Medios locales y organizaciones humanitarias reportaron 13 víctimas civiles del ataque, mientras el Pentágono asegura que solo hubo 3, en un reporte plagado de inexactitudes.
En el anuncio de la operación exitosa, el portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que hubo tres víctimas civiles del ataque, que identificó como la esposa y los dos hijos del líder. Según el gobierno, Al-Qurayshi detonó una bomba cuando se vio arrinconado por los marines, y eso fue lo que provocó la muerte de sus familiares.
Si bien la diferencia de quién explotó el chaleco-bomba no es tan importante, el hecho de que el gobierno haya mentido descaradamente en una declaración oficial sobre una operación militar despierta alarmas en la comunidad internacional.
Kirby también dijo que antes de entrar a la casa en el tranquilo pueblo de Atmeh, cerca de la frontera turca, gritaron con un megáfono que estaban a punto de ingresar a los tiros, para que los civiles abandonen el lugar. Esto también puede ser una mentira, lo cual justificaría porqué hubo 13 cuerpos encontrados en el lugar del ataque.
Se desconoce hasta el momento quiénes son estos cuerpos, ya que muchos murieron en la explosión y quedaron desmembrados. Pero se especula que había varios niños y madres de la zona que se acercaban al complejo donde vivía Al-Qurayshi, y pudieron haber quedado involucrados en el fuego cruzado.
Trabajadores humanitarios sacan los cuerpos de 13 personas tras el ataque a la casa de Al-Qurayshi en Siria.
Biden volvió a dejar un baño de sangre civil en sus ataques en Medio Oriente
Si bien los bombardeos en Medio Oriente y el norte de África no aminoraron durante el gobierno de Trump, sí se tomaron medidas para reducir la cantidad de civiles asesinados en estos ataques.
Pero la política del republicano quedó cajoneada tras la asunción de Biden, quien rápidamente volvió a las brutales políticas de Obama de bombardeos indiscriminados y ataques sin tener en cuenta los daños colaterales.
El ataque con drones lo mató a él y a otras nueve personas, incluidos siete niños. Esto ni siquiera fue daño colateral, fue una masacre sin objetivo militar alguno. Informes posteriores confirmaron que Ahmadi no era un colaborador de ISIS, y su muerte fue en vano.
Según fuentes anónimas del Pentágono que hablaron con Fox News, Biden quiso enviar una respuesta rápida ante el atentado de ISIS que dejó 13 soldados muertos en Kabul durante la retirada de tropas de Afganistán. Por lo que le ordenó a las Fuerzas Armadas que encontraran en menos de 24 horas un colaborador de ISIS para asesinar. Claramente, ni siquiera eso pudieron hacer bien.
Otro de los ataques bajo escrutinio, es el que ordenó Biden el pasado 3 de diciembre contra una supuesta posición de Al-Qaeda en Idlib, Siria, donde un drone Reaper MQ-9 bombardeó ferozmente un campamento de militantes rebeldes.
La Casa Blanca está exagerando la gravedad de los casos de viruela del mono con fines políticos. Se gastó 113 millones de dólares en la vacuna de Jynneos por un solo caso.
Desde hace días se conoció un pequeño rebrote de casos a nivel mundial de pacientes confirmados o sospechosos de tener la “viruela del mono“. La enfermedad es endémica en las regiones selváticas de África, en países como Nigeria, hace varias décadas, pero ahora por primera vez en muhco tiempo se han detectado brotes esporádicos en otras naciones como España, Portugal e Inglaterra.
Es un virus muy parecido a la varicela, pero con la diferencia que presenta inflamaciones de los ganglios en muchas partes del cuerpo. Estos tipos de virus son catalogados de tipo POX, y esta cepa habría sido transmitida por un mono, por eso en inglés se la conoce como “Monkey Pox“.
Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores corporales, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos, agotamiento y, en algunos casos, erupciones cutáneas. Rara vez causa la muerte, y el fallecimiento suele estar vinculado a casos de extrema pobreza en África, donde se han reportado tasas de mortalidad entre 1 y 5%.
El primer caso de rebrote de la viruela del mono afuera de África se presentó el pasado 7 de mayo en el Reino Unido. Con el correr de los días, las autoridades aseguran que la enfermedad comenzó a propagarse en la comunidad y ya se identificaron hasta la fecha 9 infectados en ese país, un número bajo y lejos de ser una preocupación como lo fue el coronavirus.
Pero eso no frenó a Joe Biden de ordenar una revisión nacional de casos, y luego de encontrar uno en Massachusetts, ejecutó ese mismo día la compra de 13 millones de estas vacunas.
La compra se hizo a los laboratorios Jynneos, por un monto total de 113 millones de dólares. El vocero de asuntos de salud pública de la Casa Blanca, Vivek Murphy, aseguró que no es una enfermedad para preocuparse pero anticipó que si no se “actúa rápido” podría convertirse en la “próxima gran pandemia”.
Vacuna de Jynneos, aprobada por la FDA en 2015.
Lejos de ser una enfermedad de transmisión por aire como el coronavirus, la viruela del mono se transmite por el contacto de piel. Pero suele tener que haber frotamiento, no un pequeño contacto.
Por eso, las relaciones sexuales, especialmente anales sin protección, suelen ser el principal vector de contagio de esta viruela. De los 9 casos en el Reino Unido, 6 han reportado ser gays.
La transmisión en Occidente suele ser minúscula. En 2021, hubo solo tres casos en todo el año, y en 2020, uno solo. En Estados Unidos, el año pasado solo se registraron dos casos; y el anterior, ninguno.
El primer caso humano de viruela del simio se informó en 1970.
Es claro que hay una estrategia de comunicación, entre la Casa Blanca y los medios, para hacer de este tema la siguiente gran cosa, esperando que distraiga de la profunda crisis económica que afecta a Estados Unidos, causada por las políticas de Biden.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los demócratas necesitan desviar la atención y ya están hablando de una nueva ola de casos de coronavirus, de la viruela del mono, la guerra en Ucrania y el aborto.
Nina Jankowicz ni siquiera llegó a asumir y renunció por las “críticas de grupos de derecha en las redes sociales”.
Nina Jankowicz, la funcionaria desginada para encabezar la “Secretaría de Desinformación” que Joe Biden ordenó crear en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), renunció este miércoles antes de asumir asegurando que fue objeto de una “lluvia de críticas” que “pusieron en riesgo su salud mental”.
“La decisión es la consecuencias de semanas de acoso dirigido por parte de usuarios de derecha en las redes sociales, así como amplias críticas de dirigentes republicanos a la iniciativa de luchar contra la desinformación“, le dijo al Insider.
“Después de seis años dedicados al estudio de la desinformación y las mejores prácticas para responder a ella, me uní al DHS para ser la directora ejecutiva de la Junta de Gobernanza de la Desinformación con la intención de apoyar el importante trabajo del Departamento para abordar la desinformación que afecta al territorio nacional“, aseguró.
“Pero he decidido dejar el DHS para volver a mi trabajo en el sector privado”, dijo Jankowicz en un comunicado enviado por correo electrónico al diario demócrata. “Es profundamente decepcionante que las caracterizaciones erróneas de la Secretaría se convirtieran en una distracción del trabajo vital del Departamento“.
Según fuentes consultadas por el Insider, Biden ordenó “poner en pausa” la creación de la Secretaría de Desinformación que hubiera tenido la potestad de intervenir en redes sociales y otras paginas de internet para “agregar contexto” a las publicaciones y “combatir la desinformación en línea“.
La Secretaría permanecerá en pausa mientras el Consejo Asesor de Seguridad Nacional lleva a cabo una “revisión y evaluación exhaustiva” para mejorar la transparencia, la confianza pública y la capacidad del Departamento para combatir la desinformación, aseguró el secretario Alejandro Mayorkas.
Los usuarios de Twitter comenzaron a llamar a la Secretaría como el “Ministerio de la Verdad”, una referencia a la novela 1984, de George Orwell, donde el gobierno comunista de Oceania opera un ministerio dedicado a reescribir la historia y cualquier noticia para decir la “verdad”.
Los usuarios de Twitter celebraron la renuncia de Jankowicz, y el candidato a representante de Carolina del Sur, Tim Swaine, la calificó como “una victoria para la libertad y el pueblo estadounidense“.
El analista Richard Hanania, se preguntó con tono irónico: “¿Qué podría darle tanta vergüenza a los demócratas que no se animen a hacer?”. A lo que responde: “Gracias a Nina Jankowicz, tenemos una respuesta“.
The Disinformation Governance Board has been suspended. Nina Jankowicz has resigned.
Political scientists have been asking “can anything be so cringe it embarrasses Democrats?” Thanks to Nina Jankowicz, we have an answer.
El diputada de Luisiana, Mike Johnson, anunció en Twitter que él y otros republicanos habían presentado un proyecto de ley para disolver la Secretaría de Desinformación.
“Hoy lideré a 50 miembros de @HouseGOP en la presentación de un proyecto de ley para desfinanciar el ‘Ministerio de la Verdad’ de Biden. El gobierno no tiene ningún papel en la determinación de lo que constituye la verdad o el discurso aceptable, y esta junta distópica e inconstitucional debe ser disuelta. Si Biden no lo hace, lo haremos nosotros”, dijo.
“La decisión de la Administración Biden de crear un ‘Ministerio de la Verdad’ tiene un diseño distópico, es casi seguro que es inconstitucional y está claramente condenada al fracaso desde el principio”, dijo en un comunicado de prensa en su sitio web. “El gobierno no tiene ningún papel en determinar qué constituye la verdad o un discurso aceptable. El presidente Biden debería disolver esta junta de inmediato y por completo. Si no lo hace, lo harán los republicanos”.
Today I led 50 @HouseGOP Members in introducing a bill to defund Biden’s “Ministry of Truth.”
The government has no role in determining what constitutes truth or acceptable speech, and this dystopian, unconstitutional board must be dissolved.
Patrisse Cullors le pagó a su ex marido US$ 970.000 por “servicios creativos”, a su hermano US$ 840.000 por “seguridad”, y US$ 2,1 millones a su mejor amiga por “servicios operativos”.
La agrupación con fines “activistas” que se convirtió en los últimos años en el brazo armado del Partido Demócrata para convocar violentas protestas y marcar agenda de izquierda, está asociada como una fundación y ha recolectado millones de dólares desde 2017.
Según las declaraciones de impuestos obtenidas por la Associated Press (AP), Cullors ha desviado fondos de las donaciones en contratos a su ex marido, a su hermano, a sus amigos e incluso a ella misma por servicios falsos.
Por ejemplo, le pagó en 2020 a Trap Heals LLC, una empresa cuyo director y único empleado es Damon Turner, el ex marido de Cullors y padre de su hijo, unos 970.000 dólares por “servicios creativos” y para ayudar a “producir eventos en vivo”.
Instituida como una fundación manejando plata que fue donada por otras personas con fines muy específicos, Cullors debería haber hecho una licitación para adjudicar estos contratos, que deberían ser revisados por un directorio de ética. Nada de esto fue hecho.
También le pagó 840.000 dólares a su hermano, Paul Cullors, para que trabaje de seguridad en la Fundación. Un trabajo que nunca llegó a ejercer, ya que ese año todo el país estaba en cuarentena por la pandemia.
Para poder justificar ese dinero, el hermano de la fundadora de Black Lives Matter instituyó la empresa Cullors Protection LLC. Nuevamente, el director y único empleado es el propio Paul Cullors, quien tiene cero experiencia en el rubro y trabaja de “artista callejero”.
Patrice Cullors, quien ha renunciado a la dirección de la fundación de Black Lives Matter desde que estalló este escándalo, trató de justificar la contratación de su hermano con que la protección de la fundación no se puede confiar a la policía porque son “racistas”.
Pero no solamente los familiares directos se beneficiaron de los 66 millones de dólares que consiguió en donaciones Black Lives Matter en 2020. La amiga de Patrice, Shalomyah Bowers, quien también se desempeñaba como secretaria de la junta de la fundación, recibió un contrato por 2,1 millones de dólares por brindar a la organización “apoyo operativo“, incluidos “servicios de contratación de personal, recaudación de fondos y logística“.
Incluso la misma Patrice Cullors fue beneficiaria por los desvíos de fondos. Se otorgó un contrato a ella misma por “honorarios de asesoría” a la fundación, valuados en 120.000 dólares. Sí, ella misma se asesoró a ella misma, y cobró una fortuna por ello.
Además, se auto-reembolsó 73.000 dólares en viáticos, aunque los únicos viajes registrados son algunos uber y un vuelo en avión privado a Nueva York a principios del 2021, justificado bajo la categoría de “viajes relacionados con la fundación“.
Todos estos datos surjen de una revisión de las declaraciones de impuestos para el año fiscal del 2020, que fue la primera contabilidad pública de las finanzas de la fundación Black Lives Matter desde su incorporación en 2017.
Como una organización sin fines de lucro incipiente, había estado bajo el patrocinio fiscal de una organización benéfica y no estaba obligada a divulgar públicamente sus finanzas. Pero en 2020 se convirtió en una organización independiente, incorporada bajo la categoría 501(c)(3), y debió empezar a presentar sus declaraciones de impuestos.
Por lo que esta práctica puede venir ocurriendo por lo menos desde 2017. A fines de este año, podremos analizar las declaraciones de impuestos del 2021, y ver si fue un desvío de fondos ocasional o si es una práctica que los líderes del movimiento supremacista negro suelen hacer normalmente.