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Estados Unidos

Trump prepara su máquina política para el 2022: todos los candidatos que ha elegido hasta el momento

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La lista de todos los candidatos para Diputados, Senadores y puestos clave de poder en los Estados para evitar el fraude electoral de cara a 2024, donde sin lugar a dudas buscará la presidencia nuevamente.

Desde que dejó la Casa Blanca en enero de este año, Donald Trump está teniendo un nivel de actividad político pos-presidencial nunca antes visto para un ex mandatario estadounidense. Lejos de retirarse de la escena política como hacen todos los que dejan el poder, tengan uno o dos mandatos, el compromiso de Trump con sus simpatizantes y su agenda política es total.

Desde su centro de operaciones políticas ubicado en Mar-a-Lago, Florida, el ex presidente pasa sus días diagramando lo que será su estrategia para el año que viene; entrevistándose con potenciales candidatos, participando de galas con funcionarios republicanos y posibles donantes, y comunicándose con sus seguidores mediante su casilla de emails.

Trump entiende que para volver a lanzar su candidatura presidencial en 2024 es menester que los republicanos recuperen el Congreso, además de que también es necesario armar una red política propia que se extienda a cada rincón del país y que no dependa del control de la vieja guardia del Partido Republicano.

El takeover trumpista del partido más antiguo del continente es total y comenzó hace meses desde el más bajo peldaño de la estructura partidaria.  De acuerdo a datos de ProPublica, en lo que va del año más de 8.500 militantes trumpistas se han hecho con posiciones de poder, ya sea administrativas o políticas, dentro de las sedes republicanas locales.

Muchos respondieron a la llamada del ex estratega político de Trump, Steve Bannon, quien en su podcast reconoció que ha estado en contacto con su antiguo jefe. “Volveremos a tomar el partido barrio por barrio, distrito por distrito”, fueron las palabras que pronunció el estratega en su programa.


El primer objetivo que se ha puesto el magnate para el año que viene es cobrar venganza ante la facción denominada RINO («Republicans In Name Only» – «Republicanos Solo en Nombre») del Congreso, que lo traicionaron y votaron a favor del juicio político inconstitucional impulsado por los demócratas el pasado enero.

Esta facción cuenta con 10 diputados y está liderada por Liz Cheney, diputada por Wyoming e hija del ex vicepresidente Dick Cheney, quien hace meses fue expulsada del liderazgo republicano de la Cámara de Representantes no solo por su ferviente anti trumpismo sino también por estar emparentada más con la agenda demócrata que con la republicana.

La pasada semana, Cheney conoció que su rival en la interna será Harriet Hageman, una abogada local que decidió cortar vínculos con la familia Cheney y los acusó de traidores luego de su voto en el juicio político. Hageman, como Cheney, forma parte de una dinastía política local, siendo su padre un histórico legislador del Estado, pero desde 2017 apoyan a los Trump. La nueva aliada de Trump se define a sí misma como una derechista libertaria. 

Fuera de Cheney, según un análisis del sitio FiveThirtyEight, los restantes 9 republicanos que votaron a favor del juicio político se enfrentan a una situación muy compleja — tan solo 2 diputados se encuentran en distritos demócratas con posibilidades de sobrevivir y los otros 7 se encuentran en distritos ganados ampliamente por Trump. Éstos deberán enfrentarse a la maquinaria trumpísta, que ya logró que sean censurados por las filiales locales del Partido Republicano y reconocen que este es el final de su carrera política.

Algunos, como el congresista Anthony González de Ohio, prefirieron evitar la ignominia política y ya anunciaron su retiro de la política. Otros, como los congresistas Jaime Beutler de Washington o Fred Upton de Michigan, ensayan una leve resistencia a la arremetida trumpista.

Para estos tres distritos, Trump ya ha lanzado a sus candidatos:  para el primero apoyó a su asesor Max Miller, para el segundo al derechista-populista Joe Kent—un abogado que fue apadrinado políticamente por el conductor Tucker Carlson—y para el tercero al legislador local Steve Carra, autor de un proyecto de ley que propone auditar el fraude electoral en Michigan.



Esquema de FiveThirtyEight que reconoce la difícil situación que enfrentan los diputados anti-Trump. Se esperan que Trump presente más candidatos propios en las siguientes semanas.


En el Senado, la batalla por el control de la Cámara y por el control de la bancada también es total. Trump se centrará principalmente en derrocar a la senadora por Alaska, Lisa Murkowski, una política moderada cercana al bloque demócrata que, junto a 7 de sus colegas republicanos, votó a favor de condenar a Trump cuando el impeachment llegó a la Cámara Alta.

De los restantes seis senadores, hay dos que ya anunciaron su retiro de la política: Richard Burr de Carolina del Norte, y Pat Toomey de Pensilvania. Otros, como Mitt Romney, si bien no reeligen hasta 2024, es muy poco probable que retengan su bancas debido al creciente repudio que experimentan dentro de las filas republicanas.

Quien cuenta con el apoyo de Trump en Alaska para destronar a Murkowski es la joven política derechista y emprendedora Kelly Tshibaka. Para las bancas de Toomey y Burr, el ex presidente eligió al actual diputado Ted Budd y a Sean Parnell, este último un ex marine que ya es una estrella dentro del Partido y que el fraude demócrata lo privó de acceder al Congreso el año pasado.

Con la esperanza de retomar el control de la Cámara Alta, Trump también ha dado su aval a dos candidatos que buscarán arrebatarle las bancas a dos senadores demócratas de extrema izquierda como lo son Catherine Cortez Masto de Nevada y Raphael Warnock de Georgia. En Nevada, el ex mandatario ha elegido a su abogado personal y ex fiscal Adam Laxalt, y en Georgia ha dado su bendición a la leyenda del fútbol americano, Hershel Walker, un candidato trumpista de pura cepa.

Otros avales que Trump ha emitido son de corte más institucionalista. En Florida, apoyará en su reelección al actual senador Marco Rubio, quien a pesar de ser parte del establishment, lo ha defendido en las situaciones más difíciles; en Kentucky, al senador libertario Rand Paul; en Kansas, al actual incumbente Jerry Moran; en Alabama, al diputado Mo Brooks; en Carolina del Sur, al incumbente Tim Scott y en Wisconsin, al senador trumpista Ron Johnson, un gran aliado de Trump que defendió ante la Justicia que el mandatario perdió por el fraude electoral.

Trump se encuentra en guerra con el jefe de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien le soltó la mano el 6 de enero y permitió que prosperara el fraude y que los demócratas le hagan un segundo impeachment.

Si Trump logra instalar a por lo menos 4 de los 7 senadores que lo desafían, podría sacarle a McConnell el liderazgo del bloque republicano en el Senado. McConnell sostiene que el partido debe separarse de la figura de Trump y de sus militantes, por lo que está dirigiendo su propio comité político y financiando a candidatos cercanos al establishment partidario.



Con vistas a su casi confirmada segunda candidatura presidencial en 2024, Trump quiere asegurarse tener bajo control la cuestión del fraude electoral para que los demócratas no vuelvan a salirse con la suya, especialmente en los Estados claves que deciden la elección presidencial.

Para ello, que ha estado eligiendo a sus más leales colaboradores para que ocupen posiciones de poder en los Estados fraudulentos y combatan la corrupción demócrata:

– En Texas, el actual Fiscal General, Ken Paxton, disputará la interna con el sobrino del ex presidente George W. Bush y Trump promete hacer campaña a favor de Paxton.

– En Georgia, el diputado trumpista Jody Hice se presentará a internas para ser el nuevo Secretario de Estado.

– En Arizona, el legislador Mark Finchem buscará junto con Trump destronar a Katie Hobbs, la militante ultra demócrata responsable del fraude electoral en ese Estado.

– Y en Michigan, Matthew DePerno, uno de los integrantes del equipo legal del ex mandatario durante el proceso electoral del año pasado, será candidato a Fiscal General.

Trump aún no se ha expedido en muchas de las elecciones gubernamentales que sucederán el año que viene, pero sí ha mostrado su apoyo a las reelecciones del gobernador de Texas, Greg Abbott, y buscará que su ex Secretaria de Prensa, Sara Huckabee Sanders, siga los pasos de su padre y se convierta en gobernadora de Arkansas.

El Estado de Virginia elige gobernador el próximo noviembre, y Trump ya ha manifestado su apoyo al empresario Glenn Youngkin. Esta elección será clave para medir al electorado de cara al próximo año y servirá como termómetro social para ver cuán descontentos están los americanos con la presidencia de Biden. Virginia, que hace décadas que está bajo control demócrata, estuvo muy cerca de ser ganado por Trump en 2020, a pesar del fraude electoral.

Aún quedan algunas elecciones en las que aún Trump no ha anunciado su candidato, entre ellas una la cual será, para las internas del Partido Republicano, la madre de todas las batallas como es la primaria republicana para elegir al nuevo candidato a senador por el Estado de Ohio.

En tan solo meses y faltando más de un año para las elecciones de medio término, Trump ya ha lanzado y aceitado su maquinaria política como nunca antes un presidente ha logrado, llevándose el reconocimiento de los oficiales de más alto rango del partido.

“Trump ha reformado el partido. Ahora somos un partido de clase obrera. Somos el partido de ‘América Primero’”, dijo Michael Whatley, el líder republicano de Carolina del Norte. “Es un partido totalmente diferente, y yo, personalmente, no creo que vuelva a ser como antes. Es ser duro con China, proteger la frontera, luchar por la Segunda Enmienda y la vida — esa es la fórmula para el éxito”. 

Estados Unidos

Estudiantes de extrema izquierda tomaron la Universidad de Columbia en apoyo al terrorismo palestino

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Los adolescentes más ricos del mundo tomaron control del campus de la prestigiosa universidad neoyorquina en apoyo al terrorismo de Hamás.

La situación social en los Estados Unidos se torna cada vez más preocupante a medida que la izquierda destruye el tejido social con manifestaciones violentas que atentan contra los valores occidentales.

En los últimos días, esta situación mostró un nuevo punto crítico luego de que un grupo de alumnos activistas de extrema izquierda de la Universidad de Columbia en Nueva York tomaran el campus de la institución en apoyo a la causa palestina con consignas en defensa del terrorismo islámico y con un marcado antisemitismo.

Docenas de alumnos y activistas de izquierda ajenos a la universidad se instalaron de manera ilegal dentro de la prestigiosa institución en carpas para expresarse en contra de la operación militar especial que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque genocida del grupo terrorista palestino Hamás, donde más de 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría el 7 de octubre.

La toma fue impulsada por la asociación izquierdista »Students For Justice In Palestine» y contó con el apoyo de múltiples organizaciones universitarias, que agredieron a estudiantes de religión judía y a otros que no compartieran su visión acerca del conflicto en Medio Oriente.

Lo que hace aún más insólita la situación es que los estudiantes que participaron de la manifestación, lejos están de ser árabes o palestinos; por el contrario, son blancos de clase alta. Se trata de los hijos adolescentes de las familias más adineradas del planeta jugando a disfrazaese de terroristas.

Los manifestantes que confraternizan con el terrorismo islámico bloquearon el acceso a la prensa y aseguran que solo permitirán el acceso de periodistas «afines a la causa». Entre otros, rechazaron el acceso de periodistas judíos, por su religión.

Si bien las autoridades de la universidad habían mencionado que los protestantes serían desalojados en el transcurso de la primera noche de la ocupación, ningún tipo de acción fue llevada a cabo.

Los estudiantes judíos debieron abandonar el campus universitario y la zona quedó completamente en manos de los grupos estudiantiles de extrema izquierda, que aprovecharon la ocasión para dar discursos violentos y cargados de odio contra la comunidad judía.

Recién el jueves, la policía de Nueva York se hizo presente y en un operativo arrestó alrededor de 110 personas participantes de la protesta, incluida la hija de la representante demócrata del estado de Minnesota Ilhan Omar, Isra Hirsi.

La intervención por parte de la policía de Nueva York se dio luego de que las autoridades de la universidad encabezadas por la presidente de la institución, Minouche Shakif, dieran aviso acerca de los ilícitos que se estaban cometiendo dentro de la institución sumado a la hostil recepción de los estudiantes contra las fuerzas policiales a las cuales llamaron »asesinos de bebés».

Los incidentes con los grupos pro-Palestina se originaron luego de que Shakif hablara frente al Comité de Educación del Congreso de los Estados Unidos acerca de los crecientes casos de antisemitismo en las universidades, por lo que los mencionados grupos de estudiantes comenzaron a acampar de forma ilegal en el campus y a tomar actitudes violentas y hostiles contra estudiantes de religión judía.

Uno de los factores determinantes para la escalada en el conflicto de las agrupaciones estudiantiles con la universidad, fue la prohibición de dos agrupaciones izquierdistas a fines del año pasado, las cuales se les imputó el incumplimiento con las políticas de la Universidad de Columbia respecto al código de conducta y abuso contra otros estudiantes.

De acuerdo a la presidente de Columbia, se autorizó a la Policía de Nueva York a desalojar el campamento establecido en el ala sur del campus, lo que provocó incidentes. En concordancia con las acciones legales que la dirigencia de la universidad tomó contra los alumnos, se les informó a su vez que a cualquier alumno que participe de cualquier manera en las protestas y ocupación del territorio universitario se encuentra suspendido.

A pesar de que docenas de revoltosos protestantes hayan sido arrestados durante el desalojo, el acampe por parte de las organizaciones pro-Palestina no ha podido ser desmantelado, sino que incluso se incrementó en tamaño luego de que quienes lideran la protesta declarasen que han »tomado» la universidad y la declaren como una »universidad popular’‘.

Ataques antisemitas y apoyo al terrorismo islámico

Uno de los factores distintivos que las protestas llevadas a cabo en los últimos días en la Universidad de Columbia, es el profundo sentimiento anti-Israel que profesan, el cual ha llevado a quienes participan del acampe a ser perpetradores de violentos ataques antisemitas contra aquellos estudiantes que profesan la religión judía, e incluso a aquellos que no defiendan sus reclamos.

Uno de los casos de marcado sentimiento anti-judío que se ha llevado a cabo en los últimos días han sido las graves agresiones perpetradas contra la estudiante judía Elisha Baker, de 21 años, quien denunció que un grupo de protestantes le expresó en repetidas ocasiones que »se mate a sí misma» y le causaron heridas de moderada gravedad tras patearla en varias ocasiones en el estómago durante el acampe.

Otro incidente de extrema gravedad se dio en el momento en el cual un participante de la protesta terrorista fue enfocado sujetando un cartel que decía »El próximo objetivo de las brigadas Al-Qasam» mientras apuntaba a un grupo de estudiantes judíos.

Las brigadas Al-Qasam son el brazo armado de la organización terrorista Hamás, la cual ha gobernado al territorio ocupado de Palestina en las últimas décadas y fue el responsable de los ataques terroristas contra distintos poblados israelíes el pasado 7 de octubre de 2023 donde miles de ciudadanos judíos fueron asesinados por Hamás.

Los preocupantes incidentes que tienen por objetivo el acoso y agresiones a los estudiantes judíos despertó la preocupación de empleados de la universidad que pertenecen a la colectividad.

El rabino ortodoxo Elie Buechler, quien se desempeña como profesor tanto en la Universidad de Columbia como en la Universidad Barnard, instó mediante un mensaje abierto de Whatsapp a los estudiantes judíos a abandonar el campus universitario e irse a sus hogares mientras dure el acampe debido a los crecientes ataques antisemitas.

Otro profesor de la universidad, Shai Davidai, mencionó que los estudiantes no lo dejan entrar a la facultad por ser judío y que las protestas llevadas a cabo por las agrupaciones estudiantiles habían cruzado un límite convirtiéndose en actos terroristas llevados a cabo por grupos terroristas.

En concordancia con el sentimiento anti-Israel que las protestas mantienen, además se encuentra presente una profunda adoración por los grupos terroristas islámicos como Hamás, con el cual los estudiantes participantes de los acampes se sienten identificados al punto de que mencionan frases como »Todos somos Hamás» e incluso celebraron el ataque del 7 de octubre, conocido por los palestinos como la »Inundación de Al-Aqsa».

Extensión a otras universidades

Si bien el foco principal de las protestas que se desarrollaron con intensidad en la última semana está puesta en la Universidad de Columbia, en las últimas horas la Universidad de Yale ha visto sucesos similares en sus instalaciones, además de que varios de sus estudiantes hayan irrumpido en el campus de Columbia para mostrar su apoyo para con los protestantes locales.

La situación descrita devuelve a la memoria aquellos incidentes en estados demócratas como Oregon y Washington unos años atrás cuando protestantes tomaban partes de las ciudades con la idea de convertirlas en un »espacio independiente» y de »liberación». Esta misma situación se repite en las universidades hoy en día luego de que el suceso inicial en Columbia de pie a estudiantes en la Universidad de Yale en Connecticut para tomar una porción del campus y proclamarlo como una »zona liberada».

Así como en Columbia, ataques contra alumnos judíos fueron reportados a lo largo de la protesta, pero un caso de extrema gravedad fue reportado en las últimas horas en el cual la estudiante judía de periodismo Sahar Tartak fuera apuñalada en el ojo con el asta de una bandera por parte de un protestante en el campus quien en todo momento se cubrió el rostro con un trapo musulmán.

De manera similar que en la universidad localizada en Nueva York, la policía irrumpió y trató de desalojar la protesta desarrollada en el campus localizado en New Haven, Connecticut, pero los estudiantes pertenecientes a las organizaciones terroristas pro-Palestina se mantienen en el lugar.

En paralelo a los distintos hechos que se están desarrollando tanto en Columbia como en Yale y otras universidades en cuyos campus grupos de estudiantes subversivos, la reacción por parte de todo el arco político se hizo presente, tanto en defensa de los estudiantes comunes como también en defensa de aquellas agrupaciones estudiantiles terroristas.

Por el lado de aquellos estudiantes que decidieron tomar la propiedad de las universidades y agredir alumnos por su pensamiento, las diputadas revoltosas Ilhan Omar (cuya hija fue arrestada en la redada en Columbia) y Rashida Tlaib de Michigan y Minnesota respectivamente se alzaron en defensa de las subversivas actitudes de aquellos grupos pro-Hamás que buscan esclavizar al sistema educativo.

En cambio, desde la Casa Blanca, condenaron eufóricamente las tomas de campus en las universidades y la agresión constante que los estudiantes de religión judía han sufrido en las instalaciones, de acuerdo al vice-secretario de prensa del órgano gubernamental Andrew Bates.

Desde el ámbito del Partido Republicano, quien se expresó de manera más rotunda fue la representante de Neuva York, Elise Stefanik, quien a su vez también instó a la presidente de la Universidad de Columbia Shafik a renunciar debido a la falta de acciones tomadas por la universidad para proteger a los estudiantes de religión judía.

La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx quien a su vez preside el Comité de Asuntos Educativos, envió una carta a la Universidad de Columbia demandando que se tomen acciones concretas frente a la situación que se está desarrollando y se pueda otorgar un ambiente seguro a los estudiantes. Dentro de la carta que la diputada envió a la universidad señaló que ante la ausencia de medidas contra los estudiantes que mantienen cautiva a la universidad, el comité educativo del Congreso no dudaría en hacerlos responsables por dichos resultados.

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Economía

Récord de déficit fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un rojo por más de US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Estados Unidos

Enloqueció Biden: El presidente de EEUU busca sancionar al jefe de las Fuerzas de Defensa Israelíes por combatir al terrorismo

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El gobierno de Biden sancionó al principal financista de Netanyahu en Israel y, según se informa, evalúa expandir las sanciones contra las FDI, que están peleando contra el terrorismo palestino.

Según un informe publicado por Axios, el presidente Joe Biden está preparando una resolución para sancionar económicamente a Herzi Halevi, el actual jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por sus acciones contra los terroristas vinculados al grupo palestino Hamás.

Particularmente, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, está analizando las acciones del batallón israelí «Netzah Yehuda» en la región de Cisjordania para combatir a los terroristas palestinos, antes del ataque del 7 de octubre.

Si se imponen sanciones, el batallón y sus miembros ya no recibirían ningún tipo de entrenamiento o asistencia del ejército estadounidense, y el comandante Halevi no podría viajar más a Estados Unidos o países aliados. Se trataría de la primera vez en la historia que Estados Unidos impone sanciones contra Israel.

Según las fuentes, Blinken está analizando aplicar la Ley Leahy, que prohíbe a Estados Unidos proporcionar cualquier tipo de ayuda exterior o capacitación militar a países responsables de presuntas violaciones de derechos humanos basadas en información creíble.

Si bien el canciller norteamericano rechazó preguntas sobre el tema, recalcó el viernes que «la Ley Leahy es muy importante y se debe aplicar en todos los ámbitos«, y confirmó que la Casa Blanca está analizando el tema.

«Cuando hacemos estas investigaciones, estas indagaciones, es algo que lleva tiempo, que debe hacerse con mucho cuidado tanto al recopilar los hechos como al analizarlos, y eso es exactamente lo que hemos hecho», dijo. «Y creo que es justo decir que verán resultados muy pronto. He tomado determinaciones; pueden esperar verlas en los próximos días«, completó.

La semana pasada, la administración de Biden impuso sanciones al principal financista de Benjamin Netanyahu en Israel, el empresario Ben-Zion Gopstein, fundador y líder del grupo de derecha Lehava. El grupo promueve los asentamientos judíos en Judea y Samaria y tiene alrededor de 5.000 miembros en el país.

Según la Casa Blanca demócrata, los grupos vinculados a Gopstein cometieron actos de violencia contra palestinos, pero no se presentaron evidencias y se especula que Biden está utilizando esto como excusa para imponerle sanciones a los empresarios que apoyan a Netanyahu.

Cabe recordar que el Partido Demócrata de los Estados Unidos apoya políticamente a Yair Lapid, principal líder opositor a Netanyahu. Lapid se convirtió en el primer opositor de la historia en rechazar unirse al Gabinete de Guerra de Israel, algo que siempre ocurre cuando el país entra en un conflicto armado, para mostrar unidad en momentos de extrema peligrosidad.

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