial a sus rivales con el objetivo de que Israel sea sancionado, condenado y alienado de la comunidad internacional.
Por ende, dicha estrategia resulta ampliamente peligrosa para la población civil cuando uno de los bandos celebra y exalta la figura de “mártir”, indistinguible entre civil o militar. Dicha utilización de civiles contrasta en gran medida con la política israelí de salvaguardar lo máximo posible a sus ciudadanos de la contienda, teniendo naturalmente como resultado una notoria asimetría en número de muertos civiles.
Es por ello que mientras Israel gasta millones en proteger a su población civil, por ejemplo con el Domo de Hierro que intercepta cientos de misiles que caen sobre ciudades todos los días, los terroristas palestinos en Gaza ponen sus bases militares en edificios donde viven familias enteras de civiles.

Cuando una niña de 4 años se contó entre los muertos colaterales del ataque al cabecilla yihadista, los medios no focalizaron su atención en por qué un líder yihadista, que en sus propias palabras ha dedicado su vida entera a la guerra religiosa, haya decidido rodearse de civiles. Sino que se focalizaron en criticar el accionar de Israel en su completitud.
La reacción de los medios y los organismos internacionales alienta a los lideres yihadistas a rodearse de civiles, desalentando así a Israel de atacar sabiendo que sería penalizado internacionalmente. Este mismo caso se replica con la frecuencia de cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, controlada por la organización terrorista Hamas, a Israel, que en numerosos casos han caído dentro de la misma franja, asesinando a sus propios habitantes, que luego son muchas veces presentados como víctimas de Israel a la prensa mundial.
De esta forma, resulta importante dejar a un lado ecuaciones matemáticas para determinar qué lado es víctima y cual el agresor, mientras que sería más eficaz un análisis enfocado en los esfuerzos de dichas partes por evitar víctimas fatales y como esto desincentivaría la utilización de civiles como herramientas en la contienda asimétrica y salvaría vidas humanas civiles.
Situaciones similares han ocurrido en varios procesos históricos como la Guerra de Vietnam, donde imágenes de víctimas civiles de Vietnam del Norte fueron utilizadas para lograr la aprobación de una ley en el Congreso de los Estados Unidos que llevó a la retirada de tropas norteamericanas del país.
En poco tiempo, Vietnam del Norte y China unificaron el país y hubo diez veces más de víctimas civiles, esta vez de Vietnam del Sur, en el proceso para aplicar la autoridad comunista sobre el territorio con sede en Saigón.
Las víctimas fatales de la guerra resultaron en 430.000 civiles del sur asesinados por el Viet Cong contra 180.000 civiles del norte por la alianza norteamericana. El lector seguramente se sorprenda de estos números, ya que todos los medios viralizaron las imagenes de las víctimas de un lado, y escondieron las otras, que fueron tres veces más.
Se debe despojar los conflictos de esta índole de la propaganda tanto occidental como oriental y enfocarse en el estudio de quién inició la agresión, quién escaló en conflicto, y quién hizo el mayor esfuerzo por salvar vidas humanas. Si no, lo único que se incentiva es el sacrificio de civiles por parte del lado con menor capacidad militar y la militarización de la comunicación mediática.
Por Uriel Ruetter, para La Derecha Diario.
Israel
Caos en Israel: La izquierda promueve protestas violentas en todo el país en contra de la reforma judicial de Netanyahu
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atraviesa un “estallido social” promovido por organizaciones de izquierda y la Embajada de Estados Unidos. Medios locales reportan que daría marcha atrás con la reforma judicial.

Israel vive un verdadero “estallido social“, con grupos de izquierda en las calles protestando de manera violenta en contra de la reforma judicial que Benjamin Netanyahu está a punto de aprobar.
Si bien hay grupos de derecha “anti-Netanyahu” que se sumaron a las manifestaciones, los principales organizadores responden a movimientos de izquierda y comunistas, con fuertes lazos a Estados Unidos y las fundaciones globalistas como la Open Society de George Soros.
Según el hijo del primer ministro Benjamin Netanyahu, Yair Netanyahu, las protestas están siendo promovidas por el gobierno de Joe Biden en un intento por derrocar al gobierno de derecha que fue electo democráticamente hace tan solo 4 meses.
Como ha señalado Breitbart News, las reformas judiciales del gobierno de derecha tienen como objetivo despolitizar la Justicia y quitarle facultades legislativas al Poder Judicial, reflejando las prácticas constitucionales existentes en los Estados Unidos y en la vasta mayoría del mundo occidental.
Por décadas, el Poder Judicial, bastión de la izquierda secular en Israel, ha frenado las reformas que han intentado pasar los gobiernos de derecha, especialmente en temas relacionados a la inmigración y cuestiones religiosas.
A diferencia del resto de las democracias liberales en el mundo, el Poder Judicial en Israel tiene la atribución de vetar leyes ni bien salen del Parlamento, una facultad que han ejercido una y otra vez de manera unilateral contra las reformas de Netanyahu.
Mientras la oposición afirma defender la “democracia”, dado que especulan que esta reforma permitirá que el Parlamento cierre las causas de corrupción que pesan en contra de Netanyahu, los manifestantes han utilizado medios antidemocráticos para paralizar el país, y los cantos ya no piden por el fin de la reforma si no que exigen la salida del histórico Primer Ministro del poder.
Además, hay un componente adicional a todo esto: ahora la oposición también exige sancionar una Constitución Nacional, un clásico en estos “estallidos sociales”, como los ocurridos en Chile en 2019 y en Colombia en 2021. Israel nunca tuvo una Carta Magna como el resto de las democracias liberales del mundo, en su lugar tiene un conjunto de Leyes Básicas que anteceden el resto de las legislaciones.
Desde ya que escribir una Constitución en estos tiempos llevaría a profundos cambios hacia la izquierda que, de esta manera, serían definitivos. Como están demostrando ahora mismo, los sectores más radicalizados, aunque minoritarios, te frenan el país e influencian la política.
La semana pasada, Israel tuvo su primer gran conflicto militar-político, capaz el más difícil de su historia. Un grupo de soldados de izquierda se declararon en huelga hasta que Netanyahu no frenara la reforma judicial, afectando severamente la preparación militar de Israel.
Esto rompió con décadas de separación entre las Fuerzas Armadas, muy poderosas en Israel, y la política. En el pasado, los soldados de derecha se han presentado al servicio incluso cuando no estaban de acuerdo vehementemente con las políticas del gobierno de turno, como ocurrió durante la “separación” de Gaza de 2005. Como de costumbre, la izquierda hace lo que la derecha no se anima a hacer.
Estos soldados que rompieron con el precedente recibieron el inesperado apoyo del ministro de Defensa, Gallant, quien aprovechó que Netanyahu estaba afuera del país para dar un sorpresivo discurso donde anunció que los reservistas no serían sancionados. Netanyahu lo despidió inmediatamente de su cargo.
A pesar de haber prometido combatir a la izquierda, y de que sus más importantes ministros, como el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, le piden que no dé marcha atrás, múltiples medios en Israel anticipan que Netanyahu anunciará la suspensión del acuerdo y que buscará una aprobación en el Parlamento.
Pero es importante aclarar que la ley ya fue aprobada en primera instancia en el Parlamento por mayoría simple, pero justamente fue vetada por el Poder Judicial, y sería necesaria una mayoría de 2/3 para derogar dicho veto, por lo que está destinada al fracaso en el ámbito legislativo.
Israel
Funcionario israelí culpa a la “debilidad” estadounidense por el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita auspiciado por China
Un alto funcionario que acompañaba en su viaje a Roma a Benjamin Netanyahu a Roma culpó del acuerdo alcanzado por Arabia Saudita e Irán, auspiciado por China, al anterior gobierno israelí de Yair Lapid y la debilidad de la administración Biden.

Los funcionarios israelíes están expresando su consternación por el acuerdo de paz entre Irán y Arabia Saudita que se anunció desde Beijing el viernes pasado. En ese sentido, un asistente del Primer Ministro Benjamin Netanyahu aseguró que el acuerdo es el resultado de la “debilidad” estadounidense y de las fallas del anterior gobierno israelí.
“Había un sentimiento de debilidad estadounidense e israelí y es por eso que los saudíes comenzaron a buscar nuevas vías. Estaba claro que esto iba a suceder”, dijo el alto funcionario mientras viajaba junto con Netanyahu en Roma, según Axios.
El funcionario afirmó, falsamente, que las conversaciones entre Riad y Teherán comenzaron durante el mandato del gobierno de Naftali Bennett y Yair Lapid, cuando la administración de Joe Biden estaba más comprometida a volver a ingresar al acuerdo nuclear de Irán.
No obstante, es sabido que Riad y Teherán iniciaron conversaciones por primera vez en abril de 2021, cuando Netanyahu todavía era Primer Ministro.
Como resultado de ambas cuestiones, según el funcionario israelí, Arabia Saudita recurrió a China, que sirvió como contrapeso a Estados Unidos y ayudó a negociar el acuerdo anunciado el viernes.
Sin embargo, Axios informó que “el alto funcionario israelí que informó a los periodistas dijo que al gobierno israelí no le preocupa que el nuevo acuerdo saudí-iraní obstaculice los esfuerzos para lograr un avance que podría conducir a la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita“.

Amén de ello, ambos ex líderes israelíes lanzaron una acusación contraria contra Netanyahu, diciendo que el nuevo gobierno de coalición tiene la culpa. Más temprano el viernes, Bennett y Lapid culparon a Netanyahu por el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, argumentando que fue el resultado de la negligencia diplomática, la debilidad general y el conflicto interno que enfrenta el país.
“El restablecimiento de las relaciones entre los saudíes e Irán es un desarrollo serio y peligroso para Israel que representa una victoria diplomática iraní“, dijo el ex Primer Ministro Naftali Bennett. Describió las conversaciones entre Teherán y Riad como “un golpe crítico a los esfuerzos para construir una coalición regional contra Irán“.
Por su parte, el otro ex Primer Ministro israelí, Yair Lapid, actual jefe de la oposición en la Knesset, también lamentó que el acuerdo entre Arabia Saudita e Irán señale el “colapso del muro de defensa regional que comenzamos a construir contra Irán“.
“Esto es lo que sucede cuando uno lidia con la locura legal todo el día en lugar de hacer su trabajo contra Irán y fortalecer las relaciones con Estados Unidos“, dijo Lapid, comentando sobre la revisión judicial en curso propuesta por el gobierno de Netanyahu.
Además, Lapid se burló de las acusaciones del gobierno de Netanyahu, twitteando que su gobierno dejó de lado todos los demás problemas cuando les quedó claro que la administración Biden estaba a punto de volver a ingresar al acuerdo nuclear de Irán. “Trabajamos en ello 24/7”, aseguró Lapid.

“¿Y este gobierno de derecha? [Se centra] no en Irán, no en los ataques terroristas, no en la economía, no en el costo de vida. Todo lo que les importa es destruir la democracia y destrozar a la gente. Ah, y los fines de semana festivos en Roma también”, finalizó Lapid, refiriéndose a que Netanyahu estaba pasando el fin de semana en Roma junto con Giorgia Meloni.
Rechazando las afirmaciones de que el gobierno actual era responsable, el alto funcionario israelí afirma que los miembros del gobierno anterior deberían preguntarse por qué comenzaron los contactos iniciales durante su mandato, negando que las negociaciones entre Irán y Arabia Saudita comenzaron cuando aún Netanyahu era Premier.
“Los que nos acusan deberían preguntarse cómo sucedió esto bajo su vigilancia, y cómo avanzaron las cosas hasta ahora bajo su supervisión. La debilidad occidental e israelí conduce a un mayor reconocimiento de Irán. El poder israelí y estadounidense puede evitar que esto suceda“, agregó el funcionario.
Mientras tanto, el viernes, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, dijo a Nour News que el acuerdo “definitivamente será un serio obstáculo para la presencia e interferencia de países extrarregionales y el régimen sionista en la región“.
La prioridad número uno de Israel ha sido durante mucho tiempo aislar a Teherán como potencia regional, especialmente debido al atrincheramiento iraní en Siria, así como a su apoyo de larga data a Hezbolá en El Líbano.
Por ello, el acuerdo también pareció marcar un golpe a los esfuerzos israelíes para normalizar las relaciones con Arabia Saudita. Sin embargo, los altos funcionarios israelíes insistieron en que el acuerdo del viernes no dañaría el esfuerzo de Netanyahu por lograr dicho objetivo.

“Lo que sucede a nivel diplomático no es lo que sucede bajo la superficie“, señaló el funcionario, insinuando los esfuerzos en curso entre Israel y Arabia Saudita que tienen lugar detrás de escena.
Además, argumentó que cuanto más duras sean las posiciones israelíes y occidentales sobre Irán, incluida su demostración de una amenaza nuclear creíble, más probable es que Arabia Saudita esté dispuesta a estrechar lazos con Israel. El funcionario argumentó que las posturas de Israel y Estados Unidos “son más decisivas” que el acuerdo de normalización alcanzado el viernes.
Por su parte, el acuerdo de también está siendo ampliamente visto como una humillación para la influencia y presencia de Estados Unidos en el Medio Oriente. Joshua Landis, director del Centro de Estudios de Medio Oriente y del Centro Farzaneh de Estudios de Irán, escribió en su cuenta oficial en Twitter que “el acuerdo Irán-Arabia Saudita señala un fuerte aumento en la influencia de Beijing en una región donde Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo el agente de poder dominante, y podría complicar los esfuerzos de Estados Unidos e Israel para fortalecer una alianza regional para enfrentar a Teherán”.
Después de miles de millones de dólares gastados y miles de vidas de soldados estadounidenses perdidas en Afganistán e Irak, China patea el tablero y genera un acuerdo histórico en la región, aumentando su influencia a raíz de los desaciertos de Washington.
Israel
Se inicia un debate interno en Israel tras el acuerdo de normalización de relaciones entre Irán y Arabia Saudita
Mientras oficiales del gobierno israelí afirman que los lazos entre Irán y Arabia Saudita no dañarán el intento de normalización de relaciones entre el Reino Saudí y el Estado Judío, la oposición se muestra muy pesimista con la situación y culpan a Netanyahu de focalizarse en la reforma judicial y no en lo verdaderamente importante.

El intento de Israel de normalizar los lazos con Arabia Saudita no se verá afectado por el acercamiento de Riad con su archienemigo Irán, dijo el viernes un alto funcionario israelí. Más allá de este comentario, no ha habido una respuesta oficial del gobierno israelí sobre la restauración de los lazos mediada por China anunciada el viernes.
El acuerdo fue anunciado después de cuatro días de conversaciones previamente no reveladas en Beijing, sede de este tratado histórico que reunió altos funcionarios de seguridad de las dos potencias rivales, la árabe y la persa.
El alto funcionario israelí fue citado por periodistas diplomáticos israelíes que viajaban con el primer ministro Benjamin Netanyahu a Roma, donde se reunió con la Primera Ministra, Giorgia Meloni, asegurando que el acercamiento entre Riad y Teherán comenzó hace aproximadamente un año e incluyó visitas recíprocas.
Arabia Saudita había sentido que la posición de Occidente hacia Irán se había debilitado, señaló el funcionario israelí. No obstante, esta normalización de relaciones con el archienemigo del Estado judío, Irán, no afectaría el intento de Israel de establecer relaciones diplomáticas con Riad.

El factor determinante para Israel no fue la naturaleza formal de los lazos entre Arabia Saudita e Irán, sino más bien la posición de Occidente hacia Teherán, dijo el funcionario, citado por la emisora pública Kan y Reshet 13 News.
Netanyahu ha dicho que quiere relaciones diplomáticas plenas con Arabia Saudita, ampliando los acuerdos de normalización alcanzados con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin en 2020 bajo la intermediación de Estados Unidos.
Israel y las monarquías sunitas del Golfo comparten la misma preocupación por el programa nuclear y de misiles de Irán. No obstante, aunque Arabia Saudita bendijo los pactos de Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, no ha llegado a reconocer formalmente a Israel en ausencia de una resolución a la cuestión palestina.
La oposición, por el contrario, aseguró que la restauración de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán representa un fracaso de la política exterior del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Además, acusaron a Netanyahu de descuidar las relaciones exteriores del país para centrarse en la reforma judicial interna, un proyecto que ha dividido al país en las últimas semanas, e incluso ha llevado a decenas de miles de manifestantes a las calles contra lo que ven como una amenaza para la democracia.

El ex Primer Ministro israelí, Naftali Bennet, dijo que “la restauración de las relaciones entre los saudíes e Irán es un desarrollo serio y peligroso para Israel que representa una victoria diplomática iraní“. Según publicaciones en su cuenta oficial de Twitter, el acuerdo “representa un golpe crítico a los esfuerzos para construir una coalición regional contra Irán”.
“Este es un rotundo fracaso del gobierno de Netanyahu y es el resultado de una combinación de negligencia diplomática, debilidad general y conflicto interno en el país“, remarcó Bennett. “Los países del mundo y la región ven a Israel dividido con un gobierno no funcional, centrado en la autodestrucción en serie. Y luego esos países eligieron un bando”, dijo, refiriéndose a las protestas y la agitación en Israel contra la agenda del gobierno.
“El gobierno de Netanyahu es un rotundo fracaso económico, diplomático y de seguridad, al final cada día que continúa pone en peligro al Estado de Israel. Necesitamos un amplio gobierno de emergencia nacional que trabaje para deshacer los muchos daños que se han hecho”, finalizó el ex Premier.
Por su parte, el líder opositor Yair Lapid publicó en su cuenta de Twitter que el acuerdo supone “un fracaso total y peligroso de la política exterior del gobierno israelí”. “Es un colapso del muro de defensa regional que comenzamos a construir contra Irán”, continuó Lapid.
Toda la élite política de Israel ve una amenaza existencial en el controvertido programa nuclear de Irán, a pesar de que Teherán niega estar buscando adquirir un arma atómica. “Esto es lo que sucede cuando estás ocupado todo el día por un proyecto legal loco en lugar de manejar a Irán“, finalizó Lapid.

Hace tres años, sin embargo, la política exterior fue el triunfo de Netanyahu. Esto se vio plasmado en la “nueva era” en las relaciones entre Israel y el mundo árabe cuando su país y los Emiratos Árabes Unidos acordaron normalizar los lazos. Adicionalmente, bajo los Acuerdos de Abraham negociados por Estados Unidos, se llegó a un acuerdo similar con Bahrein y, más tarde, con Marruecos.
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