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Estados Unidos

Éxodo demócrata y pesadilla republicana: cómo está cambiando el mapa electoral de los Estados Unidos

Escapando de impuestos altos, regulaciones absurdas y caos social, millones de demócratas están escapando los Estados demócratas para ir a los republicanos. Este éxodo tiene a muchos preocupados: ¿seguirán votando por los demócratas o se darán cuenta que de eso huyeron?

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Por Sebastián Maril, para La Derecha Diario.


Es una realidad innegable que el ser humano busca emigrar hacia territorios que ofrezcan un mejor nivel de vida. Ya sea por motivos políticos, religiosos, económicos o tan simple como temas climáticos, este fenómeno migratorio está lleno de ejemplos en el mundo que muestran como la movilidad de personas es una opción buscada por un creciente grupo de la población cuyo resultado siempre es el mismo: el abandono del hogar en búsqueda de la prosperidad. 

Estados Unidos históricamente ha sido un país receptor de grupos sociales que buscan radicarse dentro de sus fronteras y rara vez ha mostrado un marcado éxodo de su población. Según cifras oficiales del Gobierno de los EE.UU. publicadas en 2017, la población foránea que actualmente reside de manera permanente en el país, alcanzó un nivel récord de 44,4 millones o el 14,3% de la población. 

La Décima Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, ratificada el 15 de diciembre de 1791 y que expresa el principio del federalismo, detalla cuales son los derechos de los Estados y cuál es el límite de poder y accionar de Washington sobre sus territorios. La Décima Enmienda muestra como los poderes del Gobierno central sobre los estados están limitados por sólo aquellos delegados por la Constitución, reservando el resto de los poderes a los gobiernos estatales y a sus respectivas poblaciones. 

Por este motivo, y gracias a su creciente población foránea, los 50 Estados y el Distrito de Columbia compiten entre ellos por recibir y atraer población, negocios e inversiones. De esta manera, sus respectivas economías pueden diferenciarse entre ellas y beneficiarse con más negocios, inversiones y, por qué no, más población. 

Sin embargo, esta prosperidad económica tiene una connotación política no deseada para aquellos Estados que ofrecen un nivel de vida superior a otros, y hoy, el Partido Republicano, se encuentra en alerta porque Estados históricamente gobernados por los suyos, están recibiendo altos niveles de población provenientes de Estados históricamente gobernados por el Partido Demócrata. 

El llamado “éxodo azul” (el Partido Demócrata se representa por el color azul y el Republicano por el rojo) ofrece un alto nivel de incertidumbre porque aún se desconoce si este fenómeno migratorio doméstico cambiará la ideología política del Estado receptor de la población. 

Existe un número creciente de norteamericanos que muestran un notable hartazgo hacia los altos impuestos, las estrictas regulaciones y absurdas leyes propuestas y aprobadas por Estados cuya población históricamente ha votado a candidatos a Presidente por el Partido Demócrata. Estos norteamericanos muestran su preferencia por vivir en un Estado fiscalmente responsable, que minimice la carga tributaria a sus residentes y con legisladores que propongan leyes para mejorar la vida de aquellos que habitan dentro de sus fronteras. Por eso buscan emigrar y el temor crece por saber cómo votarán en el futuro.

Caricatura que representa este éxodo azul, de California a “cualquier otro lado”.

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La Oficina del Censo y el IRS, la agencia de recaudación de impuestos estadounidense, recientemente publicaron datos sobre el crecimiento de la población estatal y la migración de ingresos correspondiente al 2018. 

Ambas instituciones muestran que el éxodo de la población radicada en aquellos Estados con alta presión impositiva hacia aquellos Estados con baja presión impositiva, se está acelerando. 

De los 10 Estados que más población han perdido, nueve son considerados demócratas porque desde las elecciones presidenciales de 1992, siempre han votado, salvo excepciones puntuales, al candidato a Presidente que representa al Partido Demócrata. California, Nueva York, Illinois, Nueva Jersey, Massachusetts, Maryland y Connecticut, han votado consistentemente al Partido Demócrata en cada ciclo electoral desde entonces. 

Pennsylvania y Michigan desde 1992 siempre votaron demócrata excepto en 2016 que optaron por votar a Donald Trump, candidato republicano. La única excepción es Ohio, considerado “swing State” (“Estado Péndulo”) porque, en las últimas siete elecciones presidenciales (desde 1992), cuatro ha votado por los Demócratas y 3 por los Republicanos. Entre estos 10 Estados, no hay uno solo que pueda ser considerado consistentemente como Republicano.

Un análisis similar se puede realizar en los 10 Estados que han ganado población desde 2010 y a qué partido político han votado desde 1992. Utilizamos 1992 como año de referencia ya que en 1988, George Bush (Republicano) ganó 40 de los 50 estados y previamente, Ronald Reagan (Republicano) en 1984 ganó 49 de los 50 estados que forman el país. De los 10 Estados que más han visto crecer su población desde 2010, cinco son considerados sólidamente Republicanos (Texas, Carolina del Sur, Arizona, Tennessee y Georgia), uno, Carolina del Norte, es considerado Republicano pero en 2008 votó a Barack Obama (Demócrata), uno, Florida, es considerado “swing State” porque desde las elecciones presidenciales de 1992, en 4 ocasiones ha votado a Presidente Republicano y en 3 a Presidente Demócrata y tan solo 3 Estados, Nevada, Washington y Colorado, pueden ser considerados consistentemente Demócratas.

Entre los Estados que más estadounidenses han recibido se encuentra Florida y Texas, mientras que Nueva York lidera con creces entre los Estados que más población han perdido al “éxodo azul”, con California e Illinois en 2° lugar.

Crecimiento y Pérdida de la Población por Estado 2010-2019. Fuente: Census Bureau.

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Las consecuencias políticas para aquellos Estados actualmente Republicanos receptores de población proveniente de Estados actualmente Demócratas, son numerosas. 

Por un lado, en un país que elige Presidente y Vicepresidente mediante el Colegio Electoral y no mediante el voto popular, el arribo de posibles nuevos electores Demócratas puede fácilmente cambiar la ideología de un Estado históricamente Republicano. 

Pongamos como ejemplo Texas, hogar de todo aquello que representa la tradición capitalista, auto-suficiente, religiosa y conservadora que ha hecho de EE.UU. la potencia económica y militar que es hoy. De las 10 ciudades más grandes de Texas, nueve ya votaron al Partido Demócrata en las últimas elecciones presidenciales. Si esta tendencia continúa y las grandes urbes texanas siguen recibiendo población Demócrata, no sería descabellado pensar que, en 2024, Texas vote a un candidato Demócrata a Presidente de los EE.UU., algo que no ocurre desde 1976, cuando ambos partidos compartían una ideología muy alejada del socialismo.

También existen otras consecuencias políticas de ser un Estado receptor de población. Se espera que, gracias al crecimiento de su población, Florida y Texas ganen 2 y 3 diputados respectivamente en la Cámara Baja, mientras que California y Nueva York pierdan 1 diputado cada uno. Así, Florida podría convertirse en el tercer Estado más importante del país relegando a Nueva York en cuanto a electores.

En rojo, los Estados que en 2016 votaron por Donald Trump y el Partido Republicano, en azul, los que optaron por Hillary Clinton y los demócratas.

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Los Republicanos no pueden ocultar su preocupación.

El éxito económico de la mayoría de sus Estados está atrayendo población demócrata que huye de los destructivos impuestos y de las rígidas regulaciones, pero esta gente parece arrastrar su ideología a sus nuevos hogares. 

Utilicemos nuevamente a Texas como ejemplo. Según la Oficina del Censo, este Estado sureño se ha convertido en uno de los principales destinos para los californianos, ya que cada vez más empresas radicadas en el “Golden State” se han dado cuenta que es hora de mudarse a destinos donde la presión tributaria sea menor.

Muchas familias californianas también han decidido emigrar a Texas simplemente para encontrar hogares más asequibles, impuestos más bajos y un Gobierno que muestre respeto por la Constitución y no busque ignorarla. Quienes se mudan a las grandes ciudades ya han demostrado seguir votando de la misma manera que votaban en su Estado de nacimiento, la pregunta es si los moderados que están huyendo del caos social y económico que avala el Partido Demócrata traerán la misma ideología de la cual optaron por huir. 

Por esto mismo, Donald Trump está mostrando al electorado norteamericano que las políticas económicas de su partido, especialmente aquellas relacionadas con la eliminación de regulaciones, la rebaja de impuestos y la creación de empleos, es el camino que EE.UU. debe seguir. Es una manera de proteger la ideología de los Estados Republicanos y convencer a la población que emigra de Estados demócratas que, en sus nuevos hogares, al menos consideren votar por un Partido que represente todo aquello que eligieron y rechazar el que representa todo aquello de lo cual optaron por abandonar.

No es una tarea sencilla y por ahora nadie la había tratado de implementar, lo cual estaba causando una debacle en los dos Estados que más habrán crecido después de conocerse los resultados del Censo 2020, Texas y Florida, que han sido gobernados sin interrupción por el Partido Republicano desde 1994 y desde 1998 respectivamente pero que sus grandes urbes ya son Demócratas y solo sus respectivas zonas rurales, mantienen al Partido Republicano en el poder. 

  

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Estados Unidos

Un informe revela el lado oscuro de Powell en la Reserva Federal y expone sus intentos por bloquear las medidas de Trump

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Un nuevo archivo videográfico del periodista James O’Keefe revela como la máxima autoridad de la FED junto a otros empleados de la banca central colaboraron para impedir el éxito del expresidente.

En la última semana, un nuevo proyecto investigativo de James O’Keefe logró sacar a la luz las verdaderas intenciones del actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, para entorpecer las políticas monetarias que el presidente Donald Trump propuso durante su mandato con el fin de imposibilitar su reelección.

Conjuntamente con otros empleados de la máxima autoridad monetaria en el país, Powell buscaba posicionarse como una figura moderada, bloqueando todas las medidas que tomaba Trump desde el Poder Ejecutivo, a lo largo de sus 4 años de gestión.

Si bien Powell fue designado por el propio Trump al principio de su mandato, el funcionario fue elegido por la cúpula del Partido Republicano, que en aquel entonces era anti-trumpista. Así, el entonces presidente debió lidiar todo su mandato con un “rebelde” en el Banco Central estadounidense. Hoy, permanece en sus funciones y fue ratificado en el cargo por Joe Biden, con quien colabora de cerca y sin rispideces.

La cámara oculta

A partir de una cámara oculta a la que fue sometido uno de estos altos empleados del órgano gubernamental, se descubrió un entramado de corrupción detrás de las políticas de la FED.

a la construcción de un relato asociado a políticas progresistas vinculadas a temáticas como teoría racial; feminismo y políticas medioambientales, las cuales nada tienen que ver con la estabilidad económica de un país.

Aurel Hizmo, quien se desempeña como economista en jefe de la Reserva Federal, es el encargado de elaborar los discursos de Jerome Powell en sus declaraciones públicas. También trabajó en el mismo rol durante la presidencia de Janet Yellen, quien hoy se desempeña como Secretaria del Tesoro de Biden.

Durante la cámara oculta, Hizmo aseguró que durante la administración de Trump, el presidente buscaba mantener una política de estabilidad económica, pero que Powell desde la Reserva Federal entorpecía a propósito los objetivos macroeconómicos del gobierno.

Hizmo es un especialista en finanzas pero mantiene una ideología de izquierda muy marcada, de corte progresista en sus visiones sociales y dentro del espíritu de su profesión, aboga por políticas que se relacionan con las visiones socialistas de la economía.

En la conversación que no pensaba que estaba siendo grabada, se rio de que todo esto se hablaba libremente en las reuniones de la FED, pero que nunca había salido a la luz ya que todo lo relacionado a la Reserva Federal se encuentra bajo el concepto de “información clasificada“.

La relación entre Trump y Powell

El economista de la FED tildó a Trump de ser una ”persona loca” y lo caracterizó con términos peyorativos, antes de admitir que es un fanático de Joe Biden, en relación a sus ideas económicas.

Para describir la relación entre Trump y Powell, Hizmo aseguró que ambos se llevaban extremadamente mal entre sí, al punto de que el expresidente intentó en múltiples ocasiones despedirlo del cargo, pero no podía ya que no contaba con los suficientes votos en el Senado para nombrar un reemplazo.

Según contó, en la reunión que tuvieron previo a la nominación de Powell, Trump le dijo que buscaba a alguien que sea capaz de subir las tasas de interés al principio del mandato para luego ir relajándolas a medida que creciera la economía. Sin embargo, Powell boicoteó esta visión macro de Trump ni bien llegó a la FED.

En una sintonía contraria a las intenciones de Trump por mantener una economía estable, la gestión de Joe Biden busca constantemente mantener las tasas de interés elevadas con el objetivo adicional de mantener los índices inflacionarios bajos, luego del bochornoso accionar de Powell durante la pandemia.

Hizmo incluso llegó a mencionar que Powell tiene el deseo de pasar a la historia como una clase de ”mártir que intentó detener a Trump a toda costa” mediante la desobediencia en sus políticas y establecerse él como quien reflotó la economía luego de la crisis del coronavirus.

Ante los preocupantes índices de inflación que los Estados Unidos han tenido durante toda la administración Biden, Powell ahora busca impedir la recesión para beneficiar a Biden en las elecciones de noviembre y evitar que Trump regrese a la Casa Blanca.

En otra parte de la conversación, Hizmo aseguró que los sectores conservadores son ”estúpidos” y aseguró que no existen personas con dicha ideología en el campo de la economía, a pesar de que el propio Powell se considera un conservador.

Entre risas, el desubicado economista de la FED dijo con mucha confianza que si Trump regresa a la presidencia este año, todos los empleados de la entidad monetaria buscarán nuevamente entorpecer las políticas económicas del Ejecutivo.

Cambio climático y políticas de género

Hizmo destacó que Powell, a pesar de ser un conservador, hoy mantiene una excelente relación con Biden y con los sectores más progresistas del Partido Demócrata, y que en los últimos 3 años ha implementado cambios en favor de la promoción de políticas medioambientales, políticas de género y temáticas raciales.

Uno de los mayores cambios que Powell ha implementado en la Reserva Federal desde la llegada de Biden, ha sido la promoción de espacios dentro del banco central en el cual solo se discuten temas relacionados al cambio climático y a cuestiones de género.

Powell además se ha gastado millones en un programa a través del cual la Reserva Federal contrata a “científicos” ecologistas, especializados en género o expertos en cuestiones raciales, para que “estudien maneras de enriquecer las discusiones del directorio de la Reserva Federal“.

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Estados Unidos

Trump promete restaurar la paz a través de la fuerza en un masivo evento en Pensilvania donde condenó a Irán por atacar a Israel

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El mandatario responsabilizó a Biden por su liderazgo débil que llevó al mundo a otra situación de guerra más en menos de 3 años.

El candidato a presidente Donald Trump habló esta noche en un masivo acto de campaña ante más de 40.000 personas en Schnecksville, Pensilvania. El evento estaba planeado con antelación para hablar de la campaña pero el ataque misilístico de Irán contra Israel se llevó la centralidad de su discurso.

En el principio de su discurso expresó su total apoyo a Israel y fustigó al presidente Joe Biden por permitir que algo así sucediera, además de atacarlo por todavía no haber salido a hablar. Trump prometió que restablecería la paz en el mundo mediante la fuerza y ​​dijo que el ataque nunca habría ocurrido si él fuera presidente.

Devolveremos al mundo la paz a través de la fuerza. Reviviré la fuerza estadounidense en el exterior y restauraremos la fuerza estadounidense en casa“, dijo Trump a la multitud masiva que vitoreó su discurso.

Cabe recordar que durante su mandato de 4 años, el mundo no experimentó ninguna nueva guerra y el globo estuvo en relativa paz por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Por el contrario, tras el triunfo de Biden, el mundo fue rápidamente sumergido en guerras.

Los talibanes lanzaron una nueva guerra civil y se apropiaron de Afganistán, Corea del Norte volvió a entrar en conflicto con Corea del Sur, Rusia invadió a Ucrania, estallaron cinco guerras civiles en el continente africano, Hamás lanzó un ataque contra Israel que desencadenó una guerra en Gaza, y ahora Irán le declara la guerra a Israel. Todo en menos de 3 años.

Estados Unidos ora por Israel. Enviamos nuestro apoyo absoluto a todos los que están en peligro. Este es un ataque que no habría ocurrido si yo estuviera en el poder“, aseveró Trump. Los comentarios de Trump fueron recibidos con cánticos eufóricos por parte de la multitud: “¡Amamos a Trump!”.

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