Seguinos en redes

Estados Unidos

La Ley de Estímulo Económico de Biden ayuda a todos menos a los norteamericanos: los ridículos gastos que legislaron los demócratas

Esta semana se aprobó el paquete de estímulo con el que Joe Biden busca reactivar la economía: poca plata para los estadounidenses y mucha para empresas ecológicas, cursos de género y asistencia a otros países.

Publicado

en

A principios de esta semana, la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos convirtió en ley el paquete de ayuda y estímulo económico ideado por la administración del presidente Joe Biden, el cual tiene un costo de 1,9 billones de dólares (“trillion”, en inglés). 

El proyecto inicial que había sido aprobado por la Cámara Baja contaba con la duplicación del salario mínimo estadounidense, el cual pasaba de los actuales 7,25 dólares por hora a los 15. Sin embargo, el Senado rechazó este aumento en el debate de la ley, el cual contó con 10 senadores demócratas oponiéndose al aumento más toda la bancada republicana. 

Otra promesa que Biden incumplió es el monto de los pagos directos que recibirán los ciudadanos en concepto de ayuda por la recesión económica que causó la pandemia.

En campaña, el actual Presidente había prometido de que si los senadores demócratas ganaban las elecciones de segunda vuelta en el Estado de Georgia y se hacían con el control del Senado, los ciudadanos iban a poder disfrutar de unos cheques por valor de 2.000 dólares.


Por su parte, el entonces presidente Trump había hecho la misma promesa, pero el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que sólo apoyaría cheques de 600 dólares, lo cual se considera la principal razón por el triunfo demócrata. Sin embargo, a pesar de haber ganado ambos ballotage, el Partido Demócrata puso en la ley el valor de 1.400 dólares.
En un intento por justificar este fracaso, Biden argumentó que los 1.400 dólares son un “complemento” al paquete de estímulo que fue aprobado en noviembre del año pasado en un acuerdo bipartidario que pactó enviar sólo 600 dólares.
Sin embargo, en campaña había sido claro: si lo votaban a él, enviaría 2.000 dólares por encima de los 600 ya enviados. 
La principal razón por la que no pudieron cumplir con este monto pactado es porque los demócratas decidieron agregar un montón de “legislación basura” al paquete de estímulo, desviando una gran parte de estos 1,9 billones de dólares para subsidios a empresas ‘verdes‘, para la implementación de cursos de género y hasta para ayudas económicas a otros países.

Ad

La ayuda económica no recibio ni un sólo voto a favor de un congresista republicano, ni siquiera de los más izquierdistas como Mitt Romney, por el simple hecho de que la ley está destinada a favorecer los intereses del Partido Demócrata. 

De los 1,9 billones de dólares que cuesta el paquete, menos del 20% está designado a paliar los efectos del virus y a financiar actividades como la vacunación, el testeo o los programas de desempleo. 

En cambio, la ayuda destina miles de millones de dólares a expandir el Obamacare, la ley ideada por el ex presidente Barack Obama en el año 2010 para regular y subsidiar el sistema sanitario.

A su vez, los 50 Estados que conforman la Unión, más todas las municipalidades del país, recibirán y se repartirán la suma de 195 mil millones de dólares. 

Este dinero no está atado a gastos específicos a la pandemia y terminará siendo una medida de salvataje financiero de Joe Biden para los gobernadores demócratas que poseen un problema de deficit crónico y que se rehusan a despedir a sus empleados estatales. 

Con este nuevo estimulo los alcaldes demócratas de ciudades como San Francisco recibieron una ayuda estatal que necesitan hace años debido a sus desmanejos fiscales.

En el caso de la ciudad californiana, por ejemplo, con lo que recibirán del estimulo les alcanzará para eliminar totalmente su déficit fiscal proyectado para los próximos dos años, el cual asciende a los 650 millones de dólares. 

Ad

Los otros gastos que contienen la ley son aún menos necesarios e inexplicables: 

  • El paquete destina 128 mil millones de dólares para volver a reabrir las escuelas, pero de ese monto sólo se puede usar el 5% este año, por lo que la mayoría de las escuelas permanecerán cerradas hasta el próximo año; 
  • Mil millones de dólares se asignarán para “fortalecer la confianza en la vacunación”, los cuales serán usados para propagandas estatales en los medios de comunicación;
  • 50 millones de dólares estarán destinados para financiar clínicas de aborto;
  • Las empresas de la industria aeroportuaria recibirán un nuevo subsidio, de 15 mil millones de dólares, pese a que ya fueron rescatadas totalmente de la quiebra el año pasado. 
  • 4 mil millones de dólares irán para los productores de tierra, pero de este monto, más de la mitad irá únicamente para los productores afroamericanos que se encuentren “socialmente en desventaja”. 
  • 270 millones de dólares irán para las Museos Nacionales de las Artes y las Humanidades; 200 millones para el Instituto de Servicios de Museos y Bibliotecas y 10 millones para la “preservación del lenguaje indígena en el país”

Los beneficios por desempleo también se incrementan, para los cuales serán destinados 200 mil millones de dólares
Las personas desempleadas recibirán la suma de 300 dólares por semana hasta el mes de septiembre como parte de la ayuda federal aprobada en el organigrama. 

Ad

Es tanto el gasto y legislación basura que hay dentro de la ley que el diputado republicano Paul Gosar presentó su propio paquete de estímulo donde visibiliza estos problemas, recortando todos los gastos que no están “directamente relacionados” con la pandemia, y que se enfoca en dar la mayor ayuda posible a los ciudadanos norteamericanos.

En este documento, se eliminaron más de 200 secciones con gasto basura, las cuales incluyen ayuda financiera para otros países, medidas de salvataje para gobernaciones demócratas y el financiamiento para los Museos. De esta manera, sin reducir los 1,9 billones estipulados, la ley de Gosar permite que cada estadounidense reciba un cheque por 10.000 dólares, en contraste con los 1.400 que dio Biden.

Obviamente este “contra-proyecto”, que Gosar ofreció imponerlo como una enmienda a la Ley demócrata, fue rechazado por Nancy Pelosi en la Cámara de Representantes y no se llegó ni a votar.

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Economía

¿Nueva guerra comercial con China? Biden apunta a triplicar los aranceles para la importación de acero y aluminio

Publicado

en

La administración Biden amenaza con lanzar una nueva ofensiva arancelaria contra el ingreso de productos chinos, una maniobra que podría conducir a una pronta respuesta por parte del gigante asiático.

El giro proteccionista de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden se hace cada vez más evidente. Pese a prometer lo contrario en su campaña electoral, Biden promete redoblar los aumentos tarifarios contra China y otros países del mundo.

Hasta ahora, las medidas proteccionistas del Gobierno se focalizaron en subsidios encubiertos, como por ejemplo los dispuesto en la llamada “Ley de Reducción de la inflación” del 2021. Pero esta vez se estudia abiertamente un nuevo rediseño del sistema arancelario.

El Presidente Biden propuso triplicar el arancel de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, del 7,5% al 25%. Esta resolución amplía una anterior que ya había adoptado el expresidente Donald Trump, en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (establecida en 2018). Pero la ley sancionada durante la administración anterior sólo alcanzaba a unos productos específicos, y la propuesta de Biden es generalizar el aumento arancelario sin excepción en todo el sector.

Estados Unidos se constituye actualmente como el cuarto productor mundial de acero, mientras que China ocupa el primer lugar. Semejante participación en el mercado haría muy efectivo el impacto de un arancel sobre la importación de China (con beneficios positivos para la industria local), pero este tipo de medidas resultan en su mayoría estériles, debido a que se espera una pronta respuesta por parte de China y la situación volvería al punto de inicio (o aún peor debido a la persistente volatilidad).

Siguiendo el mismo patrón, la administración Biden intervendrá deliberadamente en la adquisición de US Steel por parte de inversores japoneses, un acto populista y desesperado en medio del clima de la campaña electoral.

Asimismo, el Presidente Biden propuso incrementar los aranceles para la importación de madera canadiense del 8% al 14%, sin ningún tipo de justificación convencional. Esto supone un golpe hacia uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en la región.Queda en evidencia que la política comercial de Biden no se limita exclusivamente a China.

Biden despliega este paquete de propuestas como respuesta a las medidas prometidas por Trump, entre las cuales se encuentra el establecimiento de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones, y una tasa especial del 60% sobre todas las importaciones de China.

Como es de amplio conocimiento, la dictadura comunista en China se negó a cumplir con la liberalización total de su mercado de divisas, un requisito al que se había expresamente comprometido tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2000. En lugar de ello, solo se dio lugar a una serie de desregulaciones parciales y progresivas que, hasta el momento, no llegaron a desembocar en un mercado libre.

Las políticas proteccionistas se utilizaron como una medida coercitiva para forzar la liberalización cambiaria de China durante la administración de Donald Trump, aunque una vez finalizada la guerra comercial (2018-2020) se llegó a un nuevo status-quo sin mayores cambios en esta materia y con aranceles más elevados entre ambos países (la relación final entre ellos favoreció ligeramente a Estados Unidos).

Seguir Leyendo

Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

Publicado

en

En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

Seguir Leyendo

Estados Unidos

Un informe revela el lado oscuro de Powell en la Reserva Federal y expone sus intentos por bloquear las medidas de Trump

Publicado

en

Un nuevo archivo videográfico del periodista James O’Keefe revela como la máxima autoridad de la FED junto a otros empleados de la banca central colaboraron para impedir el éxito del expresidente.

En la última semana, un nuevo proyecto investigativo de James O’Keefe logró sacar a la luz las verdaderas intenciones del actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, para entorpecer las políticas monetarias que el presidente Donald Trump propuso durante su mandato con el fin de imposibilitar su reelección.

Conjuntamente con otros empleados de la máxima autoridad monetaria en el país, Powell buscaba posicionarse como una figura moderada, bloqueando todas las medidas que tomaba Trump desde el Poder Ejecutivo, a lo largo de sus 4 años de gestión.

Si bien Powell fue designado por el propio Trump al principio de su mandato, el funcionario fue elegido por la cúpula del Partido Republicano, que en aquel entonces era anti-trumpista. Así, el entonces presidente debió lidiar todo su mandato con un “rebelde” en el Banco Central estadounidense. Hoy, permanece en sus funciones y fue ratificado en el cargo por Joe Biden, con quien colabora de cerca y sin rispideces.

La cámara oculta

A partir de una cámara oculta a la que fue sometido uno de estos altos empleados del órgano gubernamental, se descubrió un entramado de corrupción detrás de las políticas de la FED.

a la construcción de un relato asociado a políticas progresistas vinculadas a temáticas como teoría racial; feminismo y políticas medioambientales, las cuales nada tienen que ver con la estabilidad económica de un país.

Aurel Hizmo, quien se desempeña como economista en jefe de la Reserva Federal, es el encargado de elaborar los discursos de Jerome Powell en sus declaraciones públicas. También trabajó en el mismo rol durante la presidencia de Janet Yellen, quien hoy se desempeña como Secretaria del Tesoro de Biden.

Durante la cámara oculta, Hizmo aseguró que durante la administración de Trump, el presidente buscaba mantener una política de estabilidad económica, pero que Powell desde la Reserva Federal entorpecía a propósito los objetivos macroeconómicos del gobierno.

Hizmo es un especialista en finanzas pero mantiene una ideología de izquierda muy marcada, de corte progresista en sus visiones sociales y dentro del espíritu de su profesión, aboga por políticas que se relacionan con las visiones socialistas de la economía.

En la conversación que no pensaba que estaba siendo grabada, se rio de que todo esto se hablaba libremente en las reuniones de la FED, pero que nunca había salido a la luz ya que todo lo relacionado a la Reserva Federal se encuentra bajo el concepto de “información clasificada“.

La relación entre Trump y Powell

El economista de la FED tildó a Trump de ser una ”persona loca” y lo caracterizó con términos peyorativos, antes de admitir que es un fanático de Joe Biden, en relación a sus ideas económicas.

Para describir la relación entre Trump y Powell, Hizmo aseguró que ambos se llevaban extremadamente mal entre sí, al punto de que el expresidente intentó en múltiples ocasiones despedirlo del cargo, pero no podía ya que no contaba con los suficientes votos en el Senado para nombrar un reemplazo.

Según contó, en la reunión que tuvieron previo a la nominación de Powell, Trump le dijo que buscaba a alguien que sea capaz de subir las tasas de interés al principio del mandato para luego ir relajándolas a medida que creciera la economía. Sin embargo, Powell boicoteó esta visión macro de Trump ni bien llegó a la FED.

En una sintonía contraria a las intenciones de Trump por mantener una economía estable, la gestión de Joe Biden busca constantemente mantener las tasas de interés elevadas con el objetivo adicional de mantener los índices inflacionarios bajos, luego del bochornoso accionar de Powell durante la pandemia.

Hizmo incluso llegó a mencionar que Powell tiene el deseo de pasar a la historia como una clase de ”mártir que intentó detener a Trump a toda costa” mediante la desobediencia en sus políticas y establecerse él como quien reflotó la economía luego de la crisis del coronavirus.

Ante los preocupantes índices de inflación que los Estados Unidos han tenido durante toda la administración Biden, Powell ahora busca impedir la recesión para beneficiar a Biden en las elecciones de noviembre y evitar que Trump regrese a la Casa Blanca.

En otra parte de la conversación, Hizmo aseguró que los sectores conservadores son ”estúpidos” y aseguró que no existen personas con dicha ideología en el campo de la economía, a pesar de que el propio Powell se considera un conservador.

Entre risas, el desubicado economista de la FED dijo con mucha confianza que si Trump regresa a la presidencia este año, todos los empleados de la entidad monetaria buscarán nuevamente entorpecer las políticas económicas del Ejecutivo.

Cambio climático y políticas de género

Hizmo destacó que Powell, a pesar de ser un conservador, hoy mantiene una excelente relación con Biden y con los sectores más progresistas del Partido Demócrata, y que en los últimos 3 años ha implementado cambios en favor de la promoción de políticas medioambientales, políticas de género y temáticas raciales.

Uno de los mayores cambios que Powell ha implementado en la Reserva Federal desde la llegada de Biden, ha sido la promoción de espacios dentro del banco central en el cual solo se discuten temas relacionados al cambio climático y a cuestiones de género.

Powell además se ha gastado millones en un programa a través del cual la Reserva Federal contrata a “científicos” ecologistas, especializados en género o expertos en cuestiones raciales, para que “estudien maneras de enriquecer las discusiones del directorio de la Reserva Federal“.

Seguir Leyendo

Tendencias