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Estados Unidos

El asesinato de un afroamericano en Minneapolis convierte a la ciudad en una zona de guerra

Luego del asesinato de George Floyd por parte de un policia blanco, la comunidad afroamericana explotó en violencia en la ciudad de Minneapolis, impulsada por las pandillas locales. El gobernador demócrata, desesperado, le pidió a Trump que envíe la Guardia Nacional.

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El pasado 25 de mayo, un estadounidense afroamericano llamado George Floyd fue asesinado por un policía blanco en la ciudad de Minneapolis, del Estado de Minnesota. Su muerte fue grabada por transeúntes que vieron como el policía apretaba contra el piso a George luego de que se resistiera al arresto. 

Posteriormente, el Departamento de Policía de la ciudad aclaró que el Floyd había querido pagar con un cheque falso y los policías se acercaron a increparlo y cuestionarlo por el delito pero la situación se fue de control. De todos modos ya era muy tarde, el policía que lo asesinó groseramente, Derek Chauvin, aparece en el video con la rodilla sobre su cuello, en un acto de imprudencia policial que debería terminar con el policía tras las rejas.

Dada la enorme historia de conflictos raciales de EE.UU., la comunidad afroamericana de Minneapolis reaccionó de la peor manera posible. En un primer momento manifestantes pacíficos salieron a las calles y pidieron por el arresto de los 4 policías involucrados, pero luego de unas horas, distintas pandillas afroamericanas salieron a las calles, y con la excusa de la protesta incendiaron edificios, comisarías, shoppings, restaurantes, comercios, colectivos del transporte público, autos estacionados por la calle, y mucho más. 

La violencia fue escalando y la ciudad amaneció el jueves arrasada, quemada hasta sus cimientos. Las imágenes parecen una zona de guerra.

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No contentos con la destrucción, los incendios y los saqueos, la horda de pandillas en la ciudad reanudó sus protestas durante el jueves por la noche y en la mañana de este viernes.

Buscando asesinar a todos los policías de la comisaría del 3er Precinto de Minneapolis, los terroristas incendiaron el edificio e intentaron entrar, pero la policía se había barricado y el fuego impidió su ingreso.

El nivel de violencia en ese momento ya excedió cualquier nivel que pueda manejar la policía y el gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz, llamó desesperado en la madrugada del viernes y le pidió al presidente Trump que envíe la Guardia Nacional, la reserva oficial del Ejército de Estados Unidos para defender el continente y aplacar este tipo de disturbios internos.

Por lo menos 500 soldados fueron enviados al epicentro de los disturbios y por el momento su objetivo será impedir que se siga destruyendo la propiedad privada y abrir camino de circulación entre las estaciones de bomberos y los edificios incendiados.

El presidente Trump publicó en su cuenta de Twitter unas horas antes que el intendente de la ciudad, el “débil zurdo radical” Jacob Frey, debía controlar la situación o que enviaría al Ejército, lo cual finalmente hizo tras una conversación telefónica con el gobernador.

En el tweet puso “cuando los saqueos comienzan, los tiros comienzan”, recordándole a los violentos terroristas que la Guardia Nacional tiene permitido abrir fuego contra quienes estén cometiendo graves delitos contra el orden público.

Irónicamente, Twitter le puso una censura al tweet del presidente por esta frase, horas después de que Trump firmara un decreto reglamentando que cualquier red social que censure contenido perdería la inmunidad legal que hoy disfruta. Claramente hay un ataque sistemático y específico contra el presidente, ya que ningún tweet de los manifestantes llamando a la violencia y el terrorismo fue censurado.

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No es la primera vez que pasa.

La situación que atraviesa Trump es muy parecida a la que atravesó el ex-presidente George H.W Bush en el año 1992 en plena campaña electoral contra el demócrata Bill Clinton. 

Bush venía de un año 1991 excelente, la economía iba relativamente bien y la política exterior era sobresaliente, bajo su mandato cayó el muro de Berlín y terminó la Guerra Fría, se realizó la exitosa liberación de Panamá y se luchó la Guerra del Golfo.

En el año 1991, Bush contaba con un nunca antes visto 89% de aprobación, parecía imposible que pierda la re-elección. Sin embargo, 1992 contaría otra historia. 

En el último año de Bush ocurrió el famoso caso de Rodney King: un taxista afroamericano fue agredido brutalmente por 4 policías blancos. Está agresión policial y la posterior absolución de los policías fueron las causales detonantes de los masivos disturbios en Los Ángeles de 1992, donde miles de jóvenes afroamericanos y latinos llevaron a cabo protestas violentas y terroristas, también impulsados por pandillas.

La recesión de ese año y el conflicto racial le costaron la re-elección a Bush, y varios medios de sesgo demócrata quieren instalar la idea de que Trump va correr la misma suerte que el difunto ex-presidente. 

Al igual que Bush, Trump enfrenta tanto problemas económicos y problemas sociales en el año electoral; una fuerte recesión y este conflicto racial grave por la muerte a manos de la policía del afroamericano George Floyd. 

Pero a diferencia de Bush en el 92, quien se enfrentó a un fortalecido Bill Clinton, Trump se enfrenta a un Joe Biden debilitado.

Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que Bush contaba con un Partido Republicano dividido en las elecciones del 1992 ya que había incumplido su promesa de no subir impuestos, no es el caso de Trump quien cuenta con un apoyo del 98% dentro del Partido Republicano.

Otro factor de suma importancia es que la recesión que atraviesa Estados Unidos ahora no está directamente asociada por la gente al Presidente Trump, en cambio la gente sabe muy bien que la crisis se debe al coronavirus originado en China.

Tanto en 1992 como en este año, prevalece el rumor que la situación fue envalentonada por el Partido Demócrata y sus conexiones con las pandillas locales de afroamericanos. Lamentablemente, casos como el de King y el de Floyd ocurren varias veces por año, pero solo éstos han incitado conflictos que pusieron en jaque al país y al gobierno. Además, ambos casos ocurrieron en bastiones demócratas, como Los Ángeles y Minneapolis. 

Sin lugar a dudas, existe un escalamiento del conflicto incitado por punteros políticos del Partido Demócrata, que manejan estos conflictos raciales como quieren e instalan la narrativa que quieren. 

En 1992 querían mostrar que Bush era tan sanguinario en territorio estadounidense como lo había sido en el exterior, televisando minuto a minuto la respuesta del Ejército combatiendo a los protestantes en Los Ángeles. Este año tal vez quieran mostrar lo mismo, y poder adjudicarle a Trump no solo las muertes del COVID-19, si no la de muchos afroamericanos que han llevado una disputa que debería darse en la Justicia, a las calles y al enfrentamiento civil.

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Estados Unidos

Entrevista Exclusiva a Roger Stone: El mítico asesor de campaña republicano expresa su apoyo a Javier Milei

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Roger Stone habla sobre todo en una entrevista exclusiva con La Derecha Diario.

La Derecha Diario entrevistó a uno de los más importantes armadores políticos y asesores de campaña de los Estados Unidos. Desde la década de los 70, Roger Stone ha trabajado en las campañas de políticos republicanos clave como Richard Nixon, Ronald Reagan, Jack Kemp, Bob Dole y Donald Trump.

Perseguido políticamente por el gobierno de Biden, actualmente tiene su propio programa “Stone Zone” donde habla de las noticias y da su experimentada perspectiva. En la entrevista, se conversó acerca del histórico triunfo de Javier Milei en Argentina, y de su trabajo en las exitosas campañas de Nixon, Reagan y Trump.

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Economía

Entra en vigencia la Ley de Responsabilidad Fiscal de los republicanos para que EEUU baje el déficit por primera vez en 20 años

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Finalmente el Presupuesto aprobado en conjunto por el presidente Biden y la oposición republicana entró en vigencia a partir de octubre, y establece fuertes limitaciones para el crecimiento del gasto público discrecional. Se espera una profunda caída del déficit fiscal en los próximos meses.

Tras las tensas negociaciones entre la administración del presidente Joe Biden y la oposición del Partido Republicano, hacia el mes de septiembre se llegó a un acuerdo fiscal que impone una serie de restricciones a la expansión del gasto público sin la necesidad de subir los impuestos, la totalidad del ajuste recae sobre el Estado federal.

En Estados Unidos el año fiscal comienza el 1 de octubre de cada año y finaliza el 30 de septiembre. En el primer mes de aplicación del Presupuesto 2024, el déficit financiero del Gobierno federal cayó por debajo del 6% del PBI al cierre de octubre, el resultado más equilibrado de los últimos 10 meses. 

Por su parte, el déficit primario federal (excluyendo la creciente carga por intereses de deuda pública) retrocedió al 3,7% del PBI y registró el nivel más bajo desde diciembre de 2022.

El proyecto aprobado en conjunto por republicanos y demócratas moderados dispuso de los siguientes puntos:

  • Suspensión del límite de deuda hasta el 1 de enero de 2025
  • Topes para el gasto discrecional en los ejercicios fiscales 2024 y 2025
  • Eliminación de todos los fondos remanentes asignados durante la pandemia de Covid-19
  • Reducción de US$ 1.400 millones de dólares para la financiación del Servicio de Impuestos Internos
  • La determinación de que cualquier resolución ejecutiva que cueste más dinero del que genera sólo pueda realizarse si una cantidad igual o mayor de dinero se recorta de otros programas federales
  • Eliminación definitiva de la cancelación de préstamos estudiantiles, algo también anulado por la Corte Suprema a partir de agosto de este año
  • Ampliación de los requisitos para percibir beneficios por el Programa de asistencia nutricional suplementaria
  • Flexibilización de los permisos para la aprobación federal de proyectos energéticos

Con una fuerte moderación de los gastos en términos nominales (y más aún en términos reales), se espera que el déficit del año fiscal 2024 pueda reducirse significativamente a niveles aún más bajos de los que había antes del estallido de la pandemia, sin la necesidad de subir los impuestos.

La administración del presidente Biden pretendía cargar el ajuste fiscal a cuenta de los contribuyentes, y su plataforma electoral para el año próximo propone relanzar estas propuestas.

Entre otras cosas, Biden propone un aumento del impuesto de Sociedades del 21% al 28%, un incremento sustancial de la tasa por Medicare, el alza de la tasa máxima del impuesto a las Ganancias de personas físicas del 37% al 39,6%, y el tratamiento de las Ganancias de capital de largo plazo con una tasa que se elevaría del 20% a más del 40%.

Por su parte, el expresidente Donald Trump propone profundizar los recortes de la “Ley de Empleos y Reducción de Impuestos” del año 2017, y en particular la reducción del impuesto de Sociedades del 21% al 15% a partir de 2026.

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Argentina

Donald Trump llamó a Javier Milei para felicitarlo por la victoria y le aseguró que viajará a la Argentina para visitarlo

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El ex presidente de los Estados Unidos y líder del nuevo movimiento de derecha a nivel mundial se comunicó con Javier Milei para felicitarlo por su triunfo.

El presidente electo Javier Milei recibió este miércoles a la noche una de las llamadas más importantes de todas: el expresidente de los Estados Unidos, líder del Partido Republicano y fundador del nuevo movimiento de derecha que está creciendo en el mundo, Donald Trump.

La charla sucedió en inglés, donde Trump lo felicitó por la “enorme diferencia” que le sacó en la victoria al “candidato del gobierno socialista”, en referencia a Sergio Massa, y le expresó que su victoria “está teniendo impacto mundial”.

Según fuentes consultadas y después confirmadas por el propio presidente electo en redes sociales, Trump le aseguró que visitará la Argentina “pronto” para reunirse con el líder libertario, aunque no precisó si será durante la asunción, agendada para el 10 de diciembre, o si será luego.

El contacto entre Trump y Milei fue facilitado por el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, quien mantiene una estrecha relación con el hijo del mandatario estadounidense, Donald Trump Jr., y desde ya con su padre también.

El mensaje de Donald Trump para Javier Milei

El llamado vino después de que el candidato a presidente en Estados Unidos le enviara un video de felicitaciones a Javier Milei, a quien le expresó su “orgullo” y deseos de una buena presidencia.

Felicitaciones a Javier Milei por una gran elección como presidente de Argentina. ¡El mundo entero te estaba mirando! Estoy muy orgulloso de vos“, dijo en la grabación que publicó en sus redes sociales. “Vas a dar un giro a tu país. Y vas a hacer que Argentina vuelva a ser grande otra vez”.

¡Muchas gracias Presidente Donald Trump! Su presidencia fue un ejemplo para todos los que defendemos las ideas de la libertad y espero conocerlo pronto“, respondió Milei en su cuenta de la red social X (ex Twitter).

Y señaló: “No tenga dudas de que vamos a Hacer Argentina Grande Otra Vez“, en referencia a la típica frase del exmandatario Trump en su campaña electoral “Make America Great Again“.

La llamada de Joe Biden

Quien también llamó a Milei el miércoles, aunque más temprano, fue el presidente de los Estados Unidos, el demócrata de izquierda Joe Biden. Ambos mantuvieron una conversación de unos 10 minutos en la que el mandatario estadounidense felicitó al libertario por su triunfo del balotaje.

La conversación entre ambos fue muy amable y se habló fundamentalmente de la liberación de rehenes en Israel“, contó Diana Mondino, a la salida del Hotel Libertador donde reside momentáneamente Milei.

Y agregó: “Milei le habló de la energía y los alimentos con que Argentina cuenta y puede contribuir con el mundo. Fue un diálogo muy fluido”.

La futura canciller informó que durante la comunicación, Biden le pidió disculpas por “no poder estar presente en la asunción presidencial”, ya que tenía otro viaje programado para esa fecha.

En el diálogo, Biden se mostró confiado en que la Argentina “encontrará la manera de salir de la crisis” y también le ofreció el apoyo de Estados Unidos para lograrlo, especialmente en las negociaciones con el FMI.

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