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Estados Unidos

Joe Biden se desploma en el Estado clave de Pensilvania, abriendo el camino de la victoria para Trump

Las posturas cada vez más corridas a la izquierda de Joe Biden, su ataque frontal al fracking y una promesa de más inmigración están generando masivas perdidas de afiliados del Partido Demócrata en el Estado de Pensilvania, y todo indica una victoria de Trump.

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El Estado de Pensilvania es la joya codiciada para ganar las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, con sus 20 votos del Colegio Electoral, es uno de los seis «super Estados» por caudal de votos que aporta a la presidencia. 

Trump ganó allí por poco más de 44.000 votos en 2016. Fue el primer candidato republicano en ganar Pensilvania desde George Bush (Padre) en 1988. De nada sirvieron las 15 visitas que realizó Hillary Clinton durante su campaña. 

De esta manera, durante los últimos 30 años, Pensilvania ha sido un Estado demócrata. Sin embargo, desde 2016, se ha venido desplazando lentamente hacia la derecha gracias a muchas políticas impulsadas por el presidente Trump muy populares entre el electorado de clase media industrial que hay allí. En 2018, sin la figura del presidente Trump en las boletas de la elección legislativa, el Estado tuvo 9% más de votos demócratas y hace tan solo unos meses atrás, los números de Trump no parecían nada buenos y muchos analistas anunciaban la vuelta del llamado «Keystone State» para los demócratas.

Pero el trabajo de registración de votos (territorio/partido), el discurso de Trump (comunicación/candidato) y la postura cada vez más a la izquierda de Biden está haciendo que Pensilvania se vaya consolidando para los republicanos.

El trabajo territorial del Partido Republicano está generando una importante diferencia en favor de los republicanos, ganando sobre el voto moderado y afiliando a muchos pensilvanos al Partido Republicano.

Los datos de registración de votantes republicanos para la elección de noviembre 2020 desde la primera semana de agosto supera a la registración demócrata: 

  • Semana: 27/7 al 3/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 2.955 
  • Semana: 3/8 al 10/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 4.672 
  • Semana: 10/8 al 17/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 2.569 
  • Semana: 17/8 al 31/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 14.066 
  • Semana: 31/8 al 7/9: Partido Republicano superó a los demócratas por 9.428

Distribución cartográfica de la registración de votantes republicanos, dividido por condados del estado de Pensilvania, semana del 31/8 al 7/9. Rojo: republicano, Azul: demócrata.

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Biden se enfrenta en Pensilvania a una organización territorial que, a dos meses de la elección, lo supera por 166.000 votos desde las elecciones de 2016, en un Estado vecino a su sótano, ya que el candidato demócrata está recluido en el Estado de Delaware, al sureste de Pensilvania, cuidándose del coronavirus.

Los condados con más registro de votante republicano están en el suroeste (donde vive un tercio de toda la población del Estado) y noreste (donde Trump ganó abrumadoramente en 2016), además de las áreas urbanas de Pittsburgh y Filadelfia. 

Estos datos muestran algo seguro: el Estado sigue haciéndose cada vez más republicano por el discurso de izquierda de Joe Biden contra el votante trabajador pensilvano.

Datos de registración de voto republicano y demócrata, comparado elección 2016 y mismo período de campaña 2020, semana del 31/8 al 7/9.

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En 2016, Trump apeló a los obreros prometiendo trabajo y producción industrial. Pensilvania fue un ejemplo de promesa cumplida. Para este año el discurso refuerza su apoyo incondicional a ese segmento, haciendo hincapié en el fracking. 

El fracking es un procedimiento relativamente nuevo para la producción de petróleo y gas natural, basado en un proceso de fracturación hidráulica que extrae gas y petróleo de la roca de esquisto. Ha sido un generador de más de 26.000 empleo directos en el Estado, un gran ahorro de energía para innumerables ciudadanos de Pensilvania y ayudó a muchos otros sectores que se beneficiaran de las ganancias laborales de esta industria.

La gestión de la administración republicana defendió el fracking en estos 4 años y se compromete a no prohibirla en los próximos 4, frente a las sucesivas críticas (sin fundamentos) que viene acumulando respecto al daño del ambiente que produce. 

Así, los obreros, los cascos sindicales que alguna vez tuvo el Partido Demócrata, hoy están totalmente a favor de Trump, porque les asegura trabajo, desarrollo y bienestar.
Mientras tanto, el discurso de Biden apuesta por una posición sobre el fracking que atraiga a moderados y progresistas de izquierda. 

Desde marzo hasta ahora ha sido poco claro y a los únicos que no decepcionó fue a los grupos extremistas de su partido que lo empujaran a posiciones de extrema izquierda y a perder votos.
No más, nada de fracking nuevo”, dijo Biden en marzo, con Bernie Sanders al lado, un declarado opositor al fracking que propuso prohibirlo en su campaña.
Ese comentario fue interpretado caritativamente por los apologistas de Biden como que no habrá nuevas licencias bajo su administración, pero «¡no más después de eso!«. 

Por otro lado, a esa interpretación de Biden se suma la elección como vice de Kamala Harris, una ferviente opositora al fracking. «No hay duda, estoy a favor de prohibir el fracking«, declaró Harris en septiembre de 2019.

Distribución de la producción de gas natural en base a fracking. Pensilvania tiene en la mitad de su territorio el proceso de fracturación hidráulica y es la zona más extendida de esta práctica industrial. En el mapa, al extremo superior este.

En el Estado de Pensilvania, la posición de Harris-Sanders que empujan a Biden es un asesinato de empleos y un suicidio de votos. Por ello, Biden buscó adaptarse cuando estuvo en Pittsburgh y fue confrontado sobre el tema: «No estoy prohibiendo el fracking. Déjame decirlo de nuevo. No estoy prohibiendo el fracking por muchas veces que Donald Trump mienta sobre mí«.

Pero nuevamente fue en otra dirección en Steel City, donde habló de “trabajos en la construcción de carreteras, puentes, paneles solares y molinos de viento de nuestra nación» y «estrategia de energía limpia» para «los trabajadores de la energía aquí en el oeste de Pensilvania«. Este discurso no engaña a los pensilvanos que se le van de a miles porque los molinos de viento y los «paneles solares» no significan trabajos reales. 

Solo un ejemplo, quizás el proyecto de construcción más grande que se está llevando a cabo en Estados Unidos es la nueva planta de craqueo de etano de Shell Chemical en el condado de Beaver, a las afueras de Pittsburgh. La planta creará casi 20.000 puestos de trabajo para el oeste de Pensilvania y va a necesitar de la extracción de gas natural de los depósitos de Marcellus y Utica, por lo cual la prohibición del fracking tendría un gran impacto en la viabilidad futura de la planta y sus empleados.

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El segundo segmento de votantes pensilvanos a los cuales Biden les está atacando son los administrativos, los profesionales y trabajadores de corporaciones que ven amenazado sus empleos por los programas de subcontratación a través de las visas H-1B y L. 

Según la solicitud que realizaron las empresas al gobernador demócrata Tom Wolf, en los próximos 3 años 18.000 puestos de trabajo de cuello blanco serán cubiertos por trabajadores extranjeros, es decir, menos trabajo para los americanos.
Trump defendió en su 1ra administración el trabajo de los americanos y promete continuar en esa línea. Mientras Biden propone más visas para trabajadores administrativos. 

Actualmente hay 650.000 trabajadores extranjeros con visa H-1B en todo EE.UU., y más de 85.000 estadounidenses anualmente pierden sus puestos laborales por la mano de obra extranjera de este programa. Pensilvania va a ser uno de los Estados más perjudicados y los trabajadores lo saben, por eso hoy la mayoría de los votantes indecisos del Estado apoyan la reducción de la inmigración sobre la base de la protección de los empleos y los salarios de los estadounidenses. 

Y el tercer segmento de votantes pensilvanos agredidos por las promesas de extrema izquierda de Biden son los habitantes de los suburbios, para los cuales el candidato demócrata es una amenaza con su plan de subdivisión de áreas suburbanas. 

No extraña que Pittsburgh y el condado de Allegheny masivamente se estén inscribiendo para votar por Trump, que les asegura «Ley y Orden«; frente al caos de los grupos apoyados por los demócratas Black Lives Matters y Antifa de las últimas semanas, sin mencionar los tweets y acciones del alcalde demócrata de Pittsburgh, Bill Peduto, durante las protestas en su localidad. 

Para ganar Pensilvania, Biden necesita atraer a los trabajadores del fracking, a los profesionales de oficina y a los residentes suburbanos; pero su discurso se concentra en satisfacer a los socialistas del Green New Deal, subcontratados extranjeros y boicoteadores callejeros y criminales de izquierda.

Por el lado de Trump, a la segmentación en la estrategia discursiva en Pensilvania se complementa la estrategia de inversión publicitaria de optimización de gastos por resultados.
En cuanto a la inversión publicitaria: entre los 10 principales mercados publicitarios de la campaña de Trump en todo el país desde el Día del Trabajo hasta el Día de las Elecciones está la región obrera de Pensilvania: Harrisburg, Lancaster, York y Líbano; y esto está dando sus frutos.

La sacudida hacia la izquierda de Biden lo está lastimado, especialmente en un Estado que necesita ganar como Pensilvania. Los errores discursivos, la elección desacertada de Kamala Harris, un programa con políticas de ataque a la clase media, trabajadora, suburbana, una organización lenta e ineficiente de registración son todos los ingredientes para enterrar su candidatura en un Estado clave para ganar la presidencia de EE.UU. 


Por Karina Molina, para La Derecha Diario.

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Estados Unidos

Estudiantes de extrema izquierda tomaron la Universidad de Columbia en apoyo al terrorismo palestino

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Los adolescentes más ricos del mundo tomaron control del campus de la prestigiosa universidad neoyorquina en apoyo al terrorismo de Hamás.

La situación social en los Estados Unidos se torna cada vez más preocupante a medida que la izquierda destruye el tejido social con manifestaciones violentas que atentan contra los valores occidentales.

En los últimos días, esta situación mostró un nuevo punto crítico luego de que un grupo de alumnos activistas de extrema izquierda de la Universidad de Columbia en Nueva York tomaran el campus de la institución en apoyo a la causa palestina con consignas en defensa del terrorismo islámico y con un marcado antisemitismo.

Docenas de alumnos y activistas de izquierda ajenos a la universidad se instalaron de manera ilegal dentro de la prestigiosa institución en carpas para expresarse en contra de la operación militar especial que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque genocida del grupo terrorista palestino Hamás, donde más de 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría el 7 de octubre.

La toma fue impulsada por la asociación izquierdista »Students For Justice In Palestine» y contó con el apoyo de múltiples organizaciones universitarias, que agredieron a estudiantes de religión judía y a otros que no compartieran su visión acerca del conflicto en Medio Oriente.

Lo que hace aún más insólita la situación es que los estudiantes que participaron de la manifestación, lejos están de ser árabes o palestinos; por el contrario, son blancos de clase alta. Se trata de los hijos adolescentes de las familias más adineradas del planeta jugando a disfrazaese de terroristas.

Los manifestantes que confraternizan con el terrorismo islámico bloquearon el acceso a la prensa y aseguran que solo permitirán el acceso de periodistas «afines a la causa». Entre otros, rechazaron el acceso de periodistas judíos, por su religión.

Si bien las autoridades de la universidad habían mencionado que los protestantes serían desalojados en el transcurso de la primera noche de la ocupación, ningún tipo de acción fue llevada a cabo.

Los estudiantes judíos debieron abandonar el campus universitario y la zona quedó completamente en manos de los grupos estudiantiles de extrema izquierda, que aprovecharon la ocasión para dar discursos violentos y cargados de odio contra la comunidad judía.

Recién el jueves, la policía de Nueva York se hizo presente y en un operativo arrestó alrededor de 110 personas participantes de la protesta, incluida la hija de la representante demócrata del estado de Minnesota Ilhan Omar, Isra Hirsi.

La intervención por parte de la policía de Nueva York se dio luego de que las autoridades de la universidad encabezadas por la presidente de la institución, Minouche Shakif, dieran aviso acerca de los ilícitos que se estaban cometiendo dentro de la institución sumado a la hostil recepción de los estudiantes contra las fuerzas policiales a las cuales llamaron »asesinos de bebés».

Los incidentes con los grupos pro-Palestina se originaron luego de que Shakif hablara frente al Comité de Educación del Congreso de los Estados Unidos acerca de los crecientes casos de antisemitismo en las universidades, por lo que los mencionados grupos de estudiantes comenzaron a acampar de forma ilegal en el campus y a tomar actitudes violentas y hostiles contra estudiantes de religión judía.

Uno de los factores determinantes para la escalada en el conflicto de las agrupaciones estudiantiles con la universidad, fue la prohibición de dos agrupaciones izquierdistas a fines del año pasado, las cuales se les imputó el incumplimiento con las políticas de la Universidad de Columbia respecto al código de conducta y abuso contra otros estudiantes.

De acuerdo a la presidente de Columbia, se autorizó a la Policía de Nueva York a desalojar el campamento establecido en el ala sur del campus, lo que provocó incidentes. En concordancia con las acciones legales que la dirigencia de la universidad tomó contra los alumnos, se les informó a su vez que a cualquier alumno que participe de cualquier manera en las protestas y ocupación del territorio universitario se encuentra suspendido.

A pesar de que docenas de revoltosos protestantes hayan sido arrestados durante el desalojo, el acampe por parte de las organizaciones pro-Palestina no ha podido ser desmantelado, sino que incluso se incrementó en tamaño luego de que quienes lideran la protesta declarasen que han »tomado» la universidad y la declaren como una »universidad popular’‘.

Ataques antisemitas y apoyo al terrorismo islámico

Uno de los factores distintivos que las protestas llevadas a cabo en los últimos días en la Universidad de Columbia, es el profundo sentimiento anti-Israel que profesan, el cual ha llevado a quienes participan del acampe a ser perpetradores de violentos ataques antisemitas contra aquellos estudiantes que profesan la religión judía, e incluso a aquellos que no defiendan sus reclamos.

Uno de los casos de marcado sentimiento anti-judío que se ha llevado a cabo en los últimos días han sido las graves agresiones perpetradas contra la estudiante judía Elisha Baker, de 21 años, quien denunció que un grupo de protestantes le expresó en repetidas ocasiones que »se mate a sí misma» y le causaron heridas de moderada gravedad tras patearla en varias ocasiones en el estómago durante el acampe.

Otro incidente de extrema gravedad se dio en el momento en el cual un participante de la protesta terrorista fue enfocado sujetando un cartel que decía »El próximo objetivo de las brigadas Al-Qasam» mientras apuntaba a un grupo de estudiantes judíos.

Las brigadas Al-Qasam son el brazo armado de la organización terrorista Hamás, la cual ha gobernado al territorio ocupado de Palestina en las últimas décadas y fue el responsable de los ataques terroristas contra distintos poblados israelíes el pasado 7 de octubre de 2023 donde miles de ciudadanos judíos fueron asesinados por Hamás.

Los preocupantes incidentes que tienen por objetivo el acoso y agresiones a los estudiantes judíos despertó la preocupación de empleados de la universidad que pertenecen a la colectividad.

El rabino ortodoxo Elie Buechler, quien se desempeña como profesor tanto en la Universidad de Columbia como en la Universidad Barnard, instó mediante un mensaje abierto de Whatsapp a los estudiantes judíos a abandonar el campus universitario e irse a sus hogares mientras dure el acampe debido a los crecientes ataques antisemitas.

Otro profesor de la universidad, Shai Davidai, mencionó que los estudiantes no lo dejan entrar a la facultad por ser judío y que las protestas llevadas a cabo por las agrupaciones estudiantiles habían cruzado un límite convirtiéndose en actos terroristas llevados a cabo por grupos terroristas.

En concordancia con el sentimiento anti-Israel que las protestas mantienen, además se encuentra presente una profunda adoración por los grupos terroristas islámicos como Hamás, con el cual los estudiantes participantes de los acampes se sienten identificados al punto de que mencionan frases como »Todos somos Hamás» e incluso celebraron el ataque del 7 de octubre, conocido por los palestinos como la »Inundación de Al-Aqsa».

Extensión a otras universidades

Si bien el foco principal de las protestas que se desarrollaron con intensidad en la última semana está puesta en la Universidad de Columbia, en las últimas horas la Universidad de Yale ha visto sucesos similares en sus instalaciones, además de que varios de sus estudiantes hayan irrumpido en el campus de Columbia para mostrar su apoyo para con los protestantes locales.

La situación descrita devuelve a la memoria aquellos incidentes en estados demócratas como Oregon y Washington unos años atrás cuando protestantes tomaban partes de las ciudades con la idea de convertirlas en un »espacio independiente» y de »liberación». Esta misma situación se repite en las universidades hoy en día luego de que el suceso inicial en Columbia de pie a estudiantes en la Universidad de Yale en Connecticut para tomar una porción del campus y proclamarlo como una »zona liberada».

Así como en Columbia, ataques contra alumnos judíos fueron reportados a lo largo de la protesta, pero un caso de extrema gravedad fue reportado en las últimas horas en el cual la estudiante judía de periodismo Sahar Tartak fuera apuñalada en el ojo con el asta de una bandera por parte de un protestante en el campus quien en todo momento se cubrió el rostro con un trapo musulmán.

De manera similar que en la universidad localizada en Nueva York, la policía irrumpió y trató de desalojar la protesta desarrollada en el campus localizado en New Haven, Connecticut, pero los estudiantes pertenecientes a las organizaciones terroristas pro-Palestina se mantienen en el lugar.

En paralelo a los distintos hechos que se están desarrollando tanto en Columbia como en Yale y otras universidades en cuyos campus grupos de estudiantes subversivos, la reacción por parte de todo el arco político se hizo presente, tanto en defensa de los estudiantes comunes como también en defensa de aquellas agrupaciones estudiantiles terroristas.

Por el lado de aquellos estudiantes que decidieron tomar la propiedad de las universidades y agredir alumnos por su pensamiento, las diputadas revoltosas Ilhan Omar (cuya hija fue arrestada en la redada en Columbia) y Rashida Tlaib de Michigan y Minnesota respectivamente se alzaron en defensa de las subversivas actitudes de aquellos grupos pro-Hamás que buscan esclavizar al sistema educativo.

En cambio, desde la Casa Blanca, condenaron eufóricamente las tomas de campus en las universidades y la agresión constante que los estudiantes de religión judía han sufrido en las instalaciones, de acuerdo al vice-secretario de prensa del órgano gubernamental Andrew Bates.

Desde el ámbito del Partido Republicano, quien se expresó de manera más rotunda fue la representante de Neuva York, Elise Stefanik, quien a su vez también instó a la presidente de la Universidad de Columbia Shafik a renunciar debido a la falta de acciones tomadas por la universidad para proteger a los estudiantes de religión judía.

La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx quien a su vez preside el Comité de Asuntos Educativos, envió una carta a la Universidad de Columbia demandando que se tomen acciones concretas frente a la situación que se está desarrollando y se pueda otorgar un ambiente seguro a los estudiantes. Dentro de la carta que la diputada envió a la universidad señaló que ante la ausencia de medidas contra los estudiantes que mantienen cautiva a la universidad, el comité educativo del Congreso no dudaría en hacerlos responsables por dichos resultados.

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Economía

Récord de déficit fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un rojo por más de US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Estados Unidos

Enloqueció Biden: El presidente de EEUU busca sancionar al jefe de las Fuerzas de Defensa Israelíes por combatir al terrorismo

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El gobierno de Biden sancionó al principal financista de Netanyahu en Israel y, según se informa, evalúa expandir las sanciones contra las FDI, que están peleando contra el terrorismo palestino.

Según un informe publicado por Axios, el presidente Joe Biden está preparando una resolución para sancionar económicamente a Herzi Halevi, el actual jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por sus acciones contra los terroristas vinculados al grupo palestino Hamás.

Particularmente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, está analizando las acciones del batallón israelí «Netzah Yehuda» en la región de Cisjordania para combatir a los terroristas palestinos, antes del ataque del 7 de octubre.

Si se imponen sanciones, el batallón y sus miembros ya no recibirían ningún tipo de entrenamiento o asistencia del ejército estadounidense, y el comandante Halevi no podría viajar más a Estados Unidos o países aliados. Se trataría de la primera vez en la historia que Estados Unidos impone sanciones contra Israel.

Según las fuentes, Blinken está analizando aplicar la Ley Leahy, que prohíbe a Estados Unidos proporcionar cualquier tipo de ayuda exterior o capacitación militar a países responsables de presuntas violaciones de derechos humanos basadas en información creíble.

Si bien el canciller norteamericano rechazó preguntas sobre el tema, recalcó el viernes que «la Ley Leahy es muy importante y se debe aplicar en todos los ámbitos«, y confirmó que la Casa Blanca está analizando el tema.

«Cuando hacemos estas investigaciones, estas indagaciones, es algo que lleva tiempo, que debe hacerse con mucho cuidado tanto al recopilar los hechos como al analizarlos, y eso es exactamente lo que hemos hecho», dijo. «Y creo que es justo decir que verán resultados muy pronto. He tomado determinaciones; pueden esperar verlas en los próximos días«, completó.

La semana pasada, la administración de Biden impuso sanciones al principal financista de Benjamin Netanyahu en Israel, el empresario Ben-Zion Gopstein, fundador y líder del grupo de derecha Lehava. El grupo promueve los asentamientos judíos en Judea y Samaria y tiene alrededor de 5.000 miembros en el país.

Según la Casa Blanca demócrata, los grupos vinculados a Gopstein cometieron actos de violencia contra palestinos, pero no se presentaron evidencias y se especula que Biden está utilizando esto como excusa para imponerle sanciones a los empresarios que apoyan a Netanyahu.

Cabe recordar que el Partido Demócrata de los Estados Unidos apoya políticamente a Yair Lapid, principal líder opositor a Netanyahu. Lapid se convirtió en el primer opositor de la historia en rechazar unirse al Gabinete de Guerra de Israel, algo que siempre ocurre cuando el país entra en un conflicto armado, para mostrar unidad en momentos de extrema peligrosidad.

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