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Estados Unidos

Un hombre denunció haber sido contratado como escort para tener relaciones sexuales y consumir cocaína con Obama

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En una entrevista con Tucker Carlson, Larry Sinclair volvió a contar su denuncia ante uno de los programas más vistos de internet, y relató cómo fue fuertemente perseguido por el gobierno de Obama por sus dichos.

El pasado miercoles 6 de septiembre, en una entrevista que fue subida en exclusiva a Twitter, el periodista Tucker Carlson conversó con Larry Sinclair, un hombre que desde 2007 afirma que en el año 1999 tuvo sexo y consumió cocaína con el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Sinclair relata que fue perseguido por el sistema político del Partido Demócrata luego de contar la historia públicamente, fue amenazado, extorsionado y recibió amenazas de muerte de su equipo de campaña en 2008.

El hombre comenzó relatando su primer encuentro con Obama, señalando que lo conoció en el área de Chicago en el año 1999. Él vivía en Colorado pero realizó un viaje a la ciudad de Illinois para ir a la ceremonia de graduación de un sobrino.

Luego de los festejos, tenía un día libre y Sinclair, que había contratado un servicio de limusina para moverse por la ciudad, le consultó al conductor, un tal Jameer Motwani, si conocía alguien que pudiera ayudarlo a “pasarla bien“, dejando en claro que tenía ganas de tener relaciones homosexuales.

Motwani, un hombre afroamericano, le dijo que sí, y lo recogió desde su hotel esa noche y se dirigieron a un bar de la ciudad en donde sería introducido a Barack Obama, quien en aquél momento era un desconocido legislador de Chicago.

Según se supo luego, la relación del conductor, Jameer Motwani, con Barack Obama, se remonta a que la compañía para la que Motwani trabajaba ofrecía servicios de remisería a Tony Rezko, un oscuro empresario que actualmente está preso por malversación de fondos, quien le financió las primeras campañas políticas a Obama.

Motwani le comentó a Sinclair que Obama podría conseguirle drogas y lo ayudaría a “pasar un buen rato”, y luego de introducirlos los dejó solos. Entre copas, Sinclair le hizo la propuesta a Obama de conseguir algo para “despertarse”, refiriéndose al uso de cocaína, a lo cual Obama le mencionó que conocía a una persona que la distribuía y le propuso comprar drogas a la salida del bar.

Una vez fuera del bar, ambos hombres se subieron a la limusina nuevamente de Motwani y Obama le dio detalles específicos al conductor acerca de a dónde tenían que ir a comprar drogas, para lo cual Sinclair le entregó $250 dólares con los cuales Obama realizó la compra por sí mismo.

Una vez adquiridas las drogas, ambos hombres comenzaron a consumirlas en la limusina. Según relata Sinclair, ingirieron la cocaína sobre un disco CD, hasta que Barack Obama extrajo una pipa de su bolsillo y comenzó a fumar lo que el mismo entrevistado describe como crack.

El crack es cocaína en su forma sólida, que generalmente se fuma en una pipa especial que logra altas temperaturas. Tiene la froma de una pequeña piedra y es indicio de un nivel de adicción a la cocaína mucho mayor. El propio Sinclair asegura que a pesar de haber sido un cocaínomano en esa época, no solía fumar crack y le sorprendió la situación.

Larry Sinclair fue entrevistado por Tucker Carlson: Asegura haber tenido sexo y consumido drogas con el ex presidente Barack Obama hace más de 24 años.

A medida que la situación narcótica iba progresando, se desarrollaba a su vez una trama sexual, en la cual Sinclair afirma que comenzó a frotar su mano contra los muslos de Obama, buscando la aprobación del hombre para iniciar una actividad sexual. Según relata, el entonces legisador chicaguense le dio un beso y comenzaron a tener intimidad.

Sinclair afirma que Obama en ningún momento se sintió nervioso ni presentó indicios de estar experimentando una situación extraña, por lo que asumió que no era la primera vez que se drogaba con crack o que tenía relaciones homosexuales.

También, contó que el mismo Barack le había admitido esa noche que estaba teniendo problemas en su matrimonio con Michelle Obama en ese momento, y estaba “explorando cosas nuevas“.

Luego de haber tenido sexo (Sinclair principalmente describe la práctica de sexo oral), Obama acordó con el conductor Motwani que dejarían al hombre en su hotel, el Comfort Inn de Gurnee, en las afueras de Chicago, donde al día siguiente se presentaría en búsqueda de más sexo tal como la noche anterior.

Sinclair, que tenía su última noche en la ciudad, aceptó y, según relata, tuvieron una segunda noche de pasión, que incluyó nuevamente el uso de las sustancias ilícitas que habían consumido previamente.

Según el testimonio del entrevistado, Obama nunca tuvo intenciones de formar un vínculo ni de conocer a la persona con la cual estaba teniendo sexo, sino que habría utilizado a Sinclair como una especie de servicio de “escort” masculino con quien consumió drogas en repetidas ocasiones.

Incluso Sinclair deja entrever que aunque no lo pudo confirmar, sospechaba que Obama le había pagado a Motwani para conseguir un escort masculino con quien tener sexo aquella noche, y que por eso el conductor lo sugirió como primera opción. De todos modos, Sinclair no cobró el dinero, y todo indica que Motwani fue el que se habría quedado con esa plata en caso de ser cierta esta versión.

Durante su estadía en Chicago, Sinclair se hospedó en el hotel Comfort Inn de Gurnee, en el cual a la mañana siguiente a tener sexo con Obama, el ex-presidente se presentó para continuar con la aventura.

Durante todo el tiempo que pasó con Sinclair, Obama siempre se refirió a sí mismo como “Barack” sin decirle su apellido, y en ningún momento le mencionó que era un funcionario de la Legislatura estatal.

No solo era una persona desconocida en aquella época, habiendo hecho solo campaña en el distrito de Hyde Park para ser electo, Sinclair vivía en Colorado y no tenía conocimiento de la política local, por lo que hubiera sido imposible que lo reconociera.

Sin embargo, cuando Obama lanzó su primera nacional en 2004, para el Senado de los Estados Unidos, y dio su primer discurso en la Convención Nacional Demócrata en Boston, Massachusetts, que fue televisado y tuvo una repercusión inmensa en los medios, Sinclair lo reconoció.

Obama ganaría su banca en el Senado, con una campaña centrada en sincerar su pasado: en aquél discurso contó que su padre era un líder revolucionario en Kenya, que todos sus hermanos nacieron allá, que él estudió derecho pero que se dedicó a hacer política en la Facultad, y que durante toda su juventud fumó marihuana.

Sinclair le pareció divertida la situación y le comentó a sus amigos, quienes le dijeron que se callara la boca porque Obama solo había admitido haber fumado marihuana de joven, no cocaína o crack, ni tampoco dijo nada sobre las relaciones homosexuales, y esto le generaría fuertes problemas laborales.

En el año 2007, Obama se lanzó a la presidencia, y Sinclair, que se había mantenido 3 años en silencio, trató de contactarse con el equipo de campaña de Barack Obama para hablar del tema, luego de haber discutido con gente acerca de la transparencia presentada por Obama en cuanto a su vida privada y el consumo de drogas.

Sinclair se contactó con la oficina del ex consejero del presidente de los Estados Unidos, David Axelrod, diciéndoles que Obama debía salir a aclarar que no solo había consumido marihuana si no drogas más duras, y que si no lo hacían él iba a contar su historia, pero no obtuvo respuesta de manera inmediata.

Por el contrario, unos meses después, recibió un extraño llamado de la campaña de Obama, para decirle que por favor no hablara de las relaciones homosexuales del entonces candidato a presidente.

Sinclair se sorprendió porque él solo les había contado sobre el consumo de drogas, pero su equipo ya sabía todo sobre las relaciones homosexuales, por lo que asumió que era un tema importante que querían esconder dentro de la campaña.

Poco después se enteraría que la persona de la campaña de Obama que lo contactó era nada más y nada menos que Donald Young, una de las personas más cercanas al ex presidente y su mano derecha en los primeros pasos de su carrera.

Young era el renombrado Director del coro de la Jeremiah Wright’s Church en Chicago a la cual Barack Obama acudía regularmente con su familia, y los rumores incluso de aquella época eran que ambos tenían una relación homosexual extramatrimonial.

Young le comunicó que la campaña presidencial de Obama no reconocería los hechos de uso de drogas y sexo homosexual que había tenido ocho años atrás, y le dijo que, “como alguien que sabe lo que pasó”, le recomendaba no hablar más del tema con nadie porque “su vida podría correr peligro“.

En diciembre de ese mismo año, luego de que Obama hubiera confirmado su candidatura a presidente, Donald Young fue encontrado asesinado misteriosamente en su departamento en la ciudad. Recibió 8 disparos en el cuerpo en lo que fue catalogado como una entradera para robarle, pero ninguna pertenencia fue robada de su casa.

Unos 16 años después, todavía la causa sigue abierta y no hay pistas acerca de quién o quiénes mataron a una de las personas más importantes de la campaña de Obama, uno de los casos sin resolver más importantes de la historia de Chicago.

Luego de que Sinclair se enterara de la muete de Young y de que su caso se volviera público, una gran persecución mediática se desató contra él, buscando ensuciar su historia mediante notas amarillistas en su contra, principalmente por el periodista Ben Smith, un famoso operador de prensa de Obama, quien escribió un artículo en junio del 2008, en plena campaña, para el medio Politico, destrozando y difamando a Sinclair.

La nota decía que Sinclair poseía un historial criminal de 27 años y que todavía estaba prófugo de la justicia en aquél momento, lo cual el mismo Sinclair se encargó de desmentir señalando que su hisotrial criminal duró entre 1980 y 1986, cuando fue arrestado y cumplió las sentencias pertinentes.

Sin embargo, dicha persecución que Sinclair protagonizó no solo resultó ser mediática, sinó que también se trasladó al plano político y judicial, ya que luego de una conferencia que Sinclair diera en el Club Nacional de la Prensa en 2008, donde contó por primera vez con detalle todo esto, fue arrestado por la Policía de Washington D.C. mediante una orden de arresto proveniente del entonces fiscal general del estado de Delaware, Beau Biden. Sí, el hijo primogénito de Joe Biden, en aquél entonces, candidato a vicepresidente de Obama.

Estados Unidos

Gran triunfo para Trump en Texas: Se cayó la persecución contra el fiscal general Ken Paxton y fue absuelto de todos sus cargos

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Tras un largo proceso judicial, el fiscal general de Texas, la mano derecha de Trump en el estado, fue absuelto de cargos por corrupción y recibimiento de dádivas que inventaron los punteros demócratas.

El pasado sabado 16 de septiembre, el procurador general de Texas, Ken Paxton, el mayor aliado que tiene Trump en el estado, fue absuelto de una larga lista de cargos que fueron presentados por un grupo de legisladores del Partido Republicano afín a los intereses demócratas, que querían verlo removido de su cargo por haber “colaborado” con el ex presidente durante las denuncias de fraude electoral en las elecciones del año 2020.

Como resultado del proceso, el Senado estatal resolvió que los cargos por soborno, abuso de las funciones públicas, corrupción e incapacidad para ejercer funciones públicas (entre otros) no tenían lugar y fueron totalmente desestimados, en una votación que duró alrededor de cuatro horas.

Los 12 senadores demócratas, además de dos senadores republicanos, Robert Nichols y Kelly Hancock, votaron a favor de su destitución, pero fueron opacados por 16 senadores republicanos trumpistas que cerraron filas y evitaron que la izquierda se lleve una victoria.

La esposa de Ken Paxton, Angela Paxton, quien también es senadora de la Cámara Alta de la Legislatura de Texas, no participó en la votación debido a un claro conflicto de intereses, pero afortunadamente su voto no fue necesario, ya que los demás republicanos frenaron la persecución política.

En Texas, el Fiscal General, que vendría a cumplir simultáneamente los cargos de Procurador General y Ministro de Justicia, es un cargo que no designa el gobernador si no que se elige mediante voto popular en una elección separada.

En noviembre del año pasado, Paxton fue reelecto por un tercer mandato consecutivo, demostrando que su gestión tiene un amplio apoyo de la ciudadanía, aunque los demócratas, que son una minoría en Texas, quieran verlo desaparecer.

Paxton ha sido implacable contra la izquierda. En sus ya 8 años al frente de la fiscalía, ha impulsado juicios contra grupos demócratas que buscan socavar las leyes del estado, ha logrado litigar en contra de la Casa Blanca para asegurar las fronteras, logró derrumbar el voto por correo en los tribunales de Texas y ha echado a decenas de ONGs del estado por vías legales tras descubrirse que recibían dinero extranjero.

Paxton fue atacado con 48 denuncias que resultaron en 16 cargos presentados en su contra. El grueso de la denuncia correspondía a haber trabajado con Trump para derribar el fraude electoral en Texas, algo que los demócratas acusaron irónicamente de ser “antidemócratico”, pero incluyeron denuncias de todo tipo.

Por ejemplo, se lo acusó de que había incurrido en el intercambio de beneficios ilegales con el desarrollador inmobiliario Nate Paul cuando lo contrató para que realice una modernización de su casa. Paxton, a través de una entrevista brindada a Tucker Carlson en su programa en Twitter, dio detalles de cómo el Partido Demócrata logra hacer estas presentaciones ridículas a pesar de tener minoría en la Legislatura.

En primer lugar, a pesar de ser una clara minoría, ya que los demócratas mantienen tan solo 65 representantes frente a 150 republicanos, cuando votan en bloque deben elegir a un representante republicano que arrastre 10 votos con las intenciones de que dicho miembro del partido opositor sea designado presidente de la cámara.

Otro claro ejemplo del dominio que el Partido Demócrata ejerce dentro de la cámara baja es la relación de dependencia de 2 de los 4 abogados que investigaron a Paxton para con un Departamento de Justicia controlado por Biden.

El proceso judicial fue extremadamente pobre y estuvo teñido de poca transparencia. Por ejemplo, ni siquiera notificaron al propio Paxton de que estaba siendo investigado, quien se enteró cuando asistió a una reunión del Congreso para conmemorar a los veteranos en el mes de mayo, cuando la investigación había comenzado el primero de marzo.

Tras 3 meses de investigación encubierta, cuando finalmente se le dió aviso de su impeachment, no se le otorgó la posibilidad de presentar un caso, presentar testigos ni dar testimonio bajo juramento, lo cual es un requisito legal.

Luego de que se hiciera pública la existencia del proceso, se lo suspendió sin goce de sueldo por decisión del contralor del estado Glenn Hegar, y se le negó la posibilidad de defender su caso, incluso, se le puso una orden mordaza para que no pueda hablar del tema.

El fiscal general del estado de Texas fue notificado de su impeachment 3 meses luego de que una investigación a puertas cerradas sea realizada. A su vez, le implementaron una orden de silencio violando sus derechos otorgados por la primera enmienda.

No solo los esfuerzos por perseguir a Paxton provinieron de la administración Biden, sino que otros grupos como el ”Texans For Lawsuit Reform”, o (TLR), han comprado influencias dentro de ambas cámaras para establecer a su propia candidata, Eva Guzman, quien previamente compitió en contra de Paxton, pero perdió, aunque busca la revancha en 2027.

A su vez, la responde directamente al antiguo consejero principal del presidente George W. Bush, Karl Rove, quien a pesar de pertenecer al Partido Republicano es afín al gobierno de Biden y mediante sus artículos de opinión en el diario ”Wall Street Journal” ha difamado y realizado esfuerzos para dañar la reputación del fiscal general.

Rove, a través de la TLR, apoyó primero a George P. Bush, hijo de Jeb Bush y sobrino del ex-empleador de Rove, George W. Bush, en las primarias contra Paxton, y luego de perder las internas, giró su apoyo a Eva Guzman.

Otro de los grandes ideólogos de este intento de destitución contra Paxton fue el actual presidente republicano de la Cámara de Representantes texana, Dade Pheelan, quien había sido denunciado por Paxton un tiempo atrás por haber asistido y brindado un discurso en la cámara en estado de ebriedad.

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Estados Unidos

El alcalde demócrata de Dallas Eric Johnson anuncia su paso al Partido Republicano y apoya a Trump

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Por primera vez en la historia moderna, un alcalde demócrata se pasa al Partido Republicano, y por primera vez en décadas, los republicanos pasarán a gobernar una de las ciudades más importantes de Texas.

A pesar de controlar Texas por una amplia mayoría, el Partido Republicano no gobierna ninguna de las ciudades más importantes del estado; Dallas, Austin, Houston o San Antonio. Al menos, hasta ahora.

El alcalde de Dallas, el afroamericano Eric Johnson, un demócrata de toda la vida, anunció que se pasaba al Partido Republicano, algo completamente inusual en la actual política norteamericana, y lo que convierte a Dallas en la ciudad más grande del país con un alcalde republicano.

Hoy voy a cambiar mi afiliación partidaria“, escribió Johnson en un artículo de opinión publicado el viernes en The Wall Street Journal. “La próxima primavera votaré en las primarias republicanas. Cuando mi carrera en un cargo electo termine en 2027, con la toma de posesión de mi sucesor como alcalde, dejaré el cargo como republicano”.

Johnson fue diputado en la Legislatura de Texas durante nueve años como miembro del Partido Demócrata, incluso siendo líder del bloque demócrata antes de ser elegido alcalde de Dallas por primera vez en 2019, por el Partido Demócrata. Unos meses atrás, Johnson fue reelegido, nuevamente, como un demócrata, presentándose sin opositor.

De todos modos, el cambio de Johnson no sorprendió a los constituyentes de Dallas. Desde la campaña del 2019, Johnson había evitado insultar al entonces presidente Trump como hacían sus colegas, y ya como alcalde desde hace algún tiempo que era notoria su inclinación hacia el Partido Republicano.

De esta manera, Johnson se une al alcalde de Fort Worth, Mattie Parker, como uno de los dos alcaldes republicanos que encabezan una de las grandes ciudades de Texas. Si bien los republicanos gobiernan prácticamente la totalidad de los pueblos del interior del estado, hasta el momento solamente Parker había logrado ser electo en el último ciclo electoral.

En su artículo de opinión donde blanqueó el cambio, Johnson defendió cómo su visión de Dallas se alinea hoy más con la del Partido Republicano que con el demócrata, destacando su apoyo a la ley y el orden, a los bajos impuestos y el fomento de un entorno favorable a las empresas.

Durante su mandato como alcalde, Johnson respaldó con entusiasmo iniciativas contra el crimen y desarrolló un fuerte vínculo con el jefe de policía de Dallas, Eddie García, un proponente de la mano dura. 

Los alcaldes y otros funcionarios electos locales no han logrado hacer de la seguridad pública una prioridad ni han ejercido moderación fiscal”, escribió Johnson en el artículo de opinión. “La mayoría de estos líderes locales son demócratas orgullosos que ven las ciudades como laboratorios para el progresismo en lugar de paraísos para las oportunidades y la libre empresa“.

Ya había dado de qué hablar cuando, tras su reelección este año, Johnson invitó a dos senadores republicanos de Texas, John Cornyn Ted Cruz , a asistir a su toma de posesión, lo que, según algunos observadores, dio el primer indicio de que algo estaba pasando.

A principios de esta semana, Johnson, junto con otros cuatro miembros del consejo de Dallas, votaron en contra del presupuesto de la ciudad de US$ 5 mil millones de dólares, presentado por el Partido Demócrata, porque no reducía suficientemente la tasa del impuesto a la propiedad de la ciudad. Recortar los impuestos a la propiedad es una prioridad de los republicanos en la ciudad texana.

Con demasiada frecuencia, el dinero de los impuestos locales se gasta en políticas que exacerban la falta de vivienda, miman a los delincuentes y dificultan que la gente común se gane la vida”, escribió Johnson en el artículo de opinión. 

“Y demasiados demócratas locales insisten en señalar virtudes (proponiendo programas gubernamentales a medias que apuntan a resolver todos los males de la sociedad) y en encontrar nuevas formas de burlarse de los republicanos a nivel estatal o federal. Suficiente. Esto genera buenos titulares, pero no ciudades más seguras, más fuertes y más vibrantes”.

El cambio de partido de Eric Johnson lo convierte inmediatamente en el afroamericano más poderoso dentro del Partido Republicano, a la par del senador y candidato presidencial de Carolina del Sur, Tim Scott, y al fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron

Dallas, a diferencia de otras ciudades texanas, tiene una población negra extremadamente importante, y al votar en bloque todos por el Partido Demócrata, han evitado por años que el Partido Republicano gane la ciudad, a pesar de que ha estado creciendo su influencia desde la irrupción de Donald Trump.

El pase de Johnson es polémico, ya que Dallas es sólidamente demócrata, y si bien su figura mantiene niveles de popularidad altísimos, el condado de Dallas optó fuertemente por Joe Biden sobre Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020, poniendo a los demócratas más de 30 puntos arriba que los republicanos.

Además, la modificación de su afiliación partidaria pone a Dallas por primera vez en décadas en una situación en la que el alcalde no tiene mayoría propia en el Consejo de la ciudad, por lo que muchos especulan que tendrá dificultades en pasar sus propuestas de derecha.

Cal Jillson, profesor de ciencias políticas en la Universidad Metodista del Sur, Eric Johnson dio el cambio de bando para poder presentarse como candidato a diputado o senador federal en 2024. “Mientras es cierto que hay que ser demócrata para ganar en Dallas, hay que ser republicano para ganar una elección en el resto de Texas“, sentenció.

El pasado vierns, hablando para el medio Texas Tribune, Johnson destacó que quiere ver un enfoque más conservador sobre cómo Dallas gasta su dinero, argumentando que actualmente es ineficiente y que la ciudad podría recortar muchos programas de asistencia social que, en su opinión, sólo utiliza una cantidad minúscula de personas. Las encuestas muestran que la mayoría de los residentes de Dallas quieren impuestos más bajos, dijo.

Los republicanos de Texas se apresuraron a aceptar a Johnson como uno de los suyos. “Texas se está volviendo más rojo cada día“, escribió el gobernador Greg Abbott en Twitter. “Él está a favor de hacer cumplir la ley y no tolerará agendas izquierdistas“.

A mi amigo y ex colega, ¡bienvenido al Partido Republicano!”, escribió el presidente de la Cámara de Representantes de Texas, Dade Phelan, un republicano de Beaumont, y con quien compartieron actividad legislativa en el pasado. “El alcalde Johnson tiene toda la razón. Las políticas conservadoras son la clave para ciudades seguras, prósperas y exitosas. Su liderazgo es un brillante ejemplo de ello. Una gran noticia“.

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Estados Unidos

Trump promete que usará una ley firmada durante la Revolución Americana para deportar a todos los inmigrantes ilegales

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El candidato republicano prometió invocar una ley de tiempos de guerra para deportar a presuntos pandilleros y traficantes de drogas extranjeros que no sean ciudadanos de los Estados Unidos.

El ex presidente Donald Trump dijo este miércoles que, si es reelegido en las elecciones del año que viene, invocaría “inmediatamente” una ley federal que le otorga el poder unilateral de detener y deportar en Estados Unidos a inmigrantes indocumentados no ciudadanos mayores de 14 años.

Para esto, Trump prometió utilizar la Ley de Enemigos Extranjeros, firmada junto a las Leyes de Extranjería y Sedición en 1798, durante las guerras de la Revolución Americana, con la intención originalmente de expulsar a los ingleses no ciudadanos tras la Declaración de Independencia.

Yo invocaré inmediatamente la Ley de Enemigos Extranjeros para eliminar a todos los pandilleros conocidos o sospechosos… los traficantes de drogas, los miembros de los cárteles de Estados Unidos, poniendo fin al flagelo de la violencia de las pandillas extranjeras ilegales de una vez por todas“, dijo Trump desde un escenario de campaña aquí frente a miles de seguidores en Iowa.

Trump lanzó su propuesta en un discurso enfocado a presentar a su política de inmigración para su segundo mandato, donde promete un mayor y más duro control del flujo migratorio.

A pesar de que durante su mandato, Estados Unidos tuvo los niveles de cruces ilegales más bajo en décadas, el muro que mandó a construir fue frenado a la mitad por Biden, y proliferaron las agrupaciones de narcotraficantes y traficantes de personas.

Junto a la propuesta para deportar masivamente a todos los indocumentados, Trump también agrega que va a enviar al Congreso una legislación para extender la pena de muerte a los condenados por trata de personas, tráfico sexual de niños y jefes narcos.

También dijo a la multitud que restablecería y “ampliaría” la “prohibición de viajar” que implementó durante su primer mandato en la Casa Blanca. La prohibición, que el presidente Biden puso fin en su primer día en el cargo, prohibía a las personas de países vinculados con el terrorismo, como Irán, Somalía y Siria, de ingresar a los Estados Unidos.

La Ley de Enemigos Extranjeros, destinada a ser una medida en tiempos de guerra, se utilizó extensamente durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el presidente demócrata Franklin D. Roosevelt quien la invocó tras el bombardeo de Pearl Harbor para ordenar la detención de miles de ciudadanos japoneses, alemanes e italianos.

La ley, que está en vigencia y nunca fue derogada, faculta al presidente a ordenar que los no ciudadanos “sean detenidos, asegurados y expulsados ​​como enemigos extranjeros” bajo la premisa de que los indocumentados “intentan o amenazan una invasión o incursión depredadora contra el país“.

Las palabras utilizadas en dicha ley, permite que el presidente realice esta acción sin estar en guerra contra otra nación, y la amenaza de una invasión no tiene que ser de un país en particular, si no que de un grupo de personas, que pueden ser una ola de inmigrantes, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial.

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