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Tropas opositoras avanzan sobre la capital de Libia

Las tropas opositoras al gobierno libio avanzan sobre Trípoli, la capital del país, en lo que se señala como un nuevo intento de golpe de estado. Turquía amenazó con invadir el país para garantizar el gobierno del Primer Ministro Fayez Sarraj.

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Desde la caída de Muamar Gadafi en 2011, Libia está viviendo un infierno. Desde la institución de la democracia, un Parlamento votado en elecciones casi sin participación y con fuerte presencia militar, designó al comandante Khalifa Haftar al frente del Ejército Nacional Libio. Esto generó una sucesión de eventos que llevaron a un choque con el gobierno de turno, que se vio partido por las fuerzas de Haftar.

Rápidamente hubo una grieta y empezó una guerra civil en el país, por un lado, los leales a Haftar y el Parlamento, que se reubicaron en la ciudad de Tobruk y que cuentan con el apoyo de Rusia y, por otro lado, los leales al gobierno de Fayez Sarraj, que se unificaron bajo el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), instalados en la capital, Trípoli, y que cuentan con reconocimiento internacional y el apoyo de Turquía.

Khalifa Haftar, verdugo del gobierno que busca suceder a Gadafi como máxima autoridad libia.

Las tropas de Haftar avanzaron esta semana sobre Trípoli, rompiendo con un acuerdo de paz firmado hace poco entre Turquía y Rusia, principales países que se disputan el control sobre Libia en esta guerra proxy. Situación parecida a la que se vive en Siria. Este avance fue señalado como un intento de golpe de estado sobre un gobierno que cuenta con la legitimidad de la comunidad internacional.

Sin embargo, el gabinete del GAN se compone de miembros de la organización Hermandad Musulmana de ideología fundamentalista islámica, anti-cristiana, anti-sionista, anti-democrática y, también, anti-comunista. La Hermandad Musulmana hizo que el GAN sea respaldado por milicias islamitas que lo sustentan militarmente en Libia. 

A su vez, las fuerzas de Haftar reconocieron el derribo del drone turco la semana pasada, reivindicando sus acciones. Este drone fue derribado ni bien despegó de la base militar turca, asentada en el aeropuerto de Mitiga, que opera aviones comerciales normales. Podría haber sido una catástrofe, y el Presidente de Turquía amenazó con que el ejército turco intervendrá personalmente si no se llega a una resolución pacífica. La respuesta de Haftar parece haber sido este intento de un nuevo golpe de estado, rechazando cualquier posibilidad de resolución pacifica de este conflicto.

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Líbia

La tensión vuelve a azotar Libia, pero el ejército logra calmar las aguas

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Tras varios días de tensión, las fuerzas armadas que apoyan a Bashagha se han retirado de las cercanías de Trípoli, Libia y han calmado las aguas en el escenario político.

Las fuerzas armadas que apoyan al Primer Ministro elegido por el Parlamento, Fathi Bashagha, decidieron retirarse de la frontera oriental de Trípoli luego de que el miércoles 9 de marzo Bashagha dijera que planeaba viajar a la capital libia para finalmente instalar su gobierno y correr al gobierno del actual Premier Abdulhamid Dbeibah.

Fathi Bashagha, Primer Ministro electo unilateralmente (sin consentimiento del actual Primer Ministro Abdulhamid Dbeibah) por el Parlamento libio, de sede en Tobruk, dijo que planeaba volar hacia la capital, Trípoli, con el objetivo de formar un gobierno “en cuestión de días”.

En ese contexto, Bashagha expresó que el país, devastado por la guerra, podría unificarse sin más conflictos armados y que su gobierno se centraría en celebrar elecciones democráticas lo antes posible.

“La única solución política en Libia es celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias”, dijo en una entrevista con The Associated Press recientemente.

En paralelo, fuerzas armadas que han mostrado apoyo a Bashagha se movilizaron hacia la frontera oriental de Trípoli, lo que supuso una amenaza a la capital. En honor a ello, el jueves, UNSMIL, la misión de la ONU en Libia, y Estados Unidos instaron a la moderación y expresaron su preocupación por el despliegue armado.

A pesar de ello, Bashagha afirmó que “no habrá disputas, ni guerras civiles. Esta situación (de luchas internas) no volverá”. Además, agregó que “por primera vez, hay un verdadero acercamiento entre el este y el oeste (…) Este es un buen paso”.

Finalmente, la oficina de Bashagha volvió a dirigirse al país en la madrugada del viernes diciendo que los grupos armados que lo respaldan se habían retirado de sus posiciones alrededor de Trípoli.

Trípoli, 2022.

Por su parte, el embajador estadounidense en Libia, Richard Norland, twitteó que “la estabilidad y unidad de Libia solo pueden sostenerse a través del diálogo y el respeto por el derecho a la libertad de movimiento en todo el país”.

Bashagha fue nombrado el 10 de febrero como Primer Ministro libio por parte de la Cámara de Representantes, ubicada en Tobruk, en clara oposición al mandato de Abdulhamid Dbeibah, que fue colocado en marzo 2021 en el puesto de jefe del Gobierno de Unidad Nacional, reconocido internacionalmente, con vistas a que se celebraran elecciones el 24 de diciembre de ese año. No obstante, ante la imposibilidad de que se llevaran a cabo, miembros del Parlamento han alegado que el gobierno interino de Dbeibah expiró en diciembre, y que era necesario colocar un nuevo Primer Ministro en su lugar.

No obstante, Dbeibah se ha negado a dimitir e insiste en que solo entregará el poder a un gobierno electo democráticamente. Además, alega que su administración tiene el mandato de gobernar hasta las elecciones, que han sido pactadas para junio de este año.

El nombramiento de Bashagha ha aumentado las tensiones a lo largo y ancho del país. Puede ser la puerta de entrada a una nueva guerra civil entre las fuerzas del este y las fuerzas del oeste, como ocurrió a partir de 2014, luego de que en 2011 fuera derrocado y asesinado el ex dictador Muammar El-Gadafi.

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Libia al borde de una nueva guerra civil: El Parlamento nombra un nuevo Primer Ministro y deja de reconocer a Dbeibé

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El primer ministro libio Abdul Hamid Dbeibé se ha comprometido a redactar una nueva ley electoral para evitar que el país vuelva a descender a una guerra civil entre Trípoli y Tobruk, tras el nombramiento unilateral de Fathi Bashagha.

El primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibé, anunció este viernes 11 de febrero que se compromete al dictado de una nueva ley electoral para resolver la crisis política del país africano.

Dbeibé no fue electo en elecciones democráticas, ya que éstas, programadas para el pasado 24 de diciembre, se debieron cancelar ante el derrumbe de las negociaciones entre el Gobierno con sede en Trípoli y el Parlamento con sede en Tobruk.

Estos dos poderes del Estado han estado en guerra civil desde la muerte del dictador Muamar Gadafi, y la reunificación, que parecía un hecho en los últimos días de 2020, se cayó a pedazos cuando llegó Joe Biden a la Casa Blanca, quien se opuso al acuerdo ya que le daba mucho poder a Rusia en el nuevo gobierno (Putin respalda al Parlamento).

Después de un año de mandato al frente del Gobierno de Unidad Nacional, creado para unir ambas partes beligerantes, Dbeibé falló en lograr un acuerdo electora, y el pasado 10 de febrero, el Parlamento de Tobruk, eligió unilateralmente a Fathi Bashagha, ex Ministro del Interior, como nuevo Primer Ministro del país.

Tener dos figuras que aclaman ser los mandatarios del país genera una división que muchos temen que vaya a reanudar la guerra civil. Dbeibé dijo que “no aceptaría una nueva fase de transición o autoridad paralela" y que solo entregaría el poder a un gobierno electo, como se había pactado originalmente.

“La selección de un nuevo gobierno por parte del Parlamento es otro intento de entrar en Trípoli por la fuerza”, dijo a la cadena televisiva Al Ahrar TV, comparando la medida parlamentaria con lo sucedido en 2019, cuando el Ejército Nacional Libio, liderado por el comandante oriental Khalifa Haftar, atacó Trípoli, ciudad ubicada al oeste del país.

El mismo día del anuncio del Parlamento, Dbeibé fue víctima de un intento de asesinato, cuando en su auto oficial recibió una balacera de dos personas en moto que no fueron identificadas y se lograron escaparon.

Muchos pensaban que tras el atentado y el desafío del Parlamento, Libia estaba al borde de caer nuevamente en guerra civil, pero Dbeibé anunció que se presentaría ante los Diputados con una nueva ley electoral, que tuviera tanto el apoyo de su Consejo Presidencial como del Parlamento.

La idea es celebrar elecciones en junio de este mismo año, con más concesiones a Tobruk que las pactadas hasta ahora, y lograr que el país rico en petróleo vuelva a tener un gobierno democrático tras más de una década de autoritarismos.

Libya's interim Prime Minister Abdul Hamid Dbeibah sworn in | Africanews
Abdul Hamid Dbeibé.

La reforma electoral no será fácil de aprobar tampoco. Bashagha, piloto de la Fuerza Aérea retirado, logró cultivar como Ministro del Interior relaciones estrechas con países tan dispares en sus intereses como Turquía, Francia, Estados Unidos, Rusia y Egipto, y la comunidad internacional, a pesar de todavía reconocer a Dbeibé como legítimo mandatario del país, preferiría que sea él gobernante.

Además, Bashagha tiene tanto el apoyo de los ciudadanos de Trípoli, debido a sus vínculos con las milicias de la ciudad occidental de Misrata, que jugó un rol fundamental en la defensa de la capital Trípoli contra el ataque de Haftar, como del mismo Haftar, quien a pesar de haber estado del lado contrario del frente de batalla en 2018, hoy respalda su elección.

Repartición del territorio libio en la actualidad. En celeste, el Gobierno de Acuerdo Nacional. En amarillo, el gobierno paralelo de Tobruk. En verde, las milicias y tribus rebeldes que no apoyan ningún gobirno. Fuente: Al-Jazeera.

Qué impidió las elecciones de diciembre

Libia debió haber celebrado elecciones presidenciales y parlamentarias el pasado 24 de diciembre, para elegir autoridades que gobernarían sobre todo el territorio libio, pero diferentes discusiones y enfrentamientos partidarios impidieron su concreción, produciendo una nueva crisis política.

Muchos afirman que, entre las razones principales, se encuentran las candidaturas de Saif al-Islam, hijo del antiguo dictador Muamar Gadafi, derrocado en 2011 fruto de una intervención de las fuerzas militares de la OTAN; de Khalifa Haftar, quien lideró las milicias del este en el intento de tomar la capital en 2019; y del actual Premier, Dbeibé, quien había prometido no postularse para la presidencia. Así fue que los casi 3 millones de libios que se inscribieron a votar no pudieron ejercer su derecho ese día, lo cual generó el enfurecimiento de muchos.

El año pasado, Dbeibé fue nombrado como jefe del Gobierno de Unidad Nacional, respaldado por Naciones Unidas, que estaba destinado a supervisar el período previo a las elecciones propuestas para el 24 de diciembre. Esta medida había sido negociada por Trump hasta el último día de su presidencia, y generó esperanzas de paz y de reunificación del país y de sus instituciones.

No obstante, la Casa Blanca le soltó la mano a este acuerdo en 2021, y las elecciones no se llevaron a cabo, aunque el rechazo de Biden fue solo un componente entre varios que hicieron que fracasara la paz.

La situación se ha agravado hasta el punto en que hoy, como lo fuera en 2014, tenemos un Primer Ministro en el oeste y un nuevo Primer Ministro en el este, designado por el Parlamento. El Parlamento, con sede en la ciudad oriental de Tobruk, siempre miró con recelo al Gobierno de Unidad, y sus parlamentarios consideran que el gobierno interino de Dbeibé caducó el 24 de diciembre.

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Se cancelan las elecciones en Libia a días de su celebración y crece la tensión entre los Ejércitos de la guerra civil

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Las elecciones presidenciales en Libia, acordadas por los generales de ambos ejércitos en guerra civil, fueron canceladas. Preocupa que se podría poner fin al alto al fuego y los combates estarían cerca de estallar nuevamente.

Las elecciones presidenciales en Libia, programadas para este viernes 24 de diciembre, se cancelaron faltando menos de una semana para su celebración. La Comisión Electoral fijó como nueva fecha el 24 de enero de 2022, pero no hay certezas de que se vayan a llevar a cabo tampoco.

El proceso de paz logrado con el alto al fuego de agosto de 2020 puso fin a una histórica guerra civil comenzada tras el derrocamiento y linchamiento del dictador Muammar Gadafi, en 2011.

Diez años después de la "Primavera Árabe", cuando el país se partió en dos y comenzó una brutal guerra civil entre los adeptos a las autoridades del Parlamento y los seguidores del Poder Ejecutivo, parecía que el país finalmente había llegado a la paz.

En esta importante corriente de cambios, las elecciones constituyen un punto clave y permitirían al extenso país africano decidir libre y democráticamente su nuevo jefe de Estado luego de décadas de autoritarismos y corrupción.

La Comisión Electoral de Libia se enmarca en el Foro de Diálogo Político Libio, que es la organización encargada del proceso de vuelta a la democracia en el país, constituido por ambas fuerzas beligerantes. Hasta el momento su objetivo se viene logrando con un buen ritmo, algo probado en febrero de este mismo año, cuando se formó un Gobierno de Unidad Nacional provisorio.

Sin embargo, el revés del aplazo por un mes de las elecciones pone en duda la continuidad de los avances, ya que vuelven a poner sobre el tablero político la fuerte inestabilidad que atraviesa hace tiempo el país, fomentada por la rivalidad y la polarización entre los diversos actores y sus respectivos aliados internacionales.

El ex Poder Legislativo, encabezado por el general Jalifa Haftar, tiene el respaldo de Rusia, mientras que el ex Poder Ejecutivo, comandado por el ex primer ministro Fayez al-Sarraj está respaldado por Turquía.

A fines de 2020, el entonces presidente Donald Trump negoció entre Putin y Erdogan un alto al fuego, pero desde su salida de la Casa Blanca, este proceso de pacificación ha quedado en manos de los diplomáticos rusos y turcos, y las negociaciones se han estancado.

La cancelación era previsible incluso desde antes del comienzo de la semana, cuando faltando tan poco tiempo para los comicios no había siquiera lista oficial de candidatos.

Reunión del Foro de Diálogo Político Libio. auspiciada por el gobierno de Túnez y la ONU.

Este escándalo, que disgustó fuertemente a la ciudadanía, provocó que Emad Sayed, presidente de la Alta Comisión Electoral Nacional (HNEC), haya decidido dimitir en bloque este miércoles 22 de diciembre junto a otros dirigentes de la institución.

A su vez, las preocupaciones sobre la seguridad en la capital, Trípoli, crecieron tras los reportes de movilizaciones de armamento militar y grupos de soldados en los suburbios y alrededor de la ciudad, marcando un posible indicio de quiebre del alto al fuego.

El principal candidato a las elecciones y que logró llamar la atención en todo el mundo tras su anuncio es Saif al-Islam Gaddafi, licenciado en Ciencias de la Ingeniería, graduado de MBA en Austria y PhD de la Escuela Económica de Londres.

Saif Gaddafi, de 49 años, es el hijo del ex-dictador Muammar Gaddafi y líder del Frente Popular de Liberación de Libia, partido reivindicativo de la gestión de su padre.

Busca ser presidente de Libia y continuar el legado Gaddafi, pero prometiendo un manejo democrático de las instituciones del Estado. De todos modos, Saif tiene un preocupante prontuario. Fue acusado en 2011 por parte de la Corte Criminal Internacional de crímenes contra la humanidad por el asesinato y la persecución de civiles libios, cargos que él mismo ha negado en múltiples ocasiones.

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Saif Gaddafi, hijo del ex dictador, lidera las encuestas en Libia.

La situación política libia es fundamental para la geopolítica mundial, y en especial para Occidente, ya que Libia se convirtió desde la caída de Gaddafi como uno de los mayores puntos de tránsito de los migrantes árabes hacia Europa.

No solo de libios si no de otros migrantes del resto del continente, que aprovechan el éxodo del país africano para subirse a los botes que hacen el peligroso viaje al sur de Europa, y desde allí son aceptados como refugiados en países como Italia, España, Alemania o Francia, donde reciben asistencia estatal, ayuda humanitaria y vivienda.

Libia además es uno de los principales productores de petróleo del mundo, y en medio de la crisis de abastecimiento de hidrocarburos en todo el mundo, llevar estabilidad al país del norte de África es una de las prioridades para la comunidad internacional.

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