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Estados Unidos

Trump se presentó ante la Justicia de Nueva York: No hubo detención, no tomaron huellas ni se le impuso una orden de mordaza

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El ex presidente convirtió en el primer ex mandatario en afrontar cargos penales en la historia de Estados Unidos y el republicano más perseguido por los demócratas de la historia.

Los demócratas cumplieron su sueño mojado de ver a Trump en un juzgado penal siendo imputado, pero la jornada fue una decepción para los militantes de izquierda. El ex presidente se declaró “no culpable” de los 34 cargos relacionados con el pago irregular a la actriz porno Stormy Daniels, pero no fue procesado y quedó libre después de unas horas.

No hubo detención preventiva como quería el fiscal demócrata Alvin Bragg, que forma parte del lado acusatorio. Tampoco fue esposado, no le tomaron las huellas dactilares, no le sacaron foto policial, no hubo orden de mordaza y podrá viajar sin restricciones.

En agosto se presentarán mociones de defensa, que serán respondidas por la fiscalía en septiembre, y la próxima citación quedó fijada para el 4 de diciembre de este año, con el juicio propiamente dicho comenzando recién el 4 de enero del 2024.

El gran objetivo del Partido Demócrata con esta acusación es desgastar y desprestigiar al ex presidente, pero también querían imponer una orden de mordaza para que Trump no pueda dar declaraciones al respecto, dañando severamente su imagen, pero el juez a cargo del caso, Juan Manuel Merchan, no dio lugar a este pedido.

Los demócratas a través del fiscal Bragg también querían que se imponga una orden de no viajar para Trump, de manera que deba permanecer en el estado de Nueva York durante toda la duración del juicio.

Esto hubiera imposibilitado que Trump viaje por todo el país haciendo campaña para su candidatura en 2024, dificultando fuertemente difundir su mensaje. Sin embargo, el juez tampoco dio lugar a ese pedido.

A pesar de que no hubo ningún tipo de procesamiento, Trump se convirtió en el primer presidente o ex presidente de los Estados Unidos en afrontar cargos penales. Irónicamente, Richard Nixon, quien renunció luego de su impeachment por supuestamente enviar a espiar a su rival político, nunca fue denunciado en la justicia.

Lo mismo ocurrió con Bill Clinton, quien sobrevivió un impeachment pero nunca fue citado ante la justicia. Igualmente George Bush, quien tuvo cientos de denuncias incluso por violaciones de Derechos Humanos en Irak, nunca se tuvo que enfrentar a cargos penales en los tribunales estadounidenses.

El expresidente entró en la sala del juzgado con un claro gesto de enojo y por su propia voluntad, por lo que no se le colocaron esposas. Vestido con su característico traje azul y corbata roja, estuvo precedido de su equipo de abogados, con Joe Tacopina a la cabeza, y seguido por dos agentes de policía. Inmediatamente después conoció los cargos de la imputación, que lleva el número 71543-23.

Los cargos presentados

La causa investiga el pago de una suma de US$ 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels, quien en 2016 había amenazado públicamente con que iba a lanzar un libro contando que tuvo una relación amorosa con Trump poco después de su casamiento con Melania Trump.

Daniels firmó un acuerdo de confidencialidad con el abogado de Trump, Michael Cohen, y finalmente no publicó el libro. Pero dos años después, en 2018, el abogado Michael Avenatti convenció a Daniels que presentara cargos contra Trump dado que el pago se había hecho en plena campaña presidencial, y podría considerarse un soborno político.

La causa solo pudo encontrar culpable a Michael Cohen, ex abogado de Trump, ya que no hubo evidencia de que Trump le había ordenado o reembolsado el dinero, y la justicia dictaminó que Cohen actuó de su propia voluntad sin el conocimiento del entonces candidato a presidente.La situación quedó sellada cuando Avenatti cayó preso en 2019, luego de que se probara que había estafado a Daniels y que le había robado dinero.

Sin embargo, en 2021, la causa fue tomada por Bragg, quien decidió continuar con la investigación. Dos años más liderando la causa, el fiscal anunció que había conseguido toda la evidencia necesaria para presentar cargos contra Trump. Documentos judiciales fueron filtrados por Fox News el domingo pasado, donde se veía a Bragg diciendo que recomendaría el arresto inmediato de Trump.

El ex presidente publicó la noticia en Truth Social, y acusó a Bragg de estar trabajando con el FBI de manera ilegal para coordinar su arresto de alto perfil. Finalmente, el juzgado aceptó imputar a Trump pero rechazó el pedido de detención preventiva.

La causa no tiene lugar. En una carta del año 2018, Michael Cohen le asegura a la Comisión Federal de Elecciones (FEC) que la suma de dinero pagada a Stormy Daniels (nombre real Stephanie Clifford) provino completamente de fondos personales suyos.

En la misma carta, además, se especifica que ni la Organización Trump ni el equipo de campaña de Donald Trump tuvo participación alguna en la transacción a Stormy Daniels, así como tampoco se realizó el reembolso directa o indirectamente a Cohen por el monto erogado.

Finalizando con el contenido del documento, en representación de Michael Cohen, su abogado, Stephen Ryan, expresó que Cohen no efectuó de ninguna manera contribuciones a la campaña presidencial de Donald Trump, o ninguna campaña política, resaltando que el papel de la Comisión de Elecciones (FEC) no tiene lugar en la investigación, ya que nada tiene que ver con asuntos electorales.

Esta carta está presentada ante la justicia y es parte de la evidencia en el caso, por lo cual resulta extraño que el juzgado de Manhattan haya decidido procesar a Trump por un delito que claramente no cometió.

Incluso si fuera condenado por el juzgado extremadamente imparcial de Manhattan, la causa entera se caería en la etapa de apelación. Los abogados de Trump podrían pedir la nulidad porque los cargos son federales (malversación de fondos de una campaña federal) mientras que el juzgado que lo condenaría es un tribunal estatal de Nueva York.

La jurisdicción presenta un problema para la fiscalía, dado que Donald Trump es legalmente un residente de Florida, no de Nueva York, y el delito del que se lo acusa, sería federal, por lo que la Corte de Apelaciones podría anular el juicio y pedir que los cargos se presenten nuevamente en un juzgado federal.

Economía

¿Nueva guerra comercial con China? Biden apunta a triplicar los aranceles para la importación de acero y aluminio

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La administración Biden amenaza con lanzar una nueva ofensiva arancelaria contra el ingreso de productos chinos, una maniobra que podría conducir a una pronta respuesta por parte del gigante asiático.

El giro proteccionista de la Casa Blanca bajo la presidencia de Joe Biden se hace cada vez más evidente. Pese a prometer lo contrario en su campaña electoral, Biden promete redoblar los aumentos tarifarios contra China y otros países del mundo.

Hasta ahora, las medidas proteccionistas del Gobierno se focalizaron en subsidios encubiertos, como por ejemplo los dispuesto en la llamada “Ley de Reducción de la inflación” del 2021. Pero esta vez se estudia abiertamente un nuevo rediseño del sistema arancelario.

El Presidente Biden propuso triplicar el arancel de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, del 7,5% al 25%. Esta resolución amplía una anterior que ya había adoptado el expresidente Donald Trump, en virtud de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial (establecida en 2018). Pero la ley sancionada durante la administración anterior sólo alcanzaba a unos productos específicos, y la propuesta de Biden es generalizar el aumento arancelario sin excepción en todo el sector.

Estados Unidos se constituye actualmente como el cuarto productor mundial de acero, mientras que China ocupa el primer lugar. Semejante participación en el mercado haría muy efectivo el impacto de un arancel sobre la importación de China (con beneficios positivos para la industria local), pero este tipo de medidas resultan en su mayoría estériles, debido a que se espera una pronta respuesta por parte de China y la situación volvería al punto de inicio (o aún peor debido a la persistente volatilidad).

Siguiendo el mismo patrón, la administración Biden intervendrá deliberadamente en la adquisición de US Steel por parte de inversores japoneses, un acto populista y desesperado en medio del clima de la campaña electoral.

Asimismo, el Presidente Biden propuso incrementar los aranceles para la importación de madera canadiense del 8% al 14%, sin ningún tipo de justificación convencional. Esto supone un golpe hacia uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en la región.Queda en evidencia que la política comercial de Biden no se limita exclusivamente a China.

Biden despliega este paquete de propuestas como respuesta a las medidas prometidas por Trump, entre las cuales se encuentra el establecimiento de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones, y una tasa especial del 60% sobre todas las importaciones de China.

Como es de amplio conocimiento, la dictadura comunista en China se negó a cumplir con la liberalización total de su mercado de divisas, un requisito al que se había expresamente comprometido tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2000. En lugar de ello, solo se dio lugar a una serie de desregulaciones parciales y progresivas que, hasta el momento, no llegaron a desembocar en un mercado libre.

Las políticas proteccionistas se utilizaron como una medida coercitiva para forzar la liberalización cambiaria de China durante la administración de Donald Trump, aunque una vez finalizada la guerra comercial (2018-2020) se llegó a un nuevo status-quo sin mayores cambios en esta materia y con aranceles más elevados entre ambos países (la relación final entre ellos favoreció ligeramente a Estados Unidos).

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Estados Unidos

Un informe revela el lado oscuro de Powell en la Reserva Federal y expone sus intentos por bloquear las medidas de Trump

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Un nuevo archivo videográfico del periodista James O’Keefe revela como la máxima autoridad de la FED junto a otros empleados de la banca central colaboraron para impedir el éxito del expresidente.

En la última semana, un nuevo proyecto investigativo de James O’Keefe logró sacar a la luz las verdaderas intenciones del actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, para entorpecer las políticas monetarias que el presidente Donald Trump propuso durante su mandato con el fin de imposibilitar su reelección.

Conjuntamente con otros empleados de la máxima autoridad monetaria en el país, Powell buscaba posicionarse como una figura moderada, bloqueando todas las medidas que tomaba Trump desde el Poder Ejecutivo, a lo largo de sus 4 años de gestión.

Si bien Powell fue designado por el propio Trump al principio de su mandato, el funcionario fue elegido por la cúpula del Partido Republicano, que en aquel entonces era anti-trumpista. Así, el entonces presidente debió lidiar todo su mandato con un “rebelde” en el Banco Central estadounidense. Hoy, permanece en sus funciones y fue ratificado en el cargo por Joe Biden, con quien colabora de cerca y sin rispideces.

La cámara oculta

A partir de una cámara oculta a la que fue sometido uno de estos altos empleados del órgano gubernamental, se descubrió un entramado de corrupción detrás de las políticas de la FED.

a la construcción de un relato asociado a políticas progresistas vinculadas a temáticas como teoría racial; feminismo y políticas medioambientales, las cuales nada tienen que ver con la estabilidad económica de un país.

Aurel Hizmo, quien se desempeña como economista en jefe de la Reserva Federal, es el encargado de elaborar los discursos de Jerome Powell en sus declaraciones públicas. También trabajó en el mismo rol durante la presidencia de Janet Yellen, quien hoy se desempeña como Secretaria del Tesoro de Biden.

Durante la cámara oculta, Hizmo aseguró que durante la administración de Trump, el presidente buscaba mantener una política de estabilidad económica, pero que Powell desde la Reserva Federal entorpecía a propósito los objetivos macroeconómicos del gobierno.

Hizmo es un especialista en finanzas pero mantiene una ideología de izquierda muy marcada, de corte progresista en sus visiones sociales y dentro del espíritu de su profesión, aboga por políticas que se relacionan con las visiones socialistas de la economía.

En la conversación que no pensaba que estaba siendo grabada, se rio de que todo esto se hablaba libremente en las reuniones de la FED, pero que nunca había salido a la luz ya que todo lo relacionado a la Reserva Federal se encuentra bajo el concepto de “información clasificada“.

La relación entre Trump y Powell

El economista de la FED tildó a Trump de ser una ”persona loca” y lo caracterizó con términos peyorativos, antes de admitir que es un fanático de Joe Biden, en relación a sus ideas económicas.

Para describir la relación entre Trump y Powell, Hizmo aseguró que ambos se llevaban extremadamente mal entre sí, al punto de que el expresidente intentó en múltiples ocasiones despedirlo del cargo, pero no podía ya que no contaba con los suficientes votos en el Senado para nombrar un reemplazo.

Según contó, en la reunión que tuvieron previo a la nominación de Powell, Trump le dijo que buscaba a alguien que sea capaz de subir las tasas de interés al principio del mandato para luego ir relajándolas a medida que creciera la economía. Sin embargo, Powell boicoteó esta visión macro de Trump ni bien llegó a la FED.

En una sintonía contraria a las intenciones de Trump por mantener una economía estable, la gestión de Joe Biden busca constantemente mantener las tasas de interés elevadas con el objetivo adicional de mantener los índices inflacionarios bajos, luego del bochornoso accionar de Powell durante la pandemia.

Hizmo incluso llegó a mencionar que Powell tiene el deseo de pasar a la historia como una clase de ”mártir que intentó detener a Trump a toda costa” mediante la desobediencia en sus políticas y establecerse él como quien reflotó la economía luego de la crisis del coronavirus.

Ante los preocupantes índices de inflación que los Estados Unidos han tenido durante toda la administración Biden, Powell ahora busca impedir la recesión para beneficiar a Biden en las elecciones de noviembre y evitar que Trump regrese a la Casa Blanca.

En otra parte de la conversación, Hizmo aseguró que los sectores conservadores son ”estúpidos” y aseguró que no existen personas con dicha ideología en el campo de la economía, a pesar de que el propio Powell se considera un conservador.

Entre risas, el desubicado economista de la FED dijo con mucha confianza que si Trump regresa a la presidencia este año, todos los empleados de la entidad monetaria buscarán nuevamente entorpecer las políticas económicas del Ejecutivo.

Cambio climático y políticas de género

Hizmo destacó que Powell, a pesar de ser un conservador, hoy mantiene una excelente relación con Biden y con los sectores más progresistas del Partido Demócrata, y que en los últimos 3 años ha implementado cambios en favor de la promoción de políticas medioambientales, políticas de género y temáticas raciales.

Uno de los mayores cambios que Powell ha implementado en la Reserva Federal desde la llegada de Biden, ha sido la promoción de espacios dentro del banco central en el cual solo se discuten temas relacionados al cambio climático y a cuestiones de género.

Powell además se ha gastado millones en un programa a través del cual la Reserva Federal contrata a “científicos” ecologistas, especializados en género o expertos en cuestiones raciales, para que “estudien maneras de enriquecer las discusiones del directorio de la Reserva Federal“.

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